Camavinga: con sitio pero sin posición
El centrocampista francés salió de titular contra el Leipzig tras cuatro choques seguidos partiendo desde el banquillo, y tampoco brilló como interior.
Eduardo Camavinga cuenta 19 años y uno de los futuros más prometedores del mundo del fútbol. El curso pasado demostró lo que hay que tener para triunfar en el Real Madrid; de hecho ya triunfó. Cambió el destino de la Champions en tres eliminatorias imborrables. Superó a PSG, Chelsea y City con ligereza. Un derroche de físico, calidad y carácter, tan natural. Camavinga lo tiene todo, menos la posición.
Este año está siendo distinto. Llegó otro jovencito francés cerca de su puesto y ya es titular indiscutible. Camavinga no recibe los mismos focos, aunque nadie discute ni su presente ni su potencial. Ha jugado en todos los partidos de esta temporada, tanto en Liga como en Champions. Un total de 17, en los que fue suplente en once y titular en seis. Camavinga tiene sitio en una de las plantillas más exitosas del Real Madrid reciente.
La posición de Camavinga: pivote o interior
El problema está en la posición. Ancelotti lo explicó así el 4 de octubre, en la rueda de prensa previa al partido en el Bernabéu contra el Shakhtar: "Cuando empieza el partido, Camavinga puede tener un problema posicional. Y cuando el partido está más abierto se encuentra mejor. Es un problema de la edad. Tiene que acumular experiencia y conocer el entorno. Este es el aspecto que tiene que mejorar y lo va a mejorar".
El centrocampista francés aún no ha encontrado su posición en el once. Ni interior ni pivote. Ancelotti le ubica como reemplazo de Modric o Kroos en sus partidos de titular, y hasta el momento no luce. Este martes contra el Leipzig perdió doce balones y solo mejoró en algún tramo de la segunda mitad. El francés ocupó en Alemania posiciones del Modric más adelantado, como un interior muy conectado con el ataque.
Durante su etapa en el Rennes, Camavinga arrancó en un sistema de tres centrales jugando de único pivote. Después pasó al doble pivote, y en su último año en Francia acabó de interior, justo en el curso más discreto. El centrocampista francés tiene talento para iniciar la posesión desde la posición de pivote, pero aún pierde muchos balones. Y Tchouameni ya es un seguro en esa demarcación. A Ancelotti no le preocupan en exceso las vueltas de Camavinga con la posición: "Es un jugador con una calidad extraordinaria con balón y sin él. Le falta experiencia. Tiene 19 años y lo que le está pasando es bastante normal", comentó también.
Segundas partes siempre fueron buenas
El Camavinga más atrapante resultó siempre en las segundas partes. Y en los momentos más decisivos de cada partido. Su vitamina extra le dio al Madrid de la temporada pasada alas de sobra para imponerse a todo: al cansancio, los nervios y hasta al cronómetro. El francés fue el arma secreta junto a Rodrygo.
Las segundas partes son su contexto ideal. En las segundas partes no hay posiciones. Los jugadores se desordenan, hay muchos más espacios y aparece Camavinga con su zancada, para conducir a la contra o para cortar las fugas de los contrarios. El francés es tan joven que no tiene ni por qué elegir su posición. Como dice Ancelotti, que habla como si jugara al ajedrez, solo es un problema de experiencia. Por ahora Camavinga puede seguir especializándose en las segundas partes, como los 20 minutos del final en los que salía Guti.