La compleja realidad económica de un futbolista que piensa en su retirada: "Es más sexy comprar un reloj o un coche que el mundo financiero"
Especialistas financieros del sector del fútbol explican a Relevo cómo se debe gestionar una carrera para que lo ganado en la etapa profesional sirva para articular el resto de una vida.

Memento mori. La frase viene de la antigua Roma y es un aviso constante a todos aquellos que viven en el éxito: hoy estás ahí arriba, pero recuerda que eres mortal. Los jugadores de fútbol de Primera División ganan mucho dinero, mucho más que el común de los mortales —el salario mínimo por convenio son 190.000 euros, lo habitual es que se sobrepase con holgura esa cantidad— pero esos ingresos no son eternos y, cuanto antes entiendan eso, mejor.
"El mejor día para empezar a invertir es el día que naciste y el segundo mejor día es hoy. Esto lo contaba Warren Buffett, que es básicamente el Messi de las finanzas. Yo se lo comento a todos, esto hay que hacerlo cuanto antes, porque en el largo plazo es donde está la clave", explica Antonio Matilla, responsable de deportistas profesionales de CaixaBank Banca Privada. Su opinión es compartida por todos y cada uno de los consultados para este artículo, no existe un "demasiado pronto" para empezar a pensar en el final.
José Ángel Crespo hoy es representante en la empresa You First, pero antes fue futbolista con carrera en el Sevilla, el Aston Villa, Grecia o Chipre, entre otros muchos destinos. Él explica cómo fue su proceso: "Durante mi carrera yo no planteaba un final, sino un futuro. Los futbolistas, en general, hemos tenido unos ingresos bastante altos, pero yo sabía que eso era algo para diez o quince años. De un mes para otro pasas de una cantidad importante a cero euros. Yo siempre me plantee tener unos ingresos en el futuro que me permitiesen afrontar esa vida, que es importante".
Algo similar le ocurrió a Javier Arizmendi, canterano atlético que sumó más de una década de servicio en Primera División. "Mi llegada al fútbol fue bastante particular, porque llegué muy tarde a un equipo grande, cuando ya tenía 17 años, sin demasiadas expectativas. Todo fue muy rápido y eso hizo que nunca desatendiera del todo lo que venía haciendo, que era estudiar y pensar en una vida diferente a la que tuve. Esas inquietudes las intenté mantener vivas", explica.
Crespo hoy es representante, Arizmendi asesor financiero —su empresa, Tressis, está especialmente conectada con el fútbol—. Ellos entendieron que lo mejor que podían hacer era pensar en el futuro, conseguir que esas ganancias que estaban obteniendo les sirviesen para pasar con holgura todo lo que quedaba después del último pitido final en un campo de fútbol. Sus casos no son lo más común en este género.
"¿Cuándo empiezan a preocuparse? A los 28 o los 29 años abren los ojos y empiezan ya a tener ese nervio dentro del estómago, porque se acerca el momento de la retirada. Al principio es muy complicado, nadie piensa en el día después", comenta Matilla.
"Empiezas a preocuparte cuando ya empiezas a entrever que el chico que sube del filial o el chico joven que ficha el equipo tiene más energía que tú y sabes un poco que físicamente a lo mejor tampoco estás a la altura que requiere el deporte de alto nivel", añade Arizmendi.
Hablamos de jugadores exitosos, futbolistas que han podido estar ocho o diez años en Primera División, gente que ha ganado mucho por el camino sin necesidad de ser Messi o Cristiano Ronaldo porque ellos, a nadie se le escapa, son un mundo aparte con sus propias reglas.
Acelerar la madurez
Es importante tener en cuenta las particularidades de la vida de un futbolista. Son carreras muy lucrativas, pero también muy cortas, cuando se retiran tienen en principio cuarenta, cincuenta o sesenta años por delante para plantearse su existencia. Son jóvenes, muy jóvenes, y se enfrentan a unas decisiones que la mayoría jamás tendrán que tomar.
"Se ven obligados a acelerar muchísimo en su madurez, son chicos que toman decisiones personales, profesionales y económicas siendo muy jóvenes. Yo no recuerdo tomar con 23 años unas decisiones como las que toman ellos. La clave es saber cuán sostenible es el binomio de ingresos gastos", explica Matilla.
Manuel Temes es uno de los economistas de You First, una de las agencias de representación más serias del deporte español. Él explica lo que se encuentran cuando empiezan a asesorar futbolistas: "El problema de los deportistas en general y futbolistas en particular es que no tienen una carrera al uso, porque es de duración muy limitada e incierta y al final generan en muy pocos años un patrimonio que tienen que administrar y estirar al máximo".
El punto de la retirada es un tsunami para un deportista. No solo porque, de repente, se quedan sin la actividad que tan bien se les ha dado, que les ha procurado mucho dinero, fama y adrenalina, sino también porque de un día para otro los ingresos se desploman pero los gastos no se van de repente.
"Por mucho que deleguen, es importante que se preocupen por el seguimiento de sus inversiones, entender la nómina, el mercado inmobiliario, bursátil..."
Economista de You First"Evidentemente el grifo de los ingresos se cierra de forma importante y el de los gastos en su gran mayoría sigue abierto. Hay algo clave, que es que no vas a ganar lo mismo, evidentemente, pero si tú has hecho durante tu carrera un control del gasto responsable, controlable y sostenible tendrás más cintura para afrontar la nueva situación que se te viene", recalca Arizmendi.
Los futbolistas, además, se encuentran con una carencia que es común en la sociedad, al menos en la española, y que es una precaria educación financiera. Es obvio que la mayor parte de ellos se ha volcado en el fútbol y ha tenido poco espacio para formarse en este campo, pero todos los expertos consultados lo consideran clave.

"Una mala decisión puede arruinar la carrera y la cartera. La formación es importante, no tiene necesariamente que ser académica, que en muchos casos es casi incompatible con la carrera profesional, pero en el amplio sentido de la palabra. Por mucho que deleguen, es importante que se preocupen por el seguimiento de sus inversiones, entender la nómina, el mercado inmobiliario, bursátil... es verdad que desde AFE han llevado iniciativas, como alguna con Javier Arizmendi, han tenido iniciativas en este sentido", cuenta Temes.
Matilla explica que esto no es sencillo, pero es importante. De hecho, no es ya cosa de los chicos jóvenes que juegan al fútbol, es que ni siquiera sus familias normalmente tienen las herramientas necesarias para afrontar la gestión de unos ingresos de este calado. "¿Qué padres están capacitados para gestionar una fortuna de un millón de euros de ingresos? Es muy complicado", remarca.
Planificación y formación son las dos palancas que más repite el experto de Caixabank. Tener claro lo que se está haciendo es importante, él sugiere nunca meterse en algo que no se entienda, no solo para los deportistas de nivel, que por supuesto, sino en general para cualquier ciudadano. Una inversión conlleva una responsabilidad con uno mismo, no es un juego sino una manera de moverse por el mundo.
¿Qué se les recomienda? Por lo general, que no arriesguen en exceso, que construyan un colchón que les permita vivir para siempre mucho más que audaces empresas de futuro incierto y promesas de retornos imposibles.
"¿Qué padres están capacitados para gestionar una fortuna de un millón de euros de ingresos? Es muy complicado"
Responsable de deportistas profesionales de CaixaBank"El patrimonio de un futbolista suele estar distribuido tres patas. Patrimonio financiero —dinero en cuenta, fondos de inversión, depósitos, planes de pensiones—, patrimonio inmobiliario, más allá de su propia casa —pisos, casas, locales para alquilar— y luego la tercera que tiene que ver con los negocios. La parte de negocio son las inversiones alternativas, donde se asume mucho más de riesgo y por lo tanto hay que ser más cuidadoso a la hora de tomar decisiones. Lo ideal, por nuestra experiencia, es que cuando un cliente se retira y ha tenido éxito, haya un cierto equilibrio. Las dos primeras tienen un peso similar y deben suponer entre un 70% y un 80% de patrimonio global y entre el 20% y el 30% restante puede estar dedicado a esas otras inversiones menos convencionales, esa suele ser la regla", explica Matilla. En la parte de inversión, por cierto, tanto el experto de Caixabank como otros consultados recalcan que suelen aconsejar invertir en la Mutualidad de Deportistas Profesionales, un instrumento de inversión disponible para ellos que funciona bien.
"A mí hablar de productos, de tipo de activo, no me gusta demasiado. Yo entiendo que hay que empezar poniendo unos cimientos sólidos, que son el control del gasto primero, la inversión recurrente o periódica. Una disciplina. A partir de ahí cada situación es un mundo, por suerte en un mundo tan avanzado y sofisticado como el de las finanzas hay una infinidad de alternativas. Yo lo que recomiendo siempre es evitar el riesgo, entendido como la pérdida permanente de tu capital. Esa inversión que te llega a a través de un compañero, un conocido, un familiar...", añade Arizmendi.
Todo esto parece sencillo, pero no lo es, porque recorren un proceloso camino en el que no faltan las tentaciones. "Nosotros somos muy prudentes y como empresa en sí tenemos bastante aversión al riesgo, luego cada perfil puede actuar de su manera porque al fin y al cabo todos somos humanos. El futbolista es un imán para bancos, inmobiliarias, fondos, aseguradoras, aunque estén ya a las puertas de la retirada, no dejan de ser jóvenes, se presupone que ricos y al final bastante inexpertos. Si metes todo en la coctelera es una ecuación bastante atractiva para todos los oportunistas", explica Temes.
Porque no, no es fácil operar con chicos que ganan millones y tienen menos de 35 años. Todos los consultados están de acuerdo, evidentemente hay casos de futbolistas despiertos, con ganas de aprender y preocupados por su futuro, que preguntan y se dejan aconsejar, pero la mayor parte no da ese perfil.
Eso es lo normal, porque sus vidas son como son. "¿Quién con 20 años piensa en lo que pasará después? Son chavales que viven de entreno en entreno y de ahí al partido. Y si encima ganas, pues todo bien. Es complicado, hablar del mundo financiero no es sexy, es más sexy comprarte un coche o un reloj. Hay falta de educación financiera", dice Matilla, un gran experto en todos estos temas.
"Por desgracia muchos de ellos no escuchan, hay muchos tipos de futbolistas, pero para la mayoría de ellos todo ha girado alrededor del fútbol, su objetivo ha sido siempre el fútbol y muchas veces han dejado de lado los estudios, la preparación personal. Claro, llegar un momento en el que aunque tú les aconsejes ellos lo que ven es que están jugando a fútbol, que son profesionales que la gente los adora y que tienen unos ingresos espectaculares. No valoran el día de mañana. Y el día de mañana es que esos ingresos se van a acabar, que los gastos van a seguir siendo los mismos", explica Crespo, que como exfutbolista ha visto de todo.
Los representantes
Sobrevuela todo el rato en la conversación financiera un concepto: el entorno. En esto, lógicamente, es importante la figura del agente, porque más allá de la familia, que siempre es parte de la ecuación, es el encargado de aconsejar profesionalmente al deportista.
"Es un sector, una industria cada vez más profesionalizada. Muchas veces antes fallaba porque se pensaba en el representante como un superhombre, que te daba servicio en todo. En un mundo tan especializado como es el nuestro es imposible que el representante pueda aconsejar bien al jugador, llevar la comunicación, las finanzas... pero es el canalizador de todo eso, no es quien tiene que hacer todo pero sí muchas veces el que recomienda. Sigue siendo super importante", explica Matilla, que sin embargo valora el cambio en este tipo de empresas que, ahora sí, son capaces de ampliar el espectro de servicios para el jugador.
Es un sector cambiante, y en You First lo saben bien, porque su propuesta es precisamente esa, ser más rigurosos, ofrecer al deportista una empresa sólida que sea capaz no solo de moverles en el mercado, que por supuesto también, sino de apoyarles en otros muchos campos ante dificultades que sin duda se encontrarán por el camino.
"Nosotros trabajamos con fiscalistas, con bancos, tenemos un abanico de profesionales bastante amplio y en la medida que ellos quieran, siempre sin entrometernos de más, a demanda un poco de lo que el jugador y sus familias, intentamos acompañarles en eso", explica Temes.
Arizmendi también entiende esta misma tendencia: "Son empresas más globales, tienen conocimientos mayores ya no solo sobre el ámbito puramente deportivo, sino el resto de factores que pueden afectar al rendimiento del jugador y dan servicios más integrales. Y evidentemente ese servicio patrimonial de asesoramiento debe ser algo que tienen que contemplar si piensan en el jugador".
La historia del deporte tiene un rosario de ídolos caídos, de futbolistas que parecían intocables pero terminaron quebrados. No es que esas narrativas sean cosa del pasado pero, afortunadamente, cada vez son menos frecuentes. Hay dos factores que lo explican.
"Pasa menos, sí. Ahora los salarios de los futbolistas son mucho más altos que antiguamente. Antes se tenía que gestionar muy bien el sueldo e invertirlo muy bien, hoy en día se gana más y hay que malgestionarlo para que no te de, si lo haces medianamente bien tienes de sobra. También es cierto que la experiencia es un grado y esos ejemplos del pasado han servido, esos jugadores que han terminado trabajando en la construcción o en discotecas", comenta Crespo.
Arizmendi cree que se ha dado otro paso para que la situación mejore: "Creo que hay cada vez más formación, yo creo que el juego tiene más alternativas tiene, hay más oportunidades para invertir el dinero, hay más la tecnología que ha hecho que los mercados financieros se hayan sofisticado y que se pueda invertir en una pluralidad de activos. Queda camino y eso pasa también porque, a mi juicio, se forme al jugador de una forma más integral dentro de los clubes y las instituciones. Que no seas ese 'producto', entre comillas, que pasa por un club durante un determinado tiempo, que hay que exprimir".
El exjugador del Atlético o el Deportivo ayuda en sus cursos a AFE, que como sindicato siempre ha estado muy cercano a este tema y ha buscado ayudar en lo posible a los futbolistas para que lo que iban ganando sirviese no solo para su presente sino también para su futuro.
Llegará el día de retirarse y en ese momento no solo contarán los goles y las asistencias, sino también haber conseguido que todos esos minutos sobre el césped, tan productivos, hayan sido capaces de aliviar la carga para lo que queda de vida. Es un reto, pero siempre es mejor gestionar la abundancia que la escasez.