FC BARCELONA

El Barça que Deco tiene en su cabeza: retoques, estrategia… y obsesión con las edades

El exjugador formará finalmente dupla con Mateu Alemany tras la marcha atrás del director de fútbol y la salida de Jordi Cruyff.

Deco, durante una intervención en un programa de televisión./AFP
Deco, durante una intervención en un programa de televisión. AFP
Hugo Cerezo

Hugo Cerezo

Deco llegó a Barcelona la semana pasada para explorar la opción de ser el sustituto de Mateu Alemany, requerido por Joan Laporta, preparado y listo ya para asumir el reto más grande de su trayectoria como ejecutivo del fútbol. El cambio de escenario con la marcha atrás de Alemany desembocará en que formará dupla con Mateu, sustituyendo así a Jordi Cruyff. Más allá de las suspicacias por el hecho de que aún es el agente de Raphinha y estaba intermediando en la operación de Vitor Roque, con lo ello conlleva de de intereses contrapuestos si no se resuelve como debe antes de que dé el paso a ingresar en el club, el ex jugador, y ex compañero de Xavi en el Barça de Rijkaard tiene un Barça en su cabeza. Con fichajes, estrategia de medio plazo… y paciencia. Como cuando quemaba el balón y buscaban al '20' azulgrana.

Sin irnos de aquel 2004 en el que aterrizó en Barcelona de la mano de Mendes (con el que se sumergió en la representación al retirarse pero del que se separó tiempo después), el planteamiento es similar. Se trata de consolidar aquel cuadro de Rijkaard para dar el salto a la Champions. El holandés llegó para la 03-04, primer año en blanco pero de crecimiento (como Xavi en la 21-22), ganó la liga en su segundo curso (se repite el paralelismo con el Barça actual) y levantó la Champions en el tercero. Deco firmó en 2004.

Para ello y dependiendo de lo que suceda con Messi, en principio no varía lo que hay en su cabeza, esa que decodificaba el fútbol de un Barça triomfant y que ahora debe hacerlo desde el mercado. En cuanto a nombres propios, Aubameyang, Vitor Roque… y Neves. En el caso de Auba, la relación viene de mucho tiempo atrás y Deco ya colaboró en su fichaje en enero de 2022. Entiende que es un fichaje para un año, rendimiento inmediato, goles e incluso la polivalencia de poder jugar arrancando desde la banda. Convencidísimo del retorno del gabonés.

Vitor Roque celebra un gol. AFP
Vitor Roque celebra un gol. AFP

Sobre Vitor Roque lo ve como una apuesta de futuro que cuanto antes se cierre mejor. Uno de esos talentos que no se pueden escapar, como hizo el Madrid con Vinicius, Rodrygo y Endrick. Aunque se tenga que quedar un año más en Brasil para que pueda encajar el traspaso en esas cuentas tan ajustadas que se manejan en Can Barça. Con el miedo a que la Premier llegue con las libras y se lo lleve ya. Dependerá de lo que aguante el chico y su agente, André Cury, otro amigo de Deco y viejo conocido del mundo Barça.

En cuanto a Neves, Deco se desmarca, en tanto en cuanto es una operación iniciada por Mendes previa a su más que probable llegada (hilo directo con Laporta) y que cuenta en la ecuación con un Ansu Fati cuyo futuro no se puede asegurar que sea azulgrana, más allá de sus deseos de continuar en el club de su vida. Busquets necesita un sustituto y llegará una pieza, independientemente de que Eric García cuente más como '5' que como central.

Le preocupa el lateral derecho, donde el Barça sigue sin contar con un titularísimo específico del carril diestro. A Koundé no le acaba de cerrar ser un fijo ahí, está Araujo, el mexicano que llegó en enero de los Galaxy… Se estudiará. Y poco más en el capítulo de entradas, con o sin Messi, porque el resto de la plantilla está construido y es ganador en España, pero le falta ese punto de cocción y competitividad para pelear en Europa.

El caso de Messi también le excede. Deco fue uno de sus padrinos en el vestuario cuando Leo llegó siendo casi un adolescente y junto con Ronaldinho le acunaron. Hay vínculo, pero esta operación va por otros caminos. Y en lo deportivo, será guinda o no será de la plantilla actual. No hay dinero ni planteamiento para ir a por un súperclase en caso de que Messi no regrese a Barcelona. 

Leo Messi durante su último partido con el PSG. AFP
Leo Messi durante su último partido con el PSG. AFP

Las bajas son obligadas. Hay que hacer hueco. Y ahí la patata caliente será la de precisamente su jugador, Raphinha, que llegó hace un año y tiene cartel como para ser traspasado. Otra cosa es lo que opine Xavi y el propio Deco, que deberá dejar su cartera antes de ingresar en el Barça. Porque el resto de jugadores que puedan dejar dinero en caja seguramente no querrá salir, como sucedió con De Jong el curso pasado. Ahí se verá exigido. Igual que con encontrar salida al pelotón de cedidos que regresa: Dest, Umtiti, Lenglet, Nico, Collado y un Abde que pinta a continuar aunque tampoco se puede dar por seguro.

Al brasileño de nacionalidad portuguesa le obsesiona que el corazón competitivo del equipo se sitúe en la franja entre los 23 y los 30. Cree que esas edades son las que marcan el devenir competitivo y ganador de un equipo. Aunque en las últimas dos décadas estamos más acostumbrados a jugadores veteranos, el Barça durante años se juntó con muy jóvenes y muy mayores. El foco está en esa segunda parte de los 20, donde hay más hambre y más piernas.

Y que los jugadores necesitan su barbecho. Él vivió desde dentro cómo Xavi e Iniesta explotaron. Pero no lo hicieron como Gavi y Xavi, sin llegar siquiera a los 20. El hoy entrenador del Barça tenía 23-24 años cuando emergió en el Barça de Rijkaard. El manchego aparecía con fuerza en esos dos años triunfales, pero ni siquiera fue titular en París. Y tenía 22.

Estrategia

Aquí Deco lo tiene claro. El filial es un banco de pruebas para ir preparando sustitutos para los huecos que se vayan abriendo en el primer equipo. Detectar que si en unos años se va a necesitar un '2', fichar un talento y rodarlo en el B para que llegado el momento la cantera ofrezca una opción. En esa captación el club no debe tener problema, chavales de 18 años que por todo el mundo quieren jugar en el Barça. Tanto los que vienen de abajo como los que se puedan fichar. Pablo Torre es un ejemplo, aunque cabe preguntarse si era necesario un jugador de ese perfil con todo lo que tiene por delante el cántabro.

Del mismo modo que en las renovaciones hay que ancitiparse, fidelizar al jugador con años de antelación, no esperar a que entre en penúltimo año de contrato. Si se cree en el futbolista para muchos años, que se vea refrendada la apuesta por parte del club. Balde acaba en 2024. Pedri y Araujo en 2026. Por aquí van los tiros.

Según informó la Cadena Ser ya se reunió con Xavi, con el que se conoce a la perfección tras cuatro años compartiendo vestuario. A sus 45 años, Deco se ve listo para asumir este reto (¿qué pasará con Jordi Cruyff?). A pesar de que la situación económica del Barça le limitará el trabajo y que se viven tiempos de incertidumbre en lo institucional. Pero está acostumbrado. Porque cuando quemaba la pelota, ya buscaban al '20'.