VALENCIA CF

La confesión de Paco Roig que resume los 90': "Quise comprar a un árbitro ante el Bayern, le di tres millones a un agente y a los cinco minutos pitó un penalti en contra"

El expresidente del Valencia (1994-1997): "El tal Torcal me dijo 'el ruso es íntimo y está arreglado, me tienes que dar el dinero ya…".

Paco Roig, presidente del Valencia de 1994 a 1997. /J. J. MONZÓ
Paco Roig, presidente del Valencia de 1994 a 1997. J. J. MONZÓ
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Caiga mejor o peor, hay una cosa irrefutable: la llegada de Javier Tebas a LaLiga en 2013 cambió por completo el modus operandi de los clubes y sus gestores en el fútbol español. Pasaron a la historia la permisividad para endeudarse con la Agencia Tributaria (de 650 millones en total entonces a los tres millones de junio de 2024), los líos con las primas a terceros, los impagos a los futbolistas y los encierros (antes habitual, ahora algo puntual) y el runrún con la compra de partidos a final de temporada. El presidente conocía tan bien los entresijos de los palcos y las entrañas de los clubes que llegó a escribir un libro a cuatro manos al respecto titulado El fútbol no es así. El objetivo era poner el foco en que las cosas, afortunadamente, han cambiado.

Los dirigentes de aquella época eran especiales. Ahí está la hemeroteca, la fonoteca y la videoteca para deleitarse con Jesús Gil, Lopera, Ruiz Mateos, Gaspart, Mendoza y tantos otros que tan bien, y con tanta precisión, resume el documental de Movistar+ LaLiga de los hombres extraordinarios. Paco Roig, entrevistado esta semana por Relevo, era otro de ellos aunque no apareciera en la cinta. No hay más que escuchar su tono y recopilar las anécdotas que se le caen de los bolsillos para entender ahora, con perspectiva, muchos de aquellos sucesos que ya han prescrito.

El expresidente del Valencia de 1994 a 1997, más allá de la ensalada de titulares que regaló en la charla realizada en la capital del Turia, relata con normalidad una anécdota que confirma un intento de influir con dinero en el resultado final de un partido europeo. Se trata del Bayern-Valencia del 24 de septiembre de 1996, correspondiente a la primera ronda de la UEFA. En la ida disputada en Mestalla dos semanas antes, el Valencia había barrido (3-0) con goles de Engonga, Claudio López y Moya. Pero, aun así, el Bayern de Kahn, Matthäus y compañía era tan fuerte que alguno pensó que no iba a valer con el esfuerzo para aguantar el infierno de Múnich...

Zubizarreta, con Klinsmann, en la idea del Valencia-Bayern de 1996.  GETTY
Zubizarreta, con Klinsmann, en la idea del Valencia-Bayern de 1996. GETTY

Acerca de los maletines y la compra de partidos, la confesión de Roig en la entrevista es muy reveladora: "De eso había en todas partes. Yo quise comprar mediante un representante de jugadores de Madrid que me jodió, un enano, Torcal se apellidaba, y… Fue en un partido contra el Bayern Múnich. Me sale en el sorteo, Bayern-Valencia y me dicen allí mismo 'estará usted muy preocupado'. Y dije '¿yo? Preocupado estará el Bayern'. Con un par. Y les ganamos. Y viene el Torcal este y me dice: 'Paco, el árbitro que te ha tocado es un hijo de puta, es ruso [Nikolay Levnikov], pero yo soy íntimo, y está arreglado, me tienes que dar tres millones [de pesetas]...'.

Así, tal cual. La respuesta de Roig fue curiosa. Y el desenlace final, más: "...Y yo le dije [a Torcal], bueno, pues de acuerdo, yo te los daré al final. Y me dijo que no, que tenía que ser antes. Le doy los tres millones, sale el árbitro y a los cinco minutos me pitan penalti contra el Valencia que para Zubizarreta. Al final perdimos ese partido de vuelta creo [1-0, con gol de Ziege en el 3'] pero pasamos [al ganar 3-0 en casa], pero mira lo que me hizo. Un hijo de puta. Con eso de comprar, tela marinera".

Christian Ziege, cabizbajo tras la eliminación del Bayer en 1996 a manos del Valencia.  GETTY
Christian Ziege, cabizbajo tras la eliminación del Bayer en 1996 a manos del Valencia. GETTY

En realidad, aquel penalti que recuerda Roig llegó exactamente en el minuto 15. Klinsmann fue el lanzador. El Valencia pasó a la siguiente eliminatoria pero, tras superar al Slavia de Praga y Besiktas después, acabó siendo eliminado por el Schalke en cuartos de final. Aquel intento de soborno, si es que supuestamente fue así como relata Roig, tampoco hubiera podido ser castigado ya. Hasta 2010 no está tipificado como delito la corrupción deportiva. Antes era una falta.

Aquel Torcal, por cierto, presunto intermediario al que hace referencia Roig, era Fernando Torcal. Alfredo Relaño le hizo un reportaje en El País en 1979 con este encabezamiento: "Tras la febril actividad del fútbol amistoso de verano se mueve la figura inquietante de un hombre de 39 años, 1,50 metros de estatura, grueso y con grandes lentes. Se llama Fernando Torcal, y es lo que antes se conocía como un intermediario, palabra que en el fútbol alcanzó tintes siniestros; o como agente de la UEFA -esto último es lo que reza en su carné de identidad-. A él recurren tanto ayuntamientos de grandes capitales como los clubs más prestigiosos para que les organice giras, partidos amistosos y torneos de verano…".

Tiempos oscuros

En la entrevista, Roig da más detalles de cómo funcionaban antes las cosas: "Había por aquí [en la Comunidad Valenciana] uno de mi época, que a mí me lo contaban… No me acuerdo ahora el nombre que tenía. Era valenciano. Ese compraba y vendía jugadores y dice que él era el representante del Barcelona aquí. A mi me lo contó un exárbitro. Me dijo que un día había un Barcelona-Elche y que fue él y le dijo a este exárbitro, 'oye me puedes hacer un favor, yo quiero entrar a conocer al colegiado del partido'. Decía que llevaba un millón de pesetas. Y decía: si gana el Barcelona, el millón de pelotas se lo daba al árbitro. Si pierde el Barcelona, lo devuelvo. Y si empata, me quedo la mitad. Esas cosas pasaban a lo largo de muchos años".

Por eso no le extrañaba nada cuando se le sacó el Caso Negreira a relucir…: "Hombre. Ha salido también la mujer de Negreira con tres millones de euros, vamos a ver... Ahora, que no todo el dinero fuera a los árbitros, también puede ser. ¿Se quedaría por la mitad? Bien. Imagine que no fuera a los árbitros, que yo creo que a algunos árbitros sí, y se lo queda él. ¡Pero era el vicepresidente de los árbitros! Y le pagan 18 millones de euros y no le hacen nada, ¿me entiende? Nada. (...) Yo siempre he creído que el Madrid… A mí me decían en la época nuestra que el Madrid tocaba a los árbitros y que el Barcelona les compraban relojes Longines de oro y que todos los árbitros sabían que cuando se despedían terminaban los Longines. Eso es lo que me decían. ¿Es verdad o mentira? No lo sé".

Aquellas historias parecen hoy una simple pesadilla. Tebas, este lunes mismo, lo ha dejado claro en un foro en el que ha participado en el centro de Madrid: "Creo que ya no hay amaños. Trabajamos mucho para vigilar las apuestas. En nuestras categorías no las hay. A veces detectamos en otros deportes y lo denunciamos".