Josu Ozkoidi, el futbolista que le dijo no al Real Madrid con 13 años y ahora busca equipo desde el paro: "Nunca me he arrepentido"
El que fuera joya de la corona de la cantera de la Real Sociedad forma parte de las Sesiones AFE para futbolistas que están sin equipo.

Después de casi dos años para el olvido, con trombosis incluida, Josu Ozkoidi (Donostia, 1990) vuelve a sentirse futbolista. Lo ha hecho gracias a la AFE y a una llamada que, en principio, consideró rechazar. Finalmente aceptó el ofrecimiento para vestirse de corto y jugar una serie de partidos dentro de las Sesiones AFE para futbolistas que se encuentran sin equipo en la actualidad, como es su caso, tras acabar su vinculación con el Rayo Majadahonda, donde le ha tocado vivir la cara más amarga de este deporte.
En su día fue la joya de la corona de Zubieta. Las expectativas eran tales que con tan solo 13 años, cuando pertenecía al Antiguoko, el mismísimo Real Madrid llamó a su puerta. Le invitó a conocer las instalaciones blancas. Allí conoció a Florentino Pérez, a Emilio Butragueño y a Jorge Valdano. Se hizo fotos con Figo y con Guti, entre otros. Le regalaron incluso una camiseta de Zinedine Zidane. Pero él desoyó los cantos de sirena de la casa blanca. También los del Athletic Club. Él quería jugar en la Real Sociedad, su equipo del alma, aunque la apuesta no salió como esperaba.
¿Cómo ha surgido esto, Josu?
Desde que dejé el Sestao, he estado sin equipo y me llegó un email de AFE, de lo de las Sesiones AFE. Tenía dudas al principio. No tenía muy claro si querer ir o no, pero me apunté. Justo hace un par de semanas me llamaron y pensé que podía ser una experiencia nueva, volver a sentirme concentrado con un equipo, con los jugadores, con una rutina de un equipo cuando sale, por ejemplo, a jugar fuera, a un hotel y también para coger un poco de ritmo de entrenamientos, de partidos y para que me vean también a ver qué tal estoy.
¿No pierdes la ilusión?
Te mentiría si te dijese que es la misma, pero creo que no lo es, anecdóticamente hablando. Es decir, no lo he pasado bien en su momento, no por el hecho de estar ahora sin equipo, sino por qué he estado sin equipo. No fueron momentos fáciles y eso me hizo pensármelo mucho. Aunque ya conozco cómo es el fútbol, ya tengo una edad, que te pase a ti también, es jodido. Eso sí me ha hecho perder algo de ilusión, pero ya te digo, creo que es consecuencia de lo que me pasó. Pero tengo muchas ganas de jugar. Ahora mismo, por ejemplo, que esté entrenando y que vaya a jugar partidos hace que esa ilusión siga.
¿Qué te pasó?
Yo firmé dos años en el Rayo Majadahonda y el primero estuvo bien, todo normal, sin complicaciones, pero el segundo año, en verano, el dueño nos dijo que había que hacer una reestructuración del club. Nos dijeron a doce jugadores que nos teníamos que bajar el sueldo. Era una bajada de casi el 50%. Hubo gente, evidentemente, que encontró algo mejor y se fue y a otros que les interesaba bajarse el sueldo. Pero tanto yo como Aitor Aldalur, que jugó en la Real conmigo, dijimos que no, que nosotros no nos bajamos el sueldo. Teníamos una cláusula que si nos echaban, nos tenían que pagar todo el contrato que nos quedaba, que nos quedaba un año. Si llegan a ser cuatro años, por ejemplo, yo negocio y no pasa nada. No he sido un futbolista millonario. A mí, ese dinero me viene bien y dijimos que no, que no nos bajamos. ¿Qué pasó? Pues después de amenazas y todas estas movidas del fútbol, nos dejaron en la grada. Nosotros entrenábamos, pero no jugábamos. Así estuve la primera vuelta. Llegó el mercado de invierno y yo no me pensaba ir, pero el último día me llamó el Sestao. Fui allí, empecé a tope, pero me lesioné para mes y medio.

Nos estábamos jugando el descenso y, evidentemente, yo no estaba a ritmo de competición. No te lo he contado, pero ese verano en el que me pasó todo lo del Rayo Majadahonda sufrí una trombosis. En año y medio, jugué 50 minutos. Es verdad que yo estoy así porque yo decidí no bajarme el sueldo. Yo tengo responsabilidad, pero no tengo culpa. La culpa es del que es. Era un año y no pasaba nada porque yo no cobraba una millonada. Eso a mí me hizo perder la ilusión del fútbol y estar cabreado. Es verdad que estuve a gusto porque en Madrid, con Aitor Aldalur, me hice muy amigo y lo vivimos juntos, pero sí que los fines de semana no era fácil porque no estaba jugando. Si no juegas porque no te pone el míster, pues estás cabreado, pero bueno, es fútbol. Esto era otra cosa. Cuando tomé la decisión de no bajarme el sueldo, yo asumía que ahora me iba a pasar esto. Tengo esa responsabilidad pero no tengo la culpa.
¿Con 34 años, uno no se cansa de ir dando tumbos?
Y tengo que decir que no he sido de los jugadores que más se han movido, aunque porque es verdad que los últimos, sí. En Amorebieta estuve un año, en Majadahonda firmé dos más uno, pero solo estuve año y medio, y en Sestao, medio año. Pero hasta entonces, seis años en el filial de la Real, tres años en el Real Unión, cuatro años en Sabadell. He sido un jugador que tampoco ha estado en muchísimos equipos, pero no te cansas. Yo creo que no te cansas porque haces lo que te gusta. Sí que hay momentos, por ejemplo, el tema de las mudanzas en el que sí acabas un poco hasta arriba porque no te organizas nunca y siempre vas de mudanza en mudanza. Pero, al final, somos unos privilegiados de hacer lo que nos gusta.
Con 13 años fue capaz de decir no al Real Madrid...
Sí, eso es. Es verdad que no fue una decisión en plan súper fácil y tal, pero yo creo que, en el fondo, tuve claro que era demasiado joven para ir. Tenía Zubieta al lado de casa, tenía mi colegio, mis amigos. Nunca me ha arrepentido aún sabiendo que no he llegado a Primera División y que en Segunda, al final, he estado dos años y que no he hecho una carrera como parecía que podía hacer. No me arrepiento en absoluto y volvería a decidir quedarme la Real, seguramente.
¿Cómo surgió todo aquello?
Yo estuve en el Antiguoko desde los 7-8 años, pero lo que pasa es que yo siempre iba a jugar torneos con la Real. Tanto la Real como el Athletic, por ejemplo, me dijeron para jugar con ellos el Torneo de Brunete de Canal Plus. Mi padre, en este caso, puso una condición, que yo iba a jugar si luego seguía en el Antiguoko. Yo me quería federar con ellos por agradecimiento de cómo me trataron. Yo no tenía muy fácil ir a entrenar, me llevaba el entrenador, pero no aceptaron eso. Entonces yo no fui a ese torneo, me quedé en el Antiguoko y gracias a que me quedé, en infantiles, un ojeador, creo que se llamaba Urrecho, me vio y le gusté. Trabajaba para el Real Madrid y llamó a Paco de Gracia, que era el jefe de los ojeadores para que viniese en persona a verme jugar. Vino y parece que encajaba. Me llamaron para ir a Madrid a ver las instalaciones, lo que era el futuro Valdebebas porque todavía estaba en construcción.
"Me llamaron para ir a Madrid a ver las instalaciones, lo que era el futuro Valdebebas porque todavía estaba en construcción. Me dieron la camiseta de Zidane. Hicieron todo para que me sintiese como un rey"
Fui a ver un partido, creo que contra el Zaragoza, y luego me dieron la camiseta de Zidane. Hicieron todo para que me sintiese como un rey. Todo eso pasó justo en la época del 11 M de Madrid. Mi padre, en su momento, me dijo: 'Te van a enseñar todo lo bonito, pero evidentemente tú tienes que elegir'. Mis padres me dejaron elegir con total libertad y fui yo el que decidió. Aunque es verdad que después de ir a Madrid, me entraron dudas. No te voy a decir miedo, pero sí que dentro de mí sentí temor a lo desconocido. Yo también era una persona tímida y Madrid era gigante. Fue un cúmulo de todo, no sólo de no querer jugar en el Madrid y sí en la Real. Me daba mucha impresión la vida de Madrid, en una residencia... La Real también apostó por mí y me quedé.
Dijo no al Madrid y también al Athletic Club, ¿no?
El Athletic estuvo todos los años metido. Es la realidad.
¿Cómo fue ese sí a la Real Sociedad?
Fue bastante natural. Date cuenta que yo ahí tenía 13 años, que cumplía 14 en abril. Sinceramente no sé cómo fue porque lo hizo mi padre todo. Él se reunió con Olabe, también con la gente del Athletic, del Madrid... Yo iba al cole a estudiar con los amigos. Me quitaron un poco la responsabilidad, lógicamente, porque era un chavalín. Les dije a mis padres: 'Me quedo en la Real' Y me quedé. Fui muy sencillo.
Ya ha pasado tiempo desde su salida de la Real. ¿Sigue con esa espina de no haber triunfado en la Real? ¿Por qué no llegó al primer equipo?
Por supuesto que la tengo clavada. ¿Por qué? Es que el fútbol es tan complicado... Bastante culpa ten tengo yo, lógicamente. No hay una razón en sí. Me acuerdo que subí al Sanse siendo juvenil con Imanol Idiakez. Yo creía que había jugado pocos partidos, pero más adelante vi que había jugado 25 partidos, pero en ese momento, yo el no jugar, no lo llevé bien. Aunque no lo recuerdo muy bien, tengo esa sensación de que no lo llevé bien, además descendimos. Luego en Tercera fue muy complicado. En esos dos años con Imanol Idiakez no terminé de sentirme a gusto como me he sentido siempre jugando al fútbol y claro, yo ahí tuve que hacer un trabajo mental que me costó mucho. Luego vino Meho Kodro y ese año, los primeros siete partidos, empecé a encontrarme bien otra vez, jugando en mi sitio, de media punta. Me acuerdo que metí dos goles contra la Cultural Leonesa, pero en el siguiente partido me lesioné el isquio. Estuve tres meses fuera. Volví y, a los dos partidos, me volví a lesionar otra vez del isquio. Me lo rompí tres veces ese año. Tenía 20 años. Creía que ahí, ese año, podía dar el salto, pero me empecé a lesionar cuando nunca me había lesionado.
Y empecé a perder algo de chispa, cosas del fútbol. Seguí en el Sanse, seguía jugando, pero igual ya no era … Cuando estás en un momento en el que tiene que ser y no es, la gente te adelanta. Igual, mentalmente pues no etas tan competitivo como lo puedo ser ahora. Si yo fuese ahora mismo el de los 18 años, otra cosa hubiese sido porque ahora soy muchísimo más fuerte, pero soy ahora sí por lo que he vivido, lógicamente. No puedo decir que la culpa fue de la Real porque no me dio la oportunidad. Es verdad que no me dieron la oportunidad, ni una Copa del Rey, por ejemplo. Pero es verdad que parte de esa culpa también es mía, porque, seguramente, en momentos clave no supe sobreponerme mentalmente, no supe trabajar igual más en la lesión, por ejemplo, para no romperme otra vez. ¿Sabes? Esas cosas que en ese momento no las ves.. Yo, por ejemplo, hubo unos años y me imagino que él lo sabrá, tenía a Imanol Idiakez supercruzado. Venía de algo que era totalmente diferente y él como que me bajó. Ahora ya no, le he visto muchas veces, le he dado un abrazo. He madurado, pero, en ese momento, ese ego tuyo de juventud te hace ver las cosas como realmente igual no son.
"Las expectativas que tenían en mí eran muy grandes, pero no te creas que yo lo sentía como una presión. Yo no jugaba con presión al fútbol. Mi padre, con 13 años, me dijo que me iban a venir a ver del Real Madrid y yo jugué igual"
Las expectativas eran enormes. ¿Fue difícil controlar ese ego de un niño que estaba llamado a ser una estrella?
En momentos puntuales yo no supe. Entonces me imagino que es difícil. Ahora, cuando veo chavales jóvenes que se cabrean con el entrenador, les digo: '¿Qué queréis?' Pero si sois chavales' Quizá yo también fue así. Las expectativas que tenían en mí eran muy grandes, pero no te creas que yo lo sentía como una presión. Yo no jugaba con presión al fútbol. Mi padre, con 13 años, me dijo que me iban a venir a ver del Real Madrid y yo jugué igual. No he tenido esa presión pero igual, inconscientemente,... Lo que tú ves en la vida es que yo jugaba bien, metía goles, siempre era titular, me miraban... y llega un momento en el que te preguntas: '¿Por qué ahora no juego si yo soy el mismo, incluso soy mejor que antes pues soy más mayor?' No hay una respuesta. Yo no dejé de jugar porque era más malo que antes. Son circunstancias, entrenadores momentos, no sé, por eso el fútbol es tan complicado. Luego, hay jugadores que no apuntaban nada y de repente, para arriba. Eso es lo difícil y la espina totalmente la tengo ahí. Y si me paro a pensar mucho, evidentemente, duele. Es así. Se supera y no pasa nada pero es igual.
"No jugué con el primer equipo ni en la Copa del Rey. Sí que hubo un año, en la época de Montanier, que yo entrenaba todas las semanas con ellos. Pero, sinceramente, sería también por relleno"
No llegaste ni a debutar con el primer equipo...
Que va, ni en la Copa del Rey. Sí que hubo un año, en la época de Montanier, que yo entrenaba todas las semanas con ellos. Pero, sinceramente, sería también por relleno. No lo estaba haciendo mal, pero bueno, no era con vistas a...
¿Se acaba el mundo cuando sales de la Real Sociedad?
No porque, ciertamente, era mayor ya. Salí con 24 años. Con 21, 22 años, sí que tenía esa sensación, de que para mí era que se acababa el mundo o que ya no iba a hacer nada en el fútbol. Porque sí que hubo ahí un momento que sí, que no, bueno, son cosas que... Pero con 24 años salgo también porque quería salir. Ya era evidente. Había renovado un año, pero ya era como … Fui realmente a intentar ganarme la vida jugando a fútbol en Segunda, en Segunda B. No fue difícil.

¿Si te llegas a encontrar con Imanol Alguacil piensas que la carrera de Josu Ozkoidi hubiera sido diferente?
Lo tuve en el Sanse de segundo entrenador. No lo sé. Lo dices porque cuenta mucho con la cantera... No lo sé. Hay momentos, ciclos en el fútbol en los que se cuenta más con la cantera. Cuando la Real estuvo en Segunda, la cantera fue hacia arriba. Diferente hubiera sido, seguro, pero no me atrevo a decir que yo hubiese llegado a debutar. No lo sé. También tendría que ver cómo yo estoy en ese momento. No lo sé. Sería muy atrevido decir que sí, que sí hubiese, porque ahora Imanol cuenta mucho con la cantera.
¿Te cambió mucho la vida el hecho de ser un niño que jugaba en la Real Sociedad?
Era muy niño para darme cuenta pero, claro, en el cole me miraban. Ya sabía quién era. En la calle, me acuerdo, cuando salió lo del Real Madrid, que me hicieron entrevista mi pueblo, sí que notaba las miradas. Era consciente de eso, pero más allá de eso... Era un chaval y los que se acercaron a mí eran los amigos de mi cole y sigo con ellos. No hubo diferencia en eso, pero, lógicamente, en el pueblo, sale en el periódico que he ido a Madrid, pues pasaba al lado de alguien y se te quedaba mirando. Eso sí.
¿Has pensado en una vida sin fútbol?
Sí, y no va a ser difícil. Me explico. Va a ser difícil porque cuando ves el final, en mi caso, pesa la espina clavada. Ojo, yo he tenido una carrera muy buena en el fútbol. No muchos pueden decir eso. He jugado muchísimos partidos en Segunda B, pero yo, dentro de mí, no ha sido suficiente. ¿Por qué? Por todo lo que parecía que yo iba a ser. Entonces ahora que va acabando y que, irremediablemente miras para atrás y dices hostia, queda eso, ¿no? Pero yo, por ejemplo, tengo claro que no voy a seguir ligado al fútbol en cuanto a entrenador. No me he sacado ni el título de entrenador, ni de director deportivo. No quiero esa vida. He vivido esa vida de nómada y no quiero esa vida. El fútbol también es un poco perro el fútbol y no quiero. Puedo estar ligado al deporte. he estudiado nutrición y eso en el fútbol, sí. Y no me va a costar. Lo que me va a costar es el vestuario y el jugar también, evidentemente, y la vida del futbolista. Aunque tú eres futbolista 24 horas, te tienes que cuidar, comiendo, que la gente evidentemente todo eso no lo ve, pero lógicamente entrenar por las mañanas, tener las tardes libres, prepararte el fin de esa tensión, todo eso sí se echaría menos seguro.
"Soy un poco cabezón y sé que tengo fútbol todavía. Voy a seguir intentándolo y yo sé que lo puedo hacer bien. Lo que pasa es que necesito esa oportunidad de que alguien apueste por mí aunque no esté físicamente como otro jugador que esté en activo"
¿Te tomas esto como una última oportunidad para seguir jugando a fútbol?
No, porque soy un poco cabezón y yo sé, no creo, sé que tengo fútbol todavía. Evidentemente ahora, físicamente, no estoy como si estuviese totalmente en forma, pero tampoco lo he pensado mucho que si no me sale un equipo, cuelgo las botas. Voy a seguir intentándolo y engancharme algo y, a partir de ahí, yo sé que lo puedo hacer estupendamente bien. Lo que pasa es que necesito esa oportunidad de que alguien apueste por mí aunque ahora mismo no esté físicamente como cualquier jugador que esté en activo.