El día que Aihen Muñoz tocó fondo: "Me fui a casa de los padres de Sola, me puse a llorar y les dije que no quería jugar"
El jugador blanquiazul relata en Relevo sus días "más oscuros" en la Real Sociedad. Lo hace en la previa del partido de Balaídos, campo en el que se lesionó de gravedad hace un año.
Aihen Muñoz (Etxauri, 1997) regresa a Balaídos, un campo del que el pasado mes de enero tuvo que salir en camilla. No se habían jugado ni 40 minutos de ese duelo frente al Celta y el realista, roto y entre lágrimas, abandonaba el terreno de juego, siendo consciente de la gravedad de la lesión que acaba de sufrir. Ya la había padecido ocho años antes. El parte médico confirmó los peores augurios: rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Menos de un año después, el futbolista blanquiazul vuelve a Vigo totalmente recuperado y con la autoestima por las nubes, sin miedo ninguno. "Prefiero romperme otra vez a jugar con miedo".
Aihen Muñoz vuelve a Balaídos. ¿Qué sensaciones tienes?
Sí, lo he pensado, porque han sido dos años seguidos ahí complicados, primero con el aductor y la brecha, y el segundo, con la rodilla. Pero bueno, pues sí que me han venido pensamientos malos a la cabeza, pero a la vez muchas ganas de jugar ahí, de volver a encontrarme en ese estadio, que también, antes de estos dos últimos partidos, me encontré muy bien. Entonces quiero volver a sentir todo eso. No tengo ningún miedo y quiero tirar para adelante.
Eso te iba a preguntar. ¿Sientes miedo? ¿Se te ha pasado algo raro por la cabeza?
Cuando me rompí decía que yo iba a volver a jugar ahí, pero ahora no. Quiero jugar, estoy con muchas ganas. Quiero ser valiente en el sentido y darlo todo y ayudar al equipo a ganar.
No ha pasado ni un año de esa grave lesión y ya estás jugando como si tal cosa. Hay futbolistas a los que le cuesta un mundo volver. ¿Cuál es la clave?
Hay mucho trabajo detrás. Buenos profesionales aquí, mis ganas de volver, muchas horas, buen apoyo, bien rodeado en casa. Desde el primer momento he estado con la mentalidad de querer volver y seguir ayudando y, sobre todo, de sentirme futbolista.
¿Qué ha sido lo peor?
Pues el hecho de estar trabajando al margen, ver a tus compañeros que están jugando, que están ganando, que están disfrutando de ser futbolista y tú, en ese momento, te ves muy incapaz de hacer muchas cosas. Sí que es verdad que también es un lado positivo, de que igual no haces tantos viajes y puedes aprovechar más tiempo en casa, pero sentirse futbolista es lo mejor que hay y, en mi caso, eso es lo que trato de hacer cada día.
Era la segunda rotura de cruzado. ¿Qué se te pasó por la cabeza? ¿Se te vino el mundo encima?
Ahí piensas que parece que la vida te está dando señales, ¿no? De si seguir, de si no seguir. Pero bueno, luego ves muchos ejemplos que tienes aquí. En casa teníamos los casos de Martín Merquelanz, a Sergio Canales también, que ha pasado por muchas lesiones, y no te ves inferior a ellos. Quieres volver, quieres jugar, sabes que te vas a poner bien y la verdad que desde ese primer momento tenía la mentalidad de estar ahí a tope otra vez.
¿Cómo se consigue tener esa mentalidad?
A mí siempre me ha gustado esta faceta de la mente, la psicología y, sobre todo, trabajar, leer, informarte cómo lo han vivido otros compañeros. En mi caso siempre me gustan los retos y no lo viví como algo malo, sino como algo que no podía hacer más fuerte y, de momento, así está siendo. Estoy intentando exprimirlo a tope y cada día pues valoro más lo que estoy viviendo.
El camino de Aihen Muñoz en la Real Sociedad no ha sido, precisamente de rosas. Hubo una época en la que estabas más fuera que dentro. Pero tú nunca has dado tu brazo a todo. ¿Eso también es mentalidad fuerte? ¿Se trabaja?
Sí se trabaja. Es casi lo que más intento trabajar. Creo que la mentalidad, muchas veces, marca la diferencia. El estar conectado al partido, el estar conectado a tu recuperación, muchas veces te hace sentirte más fuerte, recuperarte antes, tener buena energía, estar bien con los demás. Y en mi caso, en el campo, es lo que intento buscar. Llegar siempre un pelín antes que el rival, por mucho que sea más rápido, por mucho que sea más fuerte y es algo que intento trabajarlo mucho.
"En mis épocas malas tenía mucho miedo y no quería exponerme, pero ahora quiero jugar cada día, quiero entrenar y todo lo que hago en casa, todo lo que leo, todo lo que trabajo para mí mismo, creo que da sus frutos en el campo porque se ve un Aihen valiente"
Futbolista de la Real Sociedad¿Te esperabas este rendimiento? ¿Es fruto de todo el trabajo que has venido haciendo?
Sí. Estoy muy orgulloso de eso. En mis épocas malas tenía mucho miedo y no quería exponerme, pero ahora es que quiero jugar cada día, quiero entrenar y todo lo que hago en casa, todo lo que leo, todo lo que trabajo para mí mismo, creo que da sus frutos en el campo porque se ve un Aihen valiente, un Aihen trabajador y que no se deja nada en el campo.
¿Te viste fuera de la Real Sociedad?
Sí, claro que sí. Prácticamente tenía las maletas hechas. Pero yo, con el míster y con cuerpo técnico ya hablaba, que mientras estuviese aquí, hasta el último día lo iba a dar todo. Al final, por circunstancias casi ajenas a mí, me tuve que quedar y aquí sigo dando guerra.
Eres uno de esos futbolistas que no ha tenido ningún remilgo en hablar de la salud mental. Antes era como más tabú, pero ahora es como que está más visto, hay más valientes que hablan de sus casos. ¿Cómo recuerdas tu caso y cómo le diste la vuelta?
Lo recuerdo con mucho sufrimiento. Yo no disfrutaba del fútbol, no quería venir a entrenar. Estaba deseando quedarme fuera de las convocatorias porque tenía miedo a exponerme, a jugar, a la crítica. Por suerte, lo ha dicho muchas veces, estaba aquí Imanol Ibarrondo que vio que estaba sufriendo y me dio las herramientas, el hacer lo que dependiese de mí, las críticas de fuera pues muchas veces son incontrolables y nos tenemos que centrar en nosotros, en lo que podemos mejorar. A mí me sirvió mucho el no compararme con los demás. Muchas veces intentaba ser otro tipo de jugador y, en cuanto me centré en mis virtudes, en lo que quería ser yo y en potenciarme a mí mismo, pues ahí di un salto increíble. Y sobre todo, pues lo que te estaba diciendo ahora, el trabajo mental. Yo lo he trabajado muchísimo. O sea, leo muchas cosas, me gusta la psicología, me gusta la mentalidad y eso es lo que me está dando los frutos de seguir aquí año a año.
¿Cómo llega un futbolista a sentir miedo?
Muchas veces, cuando somos jóvenes no controlamos lo que hay fuera y aparte no conocemos esa parte del fútbol en la que se vive la crítica, en la que estás presionado, en la que tienes que ganar sí o sí cada fin de semana, en la que tienes que demostrar y eso muchas veces al jugador joven, cuando llega a la élite, le pilla por sorpresa porque se piensa que el fútbol es fama, es tener un buen coche, es solo ganar y que te quiera todo el mundo. Y cuando llegas y te da ese golpe de realidad, pues ves que, hostia, te pilla de sopetón y muchas veces no lo puedes gestionar con 20, 21 años. Entonces, bueno, pues tiene un tiempo de adaptación y yo lo tuve que tener gracias al club, que también tuvo paciencia conmigo, al entrenador y sobre todo a mi trabajo de querer mejorar, de querer darle la vuelta y querer disfrutar del fútbol, que mi objetivo único era volver a disfrutar porque sentía que no lo estaba haciendo.
Ya sabemos cómo se trabaja físico. ¿Cómo se trabaja la mente?
Yo la trabajo leyendo mucho, escribiendo, compartiendo mis inquietudes con mi pareja, con mi familia. Eso es lo que hago yo y luego ponerlo en práctica, controlar la postura corporal. Antes, cuando estaba en mi época miedosa, recuerdo que salía al campo encogido, no quería que la gente me viera, y ahora me siento poderoso, quiero exponerme, quiero sentirme valioso y yo lo trabajo de esas maneras, sobre todo con la escritura, con la lectura y, sobre todo, compartiéndolo con los demás.
¿Cuando se tiene miedo, se pasa mal?
Sí. Yo me acuerdo que tenía ansiedad. Me acuerdo de venir a entrenar y tenía la respiración entrecortada, me salían herpes todos los días y lo sufres porque, encima, también piensas en tu familia, que también estará sufriendo, que estará leyendo esas críticas, y es un periodo malo que muchas veces, yo porque tuve a Imanol Ibarrondo y se dio cuenta, pero yo pensaba que mi sufrimiento no venía dentro de mí, sino que venía de fuera y tenía que ser eso. Pero cuando me di cuenta que era yo el que tenía que cambiar, verlo de otra manera, ahí ya cambió mi vida, aparte del fútbol, cambió mi vida.
¿Cuál fue ese momento en el que tu cabeza hizo clic?
En el partido de Becerril. El día anterior me fui a llorar a casa de Gabi y Marta, que son los padres de Alex Sola, que aquí estoy superagradecido, son lo mejor que me ha pasado aquí en Donosti. Y ahí lloré y les dije que no quería jugar, que no querías exponerme a ese partido contra un equipo de unas cuantas categorías menos. Y ahí dije que esto no podía seguir así: 'O te vas de aquí y te dedicas a otra cosa o empiezas a cambiar tu perspectiva, te cambias de gafas y de cómo ver el fútbol'. No esperaba un mensaje de ellos, lo que quería era soltar, porque yo hasta ese momento no había soltado, tenía miedo a decirle a la gente que no estaba disfrutando del fútbol. ¿A quién le iba a decir que no estaba disfrutando del fútbol cuando supone que era mi sueño y que lo había perseguido desde toda la vida? Pensaba que me iban a tratar como un loco, ¿no?. ¿Has cumplido tu sueño y no estás disfrutando?. Eso no era una manera de explotar y de salir de ese armario. Ellos sobre todo me escucharon, que era lo que yo necesitaba, y me empujaron a compartirlo y a empezar a trabajarlo.
¿Es difícil soltar eso?
Sí. A mí me parecía difícil, sobre todo por lo que te he dicho, has cumplido un sueño y a quién le vas a decir que ese sueño que has cumplido no es lo que tú pensabas, ¿no? Entonces a mí me costaba mucho y, sobre todo, a mis padres, mi familia, a mis amigos... Joder, he cumplido el sueño de ser futbolista, se supone que tienes todo lo que te han vendido y a pesar de todo no lo estás disfrutando, ¿no? Entonces, yo tenía la sensación de que me iban a tratar como un loco y que no me iban a hacer caso, pero la gente que te quiere está para ayudarte.
Siempre se habla de que los futbolistas son unos privilegiados, vida fácil, dinero..., pero, escuchándole, da la sensación de que no es oro todo lo que reluce, ¿no?
Esto es como todo, tiene su parte buena y su parte mala, Me di cuenta que me estaba comiendo esa careta de Aihen el futbolista. Yo quería volver a ser el Aihen de Etxauri, el de toda la vida. Y eso se puede. Sí que es verdad que siempre vas a estar expuesto a la crítica y siempre vas a tener que actuar de una manera como futbolista, pero no te tienes que olvidar de que eres la persona del pueblo, de tus amigos, de tu familia.
¿Se considera un ejemplo para la gente joven?
Ojalá. Es lo que muchas veces intento, ¿no? Siempre que tengo una entrevista y me dan la oportunidad de hablar de esto, pues que los chavales sepan también un poco qué es lo que hay detrás y que esto, pues bueno, tiene su lado bueno y también su lado un poco oscuro, que muchas veces no se habla, ¿no?. Yo, todo lo que puedo ayudar, siempre abierto y es algo que me gusta mucho, que desde que empecé a indagar, a aprender, es algo que he visto que me ha servido muchísimo. Yo creo que se está viendo en el campo. Siempre estoy dispuesto a ayudar.
El salto adelante, en su caso, es más que evidente. El club se empeña en fichar laterales izquierdos (Theo Hernández, Diego Rico, Nacho Monreal, Javi López...) y el que juega es Aihen. ¿Esta cuestión también es refuerzo para tu persona?
Sí. Yo siempre estoy preparado. Llevo muchos años y sé cómo se trabaja aquí y desde el día uno hasta el último día que esté aquí siempre voy a tener esa mentalidad de darlo todo e intentar aprovechar las oportunidades. Ahora, cada vez que me toca, intento hacerlo bien, siento que la grada me quiere, que el club me quiere y eso pues me hace sentir fuerte, ¿no? Siempre voy a seguir en este camino y no me voy a arrepentir nunca de no haberlo dado todo. Y encontrarme a alguien como Imanol Alguacil también ayuda. Yo sé lo que quiere él y él sabe cómo soy yo, sabe mis virtudes y sabe que siempre voy a estar ahí, siempre disponible. Eso nos refuerza, me refuerza. Pero Imanol también me ha quitado. Me ha puesto cuando me lo he merecido y me ha quitado cuando no cuando me he merecido estar en el banquillo. Aquí nadie me regala nada.
¿Cómo empezó la historia de Aihen Muñoz?
Mis padres son de aquí, de Donostia, pero se fueron a vivir a Navarra. Yo nací aquí, pero al segundo día ya me fui para Etxauri. Empecé jugando en la ikastola Sanduzelai. Fue ahí donde di mis primeros pasos y marqué mis primeros goles. Antes jugaba más arriba. Luego pasé al Ardoi y ahí estuve seis años, desde el fútbol sala, pasandopor el fútbol 7 y luego, por el once. En Cadete de primer año me fichó la Real Sociedad. Vine al Colegio Mayor de Olarain, y ahí empezó mi camino. Me veía con ganas de ser futbolista. Ese ha sido mi camino hasta ahora, pasando por diferentes posiciones hasta el 6 de enero que debuté. Kevin estaba lesionado y Theo no podoia jugar por la 'cláusula del miedo' y, por suerte, ganamos ese partido. No sé qué hubiese pasado si hubiésemos perdido 4-0, pero, por suerte, ganamos el Bernabéu y me dio mucha confianza.
No cualquiera puede contar que debutó en el Santiago Bernabéu ganando. ¿Eso también fue un espaldarazo para Aihen Muóz?
Alguna vez incluso lo he soñado. ¿Qué hubiese pasado si hubiésemos perdido 4-0 en el día de mi debut? Igual en el siguiente partido no hubiese tenido la oportunidad de jugar. Por suerte ganamos, con goles de Rubén Pardo y William José. Y luego el siguiente partido, contra el Espanyol en casa tuve la oportunidad de seguir jugando, de seguir haciéndolo bien hasta que acabé el año con 12 partidos. Ese año fue un subidón porque me vi capaz de competir a este nivel.
Cuando te ves ahí, ¿esperabas todo lo que ha venido después?
Cuando llegas ahí dices que todo ha merecido la pena, todos los años de irme de casa, dejar un instituto por otro, estar lejos de los padres y dices: 'Hostia, ha merecido la pena', pero bueno, no sé si esperármelo o no, cuando estás en el Sanse, lo ves cerca, porque, por diferentes circunstancias, uno se lesiona, el otro no puede, puedes dar el salto, pero luego tiene que haber una persona que confíe en ti. Me acuerdo que antes de eso tuve una convocatoria con Asier Garitano contra el Valladolid y no tuve la oportunidad. Y ahí sí que te empiezas a ver cerca, pero eres consciente de que es muy difícil.
¿Recuerdas cómo fue la llamada de la Real Sociedad?
Es que les llamaron a mis padres y creo que las llamadas fueron bastante antes de que yo me enterara. Les llamaron en diciembre y yo me enteré en junio cuando acabó la temporada. Pero en cuanto me lo dijeron... Es verdad que yo venía entrando con Osasuna mucho tiempo, pero mis padres preferían que jugara en Ardoi con los amigos y no meterme ya tan joven en ese mundo profesional. Siempre lo he dicho, agradecer a Osasuna, el equipo de mi tierra, porque no puso ninguna pega. En ese momento, mis padres que son de aquí, mi familia, y yo, decidimos venir aquí hasta el día de hoy.
Cuando te dan el mensaje, que tienes que venir a Zubieta, ¿qué te pasa por la cabeza?
Nerviosismo, pensar en mi abuelo... Muchas cosas. Idealizas el fútbol, idealizas los futbolistas y dices: 'Hostia, esto puede ser realidad' Aunque entres en cadetes y dices, voy a ponerme la camiseta de la Real y para mí, un chico de Navarra que es de la Real, tener que dejar todo por venir aquí, era apostar mucho y decir: '¡Buah, esto hay que cogerlo con ganas.
"Mi abuelo es muy de la Real. Siempre me dice: 'Si se enterara tu bisabuelo'. Él vive al lado de Atotxa y cada vez que paso por ahí, me imagino cómo estaría mi abuelo con mi bisabuelo viviendo esos partidos. La verdad es que me emociona"
Futbolista de la Real Sociedad¿Y por qué de la Real?
Porque mis padres son de aquí. Mi padre nació en Tudela, pero habían vivido aquí, habían estudiado aquí. Mi abuelo es de aquí, todos de la Real. Y yo creo que es algo que se transmite de generación en generación. Mi abuelo es muy de la Real. Siempre me dice: 'Si se enterara tu bisabuelo' Ellos iban a Atotxa y eso siempre lo he mamado desde pequeño. Toda la familia siempre ha sido muy futbolera, súper de la Real. Y a mí me ha tocado, por suerte, poder ponerme la camiseta y jugar en Anoeta. Mi abuelo me ha contado muchas anécdotas de la Real, sobre todo de cuando iba con su padre, mi bisabuelo, a Atotxa y disfrutaban de ese ambiente. Encima él vive ahí al lado y ahora lo recuerda y cada vez que paso por ahí me imagino cómo estaría mi abuelo con mi bisabuelo viviendo esos partidos en Atotxa. La verdad es que me emociona.
Al ponerte la camiseta de la Real sigues sintiendo ese gusanillo de cuando eras chaval y comenzabas a escribir tu historia en la Real Sociedad?
De hecho, durante mi época miedosa, mi objetivo era volver a disfrutar del fútbol y volver a sentirlo como un niño, porque esa sensación de saltar al Bernabéu siendo un chaval inconsciente, no saber lo que hay detrás, esa inconsciencia, quería volver a tener esa sensación de inconsciencia de un niño que sale a disfrutar a pesar de jugar en un estadio de 90.000 personas. Y, ahora, cuando intento escribir, cuando intento pensar en volver a tener el disfrute que considero que hay que tener en el fútbol para poder rendir, pienso en cómo lo viviría el Aihen niño. El Aihen niño jugaría sin pensar, jugaría solo a disfrutar, jugaría descalzo como en la plaza del pueblo y no lo haría pensando tanto, con tanta presión como muchas veces lo hacemos los adultos, que intentamos pensar tanto las cosas y es un error. Hay que sentir más, más que pensar. Ibarrondo ya lo decía: 'Pensar es malo y pensar mucho es muy malo'. Es verdad, yo cuando estaba mal, me llegaba el balón y pensaba mucho, no estaba centrado en el juego, pensaba que cuanto más pensara, mejor lo iba a hacer y esto es lo contrario. Si estamos ahí, ya tenemos todas las virtudes para jugar, ya tienes lo que tienes que tener, ahora fluye, no pienses, estate en el presente y haz caso a tu interior más que a otra cosa.
Hace poco entrevistamos a Alfred Finnbogason y reconocía esto mismo. Él venía de marcar muchos goles en Holanda, siendo un artillero reconocido, y en la Real le pasó eso, que pensaba demasiado...
Es que muchas veces es lo que nos venden, pensar todo y al final, lo que cuenta, el parálisis por análisis. Analizas tanto las cosas que te paralizas. Uno de mis objetivos, últimamente para mantener mi concentración y mi atención plena en el juego es el sentir más, más que pensar. Sentir, fluir...
¿Cómo se consigue? ¿se puede explicar?
Uno de los trucos que tengo a la hora de jugar es hablar, hablar con mis compañeros, porque muchas veces se piensa que cuando hablas das solo la información al compañero, y no solo estás dando información al compañero. Tú cuando hablas, cuando te hablas, solo puedes hacer una cosa a la vez. Entonces, intento hablar para no pensar hacia dentro. Y si hablo hacia afuera, pues no estoy pensando hacia dentro y estoy más conectado al juego. Es difícil explicarlo. Muchas veces la gente se piensa que cuando yo hablo es para dar información y lo hago también por eso, pero lo hago más que nada por mí, por estar conectado y por estar presente en el juego.
"Muchas veces la gente se piensa que cuando yo hablo es para dar información y lo hago también por eso, pero lo hago más que nada por mí, por estar conectado y por estar presente en el juego"
Futbolista de la Real Sociedad¿Qué es lo que escribes?
Me gusta escribir mucho las sensaciones de prepartido, cómo estoy viendo la temporada, qué es lo que me gustaría ser, qué objetivos tengo. No ya de ganar una copa, sino qué objetivos tengo de míos, de disfrutar, de mejorar, y sobre todo, vaciarme por dentro y analizar un poco cómo estoy viviendo algo que siempre he querido.
¿Lo de escribir viene de tu aita, no?
Sí, puede ser. Siempre le he visto leer, escribir. Yo antes era más de leer novelas, pero ahora ya lo que leo es mucho sobre mentalidad, sobre hábitos saludables, sobre cómo mantener el foco en el juego y eso es lo que estoy viendo que es lo que me está dando los frutos.
Vienes de familia de artistas; su padre escritor, tu hermana, bailarina, tu hermano, actor...
Mi padre siempre ha dicho que en casa todos son bailarines, unos encima del escenario, otro con el balón y otros, con el bolígrafo.
¿Cuál es el mensaje de tu aita que más te ha calado?
Sobre todo, dar lo máximo que depende de cada uno, que me tengo que vaciar, que lo que hay fuera, pues muchas veces no depende de nosotros y hay que trabajar. Eso de mi padre y de mi abuelo, de dejarte la piel, en mi caso, en el campo
Igual ahora ya no, pero ¿le has dado muchas vueltas a la cabeza por las críticas?
Yo creo que tengo años de entrenamiento y no. Para empezar me quité el Twitter O X como se llame ahora. Yo ya pasé esa época. Sí es verdad que se me hizo larga porque muchas veces las redes sociales te tientan a entrar Y a poner tu nombre y a ver que hablan de ti, pero yo ya pasé esa época, Me hizo mucho daño y ahora intento hacer lo mío. Hay demasiada presión alrededor y eso hay que vivirlo. Es difícil explicarlo, pero sobre todo en deportes en los que estás muy expuesto, pues, bueno, ya cada fin de semana jugamos delante de cuarenta mil personas, ¿no? Y cuando no estás haciendo bien ya te pueden pitar o haces un fallo y ya en las redes sociales te pueden decir muchas cosas. Hay que tener cuidado y cuanto más aislado o más trabajado tengas eso, más vas a centrarte en ti mismo y más vas a disfrutar, que al final es lo que hay que hacer.
"Me quité el Twitter. Muchas veces las redes sociales te tientan a entrar y a poner tu nombre para ver qué hablan de ti, pero yo ya pasé esa época. Me hizo mucho daño y ahora intento hacer lo mío"
Futbolista de la Real SociedadEs una pena que tengas que aislarte para poder disfrutar, ¿no?
Sí. Sobre todo tienes que poner el foco en lo que depende de ti. Eso es lo que intento hacer yo. Eso creo que es básico y los jugadores jóvenes, bailarines, actores, tienen que pensar en eso. Y no dejarse llevar por las buenas palabras, por las adulaciones de los demás en los buenos momentos y en los malos momentos por la crítica, porque las dos cosas al final te pueden descentrar de tu camino.
Acabas de ser aita hace un mes. ¿Es algo que también te ha ayudado a centrarte?
La verdad que me centré en la vida ya cuando empecé a valorarme a mí mismo más. Y gracias a valorar la vida, empecé a valorar el fútbol. Pero ahora, pues con la niña, ya ves que esa cosita ha salido de ti y es una maravilla. Está siendo, para mí, un mes increíble.
Pese a las pocas horas de sueño...
(Risas) Yo duermo más que mi pareja. Ella sí que tiene noches de decir: 'Joder'. Pero sí que es verdad que en general la niña es tranquilita, no llora mucho, hace más ruiditos que otra cosa, que esos ruiditos a veces me cago en la leche. Pero es una gozada, es lo mejor.
Vamos a hablar un poco de fútbol. Te ha tocado vivir una época increíble, yo creo que nadie la esperaba. ¿Cómo lo has vivido? ¿tanto éxito quizá también pudo influir en su época más baja?
En el mejor momento de la Real, con la Copa del Rey, yo lo disfruté, obviamente, pero no estaba en el mejor momento. Sí, hemos ganado la Copa y estoy superagradecido, pero yo creo que tengo momentos más felices después. Desde el primer momento, este staff técnico nos ha inculcado, que aquí tenemos que aspirar a todo, que tenemos que ser ganadores, que nos tenemos que ayudar entre todos. Y se está viendo que cada año peleamos por estar arriba. Este año, al principio, parecía que igual nos sacábamos los resultados y ahí seguimos en la pelea, ¿no? Cada jugador que viene aquí también lo siente así, que aquí no hay que dejar ninguna competición de lado, que tenemos que pelear y luego eso, los resultados muchas veces son favorables y otras muchas veces no, pero sobre todo la mentalidad de querer ganar.
Yo creo que pasa en todos los equipos, que hay nombres importantes. En la Real están los Oyarzabal, Zubimendi, Remiro, Merino o Le Normand y luego los secundarios, sin querer menospreciarle, como Aihen Muñoz. ¿Eso como se lleva? ¿eso también influye de manera negativa?
Cuando no juegas, por mucho que el equipo gane, muchas veces no te sientes partícipe. Eso es duro también, ¿no? Sentirlo desde dentro y ver que el equipo está ganando, que el equipo aspira a muchas cosas y que tú no estás participando. Muchas veces te puedes sentir un poco fuera. Sí que es verdad que aquí, en este vestuario, nadie se queda fuera, o sea, con la cultura que tenemos aquí todos nos llevamos entre todos. Pero, personalmente hacia adentro, sí que es verdad que puedes sentirte menos partícipe, pero eso es intentar gestionarlo, pasar el peaje y pelearlo hasta que la oportunidad. Este vestuario es una pasada, una familia. Hay mucha gente de casa, que vive y siente esto a fondo. Y los de fuera llegan aquí y se dan cuenta de que esto es muy diferente a todo lo que han vivido fuera de aquí. Yo creo que eso es lo que nos caracteriza y en momentos malos también, ven que hay gente que sigue apretando, que los que sentimos el escudo también, estamos ahí al pie de cañón para sacar adelante y en los buenos momentos pues que tampoco nadie se relaja y que todos lo disfrutamos.
¿Cuál, personalmente hablando, es la valoración que hace Aihen de 2024?
Bueno, pues la verdad que me siento súper orgulloso porque en principio casi ni me imaginaba que podría llegar a jugar en noviembre y, por suerte, casi desde el principio de liga he estado disponible, entonces superorgulloso de cómo me he recuperado de la rodilla, de que esté ahora con muy buenas sensaciones físicas y que el míster ahora esté contando conmigo. Estoy con ganas de acabarlo en Vigo, en un estadio donde tengo ahí esas sensaciones un poco amargas, de ser valiente y disfrutarlo y, pase lo que pase, estar orgulloso de mí.
¿En los duelos piensas en la rodilla?
No, ese miedo me lo quité rápido. El otro día hablaba también con mi pareja de Vigo. Y le decía decía es que voy a muerte, no quiero pensarlo, no quiero sentir ese arrepentimiento, no quiero vivir con ese miedo. Quieor jugar, a los duelos voy a muerte porque no quiero tener miedo. Prefiero romperme antes que juagr con miedo. Ya está. Qeiro seguir así con esta mentalidad. Yo creo que el miedo es lo peor. Es algo que no se percibe desde fuera, pero sentir miedo... Yo lo sufrí mucho.