El otro Albiol al que no dejaron triunfar en Valencia: "Se comportaron muy mal, no estuvieron a la altura"
Miguel Albiol, hermano mayor de Raúl, desgrana en Relevo su paso por Valencia y Rayo Vallecano, previo al choque liguero de este sábado.
En la carrera de un futbolista, guste más o guste menos, hay muchos factores externos al deporte. Las directivas de los clubes en los que uno milita, los representantes que se cruzan en el camino o situaciones familiares muy adversas. Miguel Albiol (43 años) las ha vivido de todos los colores. Pasó por un ostracismo en Valencia del que todavía no conoce los motivos, algo similar a lo que experimentó en el Rayo Vallecano. Todo esto mientras su hermano, Raúl, se recuperaba de un accidente que casi le arrebata la vida, pero del que salió reforzado y culminó con dos Eurocopas y un Mundial.
"Llevan años sin llamarme", responde al telefonazo de Relevo. Un servidor le atraca a media tarde del primer martes de diciembre y lo mantienen casi una hora al teléfono, cualquier esfuerzo se le hace minúsculo a Miguel Albiol si tiene que hablar de un Valencia en el que creció y un Rayo Vallecano en el que se hizo futbolista. De los dos equipos salió con pena, sin explicaciones y con la mosca detrás de la oreja tras la actitud de las directivas o su representante. A día de hoy no olvida el verano de 2004, cuando se le juntó su salida a marchas forzadas del Valencia y el accidente de coche en el que su hermano pequeño se jugó la vida, pero esa historia da para una segunda parte.
Una lesión forzó su retirada en el Real Murcia en el 2015. "Es una manera muy triste de terminar tu carrera", dijo en su día. Casi una década después no olvida la mañana en la que se levantó como exfutbolista: "Se te cae el mundo encima". Ahora vive el fútbol como aficionado. No se pierde un partido de su hermano, ni de sus dos hijos.
El fútbol es algo sin lo que no se puede entender a tu familia y tu primer gran salto fue entrar en la cantera del Valencia. ¿Cómo recuerdas esa etapa?
Yo entro en la cantera del Valencia 15 años, en la etapa de cadete de segundo año. Estoy en el club hasta los 22, entre alguna cesión y alternando con el primer equipo desde que tengo 19 años.
Son muchos años tratando de asentarse en el primer equipo del Valencia, pero no llega la oportunidad.
Vivo la etapa con Héctor Cúper, y luego la de Rafa Benítez. Consiguen tanto la Copa del Rey, como Liga, como finales de Champions… Fue un poco la época dorada del Valencia. En ese momento yo alterno convocatorias con ellos, debuto en Champions y en Liga, y hago como cuatro pretemporadas con el primer equipo. Después de esos años voy cedido al Murcia, en Segunda División, y también al Recre, de nuevo en Segunda. Al final quedo libre y por circunstancias de la vida termino en el Rayo Vallecano.
Has mencionado a Héctor Cúper y a Rafa Benítez, dos entrenadores que dejaron un gran recuerdo en Valencia. ¿A ti qué te quedó de esa experiencia?
Héctor Cúper era un entrador menos cercano. Exigía muchísimo trabajo y mucha intensidad. Con él tuve la suerte de, por lo menos, ir muchas veces convocado en el primer equipo, pero sin llegar a debutar. De él me acuerdo mucho de la intensidad de los entrenamientos. Era todo muy duro, muy agresivo a la hora de entrenar. Todo eso se reflejaba en los partidos. Con Rafa Benítez fue diferente, había un trabajo mucho más táctico. Era más cercano con nosotros, quería hacernos entender lo que era el juego y cómo evolucionaba a cada momento.
Es con Rafa Benítez, con quien debutas en Primera División.
Con Rafa debuto tanto en Liga como en Champions. Él es el que, por lo menos, después de tanto tiempo tocando primer equipo, me da la oportunidad de jugar algo, aunque fuera unos minutos.
¿Fue difícil verte tan cerca de formar parte del primer equipo, pero que la oportunidad nunca terminara de llegar?
Sí. La primera o la segunda vez que entras en convocatoria está muy bien, pero llega un momento que quieres debutar o jugar algo más. Por circunstancias, sobre todo en la etapa de Héctor Cúper en la que voy a muchas convocatorias, no se dio el debut. Era muy complicado en esa época que confiaran en la gente joven. Luego con Rafa al menos tuve la suerte de poder tocar el primer equipo. De ahí me fui cedido al Murcia, al siguiente año hago la pretemporada con el Valencia y a punto de empezar LaLiga me fui cedido al Recreativo de Huelva. Luego cuando vuelvo rescindo contrato y termino en el Rayo Vallecano.
"Creo que en ese momento la gente que estaba dirigiendo el club, en la secretaría técnica y tomando decisiones, no estuvieron a la altura. Se comportaron muy mal, porque en ningún momento ni siquiera se interesaron por intentar ubicarme en alguna categoría similar"
Sobre su rescisión de contrato con el Valencia.¿Y en la etapa de Cúper, en algún momento llegaste a hablar con él o te dio una explicación de por qué no llegaban más minutos?
Al final no preguntas. Antiguamente nos costaba mucho más el preguntar y el acercarnos a esos tipos de entrenadores. Sabíamos que eran duros y era complicado acceder a ellos. Hoy en día creo que todo eso ha cambiado mucho y se agradece. En ningún momento se te dice: 'oye, pues no entras por esto o por esto otro'. Simplemente, completabas convocatorias y poco más.
¿De la cesión en el Real Murcia qué recuerdas, más tarde terminarías tu carrera allí?
Fui al Real Murcia en enero, ascendimos a Primera División con David Vidal y luego tuve que volver aquí [Valencia] por la cesión. Hubo contactos con otros equipos con los que parecía que podría terminar allí, pero por circunstancias del fútbol no fue así. Hice la pretemporada y faltando una semana para empezar el año veía que me podía quedar en el primer equipo, pero me mandan cedido al Recre.
Toda esa incertidumbre que viviste en tu carrera te dolió, entiendo.
Es difícil esa incertidumbre, en verano justo vengo de haber ascendido con el Real Murcia. Hay veces que no entiendes las cosas, porque dices: 'vengo de ascender'. En ese momento tocó pasar por aquello.
¿Cómo vives esa llegada a trompicones al Recre?
Llego sin haber hecho la pretemporada allí. Es cierto que desde el primer momento, a las dos semanas, me dan la confianza de poder ir entrando en el equipo. Tengo la suerte de competir durante todo el año y jugué toda la temporada. Vuevlo al Valencia habiendo jugado muchos partidos en Segunda. Llego pensando que me puedo quedar, o por lo menos irme a un equipo de mejor categoría, pero acabo rescindiendo contrato y fichando por el Rayo Vallecano, que estaba en Segunda B.
Recién descendido ese año, además.
Sí, era recién descendido a Segunda B y acabé allí. Cosas de la vida que nunca te imaginas, porque vienes de estar jugando en Segunda. Fue así y la verdad que luego fue una etapa muy bonita.
Explícame cómo estás tu tras esa rescisión con el Valencia y una salida a un club de menor categoría a la que estabas acostumbrado.
Es un poco raro, siempre lo he pensado. Fue extraña la situación vivida, porque yo venía de haber sido internacional Sub-21 un par de años y de jugar muchos partidos en Segunda. Además quedaba libre porque el Valencia me quería rescindir. Mi representante y el club me dicen que no hay equipos a los que poder ir. Yo lo ví como una situación un poco rara, sinceramente. Me quedó libre, tengo 22 años, con experiencia en Segunda y partidos internacionales… El tema de representación también… Yo creo que mi agente no actuó nada bien, no estuvo a la altura. Firmé por el Rayo Vallecano, que después de haber estado allí fue una etapa que nunca olvidaré, pero viendo de donde venía no me imaginaba en Segunda B. Cosas del fútbol que no te enteras cuando eres jugador.
Para ti la situación tuvo que ser inexplicable.
Me rescindieron contrato faltando también 10 días para empezar la Liga. Creo que en ese momento la gente que estaba dirigiendo el club, en la secretaría técnica y tomando decisiones, no estuvieron a la altura. Se comportaron muy mal, porque en ningún momento ni siquiera se interesaron por intentar ubicarme en alguna categoría similar. Al final, ellos [Valencia y sus directivos] también tienen contactos y te pueden recomendar a clubes. Y luego también estuvo el accidente de mi hermano [Raúl Albiol sufrió un accidente de coche que casi le cuesta la vida cuando fue a firmar su cesión por el Getafe en 2004]. Fue un todo muy extraño. Se juntó ese verano con el accidente de mi hermano y se me juntaron todas las situaciones posibles malas para firmar por el Rayo en ese momento. Luego fue una etapa bonita pese a estar en Segunda B, porque el ascenso a Segunda fue impresionante para mí. Siempre los llevaré en mi corazón y el recuerdo que tengo es muy bonito.
"Yo era uno de los capitanes, había estado cuatro años en Segunda B y el año en Segunda, habíamos hecho buena temporada. Quedamos quintos y había jugado prácticamente todos los partidos. El director deportivo ni siquiera se dirigió a mi para decirme: 'oye, no te vamos a renovar'. Directamente, no propuso oferta y ahí quedó todo. Me dolió"
Sobre su salida del Rayo VallecanoLlegaste con dudas, pero la experiencia en el Rayo fue inmejorable.
No me arrepiento de haber ido allí. Creo que la etapa del Rayo me marcó mucho y la pena fue por cómo se dio. Creo que el club [Valencia] y mi agente no estuvieron a la altura.
¿Rompiste relación con tu agente?
Sí, creo que me había engañado en la situación y en todo. Yo había respondido jugando partidos en una categoría superior, siendo joven y quedando libre. No entendía muy bien que tuviera que volver a jugar en Segunda B, que ya había tocado esa categoría y luego había estado jugando en Segunda. No entendía nada. Ahí sí terminé la relación con él y listo, cada uno por su camino.
El mal sabor de boca que te deja el verano con la rescisión, romper con tu agente y el accidente de tu hermano, lo mejoras con un ascenso muy peleado con el Rayo Vallecano.
La etapa del Rayo en Segunda B es una etapa muy bonita, porque la afición del Rayo es impresionante, algo que te cala muy dentro. Los aficionados son muy agradecidos con el trabajo, la profesionalidad y el haber estado en esos momentos más duros. Para ellos era una categoría muy complicada de la que había que ascender si o si. Eso es lo que más me llenó y me marcó de aquella etapa.
¿En un momento tan difícil cómo notaste a la afición del Rayo Vallecano?
Esa etapa fue dura y bonita al mismo tiempo, porque logramos ascender. Nos costó, porque no es fácil ascender, necesitamos varios playoffs para conseguirlo. En ese momento la gente siempre respondió, siempre estaba ahí. Nos exigían, nos apretaban, pero siempre apoyando. Creo que es una afición muy volcada con su equipo y en esos momentos tan duros, más aún. Hacen sentir al jugador importante, como si estuvieras jugando en Primera División. Aunque estuvieses jugando en Segunda B, para ellos te hacen sentir como que eres lo más importante. Fue muy bonito el ascenso a Segunda. En mi despedida sentí ese cariño por parte de ellos y eso lo llevaré siempre dentro.
"Me tocó aceptarlo, pero pasé un tramo complicado. No se me olvidará la imagen de cuando se me quedó la rodilla bloqueada. Me quedé en el suelo y no podía ni moverme. La primera lesión la enfoqué con la ilusión de recuperarme, pero la segunda ya terminó de matarme"
Sobre su retirada forzada por las lesiones.¿La afición es tan cercana como parece?
Ellos te hacían sentir como si fueras un jugador de Primera División. Esa cercanía del barrio es brutal, hay que estar para sentirlo de verdad. Esa conexión con ellos y ese feeling, te hace sentir como uno más de ellos.
El equipo en el que terminas tu carrera es el Real Murcia, ¿cómo vives tu etapa allí?
Terminé contrato en el Rayo Vallecano, el director deportivo que había entrado ese año anterior decidió no renovarme. Venía jugando todos los partidos, pero los directivos son los que toman decisiones, y me veo obligado a salir de allí. Tengo algunas ofertas de Segunda, entre ellas una del Murcia. Había estado allí y seguía el mismo presidente que en aquel momento. Vuelve ese interés y con esa propuesta me decanto por ir allí.
¿La rescisión con el Valencia y la no renovación con el Rayo es lo que más te ha dolido en tu carrera?
Sí. Sobre todo en el Valencia, siendo canterano creo que la gente que dirigía en ese momento el club no estuvieron nada acertados. A nivel personal hablo, no porque me tuviera que quedar. No intentaron ayudarme en nada, y creo que eso marca y mucho. Luego el tema del Rayo, pues también fue duro. Yo era uno de los capitanes, había estado cuatro años en Segunda B y el año en Segunda, habíamos hecho buena temporada. Quedamos quintos y había jugado prácticamente todos los partidos. El director deportivo ni siquiera se dirigió a mi para decirme: 'oye, no te vamos a renovar'. Directamente, no propuso oferta y ahí quedó todo. Me dolió. Me dolió porque estaba muy a gusto en el club y creo que había rendido para merecer esa renovación. Son cosas de los directores deportivos y no puedes hacer nada. Agradecí el trato de la afición, que eso no se olvida nunca.
"Nos reunieron a toda la plantilla en su chalet para una merienda. Cuando te saludaba te preguntaba el horóscopo. Había varios algunos, no sé exactamente cuáles, que no le gustaban. Entonces, cuando le nombrabas el horóscopo que no le gustaba, ya te ponía una cara como diciendo: 'uff, tú eres peligroso, te tengo que tener vigilado'"
Sobre Ruíz Mateos, presidente del Rayo.Con el tiempo esta pregunta puede ser un poco ventajista, pero ¿tú te crees que si no hubiese habido la rescisión, o si hubiese habido una renovación en el Rayo, hubieses sido futbolista habitual de primera?
Pues a ver, no lo sé, pero sí que tengo claro que eres un jugador de la categoría en la que consigues meterte. La prueba está en que muchos jugadores de Segunda B, que consiguen tocar Primera División, se asientan en Primera. Cuando coges esa rueda de debutar, o estar en un club de Primera y vas jugando partidos, siempre te quedas. Es un poco eso, aprovechar las oportunidades que te van saliendo. Mira a Raíllo, a Dani Rodríguez o Abdón Prats. A eso me refiero.
También vives la etapa de Ruíz Mateos como presidente, ¿qué recuerdas de su figura?
Me sorprendió mucho, porque la primera vez que fuimos a conocerlo nos reunieron a toda la plantilla en su chalet para una merienda. La idea era presentarnos ante él. Allí, Ruíz Mateos te veía de tú a tú. Cuando te saludaba te preguntaba el horóscopo.
¿El horóscopo?
Sí, era muy curioso. La verdad que me sorprendió y me quedé como un poco... [ríe] Había varios horóscopos, no sé exactamente cuáles, que no le gustaban. Entonces, cuando le nombrabas el horóscopo que no le gustaba, ya te ponía una cara como diciendo: 'uff, tú eres peligroso, te tengo que tener vigilado'. Es una anécdota que me sorprendió. Lo primero que hizo fue preguntarme el nombre y qué horóscopo era.
¿Le encajó tu horóscopo?
Por suerte a mí no me dijo nada, entonces creo que el horóscopo mío no estaba dentro de esos malos que él tenía señalados. Pasamos uno por uno saludando dentro de su chalet. Estaba pasando revista. A mí no me puso mala cara.
¿Cuánto te cuesta asumir que eres exfutbolista por culpa de las lesiones?
Tuve dos lesiones graves de rodilla. En la primera tuve una tríada en una acción fortuita. Me rompí el menisco, el ligamento posterior y el cruzado. Pude recuperarme, pero tuve una recaída de esa lesión y me quedó todo desecho por dentro. Fue duro. Ya fue dura la primera y luego, cuando reaparezco al año, vuelvo a una situación así. Era muy joven aún y a nadie le gusta tener que dejar el fútbol por las lesiones. Me tocó aceptarlo, pero pasé un tramo complicado. No se me olvidará la imagen de cuando se me quedó la rodilla bloqueada. Me quedé en el suelo y no podía ni moverme. La primera lesión la enfoqué con la ilusión de recuperarme, pero la segunda ya terminó de matarme. Me comunican que no hay solución.
¿A nivel mental cómo vives ese cambio de jugador a exfutbolista?
Fue jodido. Para recuperarme mentalmente me ayudó mucho empezar a entrenar en el futbol base. Era una forma de seguir metido en el fútbol. Se te cae el mundo encima. Todo lo que ha sido tu vida, que es el fútbol, esa pasión del día a día, estar entrenando con compañeros, competir, la adrenalina… Todo eso ahora es vacío. Te cuesta meses asimilarlo.