LIGA CROATA

Ganar al penúltimo, emborracharse en el autobús... y a entrenar de madrugada

El Gorica goleó al Sibenik en un partido trascendental para salvar la categoría. Los jugadores bebieron en el camino de vuelta y pagaron las consecuencias.

El Gorica celebra su triunfo ante el Sibenik./GORICA
El Gorica celebra su triunfo ante el Sibenik. GORICA
Jonás Pérez

Jonás Pérez

La Jornada 29 de la HNL, Primera División croata, comenzó con una sorprendente goleada del Gorica por cero goles a cuatro al Sibenik. Sorprendente porque el vencedor es colista de la clasificación con cinco triunfos, ocho empates y 16 derrotas en lo que va de campaña. Pero sabían, ante el penúltimo, que era una final y que todo lo que no fuera ganar era dar un salto al abismo. En Croacia solo desciende el que cierra la tabla y era el momento de dar un paso al frente. En el 18', ya dominaban 0-3 por el doblete de Gruk y el tanto de Ndockyt. Bralic sentenció al filo del descanso. Un éxito rotundo que había que celebrar a lo grande... pese a tener que entrenar ¡a la 1 de la madrugada!

El Gorica festejó por todo lo alto. Sus vídeos explotando de júbilo en el vestuario así lo demuestran. Su técnico Sopic se unió a esos cánticos y también se mostró pletórico por lo sucedido. Incluso actuó de entrenador enrollado y les dejó beber alcohol en el autobús. Con consecuencias, claro. "Jugamos una excelente primera mitad y la segunda fue imposible de ver. Ahora que la mentalidad balcánica echará raíces, probablemente todos en el autocar se emborracharán. Y no saben que habrá entrenamiento a la una de la mañana cuando regresemos a Gorica. Sí, lo habrá para deshacerse de ese alcohol".

Sus palabras en rueda de prensa, a espaldas de sus jugadores, desvelaban una amenaza por cumplir. En ese momento, la plantilla no lo escuchó. Quién sabe si lo hicieron ya montados en el autobús. Pero, a buen seguro, no lo tomarían en serio. El triunfo era un salto de gigante para salvar la categoría. En caso de haber caído, la distancia de siete en el casillero resultaba prácticamente insalvable. Y, de repente, a uno, con aún siete jornadas por delante. Un motivo suficiente para romper a celebrar sin importar el mañana.

Sin importar el mañana... pero no el hoy. Porque su entrenador Sopic no permitiría que los excesos del viaje de vuelta cayeran en saco roto. El partido concluyó cerca de las ocho de la tarde y poco después la expedición puso rumbo a Gorica. Según Google Maps, hay cuatro horas de distancia entre ambas ciudades por carretera. Tiempo suficiente para una gran noche de viernes entre copas, música y celebración por el valioso triunfo.

Así sucedió. Los jugadores del Gorica disfrutaron juntos del viaje del autobús, como bien comentaba su entrenador con "mentalidad balcánica". Y la 'broma' se convirtió en realidad. A la llegada a la ciudad, la plantilla tuvo que lidiar con un rato de atletismo en la ciudad deportiva. Además, la primavera tampoco ha llegado a Croacia. La previsión meteorológica marca una semana con temperaturas cercanas a los siete grados con lluvia de madrugada, con extrema humedad.

Así se pudo ver a los jugadores, ejercitándose con camisetas y gorros en la cabeza, casi a un ritmo tedioso. Fue la orden de su entrenador, que anima la fiesta en el autocar, a cambio de un esfuerzo posterior. Quien algo quiere, algo le cuesta. Pero habrán esprintado con gusto y no es para menos. El Gorica estaría casi desahuciado con una derrota y los tres puntos de oro le lanzan a por su principal rival en la clasificación. Cabe resaltar, además, que hace tres jornadas, el colista estaba a ocho del penúltimo, acariciando el abismo de la Prva NL. Si obran el milagro, entonces, habrá fiesta de las grandes sin consecuencias. Hasta entonces, correr a la 1 de la madrugada será el menor de los problemas.