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Claudio Giráldez convierte al Celta en aspirante a la Champions desde su llegada: inabordable en casa y con la plantilla enchufada

El conjunto vigués lleva siete meses sin caer en Balaídos.

Los jugadores del Celta celebran la victoria ante el Valladolid. /LALIGA
Los jugadores del Celta celebran la victoria ante el Valladolid. LALIGA
Óscar Méndez

Óscar Méndez

El Celta acabará la quinta jornada de Liga en puestos europeos. Una frase que no significa mucho a mediados de septiembre, pero que en el caso de los vigueses reafirma un cambio de tendencia que se inició el pasado mes de marzo, cuando de manera inesperada aquel día el club optó por destituir a Rafa Benítez, con lo que suponía su contrato, y apostar por Claudio Giráldez, técnico del filial hasta ese momento. Su misión no era otra que la de lograr la permanencia.

Y no solo lo consiguió con cierta suficiencia, pudiendo disfrutar de una última jornada tranquila frente a su afición, sino que el equipo es otro totalmente distinto. Con el madrileño, los celestes sumaron 24 puntos en 28 partidos. Con el de O Porriño, la cifra asciende a 26 puntos en Liga, aunque tan solo en 15 partidos. Es decir, Giráldez ya ha superado a Benítez cuando todavía tiene 39 puntos en juego para igualar los encuentros en los que su predecesor estuvo en el banquillo. En este tramo, el Celta sería quinto en Liga.

Y es que las buenas sensaciones con las que llegó a las vacaciones de verano se han alargado tras las mismas. El Celta es uno de los clubes más atractivos del campeonato al ser un equipo de clara vocación ofensiva. Pese a estar lejos de los grandes presupuestos de LaLiga, su arsenal ofensivo tiene poco que envidiar al de los favoritos al título (13 goles en cinco partidos). Este curso, tan solo el Barça suma más dianas en Liga.

Buena parte de este notable rendimiento lo ha exhibido en Balaídos, que en los últimos años se había convertido en un estadio 'accesible' para los equipos que visitaban la ciudad olívica. Eso ha cambiado. Giráldez ha dirigido a los vigueses en ocho encuentros en Vigo y no conoce la derrota. Seis victorias y dos empates son su bagaje, y hay que tener en cuenta que uno de ellos llegó en la última jornada de la pasada Liga sin que hubiera nada en juego. La última vez que un equipo se llevó los tres puntos de Balaídos fue el Barça en febrero, hace siete meses.

Otro punto a favor del Celta actual está en su resiliencia. Su forma valiente de afrontar los encuentros le hace permitir ocasiones a los rivales, posiblemente el aspecto en el que más tengan que mejorar. Eso le ha hecho empezar perdiendo 11 de los últimos 15 partidos de Liga. Sin embargo, la plantilla no se rinde. En seis de esos 11 duelos consiguió la victoria, algo que no tiene réplica en España ahora mismo.

Y es que Giráldez ha conseguido que los jugadores se sientan importantes. Todos. Van apenas cinco encuentros de Liga este curso y la participación de los futbolistas es altísima. Ya han saltado al césped hasta 22 futbolistas, que podían ser 23 de no ser porque Ristic se lesionó en el calentamiento del primer duelo cuando iba a ser titular. Una de las constantes del técnico es la de no repetir alineación de un encuentro para el siguiente.

Tal y como apuntó ayer la cuenta de X, Afouteza e Corazón,la cifra de puntos de Giráldez en sus primeros 15 partidos en Primera es una de las mejores de la historia del club. Ha sumado 26 hasta la fecha y tan solo Irureta, Lotina (27 ambos) y Pasarín (28) tienen mejores datos en la máxima categoría del fútbol nacional. El Celta de Giráldez es, sin duda, la sensación de LaLiga desde hace meses.