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Rodri el rebelde: lo que pasó tras el Bernabéu y el Mundial para acabar en la gala del Balón de Oro

El español creció en la adversidad, se empoderó en el City y la llegada de De la Fuente le liberó en la Selección hasta estar en la primera fila de los premios.

Rodrigo Hernández, durante el partido contra Noruega. /SELECCIÓN
Rodrigo Hernández, durante el partido contra Noruega. SELECCIÓN
Hugo Cerezo

Hugo Cerezo

"Tiene una roca en la cabeza", la que corona un tallo imponente, siempre bien vestido, camiseta por dentro, acostumbrado a ser el faro del City y de un tiempo a esta parte por fin de la Selección, una luz que llega bien profundo, tanto que hasta ya prepara su traje para la gala del Balón de Oro.

Rodri, sobre su nonimación al Balón de Oro.

El momento de Rodri Hernández no es ni casual ni esporádico. Lleva muchos meses rozando la excelencia, ya consagrado como el mejor jugador nacional del momento, el culpable de que después de años de sequía haya un español en la primera fila de los premios FIFA y Balón de Oro. En Noruega se vivió una nueva exhibición del mediocentro, después de cumplir una sanción con el City que ha salido muy cara a los de Guardiola: tres partidos, tres derrotas.

El último año de Rodri da para documental. Aunque quizás hay que echar la vista atrás, hasta mayo del 22, cuando el City colapsó en el Bernabéu. La remontada de los blancos fue Atila para los citizen. Sin embargo, a los días, Rodri se convenció de que tenía que trabajar para, en una situación parecida, no ser una víctima más, sino un rebelde, un contestatario que se creciera en la adversidad para no ser devorado por el huracán. Charlas, vídeos, proyecciones... Hasta que llegó el momento. Madrid-City en el Bernabéu. Rodri fue el mejor de los suyos, pero con diferencia. En el mismo escenario, el madrileño sostuvo la bandera celeste sin inmutarse. En el Ettihad se acabó el trabajo. Ese día muchos jugadores fueron mejores que en el Bernabéu. Rodri, igual de excelente.

Sin embargo, entre un partido y otro hubo un Mundial, que no fue fácil para él. Luis Enrique siempre puso por delante a Busquets, inmovilista en cuanto al sistema (no quiso juntarlos como Del Bosque con Alonso y Busi en Sudáfrica). Hay voces que consideran que el asturiano no fue justo con Rodri, que pasó por un periodo azuloscurocasinegro con la selección. Cuando Rodrigo fue consciente que jugaría de central, empezó a prepararse con un trabajo individual para una posición que nunca antes había ocupado. Fue de lo mejor de una Selección que salió por la puerta de atrás de Catar.

Una liberación para ser imparable

El adiós de Luis Enrique y la llegada de De la Fuente, unidas a la retirada de Busquets a la absoluta, alumbró un camino nuevo para Rodrigo en la Selección. Indiscutible en su puesto natural y uno de los capitanes, tenía vía libre para hacer de rojo lo que cada fin de semana borda de azul celeste. Porque no siempre fue así. Las dudas le atenazaban con España, porque no sentía la misma confianza que Guardiola, con exigencia, le ha brindado todo este tiempo en Mánchester.

Rodri fue campeón de Europa anotando el gol de la final. El chico que se fue del Atleti a la cantera del Villarreal, empezando en el CD Roda, el segundo juvenil amarillo, tocó el cielo en Estambul, sumando una Champions a tres Premier, metiendo codos en las listas de los premios individuales. Pero la temporada no había acabado. Todavía con resaca, literal, se incorporó a la concentración de España para la Nations League. Amaneció el día de partido pagando las consecuencias de la juerga del City, pero se salió contra Italia.

"Rodrigo es el mejor del mundo".

Y a los tres días, otra fiesta, la de campeón de la Nations con la Selección. Liberado y empoderado, fue imparable. Con Luis de la Fuente sí se siente clave. Ya va con el piloto automático del que se siente, y es, el mejor mediocentro del mundo... también cuando juega de rojo.