RAYO VALLECANO

Isi Palazón: "No me gusta cómo se ha tratado a alguno de mis compañeros nuevos"

El jugador del conjunto franjirrojo habla sin tapujos en Relevo, días antes del reemplazo en el banquillo del Rayo: sus problemas de salud mental, la posibilidad de cambiar de campo y lo ocurrido a Lucas Ocampos.

Isi Palazón en los campos de entrenamiento de la Ciudad Deportiva Fundación Rayo Vallecano. /Salva Fenoll | Relevo
Isi Palazón en los campos de entrenamiento de la Ciudad Deportiva Fundación Rayo Vallecano. Salva Fenoll | Relevo
Natalia Torrente
Salvador Fenoll

Natalia Torrente y Salvador Fenoll

* Esta entrevista está realizada días antes de que el Rayo Vallecano destituyese a su entrenador, Francisco, y lo reemplazase en el puesto por Iñigo Pérez.

Fue canterano del Real Madrid y del Villarreal pero Cieza -su pueblo-, Ponferrada y Vallecas -donde consiguió el ascenso a Segunda y a Primera respectivamente-, seguramente sean los lugares favoritos para Isi Palazón, uno de los buques insignias del actual Rayo. De pequeña estatura, nada más llegar ya se nota que llena con su presencia la solitaria sala de prensa en la que preparamos la entrevista. Sonriente, nos estrecha la mano y te hace sentir como en casa en cuestión de segundos.

Sabe que Vallecas es un lugar distinto y que se debe de notar en cada detalle, en todo lo que hagan. Se muestra tan cercano como directo. No esquiva ninguna pregunta, sino todo lo contrario, le gusta pronunciarse. Y afronta con una calma insólita los problemas de salud mental que le han abordado esta temporada. Sabe de la importancia del mensaje y no evita pronunciarlo una y otra vez. Es contundente tras que le ocurrió el otro día a Lucas Ocampos y se moja sobre el posible cambio de estadio. Tiene como ídolo a Trejo y se siente orgulloso de ser capitán de un club donde lo fue antes el Choco. Un tipo, al fin y al cabo, que no te deja indiferente.

Repasando tu trayectoria podemos decir que eres un futbolista que se ha ganado a pulso jugar en cada categoría en la que has estado hasta llegar a Primera, donde te consolidaste como uno de los más destacados la pasada temporada. ¿Mentalmente o emocionalmente cómo gestiona esto un futbolista?

Es muy difícil gestionarlo mentalmente. Yo el año pasado en entrevistas que hice con algunos de tus compañeros les decía que lo estaba gestionando bien. O más bien, creía yo que en ese momento lo estaba gestionando bien. No hablo de humildad porque siempre he tenido. Me he considerado una persona que, para lo bueno y para lo malo, siempre he tenido los pies en el suelo. Sobre todo para lo bueno. Hay que ser consciente de dónde uno viene y dónde uno está.

A nivel de exigencia interna, creo que yo mismo me metí más de la que debería. Eso me hizo no descansar del todo bien en verano y exigirme mucho más este año. Al final, cuando vas sumando una cosa y otra, no es que no avances, sino que retrocedes. Ahora estoy aprendiendo a gestionar esos momentos y cada día me encuentro mejor. Voy mejor.

Por lo que dices, eres muy autoexigente.

Sí, toda mi vida lo he sido. No sólo a nivel profesional, sino como hijo, como hermano, como amigo... Siempre me he exigido muchísimo en intentar vivir la vida haciendo mejor a los demás. Y a veces tienes que entender que también tienes malos días, tienes malas etapas, porque eres persona. Pero bueno, como te he dicho antes, creo que cada día avanzo en ese sentido, voy mejor. Poco a poco.

La temporada pasada marcaste nueve goles, pero este curso no estás teniendo tanto acierto de cara a puerta. ¿Cómo lo estás llevando?

Por ese nivel de autoexigencia que hablamos, pues al principio lo llevé mal. Mal, porque no estaba consiguiendo ni una regularidad. Tanto en mi vida personal como en mi vida profesional. Hasta que no doy el paso de contarles esta etapa anómala a mi gente de alrededor, hasta que no consigo abrirme con ellos... Que ése fue para mí el primer paso, el paso más importante, no empezaron a salirme las cosas a nivel profesional. O sea, una cosa va enlazada con la otra... Y me estoy dando cuenta ahora. Soy joven, ¿no? Al final en ese sentido la experiencia también es un grado en ese sentido. En esta segunda vuelta me voy encontrando mucho mejor. Creo que el descanso de Navidad me vino muy bien para estar con mi familia. Disfrutar de ellos. De los pequeños detalles. De las pequeñas cosas que te da la vida. Y es verdad que las estadísticas no son las mismas que el año pasado, no estoy marcando tantos goles, pero me siento importante. Me siento útil dentro del grupo. Creo que he hecho partidos muy similares, al nivel del año pasado. A nivel de trabajo. A nivel defensivo. Pero entiendo que al final a la gente lo que le gusta es que su equipo marque goles. Que Isi, en este caso, marque goles. Que cualquier otro compañero marque goles. Por desgracia no están entrando, pero voy a seguir trabajando e intentándolo hasta la última jornada.

Dices que compartiste con tu familia cómo te sentiste al inicio de temporada y eso marcó un antes y un después en tu recuperación. ¿Con el vestuario lo compartiste?

Sí, con el vestuario lo compartí mucho. Al final dentro del vestuario hay muchos compañeros y siempre tienes pues tu núcleo, ¿no? Y sí, lo compartí con ellos en un viaje, en la despedida de soltero de José Pozo en Ibiza. La verdad es que me han ayudado mucho también. Han sido partícipes también de esta gran mejoría mía.

Muchas veces ahora lo pienso. Yo creía que yo controlaba a mi mente. Pero la verdad es que no te das cuenta de que la mente en este caso es muy poderosa y a veces te juega malas pasadas. Al principio era algo que yo desconocía y que no sabía gestionar del todo bien. Y ahora pues le doy total naturalidad. Como cuando me lesiono del isquio, del gemelo... Igual que tienes un problema físico, pues también hay gente que tiene problemas mentales. Y parece que los futbolistas no podemos decirlo, no podemos hablarlo, pero somos personas como cualquier otra y también los tenemos.

"Los futbolistas somos personas como cualquier otra y también tenemos problemas mentales"

Isi Palazón Jugador y capitán del Rayo Vallecano

Creo que mucha gente se puede sentir muy identificada contigo. Muchas veces pensamos que podemos con todo y de repente un día no sabes qué te pasa y dices: «No puedo más». Pero no sabemos identificarlo ni ponerle nombre. ¿Tú has conseguido poner nombre a lo que te pasa?

Bueno, más que yo, le han sabido poner nombre. El profesional con el que estoy trabajando me habló de ansiedad, de depresión, porque una cosa lleva a la otra. Al querer hacerlo tan bien, como te he dicho antes, por ser tan exigente conmigo mismo, al final no puedes abarcarlo todo.

Cuando a mí antes me hablaban de ansiedad, como no había pasado por ese trámite o ese bache, pues no le daba la importancia que realmente tiene. Al final lo dejas ahí en un segundo plano y no te das cuenta. Pero claro, yo me encontraba muy cansado, muy mareado. Yo que soy un chico muy alegre y que intento hacer feliz a los demás, estaba muy apático. Tenía sensaciones que no iban conmigo, mucho dolor de cabeza. No dormía por las noches absolutamente nada. Iba a entrenar muy cansado, sin dormir, imagínate... Hasta que al final decidí contárselo, gracias a Dios, a mi doctor Carlos Becerro. Un día estaba en Cieza, le llamé por teléfono y dije: "no puedo más". Fue también uno de los primeros pasos que di hacia adelante y que me sirvió mucho para que el club también me pudiese ayudar.

Aparentas ser un tipo inquieto, nervioso, activo. Algunas personas que, como tú, padecen ansiedad en algún momento de su vida, pueden confundirlos con esos nervios. Sin embargo salta la alarma cuando quizás uno está más apático. Cuando no se reconoce. ¿Eres consciente de lo importante que es enviar un mensaje tan importante sobre la salud mental como futbolista?

Yo el día que lo comenté no lo hice para dar pena ni para dar lástima ni nada. Me salió espontáneamente porque me hace bien hablar de esto. Me llegaron un montón de mensajes por WhatsApp, gente que conocía por Instagram, por Twitter, por Facebook, por todas las redes sociales en las que estoy. Y hay mucha gente que se sentía identificada conmigo y eso me hizo también no sentirme en ese sentido solo, ¿no?

Isi Palazón explica sus problemas de salud mental. Salva Fenoll | Relevo

Tengo la suerte de ser una persona pública. Ya sabemos los problemas que también tiene en este caso el barrio de Vallecas. Y para mí, que esa gente se vea también identificada conmigo, es un premio. Porque es una forma de decirles a esas personas que no están solas. Y que con profesionales, con ayuda, creo que se puede salir adelante porque para eso están.

"Hablar de salud mental es una forma de decirle a las personas que pasan por lo mismo que no están solas"

Isi Palazón

¿Es tu vida mejor con terapia?

La mía sí, es mucho mejor. Lo he dicho siempre, que la mejor decisión que he tomado en estos últimos seis meses ha sido volver a terapia y estar hablando con un profesional, sentarme, contarle mis problemas. Como todos, nosotros también tenemos problemas. De hecho yo siempre he trabajado con profesionales del mundo del fútbol porque siempre he sido muy exigente, como te decía antes. Pero en un momento en el que la vida me cambió, como fue en el ascenso con la Ponferradina, dejé a ese profesional de lado porque la vida me iba tan bien....Y esto es un mensaje que yo quiero también dar a toda la gente que lea esta entrevista. No hace falta que las cosas vayan mal para ir a un profesional. No hace falta tocar suelo para ir. Mi consejo es que cuando uno está bien también tiene que ir. Esto es muy importante.

"No hace falta tocar suelo para ir a terapia. Mi consejo es que cuando uno está bien, también tiene que ir"

Isi Palazón

De niño vivías en un colegio porque tu padre era conserje. ¿Marcó aquello tu forma de ser?

Sí, sin ninguna duda. Yo siempre he dicho que lo mejor que me ha pasado en la vida ha sido vivir en un colegio. La única pega era que cuando daban las notas, mi padre era el primero que se enteraba (risa). Pero sí, sí, he tenido una infancia muy, muy feliz a pesar de que me fui muy joven de casa, con 12 o 13 años. Pero para mí vivir en un colegio me ha permitido conocer diversas culturas, muchísimas personas, niños, niñas, mujeres, hombres, de todas las personalidades que te puedas encontrar. Y al final también te empujar a estar todo el día en la calle o en el patio, jugando con gente de más edad que tú, con cualquier tipo de persona, con profesores...

Hasta físicamente yo creo que eso fue lo que me hizo reproducirme muscularmente antes que otros amigos míos. Yo era un chaval bajito, pero siempre tenía unas piernas muy fuertes, un tren superior también fuerte. De las 24 horas que tenía en el día, estaba 12 en la calle jugando.

Dices que te fuiste muy pronto de casa, a los 12 años casi 13. Haces una prueba con el Real Madrid y te fichan para la temporada siguiente. Me imagino que aquella noticia en Cieza sería un bombazo.

Mi madre lo pasó bastante mal ese año. Dice que me fui de mi casa llorando y volví llorando. No quería irme de mi casa y cuando me echaron, cuando no contaron conmigo, tampoco quería volverme de Madrid a mi casa. Fue difícil para mí. Me tocó decidir si irme o no irme. Aún lo recuerdo como si fuese ayer: a mi madre llorando, a mis hermanas, Julia y María... Mis padres me dieron total libertad de decisión. Tanto como si quería ir como si no. Iban a estar conmigo apoyándome. Me metí cinco minutos a mi habitación. Recuerdo que mi hermana y mi madre estaban en el sofá y mi padre sentado en una silla de la mesa camilla. Salí y dije que no podía desaprovechar esta oportunidad, que iba a pasar lógicamente mal una semana. Que hoy sí vamos a pasar mal. Pero tomé la decisión de irme y la verdad que fue una decisión acertada.

¿Cómo fue ese año?

Coincidí con Raúl de Tomás, con Jesé, Marcos Llorente, Álvaro Morata..., con jugadores que son élite a día de hoy. También coincidí con muchos otros que no han llegado. Que esto también es la realidad del fútbol. Coincidí con muchos más que no han llegado.

Yo tomé una decisión arriesgada pero por lo menos a día de hoy estoy disfrutando del fútbol. Y de Primera División. Hay muchos niños y niñas que luchan por su sueño y no llegan. Es difícil también gestionar eso.

Pasas un año en la cantera del Real Madrid y vuelves al Cieza. Después te vas más de tres años a las categorías inferiores del Villarreal. ¿Cómo recuerdas aquella etapa?

Fueron años difíciles. Cuando me fui al Real Madrid, igual que la gente se alegraba, había gente que no, gente que decía que había sido por el padre, que si era un enchufado... Gente que es envidiosa. En los pueblos hay todo tipo de comentarios. Pero bueno, nunca me ha importado. No soy una persona que sea rencorosa en ese sentido. Intento ser feliz con los que tengo a mi alrededor que son los que verdaderamente me apoyan. En mi vuelta de Madrid hubo muchos comentarios porque luego pasé un año en Cieza. Hice cadete de segundo año y entrenaba con el Cieza de Tercera División. Debuté en el Cieza siendo cadete. Fue también un año muy emotivo para mí y para mis padres. Pero iba al instituto y tenía que escuchar comentarios. Iba por el centro del pueblo y también escuchaba comentarios que no son del todo agradables. Pero en esa época ya me consideraba que tenía una mente fuerte. Yo a los comentarios nunca les hacía mucho caso porque siempre he creído mucho en mí. Hice una buena temporada y me fichó el Villarreal. Pero cuando me dicen en el Madrid que no cuentan conmigo, era muy joven. Yo veía más el sufrimiento de mi hermana, de mis padres, por el qué dirán... Lo pasé peor por aquello que verdaderamente por lo deportivo.

Luego los tres años y medio en Villarreal fueron espectaculares a nivel de organización. Tuve dos lesiones, pero las supe a afrontar bien. Cuando me echan de Villarreal fue diferente. Tenía ya como una familia allí. En esa ocasión si que el pensamiento fue más deportivo: "Me han echado de la segunda cantera importante. A lo mejor es que verdaderamente no valgo para el fútbol de verdad. Es lo que me importaba. Ya el que dirán ya me importaba poco. Tenía más personalidad. Era más adulto, lógicamente. Ya pensaba más fríamente si a nivel deportivo yo iba a poder llevar esto.

¿Te llegas a plantear dejar el fútbol?

Hubo momentos duros porque recuerdo que a mí del Villarreal me comunican que no cuentan conmigo en octubre. El mercado en esa época estaba cerrado. A mí me rescindieron. Y yo recuerdo volverme para mi casa con mi padre con las maletas y sin equipo. Pero el Cieza vuelve a rescatarme. Estaba en Tercera división y me dijeron: "Entrena con nosotros hasta diciembre. Si no sana nada que a ti te guste o que tú veas mejor para ti, pues ya vemos". Y así fue. Estuve entrenando con ellos sin poder competir hasta finales de enero. Entrenar sin competir es difícil. Más para una persona como yo que le gustaba la competición.

Coges malas costumbres porque no tienes nada que hacer los fines de semana. Encima en Cieza. Cenar por allí, cenar por acá, eres joven, los amigos... Y era lo último que quería. Además, entrenábamos por las tardes, a las 8 y media de la tarde. Aquello me empujaba a levantarme tarde por las mañanas, a las 12, a la 1... Eran cosas que no quería hacer.

No sabía que habías estado esos dos meses sin jugar. Te pasó lo mismo que a RDT cuando volvió al Rayo. ¿Pudiste aconsejarle en ese sentido?

Sí. Desgraciadamente Raúl tuvo que tirarse más tiempo sin jugar. Pero no, no lo aconsejé en ese sentido porque ni me acordaba de que yo que había estado en una situación similar. A Raúl le quiero mucho y le ayudé mucho, aunque no en ese sentido. Y le ayudo. Le sigo ayudando mucho porque creo que es un jugador, un delantero de los pocos que hay.

Hablabas de que en algún momento pudieron decir que fuiste al Madrid enchufado por tu padre. Vienes de una familia muy futbolera y vinculada al Cieza. ¿Fue determinante en tu carrera?

Eso te marca. Como lo que te contaba del colegio, que estaba todo el día con la pelotita. Ahora muchas veces que voy al colegio desgraciadamente veo los parques vacíos. Los niños y niñas no juegan ya al fútbol en los parques. Los veo con los móviles.

"Los niños y las niñas ya no juegan al fútbol en los parques. Los veo vacíos, bueno, los veo con los móviles"

Isi Palazón

Antes era todo el día en la calle jugando. Si mi padre el martes tenía que entrenar, yo me iba con él. Recuerdo llegar a las once y media a mi casa y al día siguiente, al colegio. O cuando mi padre jugaba con los veteranos algún fin de semana, yo me iba con él. Mi infancia estuvo vinculada al fútbol. Llegaba el viernes por la tarde y estabas hasta el domingo a las once de la noche. Era todo el fin de semana por ahí. Si jugaba mi hermana iba a ver a mi hermana. A mi padre. Luego me tocaba a mí. Era todo el rato. Finde pelotero.

Hablas de tu hermana Julia como futbolista. Hemos asistido a una fantástica evolución del fútbol femenino. Este verano se han proclamado Campeonas del Mundo, pero su título fue manchado por el comportamiento del presidente de la RFEF y muchos otros. ¿Qué te parece todo lo que ha ocurrido?

Yo por suerte estaba vinculado al tema del mundo femenino por mi hermana. Mi hermana ha sido jugadora de la Selección. Cuando mi hermana jugaba no había en Cieza, por ejemplo, equipo femenino. Y luego se hizo y de repente había 20 o 25 chicas jugando. En mi pueblo aquello se veía no como algo raro, pero sí diferente. Estábamos dando un paso hacia delante en la sociedad.

Isi Palazón se pronuncia sobre lo ocurrido a la Selección femenina del fútbol tras conseguir el Mundial. Salva Fenoll | Relevo

Con respecto a lo que pasó este verano en la Selección femenina de fútbol, creo que lo han hecho muy bien. En todos los sentidos. Las chicas han dado un paso al frente. Que es como tiene que ser. Creo que en la sociedad en este sentido estamos dándonos cuenta de que verdaderamente el fútbol femenino también tiene cabida. En nuestro fútbol. No tienen por qué ser menos que nosotros. Y oye, que sigan creciendo. Nosotros cada vez dos por tres estamos en contacto también con las chicas del femenino del Rayo. Para mostrarles nuestro apoyo en todo lo que podamos.

¿Crees que faltaron voces desde el fútbol masculino que apoyaran a las jugadoras en el #SeAcabó?

Creo que sí, es verdad. Yo en ese momento pensé que poniendo algo iba a quitar importancia a lo deportivo. No quiero decir con esto que lo que les ocurrió no fuera importante, porque fue un hecho lamentable, pero no quería que se olvidara el hecho de lo que habían conseguido. Un Mundial de fútbol. Nuestras campeonas del mundo. Y yo lo miraba por ese sentido, ¿no?

Las apoyé y felicité por ser campeonas del mundo, lógicamente. Todo este me hizo pensar porque es verdad que nadie sabía cómo reaccionar. Yo no quise darle el foco mediático a esa persona. ¿Sabes lo que quiero decir? Pensaba que cuantas más noticias saliesen en ese sentido, menos se hablaría del Mundial. Con lo difícil que es conseguir uno. Lo que ellas consiguieron y cómo lo consiguieron, tiene un mérito increíble.

"Lo que la Selección femenina consiguió este verano y cómo lo consiguió, tiene un mérito increíble"

Isi Palazón

Volvamos a tu carrera. Terminas en Villarreal, vuelves a Cieza donde entrenas sin competir, y llama a tu puerta la Ponferradina. ¿Es, junto con el Rayo, una de las etapas más felices para ti?

En Ponferrada fuimos muy felices. Tanto yo como mi pareja. El primer año fue un año complicado porque fue de transición para el club. Era la segunda temporada tras bajar de categoría. Un proceso. A pesar de que fue un año bastante difícil, yo me había ido de vacaciones sin contrato en vigor con ningún equipo. Recibí la llamada de Jon Pérez Bolo y no me tuvo que convencer. Lo tenía claro. Fue un año muy, muy bonito. Y luego llegó el ascenso a Segunda.

Estás acostumbrado a conseguir ascensos. Primero con la Ponfe y luego con el Rayo a Primera. Llegas a Vallecas en enero de 2020. ¿Cómo te sientes aquí? La gente te trata como si hubieras nacido en la calle Payaso Fofó...

En Vallecas me siento muy bien, la verdad. Es un barrio muy cercano. A veces me gusta pasear por Vallecas porque lo considero también como mi pueblo. Cuando voy por el pueblo, por mi calle, voy saludando a uno, a otro. A mi amigo Sereno, a la Lili, a todo el mundo. Voy gritando por allí porque todo el mundo me conoce. Y aquí en Vallecas lo veo un poco similar, ¿no? Gente muy cercana, gente muy de barrio, en este caso de pueblo.

La afición del Rayo no es nada resultadista. Es lógico que se enfaden cuando su equipo no gana, pero no sólo la afición, en Vallecas la gente es diferente. Valora muchas más otras cosas que verdaderamente el resultado. Y eso para mí es fundamental porque en el fútbol actual no existe.

Hace poco se pudo leer en Vallecas una pancarta que decía: «Aquí no se viene a ver ganar al Rayo; se viene a ver jugar al Rayo».

Exactamente. Nosotros somos conscientes de eso, ¿eh? A la gente nueva que viene al equipo y se incorpora, a los nuevos fichajes, intentamos inculcarles que aquí la afición nunca te va a reprochar nada. Aunque últimamente no me está gustando muchas veces algo que pasa. Lo digo aquí abiertamente porque yo hablo sin tapujos. No me gusta cómo se trata a algunos de los compañeros nuevos que han venido al equipo, la verdad. Y lo tengo que decir. No conozco a ningún jugador que quiera salir a hacerlo mal en el campo. Ninguno. Y he tenido miles de compañeros. Y hay cosas que no ayudan dentro de un campo. Ese runrún, esos silbidos, esos mensajes destructivos... Dentro del campo es como decía la pancarta que mencionabas, ¿no? Anima, anímanos porque al final eso perjudica no solo a él individualmente sino al grupo, al colectivo.

Has dicho en alguna ocasión que «jugar en Primera es como celebrar tu cumpleaños todos los fines de semana». ¿Sigues sintiendo esa emoción cada vez que saltas al campo?

Al principio de temporada la perdí un poco, ¿sabes? Perdí esa sensación, pero yo creo que fue por lo que te comentaba. A nivel mental no estaba. No sabía muchas veces dónde me encontraba. Fue una situación extraña en mí. Me pongo nervioso al contarlo porque retrocedo en el tiempo y lo recuerdo. Ahora porque estoy mucho mejor y sé gestionarlo mucho mejor pero en aquellos momentos me costaba mucho.

Yo siempre cuando he tenido que jugar algún partido al principio sentía un hormigueo en el estómago y en ese momento no lo tenía. No sabía dónde me encontraba. Cuando llego al campo hago siempre lo mismo, tanto fuera como dentro. Me saltaba los pasos... Pero a partir de Navidad creo que ya empecé a sentir ese hormigueo de nuevo y me encuentro mucho mejor. Necesitaba ese descanso mental. Ahora afronto los partidos como antes, como lo he hecho durante toda mi carrera. Con ese hormigueo, con esas ganas de hacerlo cada vez mejor. De hacer cada partido mejor.

¿Vuelves a celebrar tu cumpleaños cada fin de semana?

Sí, (risas), vuelvo a celebrar mi cumpleaños.

En el partido ante el Villarreal no te sentiste bien. Incluso físicamente. Y tuviste que pedir el cambio.

Yo ya me desperté ese día raro. No sé decirte por qué. Afronté el partido y te diría que fue uno de los peores de mi vida. No recuerdo apenas nada. Yo cuando tengo un partido recuerdo exactamente las jugadas, los momentos... Y de ese día no recuerdo absolutamente casi nada. Yo sólo me notaba que estaba muy nervioso. Tenía taquicardia. No recordaba la jugada de estrategia. Nada.

Afortunadamente di un paso adelante que fue pedir el cambio. Estaba en el vestuario, los compañeros me preguntaban y no era consciente de lo que me estaba pasando. Ni contestaba. Nada. Afortunadamente ese día, y digo afortunadamente porque fue el primer día que di el paso, estaban en el campo mi novia y mi madre. Cuando las vi me derrumbé. Era un momento jodido para mí. Ni mi madre ni mi pareja, que vivía conmigo, sabían absolutamente nada. No entendían por qué lloraba. Y se lo conté. Les dije que estaba trabajando con un profesional porque desde antes de terminar la temporada anterior ya me encontraba mal. Les dije que estaba intentado esconderlo para no preocuparles. Ellas le han dado total naturalidad al asunto. Supongo que mi madre o mi familia o algún familiar también habrán pasado por momentos así y han sabido darle la importancia que tiene, pero no agobiarme más en ese sentido. Han sabido darme mi espacio y es muy importante, siempre ha sido para mí muy importante la familia y en estos momentos más.

Isi Palazón explica cómo se sintió el día que se derrumbó en un encuentro ante el Villarreal. Salva Fenoll | Relevo

El año pasado tras el temporadón que hiciste tuviste otras oferta, pero el Rayo te ofreció ampliar tu contrato. ¿Por qué decides quedarte?

Porque soy feliz. Tengo a mis amigos cerca, tengo a mi familia cerca. Descuelgo el teléfono y en dos horas o tres horas tengo amigos aquí. Me quedo también por el vestuario, por la gente del club. Por cómo me trata la gente. Eso también hay que valorarlo, no todo es lo económico. Al fin y al cabo en Ponferrada, como te he dicho antes, fui muy feliz, pero mis padres iban cuando había algún puente y no podían disfrutar de mi fútbol, me veían por la tele. Sin embargo, aquí en Vallecas miro a la grada y sé dónde están, sé dónde están sentados y eso para mí es muy importante.

Hablas de la importancia de este vestuario y de cómo te arroparon cuando les contaste lo que te ocurría. En ¡Vaya Vaina! te referiste también a la posibilidad de que algún compañero os dijera que es homosexual, algo tabú en el fútbol masculino. ¿Cómo crees que reaccionaría el grupo?

Es un tema de conversación dentro del grupo e interiormente se ha hablado. También digo una cosa, si alguno lo fuera ¿por qué lo tiene que decir? Si un compañero lo dice, pues bien, pero si no lo dice y no lo sabemos, ¿por qué tenemos que saberlo nosotros? Creo que hay que darle en ese sentido total naturalidad a las cosas. En la vida cada uno elige lo que quiere ser. No tendríamos ningún tipo de problema.

Esto viene como de padres a hijos, ¿no? Cuando digo padres me refiero a Mario Suárez, Alberto, Armenteros, Leo..., a toda esta gente. A toda esta gente que estaba con nosotros y que cuando se fueron nos dejaron a nosotros ese legado. Trejo nos repite constantemente cómo tenemos que actuar, tanto a mí, como a Oscar Valentín, como al resto del grupo. Nos van dando enseñanzas o nos dejaron las enseñanzas que nosotros, interiormente, seguimos intentando inculcar. Y, aparte, yo creo que la gente que viene nueva ya sabrá al vestuario que viene. Nosotros intentamos ayudar siempre.

¿Se ve al vestuario de Vallecas en el mundo del fútbol como un lugar seguro?

Sí, yo diría que sí. Pero no sólo por los futbolistas. La gente que trabaja con nosotros, el staff técnico, el cuerpo médico, utilleros, nuestras compañeras de prensa y marketing... Yo creo que hay un núcleo muy fuerte. Cuando organizamos comidas, invitamos a todo el mundo, a los de cafetería también (risas). Creo que es como hay que hacer. Ni somos diferentes, ni somos mejores, somos como hay que ser.

Hacías referencia a Óscar Trejo. Este año ha renunciado a la capitanía. ¿Cómo definirías al Choco y qué supone ser su sucesor con el brazalete?

Como persona Trejo para mí tiene muchos calificativos buenos. Creo que antes que futbolista es persona. Y muy buena persona. La verdad es que es una de mis debilidades dentro del vestuario porque me ayudó mucho cuando vine aquí. Jugar con él es un auténtico privilegio. Y estar con él, las enseñanzas que te da día a día... Cuando voy a su casa y veo cómo trata a su mujer, a sus hijos, es algo que no puedo describir. A veces me dice mi pareja que si es que estoy enamorado de él (risas). Pero es verdad. Yo veo cosas en él que me gustaría hacerlas yo mismo. El trato que tiene con su familia, con sus amigos, con su mujer...

"A veces mi novia me dice que si estoy enamorado de Trejo. [...] Es exquisito"

Isi Palazón

Sobre ser su sucesor en la capitanía, es muy difícil estar al nivel que ha demostrado. Mira que en el Rayo, siendo capitán, tienes que involucrarte sí o sí. Porque, como hemos dicho, es un club diferente. Así te lo pide la grada y así es. Yo recuerdo que en la Ponferradina era todo más una balsa. No había problemas. Pero aquí tienes que ser así sí o sí. Tienes que involucrarte. Él en ese sentido ha hecho muchas más cosas. No las quiero decir porque sé que él las lleva internamente. Es un capitán de los que ya no quedan. Es imposible ponernos a su altura, por mucho que hagamos. No ya Óscar Valentín, yo, el que sea, los que vengan...

¿Entendiste su decisión?

Sí, la comparto al 100%. Y estoy aquí, se lo he dicho mil veces. Estoy para lo que necesite. Y que, aunque él no porte el capitán, todos sabemos que cuando hay algún problema en el club, cuando hay algún problema dentro del campo, yo a la primera persona que miro es a él. Cuando yo tengo que ejercer de capitán y él no está por la decisión que ha tomado, intento siempre pedirle consejo.

Hablando de problemas en el club... Esta semana la presidenta de la Comunidad de Madrid y el presidente del club han anunciado que el Rayo cambiará de estadio. ¿Cómo lleváis eso?

En todos estos temas siempre me mojo. Yo creo que el club tiene que crecer. Vallecas es Vallecas, pero si no podemos, como estadio, crecer en Vallecas, habrá que buscar otra zona donde el club en infraestructuras crezca. ¿Un nuevo estadio? Pienso que podría haber mejoras en nuestro estadio y no moverse de esa zona donde está. Si se hace una reforma, como se hace en cualquier edificio, en cualquier estructura, podríamos seguir ahí. El problema es que quieran, en este caso, todas las competencias.

Isi Palazón se pronuncia sobre el posible cambio de estadio. Salva Fenoll | Relevo

Entiendo también que los aficionados, los Rayistas, defiendan que su estadio es Vallecas. Yo también lo veo así. Pero el club tiene que crecer de una forma o de otra. No sé si es haciendo una reforma o que, en este caso, cambie el estadio de lugar. Desde mi punto de vista, yo pienso que tanto la Junta Directiva como la Comunidad de Madrid deberían de ponerse de acuerdo para reformar el estadio, que es un estadio de un club centenario. Con accesos mejores, con mejores gradas. Más grandes, más capacidad, muchas más cosas. Es verdad que si la alternativa por espacio es hacer uno en otra zona, tiene que ser en Vallecas. Es la identidad del club porque este club se llama Rayo Vallecano. No es otro. Es de Vallecas, exactamente. Tiene que ser en Vallecas. Mejorarlo un poquito no es nada difícil, ¿eh? Si todos ponemos de nuestra parte, en este caso, se puede hacer.

Quiero hablar contigo de lo que le pasó a Ocampos el otro día en Vallecas. Vimos que Óscar Valentín y tú os acercasteis a los tres chavales de la grada. ¿Qué les dijisteis?

Yo no vi el gesto porque me pillaba justo en la línea. Vi que pasaba algo y los chicos se empezaron a reír. Entonces Ocampos se dirigió al árbitro y yo fui el primero en preguntarle qué pasó. Me dijo que le habían metido el dedo en el culo. Y en ese momento, me acerqué y les dije a los chicos "Respetad, sea de un equipo o de otro, tenéis que respetar". Les toqué cariñosamente la cabeza porque eran unos chavales y les dije que se estuvieran quietos.

"Me da igual que sean niños, adultos, mujeres u hombres. El castigo debe ser ejemplar"

Isi Palazón

Estamos en un mundo en el que cualquiera ya te puede tocar, cualquiera ya puede hacerte lo que le parezca. Me da igual que sean niños, adultos, mujeres u hombres. El castigo debe ser ejemplar. Porque si no, si esto pasa todos los fines de semana... Es verdad que dentro de lo que cabe es un niño. Pues habrá que darle más educación a ese niño. Si nadie le dice "esto no está bien", entenderá que sigue siendo una forma de diversión. Tenemos que ser ejemplares y más con estos temas. Agradezco también la reacción que tuvo Ocampos. Porque si hacía de otra forma pues a lo mejor estaríamos hablando de otra situación mucho más difícil. Yo creo que al final a los niños de hoy en día hay que saber decirles que hay ciertas cosas que no se hacen. Y seguro que con un castigo o una manera de... Sí, castigo, es que hay que tomarlo así. Es como aprenden.

Isi Palazón se muestra contundente sobre lo que le ocurrió a Lucas Ocampos la pasada jornada en Vallecas. Salva Fenoll | Relevo

He escuchado mucho estos días entre la afición de Vallecas, preocupada por la racha de resultados, que el equipo parece que ha tirado la toalla.

¿Que hemos tirado la toalla nosotros? No, no, no... Todas las temporadas no son iguales Hemos vivido dos años muy, muy buenos y creo que la afición del Rayo, o algunos, seguramente no sean todos, se piensan que todos los años debemos estar optando por los puestos de arriba. Lo que no se dan cuenta es que ganar un partido en Primera División es muy difícil. Ya el año pasado lo decía cuando estábamos también, que nos diésemos cuenta, aunque estuviésemos ganando, de que ganar un partido en Primera División es muy difícil.

Hemos entrado en una dinámica negativa, lógicamente, hay que decirlo, hay que ser realistas, pero que recuerden también que este grupo también ha sabido salir de situaciones muy, muy complejas, tanto en Primera como en Segunda, y lo seguimos haciendo. Yo creo que el ADN del equipo no se ha perdido porque seguimos intentándolo hasta el final, el equipo tiene ese espíritu ganador. Quizás ese espíritu ganador a veces nos ha pasado malas jugadas, porque te lleva a querer ganar, ganar, ganar... Y a veces no puedes ganar. Un empate en Primera también es positivo. Así que a esa gente que dice que hemos tirado la toalla, quiero decirles que para nada. Salvo dos partidos de este año, te diría que ante el Atlético de Madrid y el Athletic, hemos competido al 200%. Hemos podido ganar, perder, lógicamente, en el fútbol todo el mundo quiere ganar, pero hay que saber también perder y empatar. La afición debe estar tranquila. Que confíen en nosotros. Creo que les hemos dado bastantes motivos para que confíen en nosotros. Sabemos que este año es el Centenario y no lo hacemos nunca, pero ahora menos vamos a bajar los brazos. Somos conscientes de la situación en la que estamos, pero ¿por qué siempre miramos hacia abajo en lugar de para arriba?

Quiero contarte una anécdota. Hace un año vinieron a Vallecas unos estudiantes de periodismo a intentar hacer alguna entrevista para su trabajo de fin de máster. Ahora una de ellas, June Lavín, es nuestra compañera en Relevo. Nos contó que los llevaste hasta el metro porque los pobres no tenían ni cómo ir. A la gente que se te acerca, siempre la tratas de tú a tú...

Estoy recordando ese momento. Se pusieron aquí en la puerta... Me gusta ser cercano. Recuerdo un día que habíamos salido y estábamos tomando unas cervezas los compañeros del equipo. Quizás por mi físico me reconocen más por la calle. En ese momento se nos acercó un chico y nos dijo que si nos tomábamos una cerveza con ellos. Y así hicimos. Se la tomaron y se fueron. El resto se sorprendieron porque les invité a sentarse con nosotros. A mí me da igual, me gusta. Soy muy sociable. Me gusta mucho socializar con la gente y no debe de ser raro si lo hago yo. ¿Por qué si lo hago yo es algo como diferente y si lo hace, por ejemplo, Fernando López, el director de comunicación, se ve como algo normal? Somos futbolistas pero personas normales. Como tú o yo. ¿Y por qué no voy a ir al Mercadona? ¿Y por qué no voy a montar en Metro? ¿Por qué no voy a...? Al final yo creo también que eso va vinculado con la familia, ¿no? Mi madre trabaja ahora en la piscina climatizada de Cieza, mi pareja en una escuela infantil en Rivas... Somos gente normal.