Para celebrar la cuarta Eurocopa en un documental no hacían falta más palos a Luis Enrique
"Yo no me dedico a hacer inventos: si doblo las posiciones es porque sé que, si no juega uno, va a jugar el otro". Así explica Luis de la Fuente en el documental de Amazon Prime, "Un equipo llamado España. El camino hacia la cuarta", su decisión de alinear a Jesús Navas en sustitución del sancionado Dani Carvajal en las semifinales contra Francia de la pasada Eurocopa. Pese a tener enfrente a Kylian Mbappé -un Mbappé, recordemos, disminuido por una lesión en la nariz-, el seleccionador se la jugó con el lateral del Sevilla, a sus 38 años. A más de uno le pilló con el pie cambiado.
Hay en esa frase un tanto de reivindicación -lo hay, de hecho, a lo largo de todo el documental, pero si uno no puede reivindicarse después de ganar la Nations League y la Eurocopa en años consecutivos, pues ya me dirán- y un tanto de recado a su antecesor. Luis Enrique no solo inventaba, sino que se deleitaba en ello. A veces salía bien y a veces salía mal. El recuerdo de Rodri, el mejor mediocampista defensivo del mundo, jugando el Mundial de Qatar como central está demasiado reciente en la retina del aficionado.
No es el único mensaje de De la Fuente a Luis Enrique: varias veces se insiste en que la clave para los buenos resultados de la selección es el énfasis del nuevo cuerpo técnico en que los atacantes terminen las jugadas. Al parecer, es algo que se entrena específicamente y que podría explicar la enorme cantidad de goles que marcó España en la pasada Eurocopa ante equipos realmente potentes. El palo llega cuando el propio seleccionador, mirando fijamente a la cámara, explica "esto no se hacía antes"… y al aficionado se le pone cara de 0-0 ante Marruecos.
Son sutilezas probablemente innecesarias. No sé qué cuentas pendientes tienen ambos entrenadores de cuando coincidieron en la Federación, pero el documental no era el momento de zanjarlas. Si De la Fuente ganó la Nations League de 2023 fue porque Luis Enrique había clasificado al equipo para la fase final. Si España compitió así con tantos jugadores jóvenes en la Eurocopa fue porque Luis Enrique había confiado antes en la mayoría y, sobre todo, porque le había dado a la selección una competitividad de la que había carecido desde 2012. Los éxitos de uno no se pueden entender en ningún caso como fracasos del otro.
Ni rastro de “Luis de la COPE”
Tampoco tiene sentido andar con recados para la prensa dentro de un documental que, por lo demás, se ve con gusto y que nos hace recordar un mes de fútbol esplendoroso. Que la prensa deportiva española deja que desear lo sabemos todos. Desde hace mucho tiempo. No solo la prensa, ojo, todo lo que se mueve alrededor del fútbol profesional -la famosa frase de los cuarenta millones de seleccionadores- tiende a buscar la polémica y la controversia en cada detalle de cada convocatoria, cada alineación y cada partido.
Amazon Prime decidió que era buena idea -supongo que con el asesoramiento de alguien de la Federación- colocar audios de tertulias radiofónicas en los intermedios entre partido y partido. Por supuesto, todos los comentarios eran negativos acerca de las posibilidades de la selección, con críticas al entrenador, a determinados jugadores, o al estilo de juego. Vienen a reforzar la tesis de "nadie creía en nosotros" que impregna un documental, insisto, muy amable en todos los demás aspectos.
Bien, todo eso de utilizar a la prensa como enemigo exterior es muy viejo. Viene mucho más allá de los tiempos de Javier Clemente, aunque el vasco -que entrenó a De la Fuente en sus años en el Athletic de Bilbao, con dos ligas y una copa incluidas- lo convirtió casi en un arte. Dicho esto, es una táctica que puede servir para el vestuario, para colgar tal o cual artículo de un corcho y recordárselo cada mañana a los jugadores. Una manera de hacer piña o, como dice el propio documental, "hacer equipo". Fuera de ese contexto, queda feo. Básicamente, porque no se incluyen los halagos, que los hubo y muchos, y se da una imagen de persecución que, sinceramente, yo no recuerdo.
De hecho, si algo se le criticaba al principio a Luis de la Fuente era su excelente relación con la prensa a diferencia, de nuevo, de su antecesor. Cierta corriente de opinión apuntaba a que Rubiales le había puesto ahí para no enemistarse con los grandes grupos mediáticos. Hubo quien decidió llamarle Luis de la COPE y el apodo se quedó ahí. Pintar ante el mundo entero -hablamos de Amazon: su voluntad no es atender solo al mercado español- al seleccionador como una víctima de ataques desaforados e injustificados parece un poco extremo, la verdad, pero la Historia la cuentan los ganadores y ellos han decidido contarla así.
Un campeonato impecable
En cuanto al resto del documental, insisto en que merece la pena verlo. El acceso a los jugadores y al vestuario en general es absoluto, las imágenes de los partidos son relevantes y el análisis táctico que se hace merece mucho la pena. A veces, pasa por encima de determinadas cosas o al menos se echa de menos un poco más de profundidad en las emociones, pero se entiende que disponían del tiempo del que disponían y tampoco se pretende repetir el glorioso Informe Robinson del Mundial 2010.
No sé si es verdad lo de que nadie creía en ese grupo -un grupo que era campeón de Nations League, insisto, y semifinalista de la anterior Eurocopa-, pero desde luego el triunfo final tuvo un punto sorprendente y excesivo: siete victorias en siete partidos, cuatro de ellas ante excampeones del mundo. Está bien repasarlo porque todo pasa tan deprisa últimamente que a veces las cosas se nos olvidan. Tal vez no el cabezazo de Merino o la rosca de Lamine o la mano imprudente de Cucurella o la llegada desde atrás de Oyarzabal en las postrimerías de una final destinada a la prórroga, pero sí algunas otras cosas, como la magia de Fabián, el oportunismo de Dani Olmo, la determinación de Carvajal, etc.
Por eso,manchar esa obra de arte con gotitas revanchismo resulta un poco pueril. Luis de la Fuente repite en varias ocasiones a sus jugadores que son los mejores del mundo, que van a ganar porque ningún otro equipo está a su altura. Y está bien que el mensaje que quede sea ese porque es cierto: nadie les tosió. En toda la Eurocopa, España no fue por detrás en el marcador ni media hora. Pongamos ahí el foco: en los jugadores, en su calidad, y en la facilidad para entender los conceptos de los técnicos. Pongamos, incluso, si queremos, el foco en esos técnicos y felicitémoslos por sus lecturas. El resto, lo dicho, no viene demasiado a cuento.