La Real espera al Dinamo de Kiev, esqueleto de un gigante: "Era un superequipo; había que echar mucho valor y mucha fuerza para ganar las disputas"
La Real Sociedad recibe hoy a un equipo que vivió su época dorada de la mano de leyendas como Blokhin, Belanov o Rebrov.
El Reale Arena será hoy el escenario de otro partido histórico con la Real Sociedad de por medio. La actualidad y los números dicen que el Dinamo de Kiev es uno de los peores equipos de la Europa League, pero la historia señala que el conjunto ucraniano es uno de los clásicos del fútbol continental. No es un rival cualquiera. Todo lo contrario. Echando un vistazo a su historial uno se da cuenta de que el rival de hoy de la Real Sociedad fue uno de los grandes, no solo de la extinta Unión Soviética, sino del panorama europeo. Nombres como Oleg Blokhim, máximo goleador de su historia, Sergiy Rebrov, Igor Belanov, Andriy Shevchenko, Alekséi Mijailichenko o Andriy Yarmolenko entre otros escribieron algunos de los capítulos más brillantes en la historia de un club que conoció la fama internacional de la mano de su mayor estandarte como fue Valeri Lobanovsky, conocido como 'el héroe de Ucrania'. Estuvo 16 años (1974-1990) al timón y cosechó más de 15 títulos.
Hoy no queda nada, o casi nada, de aquella grandeza. Solo los recuerdos de las grandes gestas conseguidas por el Dinamo de Kiev. La primera Recopa, por ejemplo, la consiguió en 1975 superando en la final al Ferencváros por 3-0. Fue la primera vez que un equipo soviético conseguía un título europeo. Ese triunfo dio la posibilidad al equipo ucraniano de jugar la Supercopa de Europa contra el Bayern Múnich de los Beckenbauer, Müller, Rummenigge y compañía. El repaso fue antológico con otro 3-0, con hat-trick incluido Oleg Blokhin, Balón de Oro en aquella temporada.
El Dinamo volvería a coronarse campeón de la Recopa en la temporada 1985/86 con un equipo que contaba con jugadores como Aleksandr Zavarov, Igor Belánov, Vasiliy Rats o el veterano Oleg Blokhin. Su rival en la final disputada en el Stade Gerland, en Lyon fue el Atlético de Madrid que contaba con jugadores como Ubaldo Fillol, Clemente Villaverde, Jorge Da Silva, Quique Setién o Miguel Ángel Ruiz. Este último echa la vista atrás en el tiempo y recuerda como si fuera ayer un duelo que terminó con 3-0 a favor de los soviéticos. "De aquel 'once' todos eran titulares de la selección de la Unión Soviética excepto el portero. Eran un superequipo", analiza el exfutbolista del Atlético de Madrid. "A nosotros nos ganó bien. Quizá el resultado fue demasiado abultado porque estuvimos con 1-0 hasta que quedaban quince minutos para el final y ya nos fuimos hacia adelante. Pero es que luego vinieron al trofeo del Real Madrid y también les ganaron 2-3. Era un equipo espectacular", confirma.
Para Miguel Ángel Ruiz, el Dinamo de Kiev "era un gigante de Europa". Entiende que "ahora el futbol es muchísimo más global y conocemos a todos los equipos del mundo, pero antes no se conocían tanto. Este era uno de esos equipos que no eran tan conocidos, pero era de élite por los jugadores, por la preparación que tenían y por el nivel", analiza. Echa la vista atrás y se acuerda de uno por uno de aquel equipo entrenado por Lobanovsky. "Me acuerdo de Demyanenko, el capitán, de Blokhin, de Belanov, de Zavarov, que luego se marchó a la Juventus, de Baltacha… Me acuerdo de todos. Era impresionante", reitera. "Nosotros éramos un equipo serio, que hicimos una Recopa espectacular. Éramos un equipo, con Luis Aragonés, muy fuerte y físicamente poderosísimos, pero nos vencieron en todas las facetas, las de fútbol y fuerza", asume resignado.
"Nosotros éramos un equipo serio, que hicimos una Recopa espectacular. Éramos un equipo, con Luis Aragonés, muy fuerte y físicamente poderosísimos, pero nos vencieron en todas las facetas, las de fútbol y fuerza"
Exfutbolista del Atlético de MadridPara el ex del Atlético de Madrid, aquel Dinamo de Kiev "era un equipo muy bien trabajado, en el que las transiciones eran rapidísimas. Atacaba mucho, pero igual que lo había hecho, se replegaba por la potencia física que tenían todos. Eran futbolistas muy prácticos. De tres cuartos para arriba eran habilidosos, pero los demás eran muy polivalentes. Eran fuertes, sabían manejar el balón y marcar los tiempos del partido, un equipo muy completo", puntualiza.
"Eran muy rusos", confirma esbozando una sonrisa. "No es que nos sorprendieran, porque íbamos avisados del potencial, pero cuando te ponías a competir con ellos, era un equipo muy preparado a todos los niveles. Cada disputa con uno de ellos, había que echar mucho valor y mucha fuerza para ganar esa disputa", sostiene sobre un rival cuyo éxito no fue flor de un día. "No fue que les salió el partido de su vida y nos ganó. Era un equipo contrastado en el sentido de que eran jugadores con experiencia. Todos eran internacionales y titulares de la selección de la Unión Soviética, un combinado fuerte, poderosos y con mucho nivel", significa.
Fran Sol: “Si no hubiera sido por la guerra hubiera continuado“
Sin embargo, hoy es el día en el que toda aquella grandeza ha caído en saco roto. Ucrania es un país devastado por la guerra y uno de sus mayores referentes deportivos como es el Dinamo de Kiev sobrevive como puede. Muchas de las estrellas que defendían esa camiseta de vieron obligados a hacer las maletas y emprender el camino hacia otras ligas y así seguir disfrutando del fútbol. Es el caso, por ejemplo, de Fran Sol (Madrid, 1992), futbolista del AEK Larnaca y que jugó en el Dinamo de Kiev una sola temporada por culpa de la guerra. "Yo salí un año antes de que se iniciase el conflicto. Yo me fui en octubre del 2021", recuerda con pena. "Tuve un poco de suerte. Mis compañeros lo pasaron muy mal. Tuvieron que quedarse en hoteles hasta que pudieron salir del país. Tendría que entrar en muchos detalles para contarte lo que sufrieron, pero gracias a Dios pudieron salir. Yo, por suerte, no viví eso", se alegra.
"Mis compañeros lo pasaron muy mal. Tuvieron que quedarse en hoteles hasta que pudieron salir del país. Tendría que entrar en muchos detalles para contarte lo que sufrieron, pero gracias a Dios pudieron salir. Yo, por suerte, no viví eso"
Delantero del AEK Larnaca y ex del Dinamo de KievEso sí, "si no hubiera habido guerra, hubiera seguido", proclama con rotundidad. "Era un club que me gustaba, mi familia estaba a gusto en Kiev viviendo, pero debido a la guerra tuve que acogerme a la circular que sacó la FIFA, por la que todos los jugadores que tenían un contrato con un equipo ucraniano, podían firmar libre por otro club. Por eso me fui a Larnaka", asegura.
Dos muy buenas temporadas en el Willen II le valieron para fichar por el Dinamo de Kiev. "Marqué más de 50 goles en esos dos años. No sé cómo se gestó mi fichaje, pero se fijaron en mí, me hicieron una propuesta, también al club, la aceptamos y fui para allá", sostiene un futbolista con pasado en el Málaga, Eibar o Tenerife y que coincidió, por ejemplo, con Álvaro Morata en los juveniles del Real Madrid y más tarde en el Real Madrid C. En Larnaca lleva año y medio y, "de momento", las cosas le están saliendo "muy bien". El año pasado anotó quince goles y este año ya lleva cinco. "Estoy contento con mi rendimiento", informa el delantero madrileño que en el Dinamo coincidió con futbolistas como Shaparenko o Popov, "jugadores muy buenos" que hoy estarán sobre el verde del Reale Arena. "El nivel ha bajado bastante por culpa de la guerra. Hay bastante menos jugadores extranjeros, pero si te soy sincero los que hay no sé como lo estarán haciendo y cómo les habrán convencido. Bueno, sí que lo sé, pero yo no iría ni por todo el dinero del mundo. El nivel ha bajado y la Real se va a enfrentar a un rival que no es tan fuerte como lo era antaño", confirma.
"El nivel ha bajado bastante por culpa de la guerra. Yo no iría ni por todo el dinero del mundo. El nivel ha bajado y la Real se va a enfrentar a un rival que no es tan fuerte como lo era antaño"
Delantero del AEK Larnaca y ex del Dinamo de Kiev"La vida era muy dura", recuerda sobre su experiencia en Kiev. "Tenía que llegar al centro de entrenamiento a las doce para comer a la una, meternos en las habitaciones y dormir hasta la hora de entrenamiento. Dos horas de entrenamiento y luego, una hora de vuela a casa. Por el tráfico de Kiev, era una vida muy dura. Si jugabas y eras titular, lo llevabas más o menos, pero... Solamente los ucranianos que eran de allí llevaban bien esa vida. Tenías que estar todos los días ocho horas, como un trabajo normal, pero la familia estaba sola. Nos concentraban para los partidos, incluso después de los mismos teníamos que volver a la residencia. Los que somos familiares nos costaba mucho", rememora el madrileño. Lo pasó "bien", aunque la mala suerte en forma de lesión le jugó una mala pasada. "Empecé muy bien, marcando goles, incluso en la Europa League, pero al tercer partido con el Dinamo me lesioné del hombro y me operé. Me tuve que ir a Barcelona y al regresar había otro entrenador y no confiaba mucho en mí y las cosas no fueron como me había planteado. Lo pasé relativamente mal", asegura el ahora futbolista del AEK Larnaca.