REAL SOCIEDAD 1 - ANDERLECHT 2

El lío de la grada desordena a una Real que no levanta cabeza

El cuadro de Imanol Alguacil cae en su estreno europeo como local, tras un bochornoso comportamiento de los ultras belgas en el Reale Arena.

El Anderlecht celebra uno de los goles/EFE
El Anderlecht celebra uno de los goles EFE
Pablo Ruiz

Pablo Ruiz

Hasta diez cambios en el once inicial de Imanol Alguacil. Solo repetía Álex Remiro respecto a la alineación del último partido de Liga ante el Valencia. Mucha presencia de Zubieta y Sadiq junto a Óskarsson como doble punta. La Real Sociedad arrancó con la mirada puesta en la meta de Coosemans y no tardaría en adelantarse en el marcador.

Pablo Marín remató a la red un centro desde la derecha de Umar Sadiq para poner por delante a los donostiarras en los primeros cinco minutos de partido. A partir del gol, la Real se gustaba y buscaba el segundo para encarrilar un partido, que aparentaba ser plácido, pero nada más lejos de la realidad. Ni en el césped, ni en la grada, donde los ultras del Anderlecht empezaban a atemorizar al resto de aficionados civilizados, alrededor del ecuador de la primera parte.

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La grada visitante rompió el metacrilato de seguridad para empezar a lanzar esos trozos y las butacas a la zona familiar de aficionados donostiarras. El partido empezó a jugarse más en las localidades que en el campo y Luis Vázquez aprovechó para empatar. Los belgas apretaron en una jugada muy larga y peligrosa, que la Real no terminó de despejar con solvencia y el ariete argentino del Anderlecht igualaba el marcador.

El árbitro rumano, Marian Barbu, detuvo el encuentro durante tres minutos, con el objetivo de detener la locura en la grada visitante. Cuando se reanudó, la Real Sociedad se había desconectado del todo y vio cómo Leoni anotaba el segundo, con un disparo potente, imposible para Remiro. Golpe tremendo para los donostiarras, que se vieron sobrepasados por los acontecimientos extradeportivos. Antes del descanso, Óskarsson rozó el empate con un disparo al travesaño.

Futbolistas del Anderlecht piden calma a su afición.  EFE
Futbolistas del Anderlecht piden calma a su afición. EFE

Imanol movió el banquillo en la segunda mitad e introdujo a Aguerd, Barrenetxea y Take Kubo para cambiar el dibujo. La Real Sociedad empezó a dominar el balón, pero sin demasiada presencia en situaciones claras de gol. Óskarsson y Kubo avisaron en un arranque que parecía más prometedor de lo que realmente fue.

El Anderlecht levantó un muro de hormigón, con un orden defensivo, que solo Barrene y Kubo se atrevían a desafiar. Si la Real Sociedad lograba asaltar el área del cuadro belga, esperaba un Coosemans, que solventó las complicaciones que le planteaban, los txuri-urdin. Los minutos pasaban y la reacción no se convertía en ocasiones claras de gol.

Imanol tiró de todo lo que tenía. Sergio Gómez y Oyarzabal entraron para intentar darle un poco de lucidez a la Real, que no tenía su día y seguía estancada en el punto de inflexión motivado por el bochorno de la grada y los dos goles seguidos del Anderlecht. Brais Méndez rozó el empate de cabeza y Kubo lo acarició después de una jugada a la desesperada. Tras eso, llegó el final. Los tres puntos volaron en el avión del Anderlecht, que se lleva un botín importante para la clasificación europea, pero sus desplazados vuelven a dejar una mancha muy negativa.

Ficha técnica:

1- Real Sociedad: Remiro; Odriozola (Barrene, 46'), Pacheco (Aguerd, 46'), Elustondo, Jon Martín, Aihen Muñoz; Turrientes, Brais Méndez, Pablo Marín (Sergio Gómez, 67'); Sadiq (Kubo, 46'), Óskarsson (Oyarzabal, 74').

2- Anderlecht: Coosemans; Foket (Sardella, 63'), Zanka, Simic, N´Diaye (Augustinsson, 74'); Rits, Leoni, Stroeykens (Ashimeru, 89'), Degreef (Verschaeren, 63'), Dreyer (Dolberg, 74'); Luis Vázquez.

Árbitro: Marian Barbu (Rumanía). Amonestó con tarjeta amarilla a Rits (min. 45+1), Óskarsson (min. 52) y Foket (min.52).

Incidencias: Partido disputado en el Reale Arena ante 30.985 espectadores. El encuentro tuvo que ser detenido durante tres minutos por el lanzamiento de objetos procedentes de la grada visitante.