OPINIÓN

No existe una explicación lógica para el derrumbe del Real Madrid, no la busquen...

Ancelotti, en un momento del partido ante el Milan. /REUTERS
Ancelotti, en un momento del partido ante el Milan. REUTERS

No la busquen. No existe una explicación lógica que pueda satisfacer nuestra sed por querer saber siempre el porqué de las situaciones extremas. O lo que es lo mismo, intentar comprender cómo un equipo que gana la Champions, la Liga, la Supercopa de España goleando al Atlético y al Barcelona... se derrumba de mala manera tan solo un par de meses después. Para colmo, entre el pasado y el presente, el Real Madrid fichó al mejor jugador del mundo, como continuaré considerando a Mbappé por mucho que ahora estrelle contra el portero de turno todos los remates que antes metía por la escuadra, por la cepa del poste, o por donde fuera menester. Es una pedrada mía, un gran jugador nunca puede hacer peor a un equipo.

Ancelotti responde a las críticas recibidas. RMTV

Me niego también a aceptar como animal de compañía que todos los males futbolísticos del equipo blanco se deban a la jubilación anticipada de Kroos. No. No puede ser. Tiene que haber más razones. Y las hay. Por mucho que el fútbol sea indescifrable, algo o mucho tiene que pasar en ese vestuario para pasar del todo a la nada. Y me refiero únicamente a los aspectos del juego. Lo difícil de un equipo es asimilar conceptos para crear un equilibrio colectivo entre la defensa y el ataque y jugar como un equipo. El Madrid de la temporada pasada era un bloque más o menos compacto. Basaba sus triunfos en una más que notable organización defensiva, balón parado incluido y después en el acierto realizador de los delanteros y de los que no eran delanteros, como era el caso de Bellingham. No era el Brasil del 70, pero le daba para ganar cuatro títulos, Supercopa europea incluida en el mes de agosto.

El Milan, con una defensa de cinco hombres con la línea adelantada, no tanto como el Barça claro, destrozó el juego ofensivo de los blancos desde que el balón comenzó a rodar. Solo Mbappé encontraba algún resquicio, pero sin puntería. Una vez más la enfermedad del equipo se reflejó en un centro del campo al que le cuesta presionar arriba y que se queda en tierra de nadie cuando se repliega en su campo. No es día para culpabilizar a un jugador determinado, por mucho que Lucas Vázquez quedará retratado ante un Leao inmenso en todos sus movimientos. Al gallego le dejaron solo ante el peligro y, posiblemente, no hubiera tenido que ser él el encargado de ese marcaje imposible. Cuando se pierde como perdió el Madrid ante el Milan, no sirve lanzar dedos de culpabilidad contra el más débil... porque si Lunin no hubiera subsanado su error del primer gol con dos paradas salvadoras en la segunda parte, la derrota podría haber removidos los cimientos más sólidos del club.

Está sucediendo lo que se intuía que podría pasar porque los síntomas de otros partidos no eran esperanzadores. Todo lo contrario. El problema es encontrar por qué se repiten las situaciones hasta empeorar de tal forma. A día de hoy, Ancelotti y los suyos ya saben que la Liga está complicada porque el Barça está inmenso y que el próximo rival de la Champions es el Liverpool en Anfield. El líder de la competición que también es de la Premier. Y para colmo por medio, hasta entonces, hay un parón por partidos de la Selección.