El grito desconsolado de Marta Peiró por la DANA en Valencia: "Mi familia lo ha perdido todo, si pudiera me cambiaría por ellos"
La exfutbolista relata en Relevo cómo sobrevivieron sus seres queridos. Vivió el desastre desde Suiza y ha abierto una plataforma para ayudar a su familia y damnificados.
"Al día siguiente no supe nada de mi familia hasta mediodía porque no tenían electricidad ni cobertura y estaban incomunicados. Nadie me contestó hasta las tres de la tarde, fue una agonía enorme que no puedo explicar. Han perdido todo, todas sus vidas. Mi familia es muy trabajadora y no tiene recursos suficientes para esperar a que los seguros paguen para rehacer sus vidas, han perdido sus casas, coches, muebles. Es muy trágico, no podría imaginar en mil vidas que esto pudiera pasar. Me cambiaría por ellos sin pensarlo".
Devastada. Con la voz rota y sin saber qué hacer. A Marta Peiró le pilló la despiadada DANA a 1.143 kilómetros de su familia. Es la eterna distancia que separa Picanya, una de las zonas cero y hogar de sus seres queridos, de Ginebra, donde trabaja para el Servette suizo. Antes de sufrir junto al cruel testimonio que confiesa a Relevo, se insta a colaborar con sus seres queridos y demás afectados del territorio en la plataforma que ha abierto.
La familia de la exfutbolista del Valencia está subsistiendo en estos trágicos días gracias a la solidaridad y caridad de vecinos y voluntarios que, a través de un bizum a su tía Antonia (+34 618 77 00 86), les permiten comprarse una barra de pan o una garrafa de agua, pues siguen sin disponer de agua potable. Sus tíos y primos se encuentran incomunicados porque, afirma, nadie puede llegar a ayudarles. Ni bomberos, ni militares, ni la UME. Solo los vecinos que sufren las mismas penurias barren a su lado.
"Están yendo voluntarios cada dos por tres para liberar las calles porque no hay ningún acceso, están incomunicados y es horrible, apocalíptico". Desamparados, luchan a una por salir adelante. "Sin ninguna duda, si tuviera la mínima oportunidad de cambiarme por alguien de allí, lo haría ahora mismo. Es muy grande la agonía y la frustración, mis padres son trabajadores, pero ahora están deslomándose más que nunca. No están para hacer esos esfuerzos", expresa sobre el duro trabajo de achicar el barro con escobones y de reconstrucción que están haciendo tras el desastre. Ese es su día a día.
Las horas más críticas de la DANA en Valencia, que a esta hora acumula 211 muertos y más de 2.000 desaparecidos, llegaron en la madrugada del martes al miércoles. La valenciana jamás olvidará la amargura de aquellos instantes. "El martes por la noche estaba en contacto con mis padres y me alertan de todo, me dicen que deje lo que estoy haciendo, que ponga las noticias. Yo estaba al tanto de las lluvias pero no sabía que podían llegar a tal límite, me pilló por sorpresa como a miles de personas". Como se aprecia en los videos adjuntos, está todo completamente destrozado. Inservible y devorado por el barro.
La exjugadora del Sporting de Huelva, que se encontraba de camino para ver el Suiza-Francia, canceló su plan y volvió a su casa cerca de Ginebra. "En aquel momento no sabíamos nada de mis tías, ni de mi tío, ni de mis primas y, conforme fue pasando la noche, tuvimos alguna noticia. Nos dijeron que mi tía Doris se había conseguido subir al ático de una vecina de milagro porque su casa se había inundado. Cuando el agua le llegaba por las rodillas, consiguió pasar a la otra casa, no sabemos muy bien cómo", relata.
"Ella estaba sola porque mi tío estaba trabajando con el camión y por poco no lo cuenta porque quiso hacer la imprudencia de cambiar el coche de sitio. No sabemos nada del camión, él aguantó en una gasolinera hasta la tarde del miércoles". Sin noticias de sus seres queridos durante aquella fatídica madrugada, la tranquilidad de que sus familiares habían sobrevivido llegó al día siguiente.
"Casi toda mi familia de Picanya estaba encerrada en otras casas viendo cómo la suya se iba a tomar por culo, ellos viven en la zona cero". Ahora, el día a día de sus padres, afincados en Torrent, es quitar el barro que inunda las viviendas de su familia en Picanya. Solo les queda permanecer unidos mientras su hija sufre a distancia y tener paciencia para reconstruir sus vidas.