Los dos goles de Brahim avalan los esfuerzos que hizo Marruecos para que jugase con su selección
El jugador marcó dos goles en tres minutos en la goleada contra Gabón (1-5) tras su reaparición con el combinado nacional tras su lesión.
En Marruecos ya se saben el gesto con el que Brahim Díaz celebra los goles, esas dos manosdelante del cuerpo como diciendo "a mí que me registren". Contra Gabón marcó dos en dos minutos, lo que hace que la cifra total de goles con la selección africana se vaya a cuatro tantos en siete partidos. La decisión del jugador del Madrid de acudir con la selección magrebí ha sido, sin lugar a dudas, un empujón para el equipo, que es más competitivo con el madridista en sus filas. Terminó ganando el equipo por 1-5 a Gabón.
El primero de los goles de Brahim tiene algo de ratonero, como de delantero clásico de área, de esos que no se imponen por su talento sino por su inteligencia. Se bota un córner, el balón se pasea por el área y ahí aparece él, en el segundo palo, solo para ajusticiar al guardameta de Gabón.
El segundo, un par de minutos después, es bastante similar. Otro saque de esquina, botado desde el otro lado, otra vez la melé se desorienta y el jugador del Real Madrid se adelanta para marcar un nuevo gol del conjunto de Walid Regragui.
Brahim no pudo ir a la convocatoria anterior con su selección por una lesión muscular que le mantuvo cerca de un mes alejado de los terrenos de juegos. Eso hizo también que Carlo Ancelotti tuviese que cambiar sus planes, pues evidente que el delantero goza del favor del técnico italiano, que le ve como el principal recambio para los jugadores de arriba dentro de la plantilla. Por delante, indudablemente, de Endrick y Guler.
Brahim ⚽️⚽️🤩#DimaMaghrib 🇲🇦 pic.twitter.com/IMMif5Wt5n
— Équipe du Maroc (@EnMaroc) November 15, 2024
El marroquí, además, se ve con muchas opciones de ser titular en el próximo mes, pues uno de los que en principio están por delante de él en la jerarquía blanca, Rodrygo, se encuentra lesionado.
Eso abrirá todavía más hueco a Brahim, que suele demostrar con fútbol los motivos por los que sus entrenadores confían en él. De hecho, volvió de la lesión el día del clásico, donde solo jugó 13 minutos, jugó ya 45 en el naufragio contra el Milan y ya en su tercer partido, contra Osasuna, en el que entró sustituyendo a Rodrygo, jugó 70 minutos y dio una asistencia de gol. Antes de lesionarse estaba entrando en todos los partidos aunque, eso sí, siempre desde el banquillo. A pesar de eso, le dio tiempo para marcarle un gol y dar una asistencia en el partido contra el Valladolid.
Es fácil entender los motivos por los que Brahim gusta, porque es un jugador realmente productivo para el equipo. La pasada temporada jugó 44 encuentros de blanco, aunque solo disputó 2.066 minutos, que no son muchos, porque lo habitual es que sea suplente. En ese tiempo le dio para marcar doce goles y repartir nueve asistencias, datos muy buenos para un jugador que en Madrid es un gran recurso y en Marruecos toda una estrella.