FÚTBOL FEMENINO

El #metoo en el 'Caso Roger' pone en jaque el protocolo y lanza un aviso a los clubes

Relevo ha tenido acceso a más testimonios de futbolistas que fueron presuntamente maltratadas psicológicamente por el entrenador, ex del Levante o Granada.

Roger Lamesa durante un entrenamiento con el Levante. /Levante UD
Roger Lamesa durante un entrenamiento con el Levante. Levante UD

"Tras las acusaciones a Roger Lamesa en los medios, me quiero unir a la causa exponiendo, desde mi vivencia, cómo ha sido su comportamiento conmigo y con mis compañeras durante el tiempo que me entrenó. Siempre respetando el silencio de muchas de ellas", afirma el testimonio número nueve.

El 17 de enero, Relevo —gracias al tuit de Michael Kalback, el dueño de Neverland, una agencia de representación de futbolistas— desveló años de presunto maltrato psicológico de Roger Lamesa a sus futbolistas. 

Tras la noticia, hay más futbolistas y familiares de las mismas (11, en total) que se han atrevido a sacar a la luz sus vivencias. "Allí nadie hablaba y todos hemos visto lo mismo. REPITO, jugadoras y staff. TODOS éramos conocedores de muchas de estas situaciones. Además, sé que hablaban", señala la misma afectada.

Se podría activar el protocolo de acoso

La noticia —mejor dicho, la valentía de las futbolistas— cobra un valor doble. Gracias a sus denuncias (aunque hayan sido, de momento, anónimas) los sindicatos podrían abrir un expediente a Roger Lamesa. Hasta el 17 de enero, al no haberse atrevido nadie a hablar públicamente, era imposible.

Además, en el caso de que Roger Lamesa fichase por otro club (fue destituido del Levante el 10 de enero), podría activarse el protocolo de acoso. Ahora mismo, en FUTPRO, el sindicato mayoritario de las futbolistas españolas, las jugadoras tienen a su disposición un portal de denuncia anónima.

También existe en los clubes. El 'problema' es que la futbolista presuntamente afectada debe ponerse en contacto con sus capitanas, dejando de ser la denuncia anónima. En muchas ocasiones, ese motivo les resta confianza. Además (no ocurre siempre) tampoco sienten el respaldo de sus clubes. "Roberto, nuestro director deportivo, trataba a Roy como un hijo, reconocido por él mismo. Nos repitió en cada situación tensa que hubo, que si alguien se tenía ir del club esas seríamos nosotras porque él era el mejor entrenador que había conocido", afirma el testimonio número siete.

A continuación, más testimonios sobre el presunto maltrato psicológico de Roger Lamesa hacia sus futbolistas a los que Relevo ha tenido acceso:

Testimonio 1

"En un momento dado, teníamos un pape en la sala de prensa donde teníamos que subir cada día a saludarle y después apuntar nuestra fatiga mental de ese día: siendo un uno lo más bajo y siendo el 10 superfeliz. Me acuerdo que ellos también la ponían y cuando veías la suya, donde ponía "Roy-1", llegábamos al vestuario diciendo: 'Tías, hoy en el entreno ni hablar". Cuando entrábamos al campo, entrábamos cagadas de miedo. Miedo a fallar un pase, un control. Miedo a hacer algo mal porque no sabías en qué momento iba a estallar esa bomba y ese maldito uno de fatiga mental".

Testimonio 2

"Se negaba a traducir los ejercicios para las personas extranjeras porque según él tendría que entender el español. Al no explicarlo, la jugadora no entendía el ejercicio.... lo que llevó a que Roy se enfadase. En una de esas discusiones, el entrenador le invitó a irse a casa. Ella, ante la invitación, decidió marchar y lo único que le salió decir a Roger es: 'Puta china', delante de todo el equipo [...] Podría decir muchas cosas más, pero mi mente ha preferido olvidar todo aquello".

Testimonio 7

"Quiero aclarar que lo que viví y sentí durante la temporada 2023/24 en el Granada bajo el mandato y autoridad de Roger Lamesa fue un auténtico infierno [...] Normalizamos los gritos desde lejos, desde cerca, a menos de 10 centímetros de nuestra cara y desde la otra punta del banquillo.

Los peores días de la semana eran en los que veíamos nuestro análisis de partido de la jornada anterior. Esa media hora, se convertía en un sinfín de críticas destructivas, de insultos por cada fallo, de más gritos y demás humillaciones y amenazas [...] Recuerdo otro día en el que, en catalán, amenazó a una compañera que le iba a dar una 'hostia'".

Testimonio 11

"Mi sobrina perdió la ilusión. Lo que había sido su motivación desde los cinco años desapareció. Me contaba que se planteaba firmemente dejar de jugar al fútbol. Que su gran sueño, llegar a lo más alto, se había convertido en un suplicio emocional por culpa del entrenador [...] Y eso tuvo un precio que seguimos pagando a día de hoy. Consultas psicológicas, consultas psiquiátricas, medicación".