De británico a británico en Las Palmas, Samways se refleja en McBurnie: "Es aguerrido y disfrutará de la vida en Gran Canaria, como yo"

En pleno descanso en Marbella, con el rostro teñido de ese característico tono rosado de todo británico que se enfrenta sin piedad y con mucho after-sun al solajero de Maspalomas o Las Canteras, Vinny Samways atiende a Relevo. Su sonrisa, muy amigable, refleja tanto el presente como el peso de un pasado glorioso. Seis temporadas en la UD Las Palmas es para considerarlo más que un simple expatriado: es un hijo adoptivo de la isla que dejó su huella tanto en el césped como en los corazones de los aficionados.

Hoy, observa desde la distancia cómo otro compatriota, Oliver McBurnie, busca forjar su propio camino en suelo canarión. Ambos jugadores, caracterizados por su sangre caliente y temperamento combativo, han demostrado que, aunque nacidos en la fría bruma del Reino Unido, pueden adaptarse y florecer bajo el cálido sol del Atlántico.

Las circunstancias que los llevaron a la isla fueron muy diferentes: Vinny llegó en una era donde el fútbol era más romántico y menos comercial, cuando el aroma a papas arrugadas y calamares fritos inundaba el Estadio Insular. McBurnie, por su parte, aterriza en un contexto mucho más moderno y exigente, en una Las Palmas que navega las procelosas aguas de la Primera División, de momento con cinco temporadas en la élite en los últimos diez años.

Samways, que nunca ha tenido pelos en la lengua, predice el futuro de Oli, quien hasta ahora ha jugado los cuatro partidos oficiales de titular -empates en la isla ante Sevilla y Real Madrid, y derrotas fuera de casa ante Leganés y Alavés- y ha repartido dos asistencias. "La verdad es que estoy convencido de que triunfará y disfrutará de la vida en Gran Canaria, como lo hice yo. Solo ha pasado un mes desde el inicio de la competición y ya los aficionados le han tomado mucho cariño. Tiene carisma, y la gente de la isla es increíblemente acogedora. El clima es incomparable y la comida, una delicia", comenta 'El Guiri', quien parece estar reviviendo su propio amor por la isla mientras habla.

El fichaje de McBurnie no fue solo una decisión táctica, sino una necesidad imperiosa para un equipo que venía de una temporada que rozó lo tragicómico en términos de "meter la pelotita". Marc Cardona, cuyo papel era residual -solo seis partidos como titular y 20 como suplente en Liga-, fue el máximo anotador de la delantera, con cuatro goles. Kirian tiró del carro con seis meritorios tantos, Sandro y Munir, este último el favorito de Pimienta, aportaron empeño y trabajo, pero solo sumaron tres goles, mientras que Sory Kaba quedó como una sombra de lo que se esperaba para la millonada -más de dos millones de euros- que pagaron por él.

Desde el 2-0 contra el Valencia en febrero, Las Palmas no ha celebrado una victoria. El club, desesperado por romper esa sequía goleadora, vio en McBurnie una especie de salvador. Con casi 150 partidos disputados en la Premier League y Championship, y 21 goles en las dos últimas temporadas con el Sheffield United, McFlurry, como lo apodan cariñosamente, trae consigo algo más que experiencia."Oli es un jugador con carácter indomable, de esos que no se rinden nunca. Su estilo aguerrido, que me recuerda a mí, encaja perfectamente en Las Palmas. Estoy seguro de que entenderá la historia del club y se adaptará rápidamente, ya lo estamos viendo", señala Samways.

De cara al partido de este fin de semana en Gran Canaria contra el Athletic Club -el equipo vasco con dos puntos más en la clasificación-, Vinny no se puede resistir, antes, a recordar el 0-3 de octubre del año 2000 en San Mamés, donde la UD Las Palmas de Sergio Kresic salió ovacionada: "Ese día metimos un golazo… Recuerdo que la catedral del fútbol se puso de pie, se rindieron a nosotros. Son un gran club y siempre son un rival complicado, ahora muy físico como los hermanos Williams, tienen un porterazo… Son un equipazo, sí, pero creo que Oli tiene muchas opciones de anotar y estrenarse en Liga", asiente.

Luis Carrión, el nuevo timonel de la nave amarilla tras la salida de García Pimienta, ha implementado un estilo más vertical y directo, un cambio que, según Samways, beneficiará a McBurnie. "He visto los partidos de Las Palmas y me gusta el enfoque de Carrión. Es más ofensivo, más rápido, y eso le va a venir bien a McBurnie", asegura. El exjugador británico no se preocupa por ofrecer consejos al delantero: "Oli no necesita que le diga cómo manejarse. Tiene la experiencia suficiente para entender lo que requiere cada partido".

McBurnie ya ha dejado su huella en este inicio liguero, apoyado por un juego físico y aéreo de notable alto, incluso sobresaliente. De hecho, el delantero es uno de los jugadores con mayor porcentaje de balones aéreos ganados, lo que evidencia su capacidad para imponerse en las alturas y complicar a las defensas rivales. "Baja hasta la nevera más pesada", entonan varios aficionados amarillos en redes sociales.

El futuro de Las Palmas, no obstante, no solo depende de los fichajes como McBurnie, sino también del talento joven que emerge en la cantera. Alberto Moleiro, el joven prodigio, es una de las promesas más grandes de Primera, y Samways no duda de su potencial: "Este es su año. Tiene el talento para jugar en la Premier League, no me cabe duda. Pero por ahora, es mejor que iga aquí, que juegue cada semana y disfrute de su momento".

Arabia Saudí, como bien adelantó Relevo, ya tentó a Moleiro hace escasas semanas. Una oferta suculenta que, en ningún caso, llegó a convencer a la joya isleña. "Quiero triunfar aquí, en mi casa, en el equipo que me dio la oportunidad de debutar profesionalmente", remarca el jugón siempre que le sacan el tema en rueda de prensa.

Samways, al recordar su etapa en Gran Canaria, habla con cariño y añoranza. El ascenso a Primera, en el año 2000, es un recuerdo que permanece vivo en su memoria, uno de esos momentos que, como las grandes victorias de la vida, nunca se desvanecen. "Aún hablo con Víctor Afonso y Paquito. Fueron momentos inolvidables", confiesa.

Aunque ahora disfruta de la tranquilidad familiar, Samways sigue sintiendo la atracción del fútbol, como si el balón fuera una extensión de su ser. "Echo de menos la rutina diaria de los entrenamientos y la emoción de los partidos. Pero ahora, el tiempo con mi familia es lo que más valoro", concluye, cerrando un capítulo de su vida, pero dejando la puerta entreabierta para futuras aventuras.