GIRONA 1 - BARCELONA 4

¿Por qué el árbitro y el VAR anularon el penalti por mano de Iñigo Martínez?

El central bloqueó un despeje involuntario de Balde que podía ir en dirección portería. De primeras, sí se señalizó pena máxima.

La mano de Iñigo Martínez./
La mano de Iñigo Martínez.
Jonás Pérez
Daniel Domínguez

Jonás Pérez y Daniel Domínguez

La polémica está servida tras una decisión dudosa de Muñiz Ruiz, escoltado por Pizarro Gómez desde el VAR en la primera mitad del encuentro entre el Girona y el Barcelona en Montilivi. Un envío desde el costado izquierdo lo intentó rematar Bryan Gil, golpeó en Balde y acabó chocando contra la mano completamente extendida de Iñigo Martínez. En primera instancia, el colegiado señaló pena máxima y todo apuntaba a que se iba a tirar. Si hasta Abel Ruiz colocó el esférico en el punto de penalti...

Desde el VAR debieron tener dudas sobre si era suficiente o no para indicar el camino a los once metros, ya que se demoraron en exceso a la hora de avisar al colegiado de su posible error. Pizarro Gómez finalmente llamó a filas a Muñiz Ruiz, ya entrados en el tiempo de descuento en la primera mitad. El árbitro de campo, tras unos segundos de apreciación, corrigió su decisión inicial y le dio el balón al Barcelona, ante la incredulidad del Girona.

Otros dos matices importantes a tener en cuenta es que la posición de Iñigo Martínez no es natural y tiene extendidos los brazos, incurriendo en una temeridad, aunque estuviera de espaldas a la acción y no pudiera evitar que el balón chocase contra su extremidad. Por otro lado, es clave en la resolución final que el balón no llega de Bryan Gil, sino de su propio compañero Balde.

También conviene recalcar que el despeje de Balde blocado con la mano por su compañero va en dirección a portería, pero probablemente no entre los tres palos y que, a priori, no parece tener la suficiente potencia como para incomodar a Ter Stegen. Es decir, que la mano de Iñigo Martínez no evita una acción clara y manifiesta de gol, aunque eso no tendría por qué salvarle.

La circular arbitral pone algo más de luz sobre la decisión de Muñiz Ruiz. No se considerará infracción aquella mano procedente de un despeje de un compañero de equipo. Concretamente, el reglamento marca lo siguiente: "Si el balón proviene directamente del despeje del compañero y el balón llega inesperadamente a otro defensor, impactándole en la mano o brazo".

En este caso, Muñiz Ruiz y Pizarro Gómez sobreentienden que es imposible que Iñigo Martínez anticipe el movimiento de su compañero y evite tocar el balón con la mano. Sin embargo, algunos aficionados consideran que lo que hace el ex del Athletic es bloquear una pelota que va dirección a puerta. Desde el VAR, le indican: "Te voy a recomendar una revisión para que veas que la mano de Iñigo Martínez viene de su compañero Balde". En cuanto llega a la pantalla, el colegiado lo tiene claro: "El brazo está muy abierto. Dame en otra dirección, pero sí que se ve claro". Aunque corrige de inmediato: "No necesito más, lo veo claro. Brazo abierto, despeje de compañero hacia la mano a la altura del hombro. Perfecto, anulo el penalti".

Además, al no tratarse de un despeje voluntario, sino de una especie de rebote, debería haber sido penalizado. Esta vez, con la intervención del VAR, el Barcelona se libró de un castigo que hubiera igualado considerablemente el encuentro. El gol de Dani Olmo nada más arrancar el segundo tiempo, dejó el partido visto para sentencia.