La 'jugada' de Pedro Rocha para heredar la RFEF de Luis Rubiales se le empieza a torcer

Seguramente hayan leído hoy muchas veces en varios medios que el CSD ha elevado al TAD una denuncia de Miguel Galán a Pedro Rocha, por la que el actual presidente de la Gestora de la RFEF podría ser sancionado. ¿Qué significa esto? Pues exactamente lo que parece: que Rocha se expone a una posible sanción por haberse saltado un paso desde que Rubiales le designó como su sucesor. Habrán leído parrafadas explicando que las elecciones estaban previstas para el primer cuatrimestre del año, pero que el Gobierno todavía no ha sacado adelante la Orden Ministerial que las regula... que tardan mucho... Y es verdad, pero sólo a medias, que son las peores mentiras. Vamos a intentar explicarlo.
Hablamos de un relato envolvente para disimular el error más grave de Pedro Rocha desde que heredó su posición del inhabilitado Luis Rubiales: saltarse unas elecciones que, además, tenía más que ganadas.
Para explicar esto hay que entender que en la RFEF hay dos clases de elecciones: las que deciden quién va a liderar la Asamblea de la propia RFEF (que luego vota al presidente de manera ordinaria) y las que deciden directamente quién es el presidente en caso de catarsis o de urgencia (lo que ocurrió con Rubiales en septiembre de 2023). El problema viene porque Pedro Rocha se saltó estas últimas y se ha metido en un lío porque la denuncia de Miguel Galán que el CSD ha enviado al TAD se refiere a esas que el propio Rocha se ha saltado.
Los estatutos de la Federación son clarísimos y exigen que, cuando un presidente no puede cumplir sus funciones, tiene que elegirse a otro de manera inmediata. Si se hubieran montado esas elecciones, sólo a la presidencia, en septiembre, Rocha estaría perfectamente legitimado para esperar eternamente Órdenes ministeriales, firmar lo que fuera, viajar a donde fuera... Pero no lo hizo. No se arriesgó a que la Asamblea RFEF que había votado a Rubiales se le subiera a las barbas y le estropease el cargo para el que el expresidente le había bendecido.
Entendió que podía seguir para adelante conchabado con Víctor Francos y, de paso, estar unos meses a los mandos de la nave. Total... él estaba sólo de forma interina, presuntamente. No tenía ninguuuuuuuna intención de utilizar este tiempo, desde dentro, para afianzar su posición, agradar a todos los posibles asambleístas, y ser el candidato más fuerte en 2024. Ya.
A un cajón... hasta que tuvieron que elevarla
Esa denuncia de Galán, inicialmente, terminó en un cajón del CSD. Es verdad que no parecía tener mucho sentido hacer unas elecciones a la presidencia en septiembre, y luego otras "completas", a la Asamblea, en abril de 2024. La RFEF pidió al Consejo Superior de Deportes un adelanto electoral para que así fuera, y estos, con el beneplácito del TAD, se lo concedieron. El entonces presidente del CSD, Víctor Francos, acordó con el interino y temporal Pedro Rocha, dejar todo el proceso burocrático en eso: unas elecciones que lo aglutinasen todo en 2024, en vez de dos.
Pero al presidente de CENAFE, Miguel Galán, no le encajaba ese compadreo e insistió en su denuncia. Tanto se empeñó que llegó a deslizar que si no se elevaba su denuncia al TAD, se querellaría por prevaricación contra Víctor Francos. Y, claro, tras semanas en un cajón, esa denuncia se elevó al TAD inmediatamente.
Por lo que sea, en el Tribunal Administrativo del Deporte tampoco debían ver muy claro el tema porque han devuelto esta denuncia y el CSD tuvo que realizar una petición razonada para devolverlo. Según fuentes del propio Consejo, había "discrepancias jurídicas" que obligaban a que el asunto volviera al máximo tribunal administrativo del deporte.
Que es lo que, tras muchas vueltas, ocurrió nuevamente ayer. Ya sin Víctor Francos, el nuevo titular del CSD José Manuel Uribes, vuelve a remitir la denuncia de Miguel Galán para que decida si existen o no indicios para sancionar a Pedro Rocha. Y, claro, han aparecido los nervios. Depende de a qué hora haya leído esta noticia en muchos medios tendrá una visión, o bien otra mucho más amable, convenientemente editada. Exactamente igual que en los viejos tiempos del motrileño.
Un presidente encubierto en presidente de la Gestora
Mientras, el sucesor designado por Luis Rubiales, Pedro Rocha, parece haber ido olvidando su papel de interino y temporal. Ha sobrepasado las funciones propias de su cargo (presidente de la Gestora) en muchas ocasiones, contratando un nuevo director deportivo, despidiendo cargos, firmando patrocinios y participando en muchas reuniones y acuerdos a largo plazo exactamente igual que si fuera presidente formal de la Federación. Solo que no lo es.
Ahora todo son culpas al Gobierno por no tener a tiempo la Orden Ministerial que tendrá que regular las elecciones "de verdad" de 2024. Y tienen razón: ya debería estar lista, pero eso no tiene nada que ver con lo de hoy. No se dejen engañar: esta denuncia sólo hace referencia a las primeras, a las que sólo eran parciales para elegir un presidente sustituto de Rubiales de forma correcta, cumpliendo sus propios estatutos. Rocha creyó poderse ahorrar ese paso, así, ya lleva seis meses jugado a ser presidente de verdad de la RFEF. Pero no lo es.
Y acerca de esto es sobre lo que tendrá que decidir el TAD ahora. Si el hecho de ahorrarse esas elecciones iniciales, que parecían estúpidas, es legal o no. Quizá en una semana los miembros del tribunal vuelvan a jugar al gato y al ratón con ella, pidiendo más datos, o eternizándola mano a mano con el CSD. O quizá la desestimen directamente. Pero lo correcto, según los estatutos de la propia RFEF, hubiera sido hacer unas elecciones sólo a la presidencia en septiembre. Por lo que sea, esta realidad ha debido ser incómoda y se ha intentado aturullar el discurso mezclando elecciones de forma conveniente.
La jugada de Pedro Rocha para ser el candidato indiscutible e intocable a las elecciones de verdad de 2024, no es mala. De hecho tiene un montón de posibilidades de salirle bien: perfil bajo, concordia con otras instituciones, no asomar la cabeza, trabajar en la sombra y contentar a los presidentes de las Territoriales con más técnicos, o lo que sea que pidan... En vez de jugársela en septiembre (¡con lo convulso que fue!) y que se le hubiera podido ir todo al traste, esperar tranquilamente unos meses, cuantos más mejor, para fortalecer su posición desde dentro. No ya como "interino" sino como "candidato", claro.
"Es muy difícil bajarse del Mercedes que va detrás de la Selección", explican algunas fuentes. Pedro Rocha, y buena parte de su equipo, lo deben tener muy claro.