Sara Mérida recuerda al mejor Espanyol de la historia: "Por recursos, pierde un poco el estatus y ves que empiezan épocas complicadas"
El Espanyol femenino debuta ante el Real Madrid en su vuelta a Liga F hoy a las 20:00h.
"Era muy pequeña, aún no era consciente de que estaba en uno de los mejores equipos. Sí que era consciente de que estaba con jugadoras top, porque cuando había semana de Selección absoluta nos quedábamos entrenando ocho".Vero Boquete, Miriam Diéguez, Silvia Meseguer, Marta Corredera, Erika Vázquez, Ana Romero (Willy), una pequeña Alexia Putellas que empezaba a dar sus primeros pasos en la élite, Andrea Pereira... Y Sara Mérida. La plantilla de la época dorada del RCD Espanyol femenino (2005/2013) pasó a los libros de historia después de que durante esos años el club catalán cosechara una liga y cuatro Copas de la Reina. "Había mucha humildad. Había buenos recursos, pero nada que ver con los de ahora. Me encontré con un equipo muy competitivo que quería ganarlo todo", recuerda Sara Mérida en Relevo, sobre su llegada al Espanyol con tan solo 16 años.
Llegó a un equipo familiar, en el que se reunieron muchas de las mejores jugadoras españolas (en su gran mayoría) de la época. "No había una presión de club como tal hacia el femenino. Era una sección que se quería tener, pero no era tan importante o resultativa como debía serlo el masculino, pero con la generación que había teníamos esas ganas de querer ganarlo todo para poder demostrar al club y a la sociedad que el fútbol femenino también hacía cosas importantes", cuenta Sara, que empezó defendiendo los colores del Espanyol con la ilusión de una niña a la que le apasionaba el fútbol.
Por aquel entonces el Espanyol era un equipo asentado en Primera División y peleaba por los puestos más altos de la clasificación. En la temporada 05/06, el conjunto perico conquistó su primer y único título liguero y se quedó a las puertas de hacerlo durante tres temporadas más. Además, a día de hoy sigue siendo el segundo equipo con más Copa de la Reina en su palmarés (6) y, una de ellas, la de 2010, la consiguieron con Alexia Putellas en el equipo. "Con ella coincidí medio año. Estaba en el B y la subieron medio año antes de que yo me lesionara. Teníamos una unión fuera, pero dentro del campo teníamos mucha más. No entendíamos con una mirada. Era una barbaridad, las dos jugábamos en el medio. Veíamos y hacíamos un fútbol muy similar", recuerda Sara Mérida al echar la mirada hacia atrás y recordar a la que ahora tiene dos balones de oro, entre otros tantos premios individuales.
Pero entre tantas jugadoras, tantos grandes nombres, Sara sigue recordando con especial cariño a tres de ellas: Vero Boquete, Miriam Diéguez y Sara Monforte, por quien el Espanyol ha apostado para dirigir el banquillo en su vuelta a la máxima categoría española en 2024: "Me ayudaron mucho mucho a estar bien, me protegieron mucho de cosas que, a lo mejor, me podían desviar de mi crecimiento deportivo. Yo iba con toda la humildad del mundo y eso también hizo ganarme el que me trataran bien, en el sentido de querer ayudarme". A día de hoy, confiesa que Vanesa Gimbert fue una de las jugadoras que más le sorprendió: "Si hubiese estado ahora con 20 años sería la mejor central de España sin ninguna duda, es la mejor central que he visto en el campo. Había un equipo que era una barbaridad".
Las veteranas ejercían su papel y las jóvenes.... También. "Con Alexia tengo anécdotas en la Selección Catalana de medio liarla por los hoteles. Liarla de quedar con ellas por la noche, hacer grupito... Eso sí, antes de los partidos nos portábamos muy bien", cuenta entre risas. También recuerda con cariño a Marta Torrejón, "muchas risas", a Silvia Meseguer y a Andrea Pereira, con la que vivió la parte amarga del fútbol: "Ella se rompió la tibia y yo estaba con un cruzado. Nos hicimos más fácil la recuperación".
"Lo especial que tenía el Espanyol era la apuesta. Había personas allí que apostaban por nosotras",
exjugadora del EspanyolPero para llegar a mantenerse durante varios años en lo alto de la élite a nivel nacional, no valía solo con tener grandes jugadoras en la plantilla: "Lo especial que tenía el Espanyol era la apuesta. Había personas allí que apostaban por nosotras. Estábamos en una época donde no jugábamos en estadios. Jugábamos prácticamente en ciudades deportivas donde casi nadie venía a vernos. Era el 'padre de', mi padre, el de Pereira, la familia de Alexia...". Además, las jugadoras pericas recibían una pequeña compensación económica por jugar: "Ya cobrabas algo. Fuimos el primer equipo en empezar a viajar en ave, en avión. Obviamente hacíamos autobús. Lo hacía especial la apuesta que tenía en ese momento, que siempre quería luchar por un título. En la época era de los pocos equipos junto el Athletic de Bilbao, Rayo Vallecano y el Levante que querían apostar de verdad y eso lo hacía especial".
La declive de la sección femenina: “Ves que empiezan épocas complicadas”
"A mí me pilla cuando cambian el ciclo y dejan un poco de apostar, porque había mucha parte del presupuesto externo que no venía directamente del club. Después cuando se hace 100% del club es cuando hace toda la bajada y empieza a haber cambio de plantilla y de presupuesto. Como consecuencia, de nivel", cuenta Sara Mérida sobre los años posteriores a alcanzar la gloria en los que la sección femenina perdió presupuesto. Ella seguía en el club tras casi tres años sin poder jugar por las roturas que sufrió en el ligamento cruzado anterior de la rodilla y allí podrían hacer seguimiento de su recuperación.
"Es verdad que a mi me dio pena. Vives unos años muy bonitos, creo que los más bonitos que ha tenido Espanyol y, de repente, en cosa de dos o tres años, ver que por un tema de recursos pierde un poco el estatus que tenía a nivel nacional, te da pena y ves que empiezan épocas complicadas", confiesa. Consiguieron mantener la categoría después de dos años (16/17 y 17/18) rozando el descenso y en 2019, tras la estabilidad económica que consiguió el club después de la compra del club por parte del presidente Chen Yansheng, el presupuesto para la sección femenina hizo que las jugadoras de la base pudiesen estar becadas y hubo un aumento de sueldos en el primer equipo.
Pero la situación llegó de cerca a muchas jugadoras como Sara que estuvieron en los mejores años de la sección de fútbol femenino: "Personalmente me afectó bastante porque luchamos mucho por poner al Espanyol donde se merecía, que era compitiendo ligas, y en menos de tres o cuatro temporadas lo vimos en su peor versión".
El descenso: “Estuve media hora en el lavabo pensando mucho”
En la temporada 20/21 el Espanyol femenino no consiguió salvarse y cayó a la Segunda División, conocida como Primera RFEF. Sara Mérida llevaba tres temporadas siendo parte del staff. Los dos primeros años de readaptadora y el tercero, como preparadora física. El descenso se consumó en casa del Atlético de Madrid, un recuerdo que quedó para siempre grabado en la memoria de Sara: "Me acuerdo de estar en la ciudad deportiva y cuando pitó el final me fui al vestuario de técnicos y me encerré en el lavabo y no te exagero si te digo que estuve media hora encerrada en el lavabo pensando mucho. Me vinieron todas las imágenes de cuando fiché por el Espanyol en el 2009 y toda mi trayectoria por el club y dolió mucho".
"Nos faltó un poco más de nivel en la plantilla. Lesiones que tuvimos que no acabaron de salir bien y eran importantes. La competición te exigía cada vez más. Personalmente lo di todo por el club. Darlo todo es darlo todo. Trabajé de lunes a domingo, analizábamos todo, estábamos atentas a las jugadoras...", echa la mirada atrás Mérida, quien ahora verá como su excompañera y amiga, Sara Monforte, dirigirá al primer equipo en su vuelta Liga F tras tres temporadas en Segunda.
"He podido hablar con ella de fútbol, de idea de juego, le he visto mucho jugar con sus equipos. Para mí es el fichaje acertado. Primero porque conoce la casa, a la directiva, probablemente haya muy buena comunicación y eso es vital para crear la plantilla", analiza Sara sobre el equipo actual del Espanyol, que debutará hoy en Liga F ante el Real Madrid (20:00h) como local. "Si le dan esa paciencia, la cuidan y le dan el respeto y el tiempo que necesita para que el equipo coja dinámica, la entiendan, la conozcan... Creo que es la entrenadora acertada", augura. "Deseo de todo corazón que se estabilice el Espanyol en Primera", termina confesando Sara Mérida, una de las jugadoras que luchó por llevar el nombre del club a lo más alto del fútbol femenino español.