FC BARCELONA - ATLÉTICO DE MADRID

Una línea difusa sitúa ahora a la plantilla del Atlético de Madrid por encima de la del Barça de Flick

En los de Simeone hay muy poca distancia entre titulares y suplentes. Son el conjunto de LaLiga que más rédito saca de sus cambios. El Barça, condicionado por las lesiones.

El Atlético celebra un gol ante el Getafe. /EP
El Atlético celebra un gol ante el Getafe. EP
Albert Blaya

Albert Blaya

Lo que ayer nos parecía corto, incluso inoperante, hoy nos parece mejor. Así son las reglas del fútbol, únicamente basadas en el estímulo más reciente, que al final es lo que condiciona cualquier opinión. Pero no tanto el análisis, que tendría que tener una mirada más honda para poder sortear la trampa que suponen los resultados en el fútbol. Que algo salga bien no significa que vuelva a salir bien. Y así, el Atlético de Madrid, que arrancó con dudas y sin energía este curso, llega a la Navidad con la sensación de que le sobra lo que no tenía y que la plantilla del Barça, inalcanzable en octubre, es ahora mucho más alcanzable.

En la jornada 12 de LaLiga, el Barça sumaba 33 puntos por los 23 de los rojiblancos. Tras seis jornadas (una más el Barça que el Atlético), los de Flick suman los mismos puntos que los colchoneros en la tabla clasificatoria. "Shit november", dijo Hansi en rueda de prensa para referirse a la racha de su equipo en este infausto mes. El Atlético de Simeone lleva sin perder desde el 27 de octubre. De hecho, ganándolo absolutamente todo desde aquel partido ante el Betis. "Mágico noviembre", diría el Cholo. En ese contraste viven ambos equipos. ¿Quién tiene mejor plantilla?

Escasez de plantilla ante mucha profundidad

Si analizamos los datos en Liga hay una realidad incontestable. Simeone ha usado a 18 jugadores dentro de la barrera de los 600 minutos, es decir, casi dos equipos, un dato que ya señala la enorme profundidad de plantilla de los colchoneros. Flick, por su parte, solo ha podido hacerlo con 11 futbolistas. Solo cuatro suman más de 1.200 minutos en el Atleti; 10 en el FC Barcelona. Se podría decir que el FC Barcelona es el equipo con mejor once inicial, el que puede jugar mejor si exprime a quien tiene, pero el Atleti tiene más capacidad para cambiar guiones y apretar las tuercas en los tramos finales.

De los 30 goles anotados (sin contar penaltis), 14 han llegado a partir del minuto 65. El Atlético de Madrid encuentra en los cambios un abono para multiplicar su peligro, con futbolistas tan diferentes entre sí como Ángel Correa o Alexander Sorloth, mejores cuando salen apremiados que cuando tienen tantos minutos por demostrar. También Nahuel Molina (firmó la asistencia en la última victoria del Atleti) o Samu Lino son futbolistas capaces de cambiar el discurso, desde la profundidad (Nahuel) y el desborde (Lino). Esta temporada, el Atleti ha marcado siete goles más (18 vs 11) desde el banquillo que el Barça, con Julián (5), Correa (5) y Sorloth (4) como máximos exponentes. Los del Barça, cuatro de los 11 son en dos partidos que ya estaban ganados: Mallorca y Sevilla, con tantos de Torre, Pau Víctor y De Jong. La distancia es importante.

La renovación forzada del Atlético

Mientras el Barça encontró una identidad muy rápido, quizás demasiado, a Simeone le llevó tiempo ser reconocible, generando en el ambiente la afirmación de que lo que tenía no era suficiente. Y lo cierto es que puede que sea verdad. Lenglet titular, pasando del destierro al escaparate, Galán no contaba y es inamovible. El mérito de saber potenciar y generar contextos favorables para engordar una plantilla a priori más delgada hasta el punto de que titularísimos como Koke o Lino ya no lo son. Todos enchufados, hasta convertir las dudas en pasión. Esto siempre fue Simeone.

Flikc ha sabido sacar oro muy temprano, inundando al culer en un sueño alocado, de victorias y gloria temprana. La plantilla, sin poder contar todavía a su nivel habitual con jugadores como De Jong, Gavi o Araújo, titularísimos siempre, adolece de profundidad y recursos para jugar a distintos ritmos, y con solo Ferran Torres como cambio útil (recientemente) arriba, la delantera vive únicamente atada a lo que hagan sus titulares, sin mayor desborde que el que Lamine imagina. Sin él, la plantilla deberá dar un paso hacia delante para acortar la distancia impuesta entre titulares y suplentes, una barrera difusa en el Atlético de Madrid y una de demasiado marcada en el Barça.