El fútbol llega a donde no lo hace ni el Ejército: "Llevaremos comida caliente en bicicleta"
El Evangélico CF, un club de Torrent (Valencia) con clara vocación de reinserción social, reparte agua y platos de paella y se desplazará a las zonas de escasa accesibilidad para ayudar a los más afectados.
"Tiempo atrás viajamos a la frontera con Polonia a auxiliar a ucranianos afectados por la guerra y la pandemia nos azotó duro, pero jamás había vivido algo como esto. Un exjugador nuestro sigue desaparecido, no pudimos salvar coches que se hundían y hacían luces y muchas familias sin recursos lo han perdido todo". La voz de Javi Noguera, fundador del Evangélico CF, transmite con crudeza a través del hilo teléfonico la espeluznante realidad que sufren estos días los vecinos de Torrent, la localidad valenciana en la que habita, y de municipios colindantes como Paiporta. Su club, fundado en 2007, es un ejemplo desde que nació: acoge a los chavales más desfavorecidos del humilde barrio de El Xenillet para canalizar su futuro a través del fútbol e incitarles al estudio. Hoy, con sus vecinos en situación de extrema necesidad, no han dudado de nuevo en remangarse y tratar de llegar a puntos a los que de momento no ha accedido ni el Ejército.
"Lo primero que hemos instalado es un pequeño comedor social donde la gente puede desayunar, comer o cenar. Hay dos opciones: que traigan tuppers y ollas y se la lleven o que se queden aquí", narra Noguera, coordinador de un equipo de personas que cocinan durante horas para que los ciudadanos de Torrent que continúan sin luz accedan a "ingerir algo caliente". Allí, recuerda, cientos de familias no tienen "ni agua ni electricidad" y sus neveras, congeladores y microondas han dejado de funcionar. El escenario en los hogares, además de la ausencia de alimentos por la dificultad de los distribuidores de transportar producto a los supermercados, dibuja un contexto de máxima urgencia que el Evangélico trata de rebajar con la aportación de sus voluntarios y el corazón de un equipo que nació "para ayudar". Jamás lo había conseguido de tal forma.
Noguera, que habla con prisa y cortes en la comunicación, apura la luz diurna para ponerse en marcha junto a una decena de héroes hacia zonas que continúan aisladas: "Hemos hecho acopio de comida y ropa y saldremos ahora hacia Montserrat". Otros pondrán rumbo a Catarroja, en otra dirección. La única meta pasa por "llegar con comida caliente a donde nos pidan una mano". "Iremos en furgoneta hasta donde sea posible y, después, continuaremos en bicicleta para alcanzar los puntos que parecen apartados del mundo" por la acumulación de barro, señala.
Irreparable
En El Xenillet, una "barriada" de rentas bajas, la labor del Evangélico no se paga con dinero; a través de la pelota se inculcan "valores como la educación, el amor, la tolerancia o la humildad", acogen a futbolistas de hasta 14 nacionalidades (el número marcó su cumbre en 18) y acompañan la teoría con casos prácticos: el proyecto se creó bajo el lema 'Una hora de libros, una hora de fútbol' y, de los ochos niños que empezaron primero en la escuela, uno cursó luego una carrera universitaria y varios se forman en ciclos superiores. Además de su vocación de reinserción social, el equipo torrentino siempre se coloca al lado de los suyos cuando la necesidad aprieta.
"Durante la epidemia de COVID-19 habilitamos nuestro campo para los sintecho; los ucranianos que escaparon de la guerra con nosotros se han presentado ahora voluntarios para echar una mano en esta catástrofe", explica Noguera, que ve como "un milagro" que la instalación en la que disputan los partidos no haya sufrido grandes daños pese a encontrarse "al lado de un barranco". "El agua no llegó ni al estadio ni al colegio de al lado", expone. Aun así, el acceso que unía al barrio con el recinto "se ha venido abajo" y eso impide su utilización. Por fortuna, el pasado lunes inauguraron una pequeña sede "para vender ropa solidaria" y estos días emplean ese mismo local para integrar en él el comedor y colaborar en el reparto de prendas de abrigo.
"El fútbol es nuestra excusa para la cooperación. Iniciamos la sede con la idea de ofrecer ropa muy económica y regalársela a las familias con menos recursos, pero ahora la hemos convertido en el centro de nuestra red de actuación. Estamos repartiendo cazadoras, sudaderas y camisetas a todos los que lo necesitan", relata. Además de sus actuaciones a corto plazo, el Evangélico ya piensa "en el medio": "Hemos generado contacto con entidades que ya colaboraban con nosotros para tener un punto de recepción general. Les proveeremos de producto para ampliar la colaboración".
"Hay familias que no disponen ni de un ladrillo; ves las caras de los niños y ahí sólo hay temor y sufrimiento"
Presidente del Evangélico CFCon la asistencia para distribuir comida de restaurantes que donan, la actividad del Evangélico no se detiene pese a que Noguera, como el resto de los habitantes de la zona, viva "en shock" por los daños de una DANA que deja ya más de 200 muertos; el centro de coordinación de emergencias, en su última actualización, ha elevado a 202 el balance de fallecidos en la Comunidad Valenciana. "Hay familias sin recursos que han perdido la documentación y que no disponen ni de un ladrillo. Tenemos a 30 personas repartidas en viviendas, muchas de ellas los papás de nuestros jugadores; ves las caras de los niños y ahí sólo hay temor y sufrimiento", relata el fundador.
"Tenemos a una persona de nuestro entorno, que ha sido futbolista nuestro, desaparecida. No sabemos nada de él desde el martes. En el barrio hay gente muy audaz y sabia y, por eso, para todo lo que ha pasado, se comprende que no haya habido ningún muerto. La gente evacuó rápido con sus propios medios", afirma. Aunque el Ejército se despliega en la zona y Defensa ha ofrecido los efectivos que sean necesarios, el pueblo se ha echado en las últimas horas a la calle para tender manos y sobrellevar la desgracia. El Evangélico, siempre al pie del cañón y que fue presidido por el padre del exfutbolista José Enrique Sánchez, intenta penetrar ahora en puntos que ni los soldados han conseguido socorrer.