ATLÉTICO DE MADRID

¿Por qué Antoine Griezmann está siendo el mejor jugador de LaLiga?

El francés ya suma 13 goles y 12 asistencias y su estado de forma ha cambiado por completo la cara a los de Simeone.

Antoine Griezmann celebrando uno de sus goles ante el Cádiz. /AFP
Antoine Griezmann celebrando uno de sus goles ante el Cádiz. AFP
Albert Blaya

Albert Blaya

Hace ya tiempo que Antoine Griezmann dejó de concebir el fútbol solo como un deporte, barnizando su juego con unas capas de profundidad a la que muy pocos futbolistas han llegado. Ver jugar al francés es leer un libro con infinitas notas a pie de página o ver una película con saltos temporales y narrativos constantes. Una vanguardia lúdica, casi infinita, de fútbol y pensamiento que decide partidos y cambia rumbos. No ha habido mejor jugador este curso que el francés en LaLiga.

Griezmann siempre ha sido un futbolista difícil de etiquetar, y como todo lo que no podemos encajonar de forma sencilla, resulta más complejo verle el brillo. Atisbar aquello que le hace valioso. Escribía hace poco Alejandro Arroyo en Panenka un artículo muy interesante acerca de qué pasaría si elimiásemos la mejor virtud de los muy buenos para subrayar el poder de esa segunda virtud, una que no esconde prejuicios ni genera odio. Pensé en Griezmann y no encontré nada, no porque no haya, sino por abundancia. Porque su virtud, por encima de cualquier otra, es que juega y hace jugar. ¿Cómo se elimina esto?

Desde el Mundial, Griezmann ha sido el mejor a una distancia relevante del segundo. No solo ha sido el atacante que ha producido más goles (0,92 por encuentro), sino que también el que más presiones ha ganado (4,5, números de mediocentro) y el que más progresiones ha regalado a su equipo (más de 6,4 por partido). Su obsesión por incidir en cada apartado como si le perteneciesen todos le convierte en un jugador renacentista; no hay apartado que no domine, como si todos le fuesen naturales. Y desde su sapiencia y talento abundante, el Atlético se rodea y crece.

A sus 32 años y tras un Mundial que le permitió ser centrocampista en un equipo de delanteros, Griezmann parece haber llegado a otra esfera. Y Simeone, que ha sido su gran valedor incluso cuando muchos dudaban, parece entender que Antoine llega donde muchos otros no pueden hacerlo, y es desde esa nueva perspectiva desde donde ordena, lidera y pule cada ataque. Ya son 29 goles los que ha generado este curso (12 tantos y 12 asistencias en Liga), pero la sensación es que si el equipo le necesitase como mediocentro, Griezmann lo haría y sería uno de los mejores.

Contexto y forma para entender a Griezmann

En el FC Barcelona, Griezmann fue un juguete roto, aunque en su último curso llegase a jugar a gran nivel. Tras un año complicado, en el que tuvo que empezar jugando en banda izquierda por la presencia de Messi y Luis Suárez, con Koeman disfrutó. "El segundo año disfruté". Cuando el Barça pasó a jugar con defensa de 3, los azulgrana juntaron por dentro a Busquets, De Jong, Pedri, Messi y Antoine. Y ahí el francés produjo 33 tantos, además de grandes momentos de fútbol. Pero nunca se le entendió y su marcha parecía inevitable.

La relevancia del contexto, el rol y la confianza en un futbolista lo son todo. El futbolista es el mismo, pero el paisaje es distinto y entender al jugador conlleva entenderlo en un entorno y momento determinado, y puede que esa sea la mejor virtud que pueda tener un entrenador. El Cholo Simeone ha reformulado sus principios, unos que muchos creían ya caducos en el Atlético de Madrid, para regalar al espectador un equipo que respira un fútbol novedoso, distinto, rodeado de largas secuencias de pases y propulsado por la mente del jugador renacentista. Griezmann no juega para los que saben de fútbol, sino para aquellos que lo entienden.