Laura Coronado, la portera a la que una terrorífica triada apartó de los focos y va recuperando el pulso: "Hay que frenarla en los entrenamientos"
Milita en el Levante Badalona y llegó a viajar con el Barça a su primera final de la Champions en 2019.

Si la vida hubiera seguido su curso, el nombre de Laura Coronado —6 de abril de 2003, Sils, Girona— estaría sonando con fuerza en los despachos de las secretarías de los grandes clubes europeos, acaparando titulares y quién sabe si en las quinielas para entrar en los planes de Montse Tomé para la Eurocopa.
Quienes la conocen y han seguido su día a día aseguran que facultades no le faltaban, ni le faltan, para que así hubiera sido y que era una de las mejores guardametas formadas en La Masía. De hecho, en agosto de 2021 y a pesar de haber sufrido una grave lesión de rodilla, el Barça apostó fuerte por ella y se convirtió, junto a otras ocho compañeras, en una de las primeras futbolistas en entrar a vivir en La Masía.
Dicen de ella que, a veces, "hay que frenarla en los entrenamientos" porque le pueden las ganas y que a resiliente no le gana nadie. Porque detrás de ese ímpetu se esconden las ganas por volver a ser ella misma. Algo que está logrando en el Levante Badalona, donde se ha alternado la portería con María Valenzuela, acumulando actuaciones de mérito.
Se rompió la triada en 2019
Para encontrarle el sentido al anterior párrafo, hay que viajar a 2019. Un par de años antes de su entrada a La Masía, su futuro comenzó a torcerse por una grave lesión en la rodilla. La famosa triada: la afectación simultánea del ligamento cruzado anterior, el ligamento colateral medial y el menisco medial. Ocurrió el 30 de enero de 2020, en un partido contra la Damm en la ciudad deportiva del Barça. Laura Coronado, que ya jugaba en el filial azulgrana y había viajado con el primer equipo para la final de la Champions de 2019 —la primera en la historia del Barça—, había ido a echarle una mano, que resultó ser fatal, al Juvenil.
En esas fechas, Laura Coronado ya había sido convocada con la selección española Sub-19, en febrero, y Lluís Cortés, el entrenador del primer equipo azulgrana, había contado con ella como tercera portera para la citada final de la Champions y las semifinales ante el Bayern de Múnich. Su carrera comenzaba a despegar y en mayo de ese mismo año, la convocaron para el Europeo Sub-17. Además, comenzó la pretemporada con el primer equipo. Pero fue cuando el fútbol se cebó con ella y la castigó con la rotura de la triada. Una lesión que hace unos cuantos años la podría haber retirado.
Laura Coronado se levantó, volvió un año después y siguió con su progresión. De hecho, al inicio de la temporada 2021/2022, estaba destinada a ser la tercera portera del primer equipo. Pero se resintió del menisco y tuvo que pasar por quirófano. Se quedó fuera del Mundial Sub-19 y su proyección en el Barça se desvió. En la 2022/2023, su protagonismo en el filial del Barça se redujo considerablemente y a mitad de temporada se marchó cedida al Levante Badalona. Cuando acabó su cesión, el conjunto catalán la fichó por dos cursos más. La vinculación entre ambas partes acaba el 30 de junio. Con 22 años, Laura Coronado todavía está a tiempo de protagonizar el párrafo que introduce su historia.