Salva Ballesta, hoy, no hablaría de política: "También se debería respetar lo que decimos gente como Carvajal o yo"
El exdelantero internacional es hoy presidente de la Asociación Leyendas, quiere volver a entrenar y disfruta volando su avioneta Bucker 1131..
Lo último que habíamos escuchado de Salva Ballesta (Zaragoza, 1975) en Relevo fue su convicción absoluta de fichar por el Atlético de Madrid en Segunda división al mismo nivel que cuando eligió pedirle matrimonio a su esposa. Después de eso ha asumido un nuevo trabajo: presidente de Leyendas de España, una asociación que depende de la RFEF. Fue una llegada abrupta: sucedió en el cargo a un Fernando Giner que le acusó de haberle hecho la cama, pero los apoyos que tuvo dentro del colectivo de exjugadores de la Selección eran tan abrumadores que no hubo discusión.
Más del 70% del censo electoral le apoyó a él y en apenas dos meses la proyección pública de Leyendas (prácticamente desapercibida hasta ahora), ha crecido exponencialmente. Junto a él están internacionales de la talla de Joan Capdevila, Marcos Senna, Iván Campo, Fernando Morientes, Sergi Barjuán, Patxi Salinas, Rubén De la Red, José Antonio García Calvo, Antonio Álvarez Pérez 'Ito', Juanfran García, Ricardo López, Víctor Sánchez del Amo o Alfonso Pérez Muñoz. "Esta asociación, para el que no lo sepa, la fundaron compañeros como Di Stéfano, como La Petra, como Villar, como Adelardo, como Amancio... con la finalidad de que ya, una vez retirados, se pudieran volver a vestir la camiseta nacional y sobre todo con el cometido importante de ayudar a aquellos compañeros que por una situación difícil económicamente, a nivel personal y profesional, no lo están pasando bien", explica Salva a Relevo.
Fue dos veces máximo goleador de la Liga: una con el Racing en Primera y otra con el Atlético de Madrid en Segunda. Siguió el camino habitual hacia los banquillos y de hecho no renuncia a volver a aceptar alguna oferta a corto plazo porque le atrae mucho ser entrenador. Pero, sobre todo, ha sido siempre una persona caracterizada por decir lo que piensa, aunque le haya traído muchos problemas en su carrera, o hubiera sido lo que en redes sociales se considera unpopular opinion. Básicamente hablar siempre desde un punto de vista políticamente de derechas y con una fuerte influencia militar, que le viene de familia.
No es lo habitual ahora y no era lo habitual en su época. Lo normal es que los jugadores suelan evitar ese tipo de conversación y, de hecho, cuando Mbappé lo hizo en sentido contrario durante la Eurocopa, tanto sus palabras como las de todos los que le contestaron ocuparon horas y horas de TV y radio. Ahora, 20 años después, reflexiona sobre lo que supuso para él hablar abiertamente de sus opiniones políticas y tiene claro que no repetiría. Que le perjudicó.
"Totalmente. Yo creo que por mal entendimiento de las personas que recibían esa información y por la situación en la que estaba. Yo creo... No se me entendió. Yo no puedo elegir cómo se entiende lo que yo digo. También te digo que para lo que me ha ocasionado, vuelvo 25 años atrás y no digo nada", explica.
"También la gente tiene que entender de dónde vengo: para mí España es algo muy importante en mi vida. La bandera lo sigue siendo. El otro día estuvimos con el seleccionador nacional y a mí me encantó. Hablando con él del sentimiento de pertenencia, de Selección... el sentimiento patrio de que España estaba por delante de todo y que incluso teníamos que hacer que cuando juegue la Selección española todo el mundo vaya con la camiseta de la Selección. No con la del club. Somos el equipo de todos. Defender el tema de la Selección y de un país que se llama España", añade Salva.
Y no le salió gratis. De hecho, si buscas su nombre en Google hay que rascar muy poco para encontrar polémicas como la que sostuvo en su día con Oleguer, por ejemplo: "Tuve consecuencias, claro: críticas y gente que no opinaba como yo. Que yo lo respeto muchísimo, pero ellos también tienen que respetar lo que digo yo, lo que dice Carvajal y otros muchos compañeros... Tienen que se ser respetados. Pero vamos, que si lo que se me decía a mí hace muchísimos años se dice ahora... cierran campos y ciudades. Era ilógico. Yo defendía mucho España, defendía mucho los estamentos militares... y si vuelvo para atrás mejor no hablo nada. Es que esos mismos estamentos ni se defienden. Creo que es una marca que cada vez se está diluyendo más por la situación. Estoy desencantado incluso con las instituciones que yo defendía. No sé... al final ves y escuchas situaciones que no favorecen al desarrollo de un país tan bonito como es España", zanja.
Más piloto que delantero... ¿o no?
Justo antes de sentarnos a hablar estaba terminando una conversación para dar "un paseo" en avión, en la que es su gran pasión junto al fútbol. Los aviones ocupan casi tanto tiempo de su conversación como el balón (o la política). "Bueno, esto viene de pequeño. Yo creo que ya es súper conocido que mi familia es de tradición de aviadores militares. Y bueno, desde pequeño he estado alrededor de aviones y me saqué los títulos. Tuve la posibilidad de tener avión y vuelo. Vuelo bastante, la verdad. Sí es verdad que ahora con el tema de Leyendas, prácticamente con el equipo de trabajo, con la Junta, las 12 horas diarias que le dedico, porque hay muchísimas gestiones que hacer, muchísimas reuniones... Ahora me cuesta un poquito más sacar ese tiempo por los viajes, pero cuando estoy en Sevilla sí suelo echar ahí un par de horitas. De hecho, mañana me voy a Córdoba a echar un vuelo para allá. La verdad que es sensación de libertad enorme", explica.
"Tuve un caza ruso que tuve que vender; ahora se usa en la guerra de Ucrania para derribar drones"
"Tengo un avión pequeñito pero importante, porque es histórico. Es el avión que ha hecho a los pilotos en el Ejército del Aire hasta 1984: una Bucker 1131. Es un biplano. Y luego tuve hasta hace 5 ó 6 años otro avión, que era un caza ruso que además ahora se está utilizando para derribar los drones en el conflicto este que hay Ucrania, Rusia y demás. Lo han armado y lo están utilizando. Yo lo vendí porque era un avión exigente, un avión que había que volarlo", añade el presidente de Leyendas España.
No está muy claro si habla con más orgullo de sus aviones y sus vuelos que de sus goles. De hecho, él mismo no parece decidirse con facilidad sobre si es, ahora mismo, mejor piloto o mejor delantero: "No sabía qué decirte, porque cada vez que juego con las Leyendas, siempre el golito cae. Y además soy de los que todavía me cabrea cuando no me dan ese pase final. O sea, que todavía sigo teniendo ese nervio... No solamente yo, sino muchos compañeros de la Selección. Nos lo tomamos muy en serio".
Delanteros españoles en crisis
En la última convocatoria de Luis de la Fuente llamó la atención el nombre de Joselu para la delantera, después de su decisión de competir en la liga de Catar. Sumado a la marcha de Morata al Milan, el oficio de nacional parece haberse quedado en manos de Ayoze, que aguanta por ahora el pulso a los Lewandowski, Raphinha, Mbappé... Borja Iglesias y Dani Olmo también, pero es verdad que parece que para la posición de 9, cada vez más, se ficha fuera. El último Pichichi nacido en España fue Dani Güiza en la 2007-08 y ya Tristán (2001-02), Raúl (01-02) y el propio Salva, con el Racing de Santander, en la 1999-2000.
"Es verdad que van quedando muchos menos delanteros centro nacionales. Antes, por ejemplo, era mucho más complicado llegar a la absoluta porque había muchos más españoles que además competían en España. Ahora, bueno, el mercado está así. El mercado árabe maneja mucha capacidad económica y tienta al jugador, ¿no? Sobre todo al jugador que está en una etapa final ya de su carrera y que las cantidades son importantes", explica.