La nueva España se la pega con este plan

En la vida puedes tener muchos planes trazados, pero a la hora de la verdad debes tener la facultad para ejecutarlos correctamente. El abecedario tiene muchas letras. Nos podíamos ir hasta la 'R' para descubrir, por ejemplo, que cualquier plan debe ir acompañado de una solución de emergencia llamada reacción. Como lo de ponerte el chaleco salvavidas en un avión a punto de despegar, tal vez no sirva de mucho a la hora de la verdad, pero siempre conviene tener solución de urgencia para el peor de los escenarios. Eso es lo que le faltó a España en Hampden Park. Precisamente, y también con la 'r', un resbalón hizo naufragar el plan de Luis de la Fuente ante Escocia, que se pone líder del grupo A en la clasificación para la Eurocopa.

Esta nueva Selección dominó (y amenazó el marco rival) en la primera parte, pese al gol en contra, pero el plan no despegó. Sólo repitieron tres futbolistas respecto al partido de Noruega y se estrenó una zaga que hizo aguas. No obstante, el problema de esta España radica en su derecha, donde fallaron Porro y Carvajal. En la segunda mitad, tampoco funcionó el plan C con dos delanteros (Aspas y Borja Iglesias) y se acumularon errores y ansiedad. Dos goles de McTominay (6' y 50') tumbaron a la nueva España. Ahora es cuando Luis de la Fuente debe abrir el paraguas y aguantar el chaparrón.

McTominay vive bajo la sombra de Casemiro en el Manchester United, pero con Escocia encontró la luz, por más que suene una contradicción meteorológica. Demostró frente a España que no hay selecciones B por más que el Ranking FIFA marque otra cosa: España (10ª posición), Escocia (42), Noruega (43), Georgia (78) y Chipre (110). Escocia salió en su once inicial con tres jugadores que militan en la Segunda División inglesa y otro fuera de las cinco grandes ligas europeas (en la Scottish Premier). No hay rival pequeño cuando la mente es grande. Casi tanto como el 1,93 de McTominay. Los escoceses no tienen tanto caché, pero saben a lo que juegan. A veces el fútbol (y la vida) va de eso. De saber jugar tus cartas. Y los pupilos de Steve Clark lo hicieron a las mil maravillas. Además, el ambientazo en Hampden Park sirvió para romper una racha de 40 años sin ganar a España, algo que sonaba imprevisible antes de arrancar este encuentro...

Al final lo más importante en el fútbol, sea cual sea el plan, consiste en meter gol. Ni Joselu, ni Aspas, ni Borja Iglesias en Hampden Park (Morata se quedó sin jugar). Tampoco los extremos Pino, Oyarzabal (bastante desaparecido) o Nico Williams. Lo peor de todo fue la sensación de ansiedad que transmitió la Selección de De la Fuente. Ceballos tiró del carro en la primera mitad, pero en la segunda desapareció. Merino no compareció y los cambios tampoco dieron resultado. Lo peor del resultado no va a ser la comparación con Luis Enrique, de la que no se va a desprender el actual seleccionador porque la siguiente cita de la Selección tendrá lugar con la Final Four de la Nations League, sino el trauma de empezar un nuevo ciclo con dudas...

"Una lástima que salieras del campo en el minuto 65", podría ser el WhatsApp más repetido en el móvil de Joselu. En la primera mitad, fue el hombre que más peligro generó. Dio gusto verle porque era una amenaza constante y porque nos recordó que esto del fútbol, incluso, es más divertido con un tío anclado en el área. Pero el plan B con el que se presentaba España, el de atacar con un delantero y con menos toque que con Luis Enrique, naufragó por dos errores puntuales de la defensa. La Selección fue de más a menos. El plan C, con dos delanteros ya en la segunda parte, con Aspas y Borja Iglesias, tampoco funcionó. Ahora debemos saber si buscar más letras en el abecedario o si perfeccionar lo que empezó a escribir unos días Luis de la Fuente.

De la Fuente renovó la zaga respecto al partido de Noruega. Un país en la mochila, con la España de los pueblos representados por Pedro Porro (Don Benito), David García (Íbero), Iñigo Martínez (Ondarroa) y Gayà (Pedreguer). La noche en Hampden Park, eso sí, fue para olvidar. El agujero vino por la derecha. McTominay castigó dos veces a la defensa española gracias a un resbalón de Pedro Porro, en el primer tiempo, y luego por un fallo de Carvajal (del extrarradio de la capital, Leganés), en la segunda mitad. Porro dejó cositas, en especial, cuando se incorporaba al ataque; David García se mantuvo firme, aun con algún despiste como al final de la primera parte; y Gayà parece contagiado por la situación que vive en su club, en el Valencia. El plan de De la Fuente consistió en repetir lo que repetía en las inferiores, cambiar varios jugadores de un partido a otro, pero la Absoluta es harina de otro costal..

Empeñarse en lo que fue y ya no es duele. Por eso el planteamiento de Luis de la 'Gente' resultó innovador. La vida no consiste en no cometer errores nunca, sino evitar cometerlos siempre. España se encontraba encorsetada en un estilo de juego de mucho toque, pero poco peligro. El antiguo tiqui-taca nos brindó los mejores días de nuestro fútbol, pero insistir en una idea pretérita, que no triunfa en el presente, es una manera de hacerse daño dos veces (por el dolor que produce la nostalgia y el que inflige el presente). Resulta evidente que España vive un cambio de identidad. El hecho de tener arriba la amenaza constante de Joselu, que daba la impresión de que las caza todas; la visión de Rodri, como clásico mediocentro; o el desparpajo de Ceballos, que se erigía como un gran abrelatas de espacios con sus pases; y, sobre todo, que todos los jugadores de La Roja miraban hacia al área rival, en lugar de dar el pase horizontal, se trata de un pequeño paso para la Selección, aunque terminara resultando hacia atrás. Ahora sólo hace falta lo más difícil en este país: paciencia para mantener una idea cuando los resultados no son los esperados.