FÚTBOL

Gudelj aprende a perder el miedo a morir: "Vi un túnel oscuro donde cada vez había menos luz"

El futbolista serbio se sincera en Relevo tras anunciar su retiro del fútbol. En marzo de 2023 estuvo casi cuatro minutos sin vida.

Gudelj celebra una victoria del Córdoba. /Córdoba CF
Gudelj celebra una victoria del Córdoba. Córdoba CF
Lorena González

Lorena González

Hace un par de semanas, Draguisa Gudelj (Breda, 08/11/1997), hermano del sevillista Nemanja Gudelj, reconocía públicamente que debía abandonar el fútbol. El joven de nacionalidad serbia había sufrido en marzo de 2023 un paro cardíaco, mientras disputaba un partido con el Córdoba, que le mantuvo sin vida durante varios minutos. Contra todo pronóstico y consejos, volvió a jugar cuatro meses después hasta que volvió a desplomarse en otro encuentro. En esa ocasión, el DAI que llevaba incorporado le salvó la vida. Cuando abandonaba el terreno de juego "ya sabía que no volvería a pisarlo como futbolista". Desde entonces, reflexiona, recibe terapia psicológica y se ilusiona con su futuro. Así lo cuenta en Relevo, en la primera entrevista que concede tras el vídeo en el que anunciaba su retiro y donde quiere dejar un mensaje vital y de esperanza para todos.

¿Qué tal te encuentras?

Estoy vivo gracias a Dios, que me ha dado otra oportunidad. Estoy muy agradecido de seguir aquí y sin ningún problema. Voy mejorando, sobre todo de aspecto mental, porque físicamente no tengo ninguna molestia. Lo mental me está afectando bastante, pero los profesionales me han dicho que es normal, que es un cambio de vida muy grande. Poco a poco voy aceptando mi nuevo destino.

¿Qué sentimientos te invaden ahora mismo?

Tengo muchas emociones a la vez, mi último año y medio ha sido como una montaña rusa. La decisión estaba tomada inmediatamente después de la segunda vez que me caí al suelo. Ahí supe que se acabó. Además, ya me había dicho que si sucedía una segunda vez, se acababa mi carrera. Mi familia no quería ni que volviera a jugar después de la primera. Mi hermano me fue muy claro: "Si sientes algo raro, dejas el fútbol rápidamente", y era una promesa con él. No me dejo vencer tan fácil, creo que somos así de origen, pero no quedaba otra opción: o vuelvo a jugar y muero, o dejo el fútbol y vivo. Los meses previos a publicarlo fueron difíciles porque yo lo sabía, pero la gente no, y recibía muchos mensajes...

¿Eso te llegaba a agobiar?

La verdad es que mucho. Casi nadie, menos mi familia y amigos, sabe del sufrimiento de este año y medio, y es difícil explicarlo cuando no estás en esa situación. Estoy muy agradecido de estar vivo, pero la pregunta de 'por qué yo' siempre está ahí. Cuando me había convertido en el capitán del Córdoba, en el momento de mi carrera que iba muy para arriba…

¿Tardaste en hacer pública tu decisión porque aún no la tenías del todo clara?

La verdad es que a lo mejor piensa que estoy loco, pero había momentos solo en casa que pensaba en volver a hacerlo otra vez… No pensaba en el miedo, no valoras la vida porque he estado siempre concentrado y dedicado al fútbol y no ves nada más. Pensaba "¿qué voy a hacer ahora?".

¿Nunca pensaste en un plan B por si no salía bien lo del fútbol?

Sinceramente nunca lo tuve. Hablé con mi hermano para ser agentes de fútbol, pero lo que tenía claro es que cuando dejara el fútbol, no me esperaba dejarlo tan pronto. Ahora quiero formarme, me gustaría ser director deportivo de un club. Lo de entrenador, por ahora, no me llama la atención.

¿Tienes ilusión por el mañana?

Sí, tengo mucha pasión por el futuro y confianza en mí mismo. Cuando quiero hacer algo, lo hago al 100% para conseguir mi sueño. Saber que he dado todo de mí en el fútbol, me deja tranquilo. Cuando morí y volví, di de nuevo todo para volver a jugar, del equipo fui el que disputé todos los minutos… Creo que tengo cosas buenas y potencial para hacer cualquier cosa que me guste.

Sabemos que eres una persona creyente. ¿Lo eres más que antes de paro cardíaco? ¿Le haces preguntas a Dios?

Lo soy y lo era, somos de una familia muy creyentes de cristianos ortodoxos, lo aprendimos desde pequeños. Y sí, le pregunto que por qué yo… No me ha contestado directamente, pero sí lo ha hecho preguntándome a mí mismo. Hay una frase que dice que Dios te rompe tu camino para que el camino no te rompa a ti. Seguramente vio que quería seguir dándolo todo y mi corazón iba a sufrir demasiado, llegando a perder al vida con apenas 30 años. Esto es lo que tenía que pasar. Hay muchos jugadores que se han quedado en el campo… Aun no sé por qué me ha pasado a mí, pero algún día miraré atrás y le daré las gracias por haberme dado este nuevo camino.

Hay días que estoy muy enfadado y otro día te levantas y das gracias a Dios por poder hablar… Aunque antes me agobiaba yendo a ver el equipo, viendo a mis compañeros haciendo lo que yo no puedo, etc.

¿Qué recuerdas de aquel 25 de marzo de 2023?

Me acuerdo de todo, salí al partido completamente normal, me sentía bien, pero en el minuto 5 ya me notaba muy cansado. Hice un sprint y noté como si estuviera muerto ya, me pesaban las piernas, pensaba qué había hecho durante la semana para estar así porque siempre me preparo bien. A los 9 minutos empiezo a marearme un poco, y noto que se me cierran los ojos, como si estuviera entrando en un túnel negro y cada vez con menos luz. Era una sensación muy rara, porque escuchaba cómo hablaban las 20.000 personas que había en el estadio, cómo hablaban, y yo era como que estaba en otro mundo. Me caí y ya no recuerdo nada hasta que me levanto y parecía como si hubiera pasado un segundo, pensé que alguien me había dado un codazo o un cabezazo, pero vi gente del hospital, la camilla… Les dije que tranquilos que quería seguir jugando. De hecho al míster le dije "no se te ocurra cambiarme". Hasta que vi al presidente del club ahí en el campo, y a mi padre… Ahí me di cuenta que había pasado algo malo, "¿qué hacen aquí?" Me preguntaba. Me dieron un tranquilizante, y en la ambulancia el doctor me dijo que me había dado un par cardíaco. "Has estado fuera casi cuatro minutos, sin vida", me explicó. Nunca olvidaré ese momento, no te puedo explicar. Empecé a tocarme mis manos y piernas a ver si las sentía, porque recordé a mi amigo Abdelhak Nouri, que cuando jugaba en el Ajax le había pasado lo mismo y se había quedado sin movilidad ni habla. Mi corazón iba muy rápido y si estás así es peligroso porque te puede dar otra vez.

¿Sólo había ido tu padre a verte?

Sí, mi hermano estaba mirando el partido en el IPad, desde la concentración de Serbia. Le estaban haciendo un masaje en la camilla, y no tenía muy buena señal. Quería coger un avión y venir a verme, pero le llamé para decirle que se quedara.

¿Qué te dijo tu madre entonces?

Estaba fuera del país con mi hermana, que tenía un torneo de tenis. No podían estar mucho conmigo. Es difícil para ellos porque cuando volví a entrenar, en todas las pruebas se veía bien el corazón, no tenía ninguna enfermedad, y eso te da confianza, piensas que solo te puede pasar una vez y ya está… Tienes un DAI en el cuerpo, pero era difícil para ellos verme jugar de nuevo.

Cuando salías de nuevo a jugar al campo, ¿lo hacías sin miedo?

Cero miedo. No sé por qué. Recuerdo que tuve un entrenamiento el 7 de julio de pretemporada y el 11 era el primer partido amistoso contra el Sevilla. Apenas había entrenado cuatro días después de estar cuatro meses parado. Me vino el míster y me preguntó qué quería hacer, y le respondí que quería jugar y volver a coger el ritmo. No pensé ni un segundo si volvía a pasarme otra vez. Cuando las cosas van bien, te olvidas pronto de lo malo.

¿Cuándo empezaste a recibir ayuda psicológica?

Después de la segunda vez, antes no no lo necesitaba, lo pasé mal la primera semana, pero enseguida di el cambio. Al tercer día en el hospital, llegó el director deportivo a verme y le dije "que sepáis ya que voy a volver a jugar". Cuando pasó la segunda cambió la película, me entró miedo, estando en casa me dio un ataque de ansiedad y pánico, mi corazón iba muy rápido, y pensaba que me iba a morir. Ahí empecé a sufrir mentalmente, lo hasta entonces era mi aspecto más fuerte.

¿Ahora ya no existen esos momentos en los que temes morir?

Cuando eres creyente no puedes tener miedo a la muerte, pero no quería dejar tan pronto a mi familia. Ahora mismo no lo tengo, pero en esos momentos de pánico, sí. Hablo mucho con mi hermano de que si mentalmente estás muy fuerte, puedes ganar cada batalla. Las charlas conmigo mismo son las que más me han ayudado, no digo que esté ya al 100%, es un proceso largo y aun hoy veo fotos del Córdoba, veo a mi hermano jugando… Y me entra un sentimiento aquí... (se toca el pecho). El fútbol sólo es parte de la vida, antes era mi vida entera. Hasta que no sabes si vas a sobrevivir y te das cuenta de que el fútbol es un deporte, una parte, no la vida.

Y vivir sin miedo a morir...

Te cuento algo que nadie lo sabe, fuera de mi familia. En octubre, contra el Málaga, ahí salí al campo, estábamos jugando muy bien, ganábamos 1-0, y en el minuto 70 más o menos me entró una taquicardia, que es lo que viene antes del paro cardíaco. Te mareas porque le corazón va muy rápido y luego muy lento hasta que se para. Me mareé unos 5-8 segundos, sabía que era una taquicardia y seguí jugando el partido hasta el último minuto, no le dije nada a nadie. Esa misma noche en casa estuve llorando toda la noche, sabía que era algo jodido, pero durante el partido era el capitán, no podía dejar a mi equipo, si tenía que morir… En ese momento lo pensé así. No es que estuviera preparado para morir, pero no tenía miedo. No era una buena decisión, por si hay niños escuchándome. Cuando al cabo de unos días se lo conté a mi hermano, quería venir a Córdoba a matarme.

¿Cómo fue esa segunda vez que te desplomas en un campo de fútbol?

Estaba muy muy cansado. Ahora me digo a mí mismo que qué me pasaba por la cabeza para seguir jugando. Cuando salía al campo se me olvidaba todo, era como o ganamos o morimos. Tenía las piernas tan cansadas que no podía ni andar, tenía los gemelos muy doloridos. Un minuto después me dan el pase y me mareo. En esos diez segundos de mareo me cambió la vida: ahí me entró la ansiedad, el miedo y el sufrimiento mental. Me dio la taquicardia, veía que el mareo iba más fuerte y pensé que me iba a morir ahí, se me pasó toda mi vida por delante. Me giré, miré al míster, le hice el gesto del cambio y me caí. En el vídeo se ve que el DAI me dio el pulso y me levanté yo solo. Cuando caminaba fuera del campo ya sabía que aquella iba a ser la ultima vez que tocaba el césped como futbolista.

Se dice que cuando alguien regresa de la muerte, es como ver un túnel oscuro y una luz al final. ¿Tú también lo experimentaste?

Veía todo oscuro pero no vi eso. Estaba oficialmente muerto, pero creo que mi alma no había salido de mí, creo que debía ser salvado y Dios me puso a las personas ahí para salvarme. No recuerdo nada más.

¿Los médicos te desaconsejaron seguir jugando?

Me dieron el consejo, pero al final es decisión tuya. Sabían que no podían cambiar mi mente, así que me apoyaban. Tengo un sentimiento con muy especial con el médico que me operó, y también el doctor Bretones, me ayudaron tanto en lo físico como mental. Briones en los partidos siempre me estaba mirando a mí, por si me sentía bien o necesitaba algo.

¿En qué te está ayudando la terapia psicológica?

Poder hablar de todo con alguien y abrirte completamente. Al final cuando estás con tu familia, novia o amigos, puedes hablar de forma abierta, pero quieres aparentar más fuerte, no ponerles tristes o preocuparles. No quiero que mi sufrimiento sea el de otros. En el vídeo no quería llorar, prefería que los niños me vieran fuerte, pero los hombres también lloran. Es algo natural y no hay que tener miedo a mostrar cómo te sientes, hay que hablar con la gente. He aprendido algunas cosas en este tiempo…

¿Has hablado con Iker Casillas o algún futbolista con una experiencia parecida?

Iker me mandó un mensaje y un vídeo muy bonito, dándome su apoyo, pasó lo mismo y se tomó su tiempo para decirme que quería ayudarme. Me dio el consejo de valorar la vida.

¿Celebras tu cumpleaños también en marzo, la fecha que volviste a nacer?

Si, ahora tengo otro cumpleaños, el 25 de marzo, es un día más especial que el de mi cumple. Ese día voy a dar las gracias a Dios y a hacer algo especial que se va a quedar en privado.

¿Valoras más la vida?

Obviamente que sí. El ejemplo más claro es que cuando estaba en el hospital, en la primera semana que aun no sabes los resultados y había mucha oscuridad, lo único que quieres es dar un paseo con tus padres, tomar un café con tus amigos o ver una película con tu novia. Solo pensaba en salir vivo de allí y hacerlo, quien ha visto la muerte tan de cerca es que no hay que esperar que pase algo así para valorar las cosas. Era un chico que jamás había pensado en la muerte, no me faltaba de nada, y de repente te cambia la vida entera. Lo que valen son las cosas pequeñas, pero vivimos tan rápido, con tantas cosas…

El mensaje que quiero dejar a quien lea esta entrevista es que no hay que dejarse caer. Me he levantado de otra manera, y ahora quiero ayudar a la gente, quizás Dios me ha dado otro camino porque sabe que puedo superarlo para ser un ejemplo algún día. Solo hay que descubrir cuál es tu destino, valorar la vida y ser agradecidos. Nunca sabemos cuándo va a ser nuestro último día.