RCD ESPANYOL 1 - REAL MADRID 0

El plan del Espanyol se coció entre el Bernabéu y Montjuïc... y en la inexplicable obsesión de Ancelotti: "Lo recordaremos siempre"

El equipo de Manolo González aprendió de las derrotas ante Real Madrid y Barcelona... y mantuvo la fe hasta el final.

Romero, abrazo a sus compañeros tras la acción del 1-0. /GETTY
Romero, abrazo a sus compañeros tras la acción del 1-0. GETTY
Alberto Martínez
Marc Mosull

Alberto Martínez y Marc Mosull

Como si se tratara del gol de Andrés Iniesta en el Mundial de Sudáfrica, el banquillo del Espanyol saltó como un resorte en busca de Carlos Romero, héroe inesperado, punto final de un contraataque de ensueño ante el Real Madrid que le dio al equipo de Manolo González algo más que una victoria (1-0). Queda mucha temporada y el conjunto perico lleva cinco meses en la orilla, sumando empates y victorias a cuentagotas, con una falta de gol acuciante y encomendándose en su portero, Joan Garcia, jornada sí y jornada también. Pero ganarle al equipo blanco en un RCDE Stadium que presentó la mejor entrada de los últimos años -más de 33.000 espectadores- es un subidón de adrenalina, son las lágrimas de Manolo González y la alegría incontrolable de una plantilla que cree más que nunca en salvarse... y que sale momentáneamente del infierno.

El Espanyol ató al Real Madrid con las armas que ya había empleado en el Santiago Bernabéu en la primera vuelta y en el derbi ante el Barcelona, en Montjuïc, dos partidos en los que los blanquiazules se fueron de vacío pero constataron que su plan, bien ejecutado, podría llevar al éxito... con una pizca de acierto y desacierto del rival. Y eso ocurrió en el RCDE Stadium en la fría noche de este primer día de febrero. "El equipo es más consciente de cómo debe competir estos partidos. Luego pueden pasar mil cosas. Hay que tener una capacidad de sufrimiento grande...", dijo el técnico en la previa del encuentro, y así se comportó el equipo.

70 minutos en el Bernabéu y el «cachondeo» del entrenador

La primera parte del plan la entendió el Espanyol en el Bernabéu. Hasta el minuto 74 de aquel partido, los blanquiazules iban 1-1 ante el Real Madrid con una efectiva defensa, con muy poca distancia entre la delantera y la portería, defendida con solvencia por Joan Garcia ("estamos para eso, últimamente tengo la suerte de pararlas"), quien se erigió de nuevo en salvador. Incluso, la línea de cuatro fue la misma que en el encuentro de este sábado, y Carlos Romero vivió en esta ocasión la otra cara de la moneda aunque pudo ser expulsado por su entrada a Mbappé.

Si en el Bernabéu fue señalado, en el RCDE Stadium marcó un gol inolvidable para los aficionados. A diferencia de aquel encuentro, el Espanyol mantuvo la concentración hasta el final y ahogó a un Real Madrid que las tuvo, pero muchas menos que en el Bernabéu (33 lanzamientos recibidos por 21). "Yo pensaba que el equipo era capaz de puntuar o ganar aquí, la gente pensaba que estaba de cachondeo o que estaba loco pero lo pensé igual antes de visitar al Atlético y lo conseguimos", dijo Manolo González en su momento.

La advertencia de Hansi Flick al Barça... y los tres goles ficticios

La segunda parte del plan es el ataque. Apenas inquietó el Espanyol al Real Madrid en la ida, más preocupado de defender que de crear ocasiones. Pero eso cambio en el derbi de Montjuïc, el famoso día en el que Hansi Flick dijo en sala de prensa, después de ganar 3-1 y maravillar en el comienzo de LaLiga, que no le había gustado la relajación de los jugadores tras el descanso. El Espanyol marcó tres goles en la segunda mitad, uno legal, dos anulados a instancia del VAR por fuera de juego milimétrico. El Espanyol aprendió a atacar los espacios y ganó confianza, y el gol es una obra maestra del contraataque con Antoniu Roca, Tejero, Omar y la culminación de Romero. La tercera y última pata del plan era curiosamente una obsesión de Ancelotti. "El equipo debe competir como en la segunda parte y así me voy a mi casa tranquilo", insistió tras el 3-1 de Montjuïc. Y en esos dos planes, el del Bernabéu y el de Montjuïc, ha ido insistiendo y reforzando el cuerpo técnico.

El eslabón más débil del Real Madrid, la espalda de Tchouameni

El futbolista más desubicado desde la tribuna de prensa del RCDE Stadium fue Tchouameni. En la posición de central, el Espanyol buscó constantemente su espalda en balones largos a Roberto Fernández, quien le ganó varias acciones, mientras que en otras era el canterano Asencio quien cubría el lugar del francés. Durante el encuentro se vio a Lucas Vázquez, en varias ocasiones, ordenarle, mientras que el francés tampoco le dio claridad al juego con el balón, y algunas de sus pérdidas propiciaron los ataques de los de Manolo González. Fue un sumidero. "Empezamos muy bien este año, tenemos que seguir así. Vivimos mucha tensión al final pero resistimos", añadió Roberto Fernández.

La lesión de Rüdiger y la entrada de Asencio no dio más margen a Ancelotti. En la acción del gol, el francés se encontraba rematando un ataque a balón parado, por lo que no logró replegar rápido y el remate de Romero llegó por ese costado. Fue el final de un plan que se mantuvo firme hasta el final, con algún susto. Y que se celebró en el vestuario perico después de aprender a jugar estos partidos como ya advirtió Manolo González en la previa. "Tenía la piel de gallina, esto lo recordaremos siempre", concluyó el meta Joan Garcia.