El "bajito" Bryan Zaragoza al que no quisieron en el Betis y que Múnich alejó de Sevilla: "Con confianza es diferencial"
Bryan Zaragoza ha recuperado su mejor versión en Osasuna, tras los meses complicados que pasó en el Bayern de Tuchel.
Bryan Zaragoza ha recuperado la vitalidad en Osasuna. Tras unos meses complicados en el Bayern Múnich, el extremo tenía claro que su regreso a LaLiga era necesario para volver al candelero. Sus diabluras con el equipo rojillo y la nueva llamada de Luis de la Fuente con la Selección certifican lo acertada de la decisión. Y este lunes llega al Ramón Sánchez-Pizjuán, con ganas de acreditar ese fútbol que le hizo ganarse en el pasado un sitio en los informes de los técnicos del Sevilla, aunque no sólo esa es su única vinculación con la capital hispalense.
Su relación con Sevilla viene de lejos. En su etapa juvenil, cuando no encontraba sitio en los equipos de su Málaga natal, ya estuvo a prueba en el Betis. "Había un problema de plazas en la residencia", justifican voces de aquellos días del club verdiblanco para excusar que se escapara un jugador diferencial. "También era muy bajito y eso generó dudas", cuenta otro exempleado bético con una versión que se acerca más a la realidad. De hecho, el malagueño también fue rechazado en el Valladolid, donde también estuvo a prueba, o en el CD Tiro Pichón, el equipo donde despuntó. "Era juvenil de primer año en el Tiro Pichón y me dijeron que no podía jugar porque no tenía ni el cuerpo ni la fuerza suficiente", recordó Bryan, que dio un paso atrás para jugar en el Conejitos, otro modesto equipo de la capital malagueña con Miguel Ángel González al mando, el entrenador que siempre confió en su potencial y que lo rescató para el fútbol.
El sueño de ser futbolista seguía vigente. Ni su familia, que lo acompañó siempre por media España, ni Bryan perdieron la fe. Ni la tristeza que lo invadió tras la decisión del club de toda su vida le cambió su forma de ver la vida. Su fútbol de la calle sí era distinto, aunque no despertase la atención en aquellos momentos de los grandes. Menos lo dudaron en el Granada, que lo captó para su filial después de que el Betis diera marcha atrás. En la capital nazarí no dudaron de la calidad de Bryan y aceleraron en cuanto se puso a tiro. Era un diamante que sólo necesitaba aprender a desarrollar su calidad individual con el colectivo. 2023 fue su año de despegue. Si su debut con el Granada se produjo en 2021 de la mano de Robert Moreno, de manera testimonial en una ronda copera, sería el año siguiente cuando Aitor Karanka sí ya le dio vuelo en el primer equipo, una cuestión que se agrandaría con Paco López.
Con el técnico valenciano ya sí llegaría su mejor versión. Su espectacular final de temporada, con ascenso incluido, le valió para renovar su contrato, cuando ya tenía un sitio en las carpetas de equipos como el Betis o el Sevilla. La elevación de la cláusula de rescisión espantó a los clubes, aunque el seguimiento sevillista sí se hizo más intenso semanas después. "No recibimos llamadas preguntando por las condiciones", dice su agente, Manu Sánchez, que sí escuchó esos comentarios que hablaban del fuerte interés del Sevilla. Incluso en el Betis se había manejado el verano anterior como una alternativa a Abde, por quien finalmente apostó Ramón Planes. Las dudas del conjunto hispalense coincidieron con la renovación de Bryan en Granada y su despegue definitivo tras el ascenso a Primera.
Una exhibición ante el Barcelona en Los Cármenes lo puso en el radar de los grandes. Y de la Selección. Luis de la Fuente lo convocó de inmediato y de nuevo Sevilla se cruzó en su camino. En La Cartuja, rodeado de los suyos, se produjo su debut. "Sabíamos que con confianza es un jugador diferencial. Aquí se la han dado. Con los jóvenes hay que actuar así, mira el Barcelona", señala su representante. Meses después apareció el Bayern Múnich para poner encima de la mesa ese dinero que era imposible para los equipos sevillanos.
Pero en la Bundesliga no le fueron las cosas como esperaba. "Nada más llegar Bryan a Múnich, el club le comunicó a Tuchel que no continuaría. Eso fue clave. Bryan era una apuesta del club y yo creo que el entrenador no lo utilizó para fastidiar. Estaba enfadado", cuentan en el entorno del futbolista malagueño. "Fue extraño, nos habíamos reunido con Tuchel y nos dijo que lo veía jugando en la banda o por detrás del punta", señala su agente, que buscó una solución el pasado verano para que Bryan volviera a sonreír.
"Está encantado en Osasuna", cuentan en el entorno de Bryan Zaragoza. En Pamplona ha recuperado esa vitola de titular. Braulio Vázquez, director deportivo de Osasuna, lo tenía claro al buscar un extremo con desborde, que, además, permitiera liberar a Aimar Oroz. El mercado le puso por delante la opción del malagueño y rápidamente cerró su préstamo por 250.000 euros. Hasta final de temporada, que por la mente del malagueño no pasa otra cosa que seguir disfrutando de Osasuna. "Menos mal que vine", cuenta en Pamplona que le dijo Bryan a Braulio. El tiempo dirá después dónde lleva a Bryan, que al menos ha pasado página de sus malos días en Múnich. Así lo comprobó Luis de la Fuente, que de nuevo lo incluyó en las convocatorias de la Selección. De su debut en La Cartuja a jugar ante Suiza en Tenerife, con gol incluido. "La selección es ahora un equipo top, pero con confianza podía volver", señala Manu Sánchez.
Ese "bajito" que hace diabluras con la pelota vuelve a Sevilla, una ciudad que siempre aparece en su imaginario futbolístico. Rodeado de los suyos, que lo acompañará en el Sánchez-Pizjuán, y con ganas de seguir reivindicando que el fútbol de la calle tiene a su mejor representante en el Osasuna. "Es una pena que jugadores como él tengan poca cabida en LaLiga", asegura su agente apuntando a las dificultades económicas del fútbol español. Pero, de momento, en Pamplona sí disfrutan de Bryan Zaragoza.