MLS

Una celebración de torero y las críticas desde Cataluña que explican por qué Riqui Puig lo está petando en Los Ángeles Galaxy

El ex del Barça lidera a su equipo, líder de su conferencia, a base de goles y asistencias.

Riqui Puig, en una comparecencia como jugador de los Galaxy./AFP
Riqui Puig, en una comparecencia como jugador de los Galaxy. AFP
Hugo Cerezo

Hugo Cerezo

Marcó el 4-2 tras un trepidante derbi entre los Galaxy y Los Angeles FC, rubricando la remontada y poniendo el colofón a los olés que se coreaban en el estadio, derechazo colocado que dejó parado a Hugo Lloris, y Riqui Puig, apodado ya 'el matador', se quitó la camiseta e inspirado por esos gritos tiró unos pases de torero con el 10 blanco a modo de capote. Liberado, feliz, enrachado y empoderado, el catalán sigue creciendo a sus 25 años en la MLS, atisbando en el horizonte que su equipo pelee por el título.

Riqui aterrizó en Beverly Hills en 2022. Dos años después, y tras un 2023 irregular como el equipo, es el jugador franquicia en toda la amplitud del término, no solo la de la categoría de su contrato, por cierto renovado hace meses hasta 2027 en unas cifras difícilmente igualadas en el fútbol europeo para un futbolista de su perfil. Sus datos son mejores que nunca y rebaten aquella etiqueta que se repetía por Can Barça de que ni metía goles ni daba asistencias. Pues bien, 10 tantos y ocho asistencias en 27 encuentros, registros de '9' más que de '8', una eclosión que le sitúa como uno de los mejores jugadores de la MLS.

"Riqui Puig ha sido el jugador más importante de los Galaxy en las últimas dos temporadas, no solo por lo que hace en la cancha sino por su compromiso. El año pasado no fue bueno y bien podría haberse ido, pero ha mostrado muchas ganas de quedarse y ha tenido una muy buena actitud, y sobre todo, lo ha demostrado en la cancha, al punto de ser el máximo referente del equipo", explica Eduard Cauich, redactor de Los Angeles Times que sigue la actualidad de los Galaxy, que precisa que por mucho que "haya conquistado el corazón de sus aficionados" todavía no está a la altura de figuras como Beckham o Ibrahimovic.

El caso es que el equipo angelino va líder de su conferencia con 55 puntos (a pesar de su derrota esta madrugada contra Portland 4-2) y aspira a la pelea por el título. Si acaba campeón en las tres jornadas que restan tendrán el factor campo a su favor en las eliminatorias. La victoria en el derbi del Tráfico el domingo pasado fue clave para afianzarse en el liderato. De ahí que el estadio, el Dignity Health Sports Park, se viniera abajo después de que se remontara el 0-2.

Riqui nunca fue un jugador con complejos, pero en California ha encontrado el lugar idóneo para sonreír liberado, sin el ojo crítico y quisquilloso que le miraba con recelo cuando asomó e intentó establecerse en el primer equipo. Un ojo que todavía mira, a miles de kilómetros, cuando por lo que sea Puig atrae los focos. Pasó con su celebración 'taurina'. Le llegaron comentarios de crítica, pocos entre la mayoría de elogios, pero ya se sabe que las redes es como el estadio, suenan mucho más unos cientos de silbidos que miles de aplausos. "En Matadepera hay campos de golf, no plazas de toros", le escribieron en su muro de IG. El recuerdo de lo difícil que es ser profeta en casa. El contrapeso de que precisamente por eso Riqui es tan feliz en Los Ángeles. Porque esa mirada turbia de cierto entorno azulgrana no le llega.

Porque la celebración no iba más allá que corresponder a los olés. Le gusta a Riqui innovar en las celebraciones, consciente del poder mediático que condensa ese 1,70 coronado por un flequillo con copyright. Jugador y creador de contenido. Ha festejado goles como si fuera Son Goku (personaje de animación de la serie Bola de Dragón), como si pateara un birdie (sí, en Matadepera se juega al golf), como si hablara por teléfono con su bota, como si un compañero le cortara el pelo (teñido de rubio)... Un repertorio heterogéneo que tiene cero de reivindicativo por aquellos que puedan pensar que Riqui es taurino.

Más allá de la esfera más hollywoodiense, en el verde, donde de verdad se le mide, es un jugador más completo, que está demostrando que no fue a la playa de la Costa Oeste a ponerse moreno y vivir a 25º grados, sino a competir y crecer. Y ser feliz, sin etiquetas de alta burguesía. Por eso le mejoraron el contrato. Por eso desde Europa de vez en cuando llaman con interés por su situación (cabe recordar que el Barça tiene un derecho de tanteo y el 50% de una futura venta). Por eso ya no es Riqui Gucci, sino 'el Matador'.