Eli del Estal y el calvario que vivió en Nápoles: "No nos pagaban, estuve tres meses sin agua..."

Temporada nueva, nuevos retos. Eli y Sara del Estal, las hermanas gemelas más conocidas dentro del fútbol femenino español, fueron las primeras invitadas de la nueva temporada de 'Quiero ser como on tour by Liga F' llevado a cabo en Madrid, gracias al apoyo de la liga profesional de fútbol femenino como patrocinador principal, unos meses después de haber empezado ellas también con sus nuevos clubes. Sara, que ahora juega en la 'Queens League' fichó recientemente por Kunitas, dejando atrás su paso por 1K. Mientras Eli se despidió del Nápoles para fichar por el Como, también de la liga italiana.

"Desde dentro nunca había estado en un equipo igual. Le dan un cambio a la marca personal del club y de potenciar a nivel de que te puedan conocer, que la gente te siga, que las marcas vengan a colaborar con nosotras", empezó explicando Eli sobre su nuevo club en el programa, emitido en directo desde el NH Collection Eurobuilding. "Están potenciando mucho la idea de que un equipo femenino también puede llegar lejos sin un equipo masculino al lado", añadió.

Pero antes de fichar por el Como, en 2022, firmó por el Nápoles para probar su primera experiencia jugando en Italia, la que no terminó del todo bien. "No nos pagaban. Estuve tres meses, que vino mi hermana a verme, sin agua porque Nápoles es una ciudad heavy. Sin agua. Estuvimos viviendo los últimos 15 días, mientras jugábamos por no descender, cinco personas en un Airbnb de dos habitaciones. Fueron situaciones complicadas. Aún deben dinero a la gente. Necesitaba un cambio a nivel de tranquilidad", confesó durante la emisión en la que también colaboró VISA, patrocinador de Quiero Ser Como.

Eli estuvo meses sin tener agua caliente, una situación que iban solventando ya que se duchaban en la ciudad deportiva: "El día antes de que llegara mi hermana con mis amigas abrimos el grifo para lavar los platos y no había agua. No sabíamos. Descubrimos que había un contador general del agua y que estaba justo debajo de nuestra casa. El dueño vivía enfrente. Vinieron y estuvimos todo el fin de semana reventando el candado que puso el señor en el contador para que no lo abriéramos".

"Lo abríamos, nos duchábamos, utilizábamos el baño y hasta el día siguiente, que nos volvía a cambiar el candado. Hasta que ya descubrimos que ese señor era el dueño de más pisos y el Nápoles no había pagado ninguno de ellos", relató la delantera actual del Como. "En la Queens se está muy bien", bromeó Sara. "La Queens está hecha para la gente que está metida en las tecnologías nuevas, la que no aguanta 90 minutos viendo un partido", explicó.

Ambas coincidieron jugando juntas en el Espanyol, donde pelearon por no descender de categoría. "La gente nos llama flipadas pero porque confiamos mucho en nosotras mismas. Yo estuve cuatro meses sin jugar nada. Físicamente estaba mejor que nunca, me cuidaba y yo pensaba que sí iba a jugar por mucho que me dijesen que no. Hasta que llegó Joan Bacardit y ya me puso. Y me hubiese quedado un año más si me lo hubiesen dicho", confesó Sara del Estal sobre su paso por el conjunto perico.

"Cuando te juegas la vida cada día, es difícil meter a alguien nuevo. Volvíamos a casa, íbamos en moto separadas, y yo volvía llorando sola en mi caso hasta que llegábamos a casa y ya estaba bien", contó Sara recordando lo que fueron algunos de los momentos más duros que ella tuvo que vivir en el Espanyol por la falta de minutos y de oportunidades. "El Espanyol es familia", dijeron a la vez. "Es un club que está en una ciudad en la que está el Barça. Si eres del Espanyol, es porque eres muy del Espanyol, al final el Barça es el que siempre lo ha ganado todo", analizó Eli.

Ha habido momentos en la carrera de Eli del Estal que no han sido fáciles del todo. Fichó por el Sevilla en la temporada 21/22 tras su paso por el Hyundai Steel Red Angels surcoreano, pero en noviembre de 2022 terminó yéndose al Nápoles. "Entiendo la postura del entrenador. Para mí el entrenador es una persona que está jugando una partida de cartas y él escoge a las que cree que son las mejores. Tienes que entender que estás ahí, es un juego. Salí muy mal por Cristian del Sevilla porque él no entendía que él no me pusiera y yo al día siguiente llegase a entrenar con una sonrisa", confesó la delantera.

"Eso le repateaba y le hacía rabiar muchísimo y que yo fuera una persona feliz aun sabiendo que no me iba a convocar o que me llevara bien con gente que jugaba en mi sitio. Yo he entendido que el fútbol es este juego y que la gente que no lo entiende es la gente que no crece, que no se adapta...", siguió contando Eli antes de que Sara añadiera: "El que quiera vivir de esto va a tener que aceptarlo, porque si no lo va a pasar muy mal".

Sara, por su parte, pasó una época complicada mientras estaba jugando en el Racing de Santander. "No terminaba de encontrarme feliz en un mismo sitio. Lo estaba pasando tan mal que necesité un año para reconstruir mi cabeza. Pasó el Covid. Estaba en mi casa y me acababa de comprar una máquina de tatuar y ya no quise jugar más al fútbol. Después, Mimi nuestra amiga que jugaba con nosotras en el Espanyol, me convenció para jugar en el Europa y allí estuve tres años", explicó sobre su nuevo trabajo -tatuadora en un estudio en Barcelona- que compagina con el fútbol en la Queens League.

El