DIEGO HERNÁNDEZ

"Me ha tocado vivir lo más jodido del fútbol, yo no puedo mover a mi familia sin saber si van a poder comer"

El mirlo blanco se abre en Relevo y repasa su particular montaña rusa: fichaje por el Real Madrid, lesiones, mononucleosis, el nacimiento de su hija...

Diego Hernández, durante su etapa en La Fábrica./ Instagram: @dieguitohdez_9
Diego Hernández, durante su etapa en La Fábrica. Instagram: @dieguitohdez_9
June Lavín

June Lavín

De equipo en equipo y de lesión en lesión. Diego Hernández (23 años) no lo ha tenido fácil. "Me ha tocado vivir lo más jodido del fútbol". Sonriente, calmado y hablador, al canterano del Real Madrid el nacimiento de su hija Aylén, de tan sólo siete meses, le ha cambiado la vida. "Pones en una balanza lo malo, que es muy malo y negativo, sobre todo por las lesiones, y lo bueno, y ahora siempre gana lo bueno, aunque sea menos y cueste verlo", reconoce, en una entrevista con Relevo. Los parques de Larrodrigo, su pueblo, disfrutaron de sus primeros bailes con la pelota pegada al pie, rodeado de sus amigos y con el apoyo incondicional de su familia: "Sin mi familia todo hubiera sido más difícil".

Diego Hernández habla sobre cómo se fraguó su llegada al Real Madrid. Samuel Subiela / Relevo

Pizarrales, Salamanca y, por último, Santa Marta. Antes de aterrizar en La Fábrica, Dieguito, como le conocen los más cercanos, despuntó en tres equipos salmantinos. Vistió de blanco por primera vez con 16 años, aunque firmó con 15. "Es el sueño de cualquier niño. Yo sólo me dedicaba a jugar, aunque empezó el runrún y escuchabas a la gente decir 'hoy va a venir este a verte' o a algún entrenador se le escapaba 'hoy viene no sé quién...', pero nunca te imaginas que te vaya a pasar a ti. Una vez entras en La Fábrica, vives en una burbuja y no eres consciente ni de lo que hay allí (Valdebebas) ni de lo que dejas atrás".

"Mi padre no me dijo nada hasta que el Madrid no llamó a casa, porque sabía que me podía perjudicar", añade Diego sobre cómo se fraguó su llegada a las categorías inferiores blancas, donde estuvo dos temporadas (Juvenil B y A). Sin historial médico hasta ese momento, las diferentes lesiones que vivió en La Fábrica respondían a un problema en la rótula: "No sabía que tenía este problema, porque es algo que me empezó a pasar allí (en Madrid), y es que se me sale la rótula y me afecta al ligamento lateral interno y alerón medial".

Diego Hernández, junto a Gareth Bale, en la Ciudad Deportiva del Real Madrid.  Diego Hernández
Diego Hernández, junto a Gareth Bale, en la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Diego Hernández

Las lesiones fueron las protagonistas de la etapa de Diego Hernández en Valdebebas, donde compartió generación con futbolistas como Víctor Chust, Antonio Blanco, Miguel Gutiérrez o César Gelabert. "El Madrid es muy bonito, claro, pero o espabilas o te pisan. Es rivalidad de lunes a sábado, y yo eso nunca lo había vivido. Entre semana compites contra tus propios compañeros y ya el fin de semana contra otro equipo. En el Madrid cada uno va a lo suyo, y eso fue lo que me llamó la atención. Todos quieren llegar", recuerda.

Diego Hernández, su primer partido en el Madrid y las lesiones

«Metí gol en mi primer partido en el Madrid, que fue contra el Getafe, y a los cinco minutos me lesioné. No estaba acostumbrado a estar lesionado, pero ves que te pasan por encima, que te quedas atrás, que no disfrutas de estar en el Madrid, que estás en una camilla, que no tienes días de descanso... empiezas a ver cosas y situaciones que te hacen ir hacia atrás. No sabes cómo salir, el apoyo de tu familia está lejos y te quedas en la habitación de la residencia, contestas mal a un compañero porque estás jodido. Es difícil, ahora lo veo con perspectiva y en realidad era un afortunado. No puedes derramar lágrimas o estar aburrido. Estar en el Madrid te da la posibilidad de ir al Bernabéu cada quince días, algo impensable para mi familia».

"En el fútbol existe la mala suerte, pero corres muchos riesgos llevando tu cuerpo al límite sin estar preparado", apunta el jugador sobre el cambio que supuso pasar de jugar en el Santa Marta a hacerlo en el Real Madrid. "En el Madrid estás en una burbuja y no te das cuenta. Te lesionas varias veces y ves que el tiempo no pasa, y eso es cosa de la cabeza, que es lo peor que hay. Si estás lesionado y tienes una actitud mala, se hace muy duro. Esa es la peor lesión", explica.

"Estar lesionado te frustra; te hace pensar que antes eras bueno, muy bueno, pero que ya no, que no llegas"

Diego Hernández Canterano del Real Madrid

Tras una etapa de dos cursos en La Fábrica, volvió a casa para jugar en Unionistas en calidad de cedido en la temporada 2018/19. Sin embargo, las lesiones habían llegado para quedarse: "Volver a casa, después de todo lo que había pasado, te ayuda a respirar. Pero volvieron las lesiones, al Madrid llegan otros jugadores muy buenos y con proyección, como Vinicius, y ahí tienes que ir asimilando que va a ser muy difícil reengancharte".

Finalmente, regresó a Valdebebas de su cesión en Unionistas y rescindió su contrato con el Madrid. "Claro que da miedo salir del Madrid. Deportivamente afrontas muy mal salir de allí. Maduras, porque has pasado por cosas que te hacen madurar (lesiones), y te quedas con todo lo vivido, lo disfrutado y la gente que has conocido, pero tú, para ti mismo, piensas 'vaya mierda, se me ha acabado el Madrid, no he hecho nada, vaya basura...', por eso deportivamente mal, pero personalmente bien".

Diego Hernández, sobre su salida del Madrid y lo que se le pasó por la cabeza. Samuel Subiela / Relevo

En su siguiente destino, las categorías inferiores de Las Palmas, la suerte tampoco le acompañó: "Es dar dos o tres pasos hacia atrás para coger impulso. Piensas 'bueno, si voy a este lugar, puede ser que pase esto', y te mueves por eso. Después de tantas malas experiencias, crees que te va a ir bien. Desafortunadamente, aparece la COVID-19 y otra vez las lesiones. Firmé dos años con Las Palmas, pero tuve la enfermedad de la mononucleosis. Tuve que dejar el fútbol tres o cuatro meses, y Las Palmas me decía que tenía que ir a entrenar. Tenía contrato, pero estaba en el hospital. Tenía 20 años y no sabía cómo gestionar eso. Al final, rompí mi contrato con Las Palmas el último día del mercado a las once de la noche, a última hora".

La aventura de Diego en Las Palmas acabó y, tras ella, volvió a Unionistas, pasó por el Zamora, Bergantiños y Racing Rioja, donde vivió el "fútbol de barro" en su máxima expresión: "Ves el fútbol del barro, con situaciones más allá del fútbol. Yo no puedo mover a mi familia sin asegurarme si van a poder comer, si la madre va a estar bien".

Diego Hernández: «No puedo mover a mi familia sin saber si van a poder comer». Samuel Subiela / Relevo

"A veces, yendo a jugar, nos encontrábamos con que el bus estaba lleno para los dos o tres que faltábamos por subir. Nos teníamos que poner una esterilla en el pasillo y tumbarnos o sentarnos ahí. Otras veces vas a entrenar sin agua y preguntas qué tienes que hacer, y te dicen 'del grifo, del grifo en el vestuario'. Igual soy yo, que no estaba acostumbrado a eso, pero son cosas que no te explicas. Íbamos sin comida a jugar los partidos, te decían que te hicieses un bocata antes del partido, y tú te preguntas '¿pero cómo me voy a levantar a las cinco de la mañana a hacerme un bocata si para la hora del partido ya va a estar pasado?', y no lo entiendes", agrega.

Diego Hernández relata sus vivencias estos últimos años. Samuel Subiela / Relevo

En la que Diego Hernández define como "el peor año" de su vida, el nacimiento de su hija Aylén le ha cambiado la forma de afrontar los problemas. "La paternidad te cambia la vida. Te cambia todo, en realidad. Este año, deportivamente, ha sido el peor de mi vida con diferencia, hemos tenido muchos problemas. Cuando lo deportivo es tan malo, pero tienes hijos, te das cuenta de que eso es lo único por lo que vas a luchar. Ir a entrenar y ver a tu hija en la cuna es lo que te hace no pararte a mitad de camino y volverte a casa para no entrenar", explica.

"Cinco días después de nacer mi hija tuvimos que hacer una mudanza; luego, otra. Esto es la mierda del fútbol"

Diego Hernández Canterano del Real Madrid

Cinco días después del nacimiento de su hija, Diego y su familia tuvieron que mudarse: "El nacimiento de Aylén es uno de los mejores momentos de mi vida. No es deportivo, nos tocó vivirlo en Galicia y a los cinco días tuvimos que hacer una mudanza; luego, otra. Esto es la mierda del fútbol".

Diego Hernández y su admiración por Cristiano Ronaldo

«Solo ha habido una persona con la que me he comparado, que es envidia sana, porque es mi ejemplo, que es Cristiano. Siempre he intentado seguir sus pasos, pero Cristiano sólo hay uno. Nunca me he comparado con mis compañeros, he intentado ser yo mismo. Estar lesionado me dio la oportunidad de compartir tiempo con él. Subí a la piscina, pensé que no iba a haber nadie allí y estaba Cristiano. Se estaba afeitando y yo estaba como asustado, pero empezamos a hablar, también con Jaime, un trabajador del Madrid que solía estar por ahí. Ese día el primer equipo jugaba contra el PSG unos cuartos de Champions y nos dijo 'vamos a ganar, lo vamos a hacer bien, va a ser difícil...', te das cuenta de que no es simplemente un jugador, de que es una persona inteligente, que sabe de fútbol».

"Tengo muchas ganas de darlo todo. Ahora lo que quiero es una última oportunidad, elegir la opción buena y pensar que este año va a ser el mío", reflexiona Diego Hernández mientras encara un periodo decisivo para saber cuál va a ser su siguiente destino. El mirlo blanco priorizará el bienestar de su familia y un proyecto ambicioso que le permita redimirse tras un último año gris bajo la condición de agente libre.