La desesperación del Vitesse como crudo ejemplo del riesgo de la multipropiedad: "No hay más dinero"
El club neerlandés, que tuvo vínculos con el Chelsea de Abramovich, es colista en Segunda división, con -8 puntos, y necesita un comprador antes de que finalice la temporada para seguir existiendo.

En los últimos años ha surgido un nuevo método de funcionamiento en los clubes: la multipropiedad. Cada vez es más común que varios clubes estén mandados por un mismo propietario, y que se produzca un trasvase de jugadores entre ambos. Por encima de todos, destacan los casos del 'City Group', encabezados por el Manchester City y en el que se encuentra el Girona, aunque cuenta con clubes por todo el globo, y de Red Bull, que también posee clubes en varios continentes.
La historia de este modelo es muy corta, con lo que se desconocen las consecuencias que puede tener a largo plazo. De hecho, este método ya ha generado problemas con varios equipos con la misma propiedad que se han enfrentado, como ocurrió en la temporada 2018-19 con el enfrentamiento entre Leipzig y Salzburgo, ambos pertenecientes a Red Bull, en Europa League, que llevó a tener que aplicar ciertos cambios para que ambos pudiesen jugar en la misma competición.
Pese a no ser estrictamente uno de estos casos, en la realidad, el Vitesse funcionaba como un equipo afiliado del Chelsea desde 2010, con Roman Abramovich a la cabeza, hasta que el ruso se vio obligado a vender el club. En ese mismo año, Merab Jordania, con vínculos comerciales con el oligarca ruso, adquirió el club con ayuda financiera de Abramovich. Tras Jordania, el club neerlandés estuvo presidido por otros dos aliados comerciales de Abramovich: Aleksandr Tsjigirinski desde 2013 y Valeri Ojf desde 2018. Además, The Guardian destapó que Abramovich facilitó más de 100 millones de euros al club neerlandés mientras era dirigente del Chelsea.
A todo ello, hay que sumarle el suministro de cedidos que fueron desde Londres a Arnhem. Hasta 30 jugadores estuvieron a préstamo en el Vitesse entre 2010 y 2020, destacando los casos de Matic, Mount o Solanke. Este acuerdo llevó al Vitesse a su mejor momento histórico, al ganar su primer título con la Copa de los Países Bajos en la temporada 2016-17, y a participar en Europa.

Sin embargo, todo cambió cuando estalló el conflicto entre Ucrania y Rusia, por el que Roman Abramovich se tuvo que desprender del Chelsea, y Ojf optó por hacer lo mismo con el Vitesse, lo que dejó al club huérfano de cara al comienzo de la temporada 2023-24.
Mientras el equipo estaba luchando por salvar la categoría en el campo, llegaron dos duros palos en 2024. En primer lugar, la Federación Neerlandesa suspendió la compra del club por parte de Common Group, un consorcio estadounidense, por "falta de transparencia financiera", pero el segundo fue aún más duro, una deducción de 18 puntos por "no cumplir repetidamente los requisitos de las normas de concesión de licencias" a falta de cuatro partidos, que le situaban como colistas con -1 puntos y les descendía a segunda división tras 35 años en la máxima categoría.
El problema del club no acabó ahí, según afirmó Edwin Reijntjes, director general del club, tras finalizar la temporada y consumar el descenso: "No hay más dinero, la situación es muy preocupante. Necesitamos una inyección de capital a corto plazo". De esta forma, el club estuvo al borde de la desaparición, ante la que aparecieron exjugadores y aficionados, que pusieron de su parte para pagar las deudas más urgentes, y hacer posible que el club aguantara un año más, aunque fuera en segunda.
La situación del club ahora no es mucho mejor. El Vitesse ha recibido hasta 27 puntos de sanción por el mismo motivo que la temporada pasada, que han provocado que sea colista de segunda división con -8 puntos. Aunque, el sistema de ascensos y descensos entre el fútbol profesional y semiprofesional neerlandés puede permitir que el Vitesse se salve, pese a ser último clasificado.
Durante la temporada, la existencia del club ha sido el principal tema de conversación, según aseguró el director general en el mes de octubre: "La certeza de que el Vitesse siga existiendo se ha convertido en una incógnita". El club cuenta con una deuda de unos 20 millones de euros que tiene que saldar si no quiere desaparecer. De hecho, necesita encontrar un comprador antes del final de la presente temporada si quiere seguir sumando años a sus 132.
En las últimas semanas, parece que las noticias son positivas. Tras salvar la desaparición, según ha comentado Reijntjes, el club habría encontrado tres posibles compradores, uno de ellos especialmente interesado, que estaría pagando la investigación que la Federación realiza para saber si el nuevo propietario puede hacerse cargo, lo que indicaría "el nivel de interés", según el director general. Los siguientes meses serán clave para conocer el futuro de un club histórico en Países Bajos.
El modelo de multipropiedad es nuevo en el mundo del fútbol, está trayendo un sistema de trasvase de jugadores del que los clubes se benefician, como el caso de Savinho en el Girona. Sin embargo, al igual que cualquier sistema, puede tener grietas, sobre todo en los clubes filiales que, en caso de producirse una venta, podrían quedarse en un segundo plano y sufrir graves problemas, como le ha ocurrido al Vitesse.