Los 25 años del debut de Puyol, el capitán que si no existiera habría que inventarlo: "Si no he de jugar, no juego, pero el pelo no me lo corto"
El histórico del Barça y de la Selección rememora su estreno con Van Gaal. Sergi y Serra Ferrer hablan también de su carrera.
El 2 de octubre de 1999 el FC Barcelona jugó en Valladolid y en el minuto 56 ganaba 1-0, gracias a un gol de Kluivert, cuando Louis Van Gaal, entonces el entrenador del Barça, llamó a Carles Puyol. "¿Estás bien?", le preguntó. "Estoy listo", le contestó aquel chaval peludo. Carles Naval habló con el cuarto árbitro y el portugués Simao dejó el campo para que Puyol, (La Pobla de Segur, 13 abril, 1978) el número 32, saliera a jugar. "Un cambio ofensivo, yo era mucho más vertical que Simao", se reía el pasado lunes el que con el tiempo honró el 5 y el brazalete. A los diez minutos, Rivaldo marcó el segundo gol del Barça. "La verdad es que estaba menos nervioso de lo que me imaginaba", dijo después el que con el tiempo se convirtió en histórico capitán también de la Selección española, uno de los mejores centrales de la historia del fútbol, ejemplo generacional, por talento, entrega, conducta y decencia profesional.
El debut de Puyol estuvo a punto de no producirse ese mes de octubre porque el verano anterior pudo irse cedido al Málaga. El mallorquín Serra Ferrer, que había sido contratado por Núñez después de la final Barça-Betis de Copa del Rey, club en el que trabajaba el de Sa Pobla, ejercía de coordinador del fútbol base y aunque en las divisiones inferiores del Barça muchos creía que no le iba a ir mal una cesión, tenía sus dudas. Organizó en agosto un partido con canteranos para ofrecer a Van Gaal que tomara la última palabra, sencillamente porque él tenía muchas dudas respecto a Puyol. "Tenía un gran valor competitivo. Era serio, disciplinado, fuerte, siempre daba un poco más de lo que tenía y claro, convenció enseguida a Van Gaal y se quedó". Admite Serra Ferrer que para él tenerle en el equipo, cuando cogió las riendas del Barça, fue algo fantástico. "Para mi trabajar con Puyol fue un honor, un auténtico placer. Pero todo lo que consiguió en el fútbol, que nadie se equivoque, se lo debe a su esfuerzo, todo se lo ganó él".
Van Gaal admite que Puyol "siempre tuvo una gran fuerza mental. Siempre fue un ejemplo en el vestuario y en el campo", dijo en su día el gran valedor de un futbolista que completó una carrera jalonada de éxitos: 662 partidos con el FC Barcelona, 22 goles, incluido uno en el Bernabéu en el histórico 2-6; seis ligas, tres Champions, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa y seis de España, cinco Copas del Rey, y el honor de ser el único jugador de la historia del club en levantar seis títulos la misma temporada. Además, dos Eurocopas y un Mundial le reconocen su esfuerzo, el de un crío que técnicamente era muy limitado pero que como dijo Oriol Tort, el hombre que aprobó su fichaje por el Barça, "estaba escrito que iba a llegar, porque nunca vi a nadie que pusiera tanto empeño en conseguirlo".
Después de 15 años en el primer equipo, se retiró porque su rodilla amenazaba con dejarle cojo para la vida normal, una rodilla que se rompió por vez primera en Sudáfrica, en un amistoso en 2014, antes de irse de vacaciones, tratando de impedir un centro, en la última jugada del partido... Una cosa absurda. Para entonces ya era el líder del vestuario. Líder referente y ejemplo, que lo fue en tiempos revueltos y cuando se ganaba, no hizo diferencias: "Todos, cuando subimos al primer equipo tratamos de ver, oír y callar, así que aquel Carles era reservado... pero un poco más de lo normal, porque su carácter era así", recuerda Sergi Barjuan, camino de Jordania. Sergi estaba en el campo, en Valladolid, aquella noche y había compartido con Carles muchos entrenamientos.
En buena lógica, como corresponde a un canterano con algunos años en el primer equipo, era de los que se preocupaba de la integración de los nuevos, así que aquellos tiempos estaba muy pendiente de un chaval que considera "especialmente tímido e introvertido, muy consciente de lo que quería y de cómo tenía que conseguirlo: a base de concentración y esfuerzo, focalizándose en su trabajo. Iba ppr feina, no se distraía con tonterías", resume el lateral, que también fue capitán del club "pero en épocas más chungas", se ríe. Admite que sin duda es uno de los capitanes históricos, básicamente porque llevó el brazalete en una de las mejores épocas, y eso, "se quiera o no, ayuda", pero añade: "También su manera de defenderlo. Su conducta ha sido intachable".
Carles Puyol makes his La Liga debut, 1999. The rest is history! pic.twitter.com/K5NO75bwyi
— 90s Football (@90sfootball) April 18, 2022
El gesto del mechero con Piqué y de los bailes Alves, Thiago y Neymar
Tal vez lo diga por momentos como aquel en el partido en el Bernabéu, cuando Piqué recogió un mechero que le habían lanzado de la grada y el barcelonés hizo ademán de enseñárselo al árbitro. Atento, Puyi se lo quitó de la mano, y lo lanzó fuera del terreno de juego, evitando problemas. O como el día que vio a Alves a Thiago y a Neymar celebrar un gol en Vallecas que completaba una humillante goleada para el Barça y les ordenó dejar de hacer el idiota. Y como esas muchas, muchas que no trascendieron porque fueron órdenes internas en el vestuario.
Será por ello que Louis Van Gaal, el hombre que le hizo debutar –"sin él nada hubiera sido lo mismo", suele decir Puyol, eternamente agradecido"- admite que Carles Puyol fue para él algo especial.
Eso sí, una mañana le preguntó si no tenía dinero para cortarse el pelo. "No me gustaba nada ese look, le insistí mucho pero comprendí al final que era parte de su personalidad". El chaval llegó a decirle: "Míster, si no he de jugar, no juego, pero yo el pelo no me lo corto", dice quien tuvo las primeras broncas por culpa del pelo con su madre. Se supone que si superó aquellas, iba a poder con Van Gaal. Y pudo, claro.
En aquel partido, el día del debut de Puyol, también jugó Pep Guardiola, que años después fue su entrenador y que nunca dudó: "He sido un afortunado, primero por ser su compañero y después, por tenerle como capitán de mi equipo. Ha sido, de largo, uno de los mejores jugadores de la historia del club, no hay ninguna duda", dijo en su día el hoy entrenador del Manchester City.
Su nueva vida en Andorra con el trabajo, la familia y los perros
"Nunca pensé que llegaría tan lejos", admitió Carles Puyol que hoy, 25 años después de su estreno oficial como futbolista del FC Barcelona –antes había jugado una Copa Catalunya- está en Sudáfrica, donde ganó un Mundial, representando a la FIFA, una de sus muchas ocupaciones –las principales son ejercer de padre de sus dos hijas y pasear a su perros por las montañas de Andorra donde vive, y comer caracoles compulsivamente y trabajar para una empresa tecnológica.
Hace 25 años nació la leyenda de Carles Puyol, el gran capitán de la historia del Barça un tipo que más allá del fútbol, si no existiera, deberían haberlo inventado. A pesar de esos pelos...