ESPANYOL 1 - REAL MADRID 0

Carlos Romero, el 'descarte' del Valencia que no es "árbitro", pero que quería ser torero: la intrahistoria del controvertido goleador ante el Real Madrid

El futbolista de Torrent marcó el gol del triunfo del Espanyol.

Carlos Romero celebrando su gol. /RCDE / David Jiménez
Carlos Romero celebrando su gol. RCDE / David Jiménez
Marc Mosull

Marc Mosull

Carlos Romero (Torrent, 2001) fue el auténtico protagonista del histórico triunfo del Espanyol contra el Real Madrid porque anotó el gol de la victoria y porque, según dicen desde el costado blanco, minutos antes del tanto mereció ser expulsado por una dura entrada a Kylian Mbappé. En el Espanyol lo ven de otro modo, tal y como verbalizó Manolo González en sala de prensa: "Viendo el percal, si llega a impactar es roja... pero creo que no impacta".

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El propio Carlos Romero, que explicó que le había pedido perdón a Mbappé por la "fea entrada", no quiso entrar en polémicas por la acción y, cuando le preguntaron en zona mixta, se remitió a los colegiados: "Yo no soy árbitro, no entro a valorar estas cosas. Hay VAR y cámaras. Intento parar a Mbappé porque es imposible pararlo en carrera… y eso lo tienen que juzgar los árbitros".

Le insistieron en el mismo sentido y aseguró que hizo la falta simplemente para detener el avance del francés: "No ha ido a ver la jugada. Es tema de árbitro. Mi intención jamás es hacer daño, sería de ser mala gente". Minutos después de la controvertida acción, ya lo saben, le cayó un balón bien puesto por parte de Omar El Hilali y con un temple inusual lo cruzó a Courtois y desató la locura en Cornellà-El Prat.

Y es que precisamente esa frialdad con el balón y la tranquilidad en la toma de decisiones es una de las principales virtudes de un Carlos Romero, actualmente cedido por el Villarreal en el Espanyol, que es lateral pero que tiene tendencia a sumarse al ataque. Y de ahí, el gol que le da un respiro al conjunto perico, que durmió anoche fuera del descenso.

El niño que quería ser torero

El gol ante el Real Madrid es el gran highlight de Carlos Romero en Primera División, categoría en la cual apenas ha disputado 26 partidos, 19 como perico. Su debut llegó de la mano de Pacheta, ídolo perico, cuando entrenaba al primer equipo del Villarreal. Fue la consecución del sueño de un futbolista que de pequeño, como él mismo reveló en una entrevista al Twitch de Javier de Haro, quería ser torero.

Su camino hasta la élite nacional fue sinuoso, pues tuvo que lidiar con ciertas desilusiones en su etapa formativa antes de consagrarse en el Villarreal. Romero comenzó a jugar con tres años en su Torrent natal y en categoría alevín firmó por el Valencia, con todo lo que supone para un niño de pueblo jugar en el mejor club de la región. Compartió equipo con Kang-in Lee y Jesús Vázquez, entre otras jóvenes promesas, y en cadetes la Academia ché le comunicó que no contaban con él.

"Irme de Valencia fue un golpe de realidad. Me sirvió para vivir otro fútbol, al que no estás acostumbrado en las canteras", explicaba en una entrevista a Mundo Deportivo el propio Carlos Romero, que jugó en San José y en el Torre Levante, un humilde club del barrio valenciano de Orriols que destaca por su fútbol base y por el que pasaron Fede Cartabia y Pablo Gazzaniga.

En el Torre Levante llegó a debutar con el primer equipo en Tercera y llamó la atención del otro grande de la comunidad autónoma, un Villarreal que lo firmó para su Juvenil de Honor. Y en apenas tres años alcanzó el primer equipo tras pasar por el C y el B. El verano pasado fue cedido al Espanyol, que en anteriores mercados ya había tratado de hacerse con sus servicios. En el RCDE Stadium, este joven lateral de 23 años está alcanzando su cénit futbolístico con actuaciones como la de anoche contra el Real Madrid.