ATHLETIC CLUB - MANCHESTER UNITED

Claudio Vivas, los ojos de Bielsa en Bilbao: "Es como un dragón, te larga su mensaje y te atrapa"

El segundo entrenador del 'Loco' en su etapa en Bilbao analiza con Relevo una campaña histórica en la que el duelo ante el United fue la guinda.

Marcelo Bielsa y Claudio Vivas dan instrucciones durante un partido de aquella Europa League./Getty Images
Marcelo Bielsa y Claudio Vivas dan instrucciones durante un partido de aquella Europa League. Getty Images
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Marcelo Bielsa dejó una huella imborrable en el Athletic Club. Como le ha sucedido a lo largo de toda su carrera, muchos en Bilbao le aman con una pasión inquebrantable. Otros, dudan de sus métodos. Pero todos, sin excepción, disfrutaron en los días en los que todo salía redondo. Y nadie puede discutir que el 8 de marzo de 2012, el Athletic rozó la excelencia y acarició con los dedos la gloria. Aquel día el conjunto rojiblanco conquistó Old Trafford y, unos días después, sentenció la eliminatoria en San Mamés ante el Manchester United, que esta noche vuelve a La Catedral. No será en la antigua, sino en la moderna y cada vez más carismática. Por eso, a todo aficionado bilbaíno le han venido estos días los recuerdos de una eliminatoria que está considera como la mejor de la historia en competiciones europeas.

Para el técnico rosarino también lo fue. Lo cuenta Claudio Vivas, su mano derecha y hombre clave en aquel cuerpo técnico. Encargado de analizar con máximo detalle cada rival de una campaña en la que llegaron a la final de la Europa League y de la Copa del Rey. Se acuerda de todo. Hasta cómo desgranó al Lokomotiv de Moscú, que hacía una pretemporada en Marbella antes del doble enfrentamiento ante los rojiblancos que sirvió al también rosarino para conocer más detalles. Lo explica con pasión y un evidente cariño hacia Bilbao y el Athletic en una entrevista exclusiva con Relevo. No perdían tiempo e incluso en los autobuses tras los partidos ya estaban viendo el partido que acababa de finalizar.

Claudio contará en esta charla cómo prepararon la eliminatoria ante el United, pero también cómo es trabajar al lado de un entrenador como Bielsa, que exige la misma dedicación que él tiene a todos quienes le rodean. "Hay algunos que están preparados y otros no", reconoce, aunque él siempre disfrutó de "acompañar" al Loco. "Es difícil dejarle de lado", dice, aunque en varios momentos de su carrera ha emprendido el camino por libre. Hoy, Vivas, muy querido en aquel vestuario, está sin club tras dirigir a la selección de Costa Rica tras una extensa carrera en diferentes clubes de Sudamérica.

Con Bielsa todo empezó en Newell's, el club del que ambos son aficionados, antes de un camino exitoso en los años 90 por México y Argentina. Y, por supuesto, Bilbao. Dieciséis temporadas junto a uno de los entrenadores más carismáticos del mundo le convierten en una de las personas que mejor conoce a la persona y al personaje. A las puertas de un semifinal soñada ante el United, Claudio Vivas se sienta con Relevo.

Lo primero, quiero agradecerle por esta charla sobre aquel año maravilloso. Y, lo segundo, me gustaría saber por qué decidió acompañar a Marcelo en esta etapa después de haberse separado tras la experiencia en la Selección Argentina y haber iniciado su carrera como entrenador principal.

En realidad nunca me fui de al lado de Marcelo. Es difícil dejarlo de lado. Yo, por diferentes motivos y compromisos, había firmado un contrato por cuatro años con Estudiantes de la Plata y no pude acompañarlo en su travesía por Chile. Y después, como bien decís vos, inicié mi carrera como solista. Y en esa etapa donde Marcelo me llama yo estaba solo, estaba sin trabajo, pendiente de algunas cuestiones. Había arreglado con la federación peruana para hacerme cargo de todo el fútbol juvenil, de palabra, y en medio de la Copa América me tocó viajar a Perú para tratar de resolver esa situación. Pero al recibir el llamado del profe (Luis Maria) Bonini -preparador físico que siempre acompañó a Bielsa- ni lo dudé. Ni lo dudé porque el desafío era el Athletic Bilbao. Él ya tenía estudiado todos los partidos, e inmediatamente yo me puse a tono con todo eso.

No sería fácil ponerse 'a tono' porque Marcelo tenía diseccionado a cada jugador de la plantilla y a las posibles incorporaciones.

(Se ríe). Sí, viajamos y nos pusimos a trabajar en esa temporada, que era una temporada complicada porque había que buscar algún tipo de alternativa. Recuerdo que Amorrortu tenía un trabajo ya apuntalado, con nombres propios y posibilidades, y nosotros nos pusimos ahí en armonía con toda esa estructura. Yo también tuve que ver todos los partidos, era el que le pasaba los informes, pero no voy a dejar de decir que Marcelo ya lo tenía estudiado. Normalmente cuando él toma un desafío de estas características, así lo ha hecho desde que lo conozco, siempre estudia las posibilidades y hasta que él no está decidido y no proyecta el recorrido, no toma la decisión. Él tenía un avance de lo que era el Athletic de Bilbao como institución, como equipo y de lo que venía haciendo en la última temporada, pero yo me tuve que poner en tiempo completo a ver todos los partidos. Igual que después hice durante toda la temporada.

Fue una temporada larguísima, además, con muchísimo trabajo.

Me vi toda la campaña del Manchester, toda la campaña del Barcelona, toda la campaña de todos los equipos, como el Mirandés, el Sporting Lisboa, qué sé yo, te estoy mezclando las competencias. El desafío era triple porque nosotros teníamos que ver todos los rivales. Antes del Manchester recuerdo que primero preparamos el Lokomotiv Moscú, que estaba haciendo una pretemporada en Marbella y ahí teníamos que buscar información porque un equipo ruso nunca fue fácil examinarlo y mirarlo. Tenían dos características de juego, línea de cuatro y línea de cinco, no sabíamos de qué manera podía jugar hasta que nos llegó...

No me diga que aún se acuerda del análisis que hizo del Lokomotiv.

Sí, sí. Más que nada porque lo hacía yo. Me acuerdo de todo.

Una vez me contaron que Marcelo después del partido, en el autobús, ya estaba analizando el partido jugado o el siguiente.

Claro, claro, porque nosotros teníamos la posibilidad de filmar el partido propio y, ni bien terminaba, Marcelo tenía esa costumbre. Jugabas, por ejemplo, contra un rival X, y yo le tenía que pasar el informe del próximo rival y todos los vídeos. En ese tiempo ya había memorias, pero diez años antes le daba un bolso lleno de VHS. Y yo tenía que analizar el partido jugado para el día siguiente, así él podía charlar con los jugadores y darles un panorama mucho más claro en cuanto a aproximaciones, llegadas, la posesión del balón. Viste que ahora la tecnología te ayuda mucho, pero en ese tiempo era un poco más a ojo y ser un poco coherente en lo que uno ve, intentando ser lo más objetivo porque tampoco está bueno mentirle a los jugadores. A mí en toda mi carrera de más de 30 años me gusta siempre decirle la verdad al jugador, eso lo heredé de Marcelo, que siempre ha ido de frente a cualquier jugador.

Se suele decir que en un cuerpo técnico siempre hay un poli bueno y un poli malo. ¿Le tocaba a usted ser el bueno? Lo digo, sobre todo, porque sé que Marcelo no era el bueno...

Es muy exigente. Quizá ese papel lo asumía Bonini. Yo me encargaba más del rival, Pablo (Quiroga) confeccionaba lo que Marcelo le pedía para realizar los entrenamientos y cada uno de nosotros nos tocaba ejecutarlo según las necesidades del míster. Éramos un gran grupo de trabajo y nos llevábamos muy bien. Yo creo que tiene mucho que ver en los logros. Si bien no pudimos salir campeón aquella temporada, y es algo que siempre quedará en el pendiente, la campaña de ese año fue muy buena. Y eso que la plantilla era muy corta. El esfuerzo de esos chicos, de esos jugadores en ese tiempo, fue grandioso. Lo que pasó en esa época fue muy importante porque nosotros, Marcelo realmente, había decidido que la plantilla sea corta y contábamos más o menos con 16 jugadores, no más.

¿Por qué decidió que sea tan corta? De hecho al principio hubo problemas porque se apartó a un grupo de jugadores.

Porque lo había decidido Marcelo. La realidad es que todos tiraban para adelante y sinceramente el esfuerzo fue muy grande porque nosotros con nuestra metodología de trabajo le habíamos cambiado un poco el estilo. Entrenamos mucho doble turno, entrenamientos por línea, incluso por puesto específico. Marcelo muchas veces tenía que entrenar con cuatro jugadores y lo hacía.

Pero costó, ¿no?

Sí, al plantel le costó asumir al principio. Pero la realidad, lo positivo, es que tuvimos mucho tiempo de preparación. Fuimos el primer equipo que empezó la pretemporada y en esos dos meses que nosotros tuvimos nos encerramos allá en Oliva, en doble turno. Los jugadores terminaban muy agotados, muy cansados, y no tenían tiempo ni de salir a caminar por la playa. Son costumbres. Después tuvo su fruto, porque esos chicos después jugaron y pudieron clasificar a la siguiente Europa League del otro año, y también llegaron a dos finales. Aunque nos queda ese sabor amargo de haber podido hacer un poco más de fuerza en Bucarest contra Atlético de Madrid. En esa quedamos pendientes. En la otra, contra el Barcelona, creo que era muy difícil porque fue el último partido de Guardiola en el Barça, con un Messi inigualable, y de cualquier manera hubiese sido muy complicada.

¿En qué momento se dieron cuenta de que ese equipo podía soñar con ganar la Europa League?

Después que pasamos la llave del Manchester United. Ahí, seguro. Nos dimos cuenta de que era posible, más allá de los rivales, porque no te olvides que nosotros enfrentamos a Sporting Lisboa y al Schalke. Pero el partido de Old Trafford creo que fue lo mejor que hicimos en toda la temporada. Fue un partido casi perfecto, con mucha personalidad, con mucha autoridad sobre el rival, en una cancha dificilísima. Ahora el Manchester tiene altibajos, pero en ese tiempo era un relojito, con Ferguson sentado del otro lado, con todo lo que significaba Ferguson en toda la historia del Manchester United. Después de esa llave nos dijimos que estábamos para llegar a la final, que estábamos para pelear.

"Después de que pasamos la llave del Manchester United nos dimos cuenta de que era posible. Nos dijimos que estábamos para llegar a la final, que estábamos para pelear"

Claudio Vivas Segundo entrenador de Marcelo Bielsa

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Hay una anécdota que describe el personaje de Marcelo Bielsa como entrenador: un técnico atrevido y ofensivo. Nosotros perdimos en Lisboa la semifinal (2-1), era difícil darlo vuelta, pero cuando hacemos el gol de Llorente en cancha nuestra (el 3-1, que daba el pase a la final), Marcelo quería hacer un cambio ofensivo. Y yo, imagínate con toda la adrenalina, le dije: 'Marcelo, nosotros ahora lo que tenemos que cuidar es este gol'. Él me hizo caso e hicimos un cambio un poco raro.

Ekiza por Muniain, ¿no?

(Se ríe). Sí, sí, exacto. Vos también se acuerda bien. Es un cambio que no va con la costumbre de él, pero fue muy necesario, viste.

Nos estamos desviando un poco en la charla, pero se le nota que habla con mucho cariño del Athletic y de Bilbao.

Fue una etapa muy buena. Yo me pongo siempre muy contento cuando al Athletic le va bien, porque yo en España soy hincha del Athletic por cómo me marcó en mi vida, cómo marcó mi familia, por los amigos que uno heredó y que mantiene. Tengo la confianza de poder charlar a veces con los jugadores de esa etapa y disfruto viendo en cancha todavía a De Marcos, que fue un pollo de Bielsa.

Le pregunto directamente por la eliminatoria del Manchester United. ¿Dónde creía que estaba la clave en esos estudios que hacía para Marcelo?

Lo que más nos preocupaba era la posición de Giggs, que ese día jugó en una posición media de interno, no jugó de extremo. Estábamos hablando de un Giggs en una etapa casi al final de su carrera y Rooney, que era un jugador que tenía mucho desequilibrio. No les hicimos marca personal, pero sí teníamos que estar muy agresivos y muy firmes en la marca zonal. Yo recuerdo muy bien la actuación de Iturraspe ese día en Old Trafford, que fue muy importante. Me acuerdo que terminó el partido y me llamó un periodista amigo de acá de Argentina y me dijo: 'por favor, quiero la camiseta de Iturraspe'. La verdad que ese día no solamente fue la actuación de Iturraspe, sino que en realidad el tándem por derecha Iraola, De Marcos y Susaeta funcionó a la perfección al momento de atacar y al defender. Creo que la clave estuvo en atacar por los costados y tener mucha presencia en el área.

Hace poco entrevistamos en Relevo a Ander Herrera y hablaba de la intensidad de los entrenamientos previos a ese partido.

Se acordaría de que entrenamos a la mañana también en el viejo predio del Manchester. Hicimos doble turno el día anterior...

¿Por qué hacían esas cosas antes de un partido tan importante? Hoy suena casi como una locura.

Porque Marcelo había planificado diferentes tipos de ejercitaciones y había que hacerlas todas. Tengo una anécdota muy linda. Cuando llegamos a Old Trafford había unos aparatos colocados en el campo, que hoy son más comunes. Unas luces rojas que son una especie de infrarroja que le dan calor al área chica, porque en el fútbol inglés se cuida mucho las áreas. Nosotros habíamos marcado todo para hacer un ejercicio de centro de los costados para contrarrestar el juego de Manchester United y también la pelota detenida. La ventaja de esos entrenamientos es que nadie te ve y era el único lugar que podíamos hacerlo. Y vino el canchero, que hablaba un inglés muy cerrado, y nos dijo que de ninguna manera podíamos usar el área. Bueno, intervino la UEFA y Marcelo se lo tomó con mucha calma. Le dijo que no se preocupe, que lo importante era el partido del día siguiente, que tenía razón. Nos comprometimos a no usar el área y no la usamos. Utilizamos todos los costados e improvisamos en diferentes lugares. Obviamente, el tipo estaba atrás nuestro todo el tiempo. No nos dejó poner las picas esas que marcaban, los elásticos.... Cosas minuciosas de un teatro, como bien le dicen a ese estadio. Así todo pudimos entrenar igual y cumplir todas las tareas que había planificado Marcelo.

¿Cómo recuerda a Marcelo después de aquella victoria?

Creo que fue la satisfacción más grande. Sobre todo para un entrenador del estilo de Bielsa, que no deja nada al azar y que todo lo trabaja. Es la satisfacción de que todo lo que había planificado, los jugadores lo habían asimilado y habían hecho el esfuerzo para poder hacerlo. Desde la presión en campo rival, los intercambios de marca, los desdobles... Todos los ejercicios que él había planificado se vieron en ese partido. Yo lo tengo ahí guardado y es un partido que a mí me sirve mucho porque, aparte de tener la satisfacción y la alegría de haber pertenecido a ese grupo, me quedan grandes sensaciones y la verdad que la emoción de los gestores fue muy grande. Sabíamos que habíamos dado un paso importante, aunque no teníamos que descuidarnos y después el equipo volvió a mostrar mucha personalidad en nuestra cancha.

Me interesa saber quién era para ustedes el jugador clave de aquel Athletic.

Quizá es un poco ingrato decirlo, pero no voy a dejar de decírtelo porque el objetivo de la charla es poder contarte cosas e intimidades. La verdad que De Marcos era un jugador clave para el estilo del juego de Bielsa. Porque era un jugador que tenía mucha versatilidad, buen cambio de ritmo y apariciones sorpresivas, ese volante que aparece en lugares inesperados. Él hizo una gran campaña. Además Marcelo lo podía utilizar también de lateral.

"De Marcos era el jugador clave para el estilo de juego de Bielsa por su versatilidad, buen cambio de ritmo y apariciones sorpresivas. Jugadores como él son los que te hacen hacer grandes campañas"

Claudio Vivas Segundo entrenador de Marcelo Bielsa

Pensaba que me iba a decir Iturraspe porque mi sensación es que el equipo despegó cuando él pasó a jugar de pivote. Era como el Busquets de Guardiola.

Claro, también muy importante. Porque si vos analizas los volantes de contención de todos los equipos donde estuvo Bielsa siempre son clave porque son un poco los que monitorean el sistema de relevo de los jugadores y son los que inician en campo propio porque son los jugadores que le dan criterio al juego. Iturraspe no era un jugador solamente de quite y de distribución; era un jugador elegante para jugar, como bien describís del estilo de Busquets, con su estampa física que también lo ayudaba mucho. Para Marcelo siempre fueron clave los contenciones, como Mascherano, en Chile también, Simeone...

Es cierto que De Marcos sorprendió a todos ese año y, además, Marcelo siempre habla muy bien de él a pesar de que nadie contaba con él a comienzo de temporada.

Él era uno más dentro de ese plantel y en esa campaña terminó siendo clave e importante. Yo creo que es algo en lo cual los jugadores en particular te dejan grandes recuerdos. A veces los jugadores tienen una forma de preparar los partidos, de trabajar... De Marcos asimiló rápidamente el estilo de trabajo y pegó un salto a partir de ahí. Pero te puedo asegurar que como entrenador, jugadores como De Marcos son los que te ayudan a salir adelante y a hacer grandes campañas. Después, bueno, la clase de Ander Herrera, la juventud de Muniain, el gol de Llorente... El grupo siempre estuvo por encima de todo. Además, la gente del Athletic te hace sentir eso. Los jugadores y la gente.

Sí, la afición fue también clave con un desplazamiento de 8.000 personas a Manchester, por ejemplo.

Nunca me olvido de la compañía de los hinchas por toda Europa. El Athletic tiene esa mística copera, esa mística es única. Muy similar a lo que se vive acá en Argentina. A mí siempre me preguntan y yo la verdad que siempre digo que de esa gente no me olvido nunca más. Después de ganar un partido los festejos eran... Uno a veces no podía salir. Cuando volvía de la cancha a casa pasaba por todos esos lugares y era apasionante ver a la gente cómo disfrutaba esos momentos.

Es difícil elegir un partido de esa temporada europea en San Mamés. Pero se lo tengo que pedir.

Y... La semifinal con el Sporting de Lisboa fue muy... Mirá, la de Schalke fue emocionante porque si bien nosotros habíamos hecho otro gran partido en Alemania, en cancha nuestra no la pasamos bien, pero el equipo tuvo respuesta y la gente nos acompañó muchísimo. Pero sí, la semifinal con Sporting de Lisboa fue, me parece, la más emocionante de todas. La del Manchester United también, impresionante, pero la semifinal fue una de las mejores. Después, bueno, obviamente jugar contra el Barça, el 2-2 con el Barça lloviendo, en la vieja cancha nuestra, en la Catedral, que estuvimos muy cerca de poder ganarlo porque el equipo hizo un partido extraordinario, pero una vez más enfrente estaba un número 10 que la rompía.

Guardiola dijo ese día que nadie le había jugado tan bien como el Athletic de Bielsa.

Sí, exacto, sí, sí. Bueno, también fue una preparación muy exhaustiva, muy minuciosa, con doble turno anterior y una concentración muy extensa porque valía la pena por lo menos intentarlo.

Ahora que repite lo del doble turno y las concentraciones. ¿Cree que esa exigencia desgastó al equipo y lo pagó el siguiente año? Además fue un verano muy movido con la salida de Javi Martínez, la no venta de Fernando Llorente...

Pasaron muchas cosas y esas cosas no fueron productivas para el desarrollo de la campaña. No arrancamos bien en Europa League, si te acuerdas quedamos afuera en primera ronda y en Copa del Rey, lo mismo. La verdad que nos tocó estar en una etapa difícil, porque estábamos en los últimos puestos y cuando le ganamos a Zaragoza pudimos salir definitivamente de los puestos de descenso y salvamos la categoría, algo muy importante para el club porque es un equipo que siempre ha estado en Primera. Lo que vos describís es muy importante. Queríamos hacer algunas incorporaciones pero el club no podía, o no estaba preparado económicamente, porque además la desventaja de conseguir un jugador vasco en Europa es que triplican su valor natural. Le pongo un ejemplo: íbamos a comprar a un jugador que nosotros queríamos, que era Azpilicueta, y cuando fuimos a comprarle valía tres veces más. La filosofía del club era poner jugadores jóvenes, ya asomaban algunos chicos ahí que después Marcelo hizo debutar, como Laporte, que debutó en Israel en un partido de Europa League. Fueron varias cosas que se fueron enredando, que se fueron complicando y yo creo que el equipo no tenía la frescura que sí tuvo en la temporada anterior.

"Tenés que estar mentalmente preparado para trabajar con Marcelo. Hay que saberlo llevar y entenderlo, porque él necesita estar a tope"

Claudio Vivas Segundo entrenador de Marcelo Bielsa

¿Qué es lo más difícil de trabajar con Marcelo?

Tenés que estar mentalmente preparado. En el caso del jugador, preparado física y mentalmente para el día a día, para dar lo mejor en cada entrenamiento y en cada partido. Y en el caso nuestro es estar a pleno con los detalles, con la corrección, con la observación. Él nos pone a tope y bueno, hay que saber llevar el ritmo. Yo no tengo problema porque yo siempre he estado al lado de él y sé cómo es el día a día, el minuto a minuto y la hora a hora, pero todos tienen que estar preparados. Hay que saberlo llevar y entenderlo para acompañarlo, porque él necesita la compañía, él necesita, como dicen ustedes, estar a tope. Hay algunos que están preparados y otros no.

Una vez dijo que los que intentan imitarle se equivocan porque Marcelo Bielsa solo hay uno.

Así es. Hay muchos malos imitadores y él es uno solo. Vos podés tener un ejercicio que es propio de él y podés realizarlo porque sabés que es algo que te puede ser útil para una acción del juego pero querer imitarlo en todo me parece que no es lo más adecuado porque un entrenador tiene que tener la convicción de poder trasladar un mensaje. Y vos no podés trasladar un mensaje de Marcelo y copiar. Me parece que lo más importante en este caso es poder rescatar lo mejor de todos los entrenadores que uno ha tenido y que ha conocido. En el caso de Bielsa podés sacar muchas cosas, pero tampoco podés imitar permanentemente. Yo creo que hay buenos entrenadores que han tomado muchas cosas de él, pero también hay muchos malos imitadores.

No sé si es una pregunta un poco sociológica, pero se la quiero trasladar. ¿Qué tiene Marcelo que hace que a su alrededor se genere esa pasión o veneración? Pasó en Chile, en Argentina, en Bilbao, Marsella, Leeds...

Él traslada cómo él siente el fútbol, cómo siente la pasión y la vida, y tiene un mensaje honesto, responsable, y llega a lo más profundo del corazón tanto al jugador como al hincha. Y eso es contagioso. Después el jugador lo traslada al campo de juego, porque vos si te acordás ese equipo tenía una entrega absoluta y eso la gente del Athletic lo valoraba. Y más por cómo es el hincha del Athletic, que es pasional y de entrega, con la filosofía de tener jugadores propios, de bancársela con jugadores del País Vasco... Creo que eso lo hace mucho más grande al club, lo hace con muchísima más grandeza y creo que Marcelo entendió rápidamente la filosofía del club. Él es muy contagioso. Después, obviamente, lo hace recíproco en otros lugares, lo hace con misma identidad porque cuando fue a Chile revolucionó todo un país, y acá en Argentina, antes del Mundial de Corea y Japón, que fue nuestro punto negro, el argentino en sí tenía pasión por esa selección. Y en todos los lugares. A Newell's, que yo soy hincha de Newell's, en el año 90 le cambió la mentalidad al hincha. Es el mensaje que él larga y que deja. Es como lo mítico de un dragón, que te va largando un fuego. Él te va largando un mensaje que es apasionado, que es legítimo y eso ingresa en los corazones de la gente y del jugador. Los atrapa.

Creo que también elige muy bien los lugares, porque Bilbao es un lugar donde el fútbol se vive de una forma especial, pero también Marsella o Leeds, por ejemplo.

Sin duda. Él no agarra cualquier cosa. Analiza todo. Vos fíjate que todos los equipos que él agarra, nunca son un equipo a la mitad o nunca agarra un equipo donde al técnico le ha ido mal y no termina su campaña. Él cuando elige, elige eso. Elige todo. Elige la filosofía, el club, la historia, los jugadores, la cantera... Eso también es necesario. Él capaz que luego hace la campaña con 16 jugadores, pero necesita muchos jugadores para hacer de sparring. Con nosotros estuvo Iñaki Williams, Galarreta, Kepa, Laporte... Lo elige todo.