El Barça gana LaLiga cuatro años después: ahora sí, empieza una nueva era
Sólo quedan seis supervivientes del último título liguero.
Las generaciones culés más mayores repitieron hasta la saciedad a los seguidores más jóvenes que aquello no era normal. Miles de niños y adolescentes del Barça crecieron en el que fue el sueño más largo y bonito de la historia del club. Pero para poder ser contada, toda historia debe tener un final. Y el fútbol se empeñó en ir avisando al Barcelona de que la suya estaba terminando. Aletargó el fin el mejor ilusionista de todos los tiempos, Leo Messi.
El Barça convirtió ser el mejor en el día a día en una rutina. No ganar LaLiga era en un accidente. Porque tenía al mejor resolviendo problemas, fuera con asistencias encantadas o reinventándose como un magnífico lanzador de faltas. La 22/23 será la primera Liga sin Messi, también la primera en los últimos cuatro años. Los tiempos cambian, a pesar de que el Barcelona sigue mirando con los ojos de antaño a su amor platónico.
Sólo quedan seis supervivientes del Barça de Ernesto Valverde que levantó LaLiga en 2019. Son Ter Stegen, Iñaki Peña, Jordi Alba, Sergi Roberto, Sergio Busquets y Ousmane Dembélé. Al Barcelona le ha hecho falta caer para volver a disfrutar de la victoria. Durante las últimas semanas, Xavi ha insistido en dar valor a la situación en Liga del equipo. Pocas personas entienden la sensibilidad barcelonista mejor que él.
¿Qué ha cambiado del Barça 18/19?
Aquel Barça de Valverde terminó LaLiga con 87 puntos, cifra que podría superar cómodamente el de Xavi. El dominio de las áreas es una de sus grandes diferencias. El conjunto del Txingurri anotó 90 goles y recibió 36, cifras bien distintas a los 64 anotados y 13 permitidos del actual conjunto blaugrana. Si los de Valverde lideraron la tabla desde la jornada 14, los de Xavi lo han hecho desde una antes, la 13.
Uno de los partidos más recordados de aquella temporada fue la manita que los culés le endosaron al Real Madrid. El Barcelona que le metió un 5-1 a los blancos formó con Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Busquets, Rakitic, Arthur; Coutinho, Luis Suárez y Rafinha. Aquel día no jugó Messi. Los nombres de los titulares suenan a lejano, en forma de eco.
La 18/19 fue la primera temporada sin Andrés Iniesta en el Barça. El centrocampista se despidió a las puertas del verano de 2018 con una majestuosa actuación en la final de Copa del Rey ante el Sevilla. Para Xavi fue su último curso como futbolista profesional, ya en Al Sadd. Respecto a sus herederos, Pedri fichó por las inferiores de Las Palmas poco antes de la final de Copa mencionada. Gavi tenía 14 años.
Comienza la vida después de Messi
Cada culé ha vivido su proceso de duelo tras la salida del argentino. Muchos de ellos celebraron el Mundial de Argentina como propio, los mismos que rezan por su Last Dance como blaugrana. El futuro no engañaba, cualquiera preveía que el vacío de Messi complicaría ganar con la misma frecuencia. El trampolín se partió. Las palancas recortaron la distancia.
El método de Laporta para devolver el Barça a la élite es arriesgado. LaLiga es el primero de los retornos que el club debe hacer. Pidió Xavi una plantilla competitiva y el presidente se la entregó: con las inversiones por Lewandowski, Raphinha o Koundé y los esfuerzos por Kessié o Christensen. El camino lo marcó la estrella del cruyffismo, la que Laporta siempre defendió en forma y fondo. La hoja de ruta la escribieron Jordi Cruyff y Mateu Alemany. La dupla no repetirá la próxima temporada.
El balón a los centrocampistas
El último Barça de Valverde vistió con un 4-4-2 que descolgaba a Messi y Luis Suárez. Desde entonces, las formas han ido cambiando. Ronald Koeman probó con el 4-2-3-1, el clásico 4-3-3 y hasta esquemas con tres centrales para protegerse. Xavi ya ha dado con el suyo. El cambio a mitad de temporada y la apuesta por el 3-4-3 ha coincidido, y no por casualidad, con las mejores propuestas futbolísticas del equipo.
Al final, el remedio al adiós de Messi -que podría terminar siendo su regreso- fue invertir en el conjunto. La final de la Supercopa contra el Madrid es el mejor de los ejemplos de que el cuadrado es que hace girar el esférico. De Jong ha encontrado su mejor versión, soltándose en salida y pudiendo conducir, y le ha dado oxígeno a Busquets, que se despedirá del Barça con un título y en lo más alto. Por delante, Pedri se ha destapado como uno de los mejores generadores del panorama europeo y Gavi ha activado al equipo en presión. Pocos futbolistas le mejoran a la hora de robar.
El Barça 22/23 estaba pensado para crecer a partir del 4-3-3, de ahí la cantidad de delanteros que componía la plantilla. Pero Xavi, priorizando juego y resultados a reparto de minutos, entendió que las alas de Balde, una de las revelaciones a nivel mundial esta temporada, permitían restar un delantero para sumar el cuarto centrocampista.
Y es precisamente la gestión del extremo derecho uno de los termómetros de la mano de Xavi. Es en esa parcela donde ha potenciado la figura de Dembélé, en quien confió desde su primer día como técnico del Barça. Raphinha cerrará una temporada notable, habiendo sido un futbolista importante cuando el francés no ha estado.
Cambio de jerarquías
Los futbolistas han ido pasando y el Barcelona ha ido identificando a sus nuevos jerarcas. Tanto en el vestuario como dentro del campo. En el área propia, Ter Stegen ha recuperado su mejor nivel, Ronald Araujo se ha convertido en uno de los mejores centrales del mundo y Christensen es uno de los grandes fichajes del club de los últimos años. El adiós de Piqué a media temporada fue imperceptible.
Unos metros más adelante, Lewandowski ha ocupado el trono que dejó vacío Luis Suárez. Con el Pichichi aún por certificar, su primera temporada es positiva. Tuvo un tramo de bajón tras el Mundial, pero fue sumando puntos en Liga a principio de campaña, cuando el equipo maduraba lentamente su fútbol.
Los primeros meses de Xavi mostraron un cambio de rumbo. Su primer curso entero, el inicio de una nueva era. En Liga, el Barça fue el mejor equipo de largo. Europa todavía queda lejos. Aunque, históricamente, es importante resaltar que el Barcelona mostró versiones competitivas en la Champions únicamente cuando se sintió el mejor equipo en el día a día. Es la primera Liga de Xavi, su primer gran título. Como también lo es para los Pedri, Balde o Gavi.