Análisis individualizado, doble sesión de entrenamiento y una infiltración a Llorente para hacer historia contra el United
La eliminatoria de 2012 entre el Athletic y el Manchester United dejó muchas anécdotas de un Marcelo Bielsa que vivió con emoción aquel enfrentamiento.

En la historia del Athletic Club hay dos eliminatorias europeas que se recuerdan con especial ilusión, con permiso de las semifinales ante el Sporting de Portugal. Porque las dos del Manchester United tienen un lugar especial. Las crónicas de aquel duelo bajo la nieve en los años 50 ante el conjunto británico, ganado por los bilbainos 5-3, hablaban de la grandeza de un equipo de otra época. La de 2012, de un milagro logrado por un conjunto de jugadores jóvenes liderados por un técnico rompedor que llegó a Bilbao con hambre y arrasó con todo lo que encontró en su camino. Su mayor obra fue aquella eliminatoria, inolvidable, con 8.000 aficionados bilbaínos en la grada alta de Old Trafford y unos futbolistas que vencieron también 5-3 en el global al United de Sir Alex Ferguson.
El rosarino le dijo sí a la oferta del Athletic Club tras estudiar meticulosamente toda la plantilla -casi de manera compulsiva, revisionando hasta dos veces todos los partidos de la campaña anterior- y aceptó el reto que llevaba muchos años esperando. Poder entrenar en Europa, tras un primer intento en el Espanyol que se cortó de raíz por la llamada de la Selección Argentina, suponía una oportunidad de dirigir no solo en LaLiga, sino en la Europa League. Una competición que le hacía especial ilusión y en la que puso máxima concentración. Y el momento le llegaría.
Tras eliminar al Lokomotiv de Moscú con muchas dificultades, el sorteo de octavos de final emparejó al Athletic con un Manchester United que venía de caer en la fase de grupos de la Champions pero que era vigente campeón de la Premier. Ese mismo grupo, de hecho, ganaría la siguiente temporada de nuevo la liga inglesa con futbolistas de primer nivel. No era un cualquiera. Era el escenario soñado. Desde el 26 de febrero al 8 de marzo se dedicó a estudiar, a través de su mano derecha Claudio Vivas, al cuadro inglés concentrado en cómo detener a los diablos rojos. Esa era su obsesión, además de poder atacar por las bandas.
El ayudante de Bielsa, también rosarino y que le ha acompañado en muchas de sus experiencias, tenía el encargo de diseccionar al conjunto inglés. Lo hizo con horas extra, mientras cumplía con el resto de compromisos, pero con especial atención. Así, la semana previa cada futbolista de los titulares recibió un informe detallado del jugador que debía enfrentar. Aquel equipo defendía a todo el campo a pares. Por eso, se entregó un DVD con imágenes y situaciones que debían tener en cuenta. Una de las claves, según cuentan los protagonistas, era el duelo entre Ander Iturraspe y Ryan Giggs.

El zurdo galés obsesionaba al técnico, que quería tenerle controlado con el mediocentro para que no conectase con Rooney. El reto era mayúsculo. Pero también se trabajó especialmente las conexiones entre lo que para ellos era la clave de su Athletic: la 'banda' derecha, formada por Andoni Iraola, Óscar de Marcos y Markel Susaeta. Por allí podían hacer daño. Y lo hicieron, sobre todo en una primera parte en la que consiguieron varios centros laterales como el que acabó en el primer gol de Fernando Llorente en el Teatro de los Sueños, que ilusionó a los miles de aficionados rojiblancos. Otra anécdota: en el descanso, en los pasillos interiores del estadio británico, había una televisión en la que ofrecían las mejores jugadas del primer tiempo. Cuando salió el gol del empate, la celebración fue tan grande como en directo. Imposible de olvidar para quienes lo vivieron en directo.
La exhibición, con un equipo que pudo golear aún más al gigante inglés, llegó después de una previa muy intensa. Los propios protagonistas la recuerdan bien y la han contado en Relevo. "Hubo una anécdota con Ferguson: dijo que si el entrenamiento previo se lo hace a sus jugadores, al día siguiente no juega ninguno. Nosotros, el día anterior al partido podíamos hacer entrenamientos de dos horas y media", recordaba Gaizka Toquero, que jugó en ambos partidos. En Mánchester, la preparación fue aún más intensa. La jornada previa realizaron una primera sesión, además de otra en el césped de Old Trafford aún más intensa. "Yo creo que con los GPS que tenemos ahora muchos entrenamientos no hubieran sido posibles hacerlos desde el punto de vista del departamento de ciencias del deporte", decía Ander Herrera.

El centrocampista, clave aquella noche con una asistencia a Óscar de Marcos, recordaba también que llegaron a entrenar incluso en la mañana previa. "Entrenamos casi dos horas la mañana del partido. Es que es increíble. Hoy lo dices, con el cúmulo de partidos que hay, con la polémica que hay con este tema de la sobreexplotación del deportista, y la gente no se lo cree". Una estrategia que utilizó el cuerpo técnico del argentino para tener concentrados a sus futbolistas y que entendiesen la importancia del envite. En esos momentos, la plantilla, muy joven, aceptaba retos de esta dimensión.
La lesión de Fernando Llorente
Aunque había otros jugadores importantes, Fernando Llorente era vital aquella temporada en la que marcó 29 goles. Precisamente por eso, decidieron forzar. Marcelo Bielsa y su cuerpo técnico entendían que si eran capaces de superar la eliminatoria ante los ingleses eran firmes candidatos al título y pusieron todo para lograrlo. Y eso suponía infiltrar a Llorente, con una molestia muscular en su pierna izquierda, para que pudiese ser titular en el encuentro de vuelta. Pese a que llegaban en ventaja, tras el 2-3 de la ida, se arriesgaron.
El delantero adelantó en la primera parte a los suyos con un golazo, que después él catalogaría como el mejor de su carrera. En cuanto marcó, se acercó al banquillo para hablar con su entrenador, recibió tratamiento y Toquero salió a calentar. Y, antes de que llegue el descanso, el Lehendakari saltaba al césped en sustitución de un Llorente que había vuelto a ser decisivo pese a jugar lesionado. Después llegaría la sentencia de De Marcos en el segundo tiempo, antes de celebrar la clasificación en un San Mamés abarrotado. Y, sin tiempo que perder, Claudio Vivas se puso a diseccionar el partido para que Bielsa diese una larga charla al día siguiente en Lezama. Ya eran favoritos para poder ganar aquella Europa League.