FC BARCELONA

El cambio táctico que catapultó al Barça al campeonato

El 8 de enero en el Wanda Metropolitano, Xavi ajustó de forma definitiva metiendo a un cuarto centrocampista y el Barça ya no dejó de ganar.

De Jong y Pedri durante el derbi. /GETTY
De Jong y Pedri durante el derbi. GETTY
Albert Blaya

Albert Blaya

Una derrota es una oportunidad para empezar a construir una victoria. O así debería ser en el deporte. El Barça de Xavi, campeón de Liga a falta de cuatro jornadas, se refundó en una semana negra que tuvo lugar hace mucho, en octubre de 2022. En apenas 10 días, el equipo cayó en Milán ante el Inter (1-0), no pasó del empate en casa en la vuelta (3-3), quedando virtualmente fuera de la Champions League, y cayó de forma contundente ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu (3-1). Los tres partidos, siendo distintos, tuvieron un punto en común: las transiciones rivales. Xavi le metió mano al equipo. Y la fórmula resultó ganadora.

Los equipos siempre sufren cambios y ajustes durante la temporada, son un cuerpo vivo que muta y se adapta. El Barça de Xavi inició con un 4-3-3 con tres delanteros y ha terminado en un 4-4-2 en rombo en el que el extremo zurdo se mete por dentro para generar superioridad. ¿De dónde vino este cambio? El primer punto, y lógico, es que durante aquella semana de octubre, el FC Barcelona fue un equipo partido, tan abierto que el rival necesitaba dos pases para encontrar una situación de gol.

Pérdida del Barça ante el Inter que pilla al equipo con los interiores muy arriba y el centro del campo vacío.
Pérdida del Barça ante el Inter que pilla al equipo con los interiores muy arriba y el centro del campo vacío.
Los rivales, gracias a la mala disposición del equipo, llegaban de forma muy rápida.
Los rivales, gracias a la mala disposición del equipo, llegaban de forma muy rápida.

En apenas una semana el equipo encajó siete goles en tres partidos. Y llegó el primer día. Fue dos jornadas después de la derrota en el Bernabéu en un Barça - Athletic Club. Aquel partido, Xavi juntó a De Jong, Pedri, Gavi y Busquets, dejando solo a Dembélé y Lewandowski como atacantes puros. Y el resultado fue un 4-0 en un recital de cómo atraer la presión rival y acelerar. Aquel día fue Pedri quién partió como falso extremo. Y el Athletic no supo detectarlo. "Hicimos cambios tácticos y empezamos a sorprender al rival", contó Busquets después de ganar LaLiga.

Esta es la red de pases del Barça en el primer partido en el que juntaron a los cuatro centrocampistas. Gavi, Busi, De Jong y Pedri por dentro, con un Dembélé que fue un cuchillo.
Esta es la red de pases del Barça en el primer partido en el que juntaron a los cuatro centrocampistas. Gavi, Busi, De Jong y Pedri por dentro, con un Dembélé que fue un cuchillo.

De ser un equipo de delanteros en el que el juego les buscaba desde un inicio, a uno de centrocampistas en el que el delantero era la consecuencia del juego. Del equipo de Dembélé al de De Jong y Pedri. Meter a un jugador extra permitió que el Barça tuviese no más posesión, sino mejores posesiones. Más ricas y con más pases en zonas sensibles para el rival que servían para preparar al equipo ante la pérdida, recuperando una solidez defensiva que parecía perdida.

Un dato lo ejemplifica: desde el cambio a los cuatro centrocampistas, ningún jugador dio más pases en campo rival que Sergio Busquets (45,4), cuando antes de esa fecha había hasta dos centrocampistas más por encima de él (Pedri y De Jong). Ese cambio fue vital, porque encontrar a un mejor Busquets es siempre señal de tener más tiempo y espacio a tu alrededor. Ahora tocará asumir su pérdida, pero desde la victoria siempre es más sencillo.

Los cuatro centrocampistas cerca del balón, algo que le da al Barça mayor fluidez en su juego.
Los cuatro centrocampistas cerca del balón, algo que le da al Barça mayor fluidez en su juego.

Uno de los problemas del 4-3-3 de inicios de curso era que el Barça era demasiado rígido. Los futbolistas estaban en su posición sin interactuar con sus compañeros y los interiores tenían poco peso en campo rival. De ahí que, desde el 8 de enero, la fecha en la que Xavi instauró de forma defintiva este sistema, los números empezasen a variar: todos los centrocampistas (salvo Pedri) empezaron a dar más pases, sobre todo Busquets y De Jong: de 55 a más de 70. Pedri, que dio menos, lo cambió por un mayor impacto en el último tercio: de 0,16 xA a 0,24.

Con jugadores en un mismo sector, el Barça supera al centro del campo del Espanyol.
Con jugadores en un mismo sector, el Barça supera al centro del campo del Espanyol.

Todos los integrantes del centro del campo pasaron a dar más pases en campo rival. Y a encontrarse. Una de las claves es que Xavi, añadiendo a un futbolista más por dentro, estimuló las sociedades entre jugadores de buen pie, fomentando la movilidad y el intercambio de posición, algo que dotó de mucha más riqueza y complejidad al juego de un Barça que lo comenzó de forma más esquemática y simple. Ver a Gavi junto a Pedri, a De Jong rompiendo líneas o a Busquets más acompañado potenció el plan de Xavi y, además, mejoró el rendimiento de sus extremos.

Empezó a haber más líneas de pase por dentro y eso permitió que por fuera el rival estuviese más desatendido. Alejandro Balde jugó sus mejores partidos con toda la banda para él (como colofón su partidazo en Cornellà) y Raphinha subió sus prestaciones. No era cuestión de volumen, sino de eficiencia. Que cuando la pelota llegase fuera hubiesen más opciones de que el receptor pudiese generar una ventaja.

Como todas las decisiones que se toman durante una temporada, hay que modificarlas y actualizarlas. En el fútbol un ajuste dura cada vez menos porque el contrario está preparado y es capaz de neutralizar la ventaja diseñada. El Barça de los cuatro centrocampistas nació por una debilidad y ahora le tocará volver a reconstruirse desde la victoria, que es siempre lo más complejo. ¿Cómo seguir creciendo cuando ganas? Solo los mejores equipos le logran dar respuesta.