La reacción de Messi en un chat con Xavi y Piqué cuando éste fichó a Eder Sarabia para el Andorra: "Igual era mentira, pero yo me lo creí"
El actual técnico del Elche repasa su trayectoria individual y al lado de Quique Setién en Las Palmas, Betis y F.C. Barcelona: "Después del Barça me habría gustado habernos sacado esa espinita en otro proyecto juntos".
Eder Sarabia (Bilbao, 1980) cruza la puerta del despacho del Martínez Valero en el que nos reencontramos, sonriente y apoyado en una muleta. "El otro día había un partido benéfico aquí, jugábamos unos cuantos del club contra la prensa, y me vine arriba. Empecé a calentar, me encontré bien, Nino me dio un pase, tiré un caño y cuando arranqué, el isquio al aire, así que voy a estar un tiempecito un poco calmado", dice entre risas el técnico del conjunto ilicitano, que ya ha aplacado el disgusto por no poder salir en bici ni, sobre todo, esquiar en estas fechas navideñas en su vuelta a Andorra, donde viven su mujer y su hija. "Acabo de hacerme la prueba y tengo una rotura importante en el isquio que también afecta al tendón conjunto, y ya estoy como los futbolistas, preguntando cuánto tiempo, pero ya me han dicho que dos meses mínimo".
Seis son los que lleva al frente del Elche tras los ascensos a Primera RFEF y Segunda división con el Andorra, de donde le destituyeron el pasado marzo en su primer aventura en solitario al salir del Barça. "'No, es que cambia entrenamientos para irse a salir con la bici'. Pero vamos a ver, ¿en qué cabeza cabe eso? Cuando quieres meter mierda, puedes meter mierda del mejor entrenador del mundo", reflexiona el técnico vasco al hablar de él y de Quique Setién, "una persona muy honrada, muy directa, muy recta, que no te va a fallar nunca, va siempre de cara", con quien compartió los banquillos de Las Palmas, Betis y F.C. Barcelona. "Después del Barça me habría gustado habernos sacado esa espinita Quique y yo en otro club, en otro proyecto juntos", reconoce Sarabia. El técnico vasco asegura estar trabajando su vehemencia ("Todavía tengo ese nervio, pero sí que en muchos momentos tengo esa capacidad reflexiva"), y habla de Balaídos, de su "pillada" en el banquillo del Bernabéu, de Piqué y Leo Messi, antes y después de compartir vestuario: "En un chat que Gerard tenía con Fábregas, con Andrés, creo, con Xavi, cuando dice que van a echar al entrenador y que me van a poner a mí, Leo dice: 'El mejor'. Igual es mentira, pero yo me lo creí".
¿Cómo estás viviendo esta nueva etapa en Elche? ¿Qué está suponiendo para ti?
Muy contento, muy feliz. Creo que hemos elegido muy bien viniendo aquí. Es una de las cosas que ya aprendí en los últimos años con Quique, poder elegir bien los sitios donde vas a trabajar, donde vas a desarrollar una manera de jugar a fútbol, una manera de ser, de funcionar en el día a día. Es verdad que siempre no vas a tener esa posibilidad y a veces tenemos que elegir cosas que igual no… Pero, en este caso, desde que tuve la primera conversión con Christian -con Bragarnik-, y con Pedro (Schinocca), el director general, luego hablando con Héctor, con mi repre, me dijo: 'Te ha gustado, ¿verdad?', y la verdad es que sí.
Me sorprendió la claridad, la cercanía, el que sean gente tan de fútbol, con conocimiento, con la idea tan clara de lo que quieren. Eso nos está permitiendo, sobre todo, trabajar dentro con mucha tranquilidad, con mucha calma, sabiendo que vamos por el buen camino, que no iniciamos bien pero que estábamos haciendo las cosas bien, faltaba que acabaran de llegar todos los jugadores que iban a venir, que se pusieran en las mejores condiciones, y hoy es el día que los tengo prácticamente a todos preparados y que para hacer una alineación tengo que hacer virguerías y en muchos casos, teniendo que dejar a jugadores fuera de la convocatoria.
¿Con qué objetivo, Eder? Porque miramos la clasificación y estáis en la pomada de arriba.
Es fácil, porque hay quince equipos de Segunda que nos creemos que vamos a ascender (sonríe), entonces, nosotros vamos a ser uno de ellos (se ríe), pero claro, sólo va a haber tres. Ahí esta calma que te decía es muy importante. Es importante que podamos mantener esta línea, que podamos seguir en este crecimiento que estamos teniendo, siendo cada vez más competitivos, con más alternativas en el juego, con los jugadores creo que más convencidos de las cosas. También he destacado varias veces que ellos me han enseñado muchas cosas…
¿Como qué?
Bueno, entre final de la temporada pasada con Andorra y este año, la reflexión de que a veces quiero ser muy exigente y que las cosas sean para ya, y que hay que dejar un poquito de tiempo, porque si no, llega la frustración o el exceso de exigencia, que igual el futbolista en un momento determinado no es capaz de responder como tú te esperas. Yo (resopla y se lleva una mano a la la frente) tengo muy claro lo que quiero, tengo muy claro cómo hacerlo, le dedico muchas horas a lo que es el fútbol, el análisis, la preparación de los partidos, y a veces si no sale a la perfección como yo lo he pensado… Sobre todo antes, me costaba un poco. Ahora, entre el año pasado en Andorra y este inicio, con estos futbolistas de mucha experiencia, de mucho nivel, he aprendido de ellos a dar un poquito más de espacio, a entender un poco mejor el proceso, a poder también, porque las cualidades de los futbolistas nos permiten, tener otro tipo de variantes, que de esa manera incluso creo que somos un equipo todavía más potente. Entonces, bueno, por eso también estoy contento, no sólo por lo que estamos consiguiendo a día de hoy, sino por este proceso y por cómo lo hemos conseguido.
"Los jugadores me han enseñado que a veces quiero ser muy exigente y que las cosas sean para ya, y que hay que dejar un poquito de tiempo, porque si no, llega la frustración o el exceso de exigencia"
Entrenador del Elche C.F.Entonces, mantenernos ahí, va a haber una pelea dura, es una categoría en la que cualquiera te puede ganar. El Racing parecía que se salía de la tabla, pero ya no tanto, el Almería que no arrancó bien está ahí arriba, equipos que supuestamente tienen que estar arriba seguro que en la segunda vuelta van a tirar para arriba. Nosotros, seguir estando ahí, seguir peleando y seguir, sobre todo, con esa calma y esa tranquilidad interna, que es la que creo que por ahí podemos tener un poco de ventaja en comparación a otros sitios.
¿Cómo es ese fútbol que tiene en la cabeza Eder Sarabia? ¿Cómo se plasma?
(Se ríe). Bueno, sobre todo, desde la pelota, desde ser protagonistas con la pelota y desde crear. También he aprendido con el paso del tiempo a respetar mucho y a entender que hay otras muchas maneras de jugar, que cada uno elige la que le gusta o la que cree que mejor sabe transmitir a sus futbolistas y, en este caso, la que yo creo que entiendo, que siento, que me gusta, que cuando me siento a ver un partido me gusta que se vea ese tipo de cosas, es que sea desde intentar ser dominadores, que pasen más cosas de las que tú quieres, que se juegue más en campo contrario, que se mire más la portería contraria que la propia. Es verdad que el crear es más complejo que destruir, por eso muchas veces también requiere de más tiempo y, en general, en todos los sitios, tanto con Quique como ahora, tanto Andorra como aquí, he podido tener ese tiempo para desarrollarlo.
Nombras a Quique, ahora hablaremos de él porque habéis compartido mucho, pero te pregunto por otros nombres propios, porque esta temporada ya has sido verdugo de dos técnicos, de Bolo en el Burgos y de Paco López en el Cádiz, que han sido destituidos después de perder contra el Elche. ¿Qué siente uno como entrenador, que sabe lo que es estar en ese otros lado, cuando ha sido la puntilla para un compañero?
Desde luego que no es plato de buen gusto, eso no hay ninguna duda y, además, con estas dos personas me unía una buena relación. En el caso de Bolo, fue futbolista de mi padre en el Bilbao Athletic, que tendría, 19-20-22 años, y desde entonces tenía una buena relación con él. Yo, de hecho, he celebrado muchos goles suyos, algunos incluso en San Mamés. Y en el caso de Paco, también, es un tío espectacular, que fue el que hace unos cuantos años me relegó a mí en el Villarreal C. Tanto él como su hermano son dos personas con las que tengo buena relación, gran profesional y una gran persona y te duele, la verdad que te duele.
"La gente se piensa que los futbolistas o los entrenadores somos máquinas y que podemos asumir las críticas y las faltas de respeto, y que no sufrimos ni padecemos, y sufrimos los que más"
Entrenador del Elche C.F.Muchas veces la gente nos ve a los futbolistas o a los entrenadores, se piensa que somos máquinas y que podemos asumir todo y que las críticas y las faltas de respeto, y que no sentimos ni padecemos, y realmente sufrimos los que más. Y, seguramente el entrenador, como se suele decir, desde esa soledad, porque el futbolista igual con el resto de la plantilla se cobija, pero el entrenador es el que más expuesto está siempre y somos los que más vueltas le damos, los que más intentamos encontrar los caminos, los que más sufrimos, al final el entrenador eres 24 horas al día. También digo muchas veces que el fútbol es el deporte más difícil del mundo.
¿Por qué?
Primero, por todo lo que conlleva. Yo creo que todo el mundo que ve fútbol o que va a un estadio, que es aficionado, se piensa que tiene la capacidad de decir cómo tiene que jugar su equipo, qué alineación hay que sacar, si los cambios están bien o no están bien. Seguramente, si fueran a ver un partido de voleibol o de tenis lo veríamos desde otro lugar. Eso para empezar. Luego, lo que rodea al propio futbolista: representantes, mil historias alrededor, que estamos exigiendo a un niño de 20 o 22 años, que gana mucho dinero, que de repente lo hemos puesto ahí (sube los brazos), le hemos encumbrado, que reaccione como un empresario o una empresaria o alguien que tiene un bagaje de no sé cuántos estudios, carreras, fracasos, mil horas de haber trabajado no sé dónde…
Y luego, el propio deporte en sí, que creo que es de los pocos deportes en el que puede ser mejor el rival y no ganarlo. En el tenis, si tú juegas mejor que el rival, le ganas. En el baloncesto, si juegas mejor que el rival, le ganas. En el fútbol puedes jugar mejor que el rival y puedes no ganarle, porque en esas acciones determinantes que son las áreas, que hay muchas menos que en otros deportes, son muy determinantes. Por eso a veces como entrenadores nos frustramos, porque 'si estoy haciendo bien las cosas, si me he merecido más, ¿cómo he podido perder este partido?' También todo eso creo que es lo que nos engancha tanto a todos. El fútbol es el deporte con diferencia más abierto.
Y dentro de estas dificultades y de esa ingratitud del fútbol y los entrenadores, ¿cuál es la peor salida de un club que tú has tenido? El momento más ingrato que tú has vivido.
(Se toca la nariz y mira arriba, pensativo). La que peor gestioné, sin ninguna duda, fue la de Villarreal, todavía era un poco inexperto (sonríe). No supe… Un poco relacionado con esto, que yo sabía que estaba haciendo bien las cosas. Es que me acuerdo perfectamente: estaba en el despacho con Rubén Uría, porque en ese momento era Marce el entrenador del primer equipo, y con el psicólogo, y estábamos hablando ahí de cosas, habíamos perdido contra el Alzira: 'Es que tengo clarísimo por qué, por qué cual' y me llamó Antonio Cordón al despacho, y yo me alegré, porque iba a tener la oportunidad de explicar las cosas, pero realmente estaba Llaneza y estaba Júnior y era para destituirme. Y ahí no lo hice bien, no lo hice bien. Una de las cosas que aprendí ahí es a salir bien de los sitios. Sigo sin compartir esa decisión pero si me tocara vivirla ahora, habría sido con otro talante y de otra manera, ahí me equivoqué.
¿Fuiste demasiado vehemente?
(Sonríe y asiente). Sí…
¿Es algo que estás intentando controlar con el paso de los años?
Sí, todavía tengo ese nervio, pero sí que en muchos momentos tengo esa capacidad reflexiva. Luego, evidentemente, hemos ido saliendo de otros sitios, que puedes estar más o menos de acuerdo; el último, de Andorra, pero por mi parte, agradecimiento eterno por la oportunidad que me dieron, por el tiempo que viví allí, por lo que me ayudaron a crecer y lo que les ayudé yo también a crecer y, luego encima coincidió que en Andorra conocí a la que hoy es mi mujer, mi hija es andorrana, o sea, que qué más. (Sonríe). Y aquí no sé cuándo será, ojalá que sea dentro de mucho tiempo, pero una cosa que no me acuerdo a quién le leí es que hay que saber salir bien de los sitios.
Primero saliste del fútbol, del terreno de juego, porque llegaste a Tercera pero creo que una hernia discal y la rodilla te hicieron quedarte por el camino…
Sí, bueno, ésa es la típica excusa que decimos los futbolistas (se ríe). En mi familia siempre se ha hablado de fútbol. Quise ser futbolista, de hecho, yo pensaba cuando tenía 14-15 años que iba a a ser futbolista seguro, que era parte del proceso de 'bueno, no te preocupes, Eder, que tú vas a llegar', y de repente hay un momento que dije 'mmm'… Y ahí, de hecho, sobre todo mis padres, tenían un poco de miedo porque pensaban que iba a llegar un poco la frustración, pero es verdad que enseguida empecé a meterme en el banquillo, primero en el Cruces, un equipo de Bilbao, y luego en la escuela del Danok Bat, y tuve ya suerte de empezar a trabajar con buenos equipos, con buenas estructuras y eso me empezó a hacer muy feliz. Veía que parte de esas ideas que me había ido inculcando mi padre, de lo que yo había ido aprendiendo con los equipos que me habían ido gustando en mi época de joven y demás podía empezar a desarrollarla, y ahí fue cuando mis padres se fueron relajando un poco, dijeron 'bueno, no va a ser futbolista pero igual por aquí…' (Sonríe).
Tu padre tenía una relación muy estrecha con Quique Setién desde que coinciden en el Logroñés pero, ¿cómo generáis vosotros también ese vínculo y llegas a convertirte en su segundo entrenador? ¿Cómo surgió?
Desde que yo tenía 8 o 9 años y mi padre fue al Logroñés, que luego Quique salió de Atlético y llegó también al Logroñés, pues ya me conocía, porque yo iba con mi padre a todos lados, a entrenamientos, a todos los partidos, nos recogía mi madre e íbamos a Las Gaunas... Lo que más me gustaba y casi lo único era el fútbol, era estar con mi padre, entonces Quique ya me conocía desde aquel entonces. Como mi padre me llamaba mi 'txapeldun' ('campeón' en euskera), Quique también me llamaba mi txapeldun. Me fui haciendo mayor, Quique organizaba un campus en Santander, yo fui monitor del campus varios años y, sobre todo, la clave fue cuando con el juvenil del Villarreal quedamos campeones de Liga y jugamos la Copa de Campeones en Vigo, que él vio los dos partidos y le gustó mucho, y cuando yo salí del Villarreal, él me dijo: 'Aquí no, porque yo tengo mi gente y todo, pero cuando yo salga del Lugo, si tú no tienes trabajo y te parece bien, podemos trabajar juntos', y al poco tiempo empezamos en Las Palmas.
"Mi padre me dijo: 'Quique va a ser la persona más honrada y más honesta que te encuentres nunca en el mundo del fútbol'"
¿Cómo es Quique Setién?
Yo le decía: 'Quique, es que tus valores no son los valores del fútbol. (Se ríe).
¿Cuáles son?
Es una persona muy honrada, muy directa, muy recta, es que no te va a fallar nunca, va siempre de cara. A veces las mentiras, las injusticias, la falsedad que puede haber muchas veces en el mundo del fútbol, pues chocaban, chocaban mucho con él. Y yo le decía: 'A ver, vale, estamos aquí, queremos llegar aquí, pero no puede ser mañana, tenemos que dar un poco de tiempo', y él quería que fuera mañana. Y ahí, en esa honradez… Mi padre me dijo: 'Va a ser la persona más honrada y más honesta que te encuentres nunca en el mundo del fútbol', y es verdad. Aun así, creo que en España ha hecho una carrera importante, creo que hizo muchas cosas: que para la historia quedará aquel Lugo de Quique Setién, creo que en el Betis, un equipo que por aquel entonces estaba más cerca del descenso, llevaba unos cuantos años ahí, fuimos los que le dimos ese salto otra vez de calidad, lo metimos en Europa y que se recordará durante muchos años muchos los partidos que hicimos -hoy en día mucha gente me dice: 'Aquel 3-5 en el Pizjuán, la noche de Reyes, ese día más feliz de mi vida'-, y en Las Palmas creo que también.
Cogimos un equipo en descenso y le hicimos jugar muy bien al fútbol, la gente se identificaba mucho con ese modelo y nos salvamos los dos años con muchísima holgura, dando mucho valor a muchos de los futbolistas canarios de la cantera que había en aquella época. Y bueno, el Barça que fue un poco… complicado (sonríe). No llegamos en el mejor momento, seguramente hubo cosas que no supimos leer o ver lo que se necesitaba en ese momento, pero creo que fue, ya te digo, sobre todo en su caso, tremendamente merecido por toda la trayectoria que él obtuvo. Y ahora esta aventura ojalá le salga muy bien en China.
Vamos a desgranar todos estos pasos. Hablaremos del Barça especialmente, claro, pero ¿cómo fueron esas dos campañas en Las Palmas? Fue el debut en Primera de los dos y dejasteis un grato recuerdo, con un especial acento canario, que allí os benefició: Vicente Gómez, Roque Mesa, Jonathan Viera o Tana.
Nosotros estábamos viajando a Las Palmas, ya habíamos firmado, y estábamos leyendo una entrevista de Simeone y no sé si el titular o qué decía que el fútbol tenía que ir relacionado con la cultura del sitio, y es algo que se me quedó también (se lleva la mano a la cabeza). Y en ese sentido también acertamos y encajamos muy bien, porque creo que ese futbolista de talento, seguramente un poco inconsistente quizás a nivel mental, un poco desorganizado también, creo que supimos darle su espacio, que supimos ordenarle y que supimos, sobre todo, hacerle feliz, revalorizarle.
Nosotros llegamos el primer día, que fue además contra el Villarreal, primera jornada, y no sabíamos a quién íbamos a poner de pivote, porque para nosotros esa posición era muy clave, y cuando les habíamos visto jugar no habíamos visto quizás a ese futbolista que nosotros necesitábamos ahí en medio y fue el primer quebradero de cabeza, y acabamos jugando con Roque y con Vicente, con Tana por delante, que tampoco venía jugando nada, y con Joni tirado un poco a la izquierda. Ese día empatamos, pero a partir de ahí el equipo empezó a fluir. Recuerdo un partido en Valencia, que al final empatamos a uno, pero fue donde realmente dijimos 'aquí el equipo ya está cuajado, ya sabe lo que queremos'. Y hay otro partido, que fuimos a jugar a Eibar, lloviendo, terrible, frío, fútbol de supuestamente barro, y nuestro centro del campo fue Roque, Joni y Tana, que medían metro cincuenta cada uno y jugamos de la leche y ganamos. Pues muy contentos por eso, por haber elegido ese sitio, por haber encajado tan bien, por haber entendido lo que allí les gustaba y por haber tenido casi dos años creo que muy exitosos.
Exitoso fue, sobre todo, el primer año en Sevilla, el equipo venía de ser 15º, os clasificáis para la Europa League, enamoráis con vuestro fútbol pero en la segunda las expectativas fueron muy altas y la cosa cambió radicalmente. (Caen en 1/16 de la Europa League y en semifinales de Copa, que se jugaba en el Villamarín). ¿Cómo viviste tú ese ambiente tan tenso en vuestra etapa final allí?
Como bien dices, el primer año metemos al equipo en Europa y el segundo año el inicio también es muy bueno. Somos capaces de ganar en Milán, nos metemos creo que primeros en un grupo muy exigente, en Copa veníamos pasando eliminatorias, nos tocó el Valencia en semis, que en casa nos pusimos 2-0 y es verdad que en dos contraataques un poco tontos Gameiro creo que fue el que nos empató a dos.
Y ahí, en ese impás de inicio de año, en el que en Huesca íbamos 0-1, tenemos una ocasión clarísima para hacer el 0-2 y el Huesca nos da la vuelta, nos viene la vuelta de Valencia y nos elimina, nos toca el Rennes en Europa League, empatamos a tres allí y en casa nos pasa un vendaval por encima, que hacemos un buen partido pero que cada contra nos hacían gol, y eso nos hizo un poco de daño, y a partir de ahí fue lo que nos fue complicando un poco…
¿Recuerdas alguna anécdota o alguna imagen de aquel final complicado para vosotros?
El ambiente del Villamarín, empezar a cantarle a Quique, Quique igual también algunas declaraciones… Porque hay que elegir bien los sitios y luego en todos los sitios, lo mismo que cuando hace calor te pones chancletas y cuando de frío te pones abrigo, pues no es lo mismo cómo tienes que transmitir o comunicar en un sitio, o cómo comportarte, y en otro, y dentro de esos valores de Quique y de esa rectitud, seguramente ahí, un poco por todo, nosotros también cometimos errores y se generó un poco ese ambiente tampoco te voy a decir hostil, pero sí incómodo. Y a pesar de que nosotros teníamos un año más de contrato, pues al final se decidió que no lo hiciéramos porque se había enquistado todo aquello.
"Lo mismo que cuando hace calor te pones chanclas y cuando hace frío te pones abrigo, no es lo mismo cómo tienes que comunicar o comportarte en un sitio o en otro"
Quique y yo seguimos manteniendo muchísimos amigos, muchísima afinidad, tengo un buen trato con muchos de los futbolistas, con Joaqui. El otro día había puesto una foto con Gordillo, que iban a Moldavia y que estaban pelados de frío, y le digo: 'Cuídale al Gordo', y dice: 'No, no, si está más fuerte que ninguno'. (Sonríe). Un sitio muy especial que en el medio plazo te acaba calando para siempre.
¿Y cómo supiste de la llamada del Barça?
Iba en bici. Iba en la bici y que no me escuche nadie, pero es verdad que iba mirando el móvil cada dos por tres, porque además fue un tema como muy rápido. Había puesto el móvil, además, con sonido y... ¡fua! Es que me acuerdo, además, que yo tenía la bicicleta en casa de mis padres, porque me gustaba más andar por la zona de casa de mis padres, en Bilbao, en Getxo y demás, y fue llegar de la vuelta en bici y buah, contárselo a mi padre que me recibió allí, darnos un abrazo, ponernos a llorar, porque era como un sueño.
Yo soy del Athletic por todo lo que supone, hoy es el día yo voy a San Mamés, como fui hace poco, precisamente a ver un Athletic-Betis, y lloro con el himno y me sigo emocionando y lo siento como un poco mío totalmente, pero de pequeño he sido muy del Barça. En esa época era el Dream Team, me hice del Barça y yo he mamado mucho el Barça y he llorado por el Barça, y todos los futbolistas que ha ido teniendo me han encantado, y poder trabajar con ellos, poder compartir vestuario, poder tener esa oportunidad que sobre todo en el caso de Quique creo que había sido tremendamente merecida, pues fue uno de los momentos más importantes de mi vida.
"Yo soy del Athletic pero de pequeño he sido muy del Barça. Era el Dream Team, he mamado mucho el Barça y he llorado por el Barça. Poder trabajar con ellos fue uno de los momentos más importantes de mi vida"
¿Qué supone para uno verse en ese vestuario que habías idolatrado desde el otro lado? ¿Qué pensó y sintió el Eder Sarabia persona, más allá del técnico, que se ve en ese vestuario?
A ver, en los primeros días, no te sé decir, sobre todo, esa ilusión de hacerme un selfie y mandárselo a mis amigos, a mis padres o verte ese escudo. A partir de ahí, la verdad que total confianza, muchísimo aprendizaje de todo lo que habíamos vivido, porque ya habíamos vivido situaciones de estrés, intensas, de presión, de diferentes tipos, y sin mucho tiempo para historias porque jugábamos contra Granada y al día siguiente Ibiza en Copa y demás.
Entonces, confianza, preparar bien el partido, intentar inculcar a los jugadores lo que queríamos hacer y levantarles un poco: venían de haber perdido la Supercopa, en Liga estaban arriba pero no era el mejor momento del equipo, incluso del club. Luego sí que ha habido muchas cosas que me quedan ahí para siempre y que me quiten lo bailao. (Sonríe).
"Tan mal no lo debí hacer en el Barça o no me debí relacionar cuando Gerard Piqué fue el que me contrató para el Andorra y la agencia de representación que tengo es la de Griezmann"
Entrenador del Elche C.F.¿Como por ejemplo?
Primero, que se habló mucho -no sé si esa repercusión que tienen Madrid y Barça hay otros clubes del mundo, igual contados con los dedos de la mano-, y todo lo que pasaba se agrandaba tremendamente. De un lado interesaba que fuera mal y entonces se agrandaba, pero bueno, tan mal no lo debí hacer o no me debí relacionar cuando Gerard Piqué fue el que me contrató para el Andorra y cuando la agencia de representación que tengo es la de Griezmann, pongo estos dos ejemplos. Eso lo primero, y luego, relación que me ha quedado con varios futbolistas y unas cuantas conversaciones que tuve con Leo, por ejemplo, que (resopla) era una pasada. Yo digo que Leo no sólo ha sido el mejor de la historia jugando a fútbol, sino también entendiendo el fútbol.
¿Recuerdas de qué hablabais en concreto, cómo eran esas conversaciones de fútbol?
Acabábamos de aterrizar. Él (Quique) había llegado la noche anterior, porque había firmado los contratos, y nosotros acabábamos de llegar, y me dice Quique: "En tu caso, ten cuidado, porque claro, el Barça no es lo mismo, que esto, entonces lo de gritar, lo de apretar, lo de exigir, lo de tal…" (Imita el tono de Quique Setién y gesticula con las manos), y yo digo: 'Bueno, vale, bien, vamos a entrar tranquilo, vamos a ir viendo las cosas, pero al final yo también tengo que ser yo'. Y, de hecho, en una de esas conversaciones Leo lo que me decía era eso. Decía: 'Aquí se piensan muchas veces los entrenadores que no nos tienen que corregir porque somos muy buenos, pero aquí cada vez, por ejemplo, se ha ido perdiendo más el ADN Barça, hay menos futbolistas que han mamado ese fútbol, entonces nosotros necesitamos que en muchas cosas se nos exija, se nos apriete, se nos corrija'.
Y una de esas conversaciones fue en el campo de entrenamiento, cuando acabó. Habíamos estado jugando un partidito y hubo una acción de presión, que fue una presión un poco desorganizada y al final le salieron y nos hacen ocasión de gol. Entonces, yo aproveché un poco esa jugada para intentar engancharle a Leo también, en que nos ayudara en este tipo de situaciones, intentar ayudar a sus compañeros, organizarles… Conversaciones de fútbol, que además luego me acuerdo que cuando entré al vestuario del staff como que estaban un poco sorprendidos porque realmente casi nadie había tenido una conversación de 30-40 minutos con Leo (sonríe), natural y hablando del fútbol y de todo lo que a él le gustaba y porque, ya te digo, era una barbaridad cómo entendía las cosas.
Se ha hablado muchísimo de vuestra relación, ahora te preguntaré por esa pillada en el Bernabéu en la que también le nombras, pero te pregunto ahora por ese momento en Balaídos, tú vas con las mascarilla y él ignora que le estás hablando hasta en dos ocasiones, delante de Quique.
Sí, sí, y es verdad, es verdad. Se estropea un poco esa relación, por cosas seguramente ajenas a nosotros, porque igual también no supimos nosotros gestionar ciertas cosas, porque llegó un momento pospandemia en el que el equipo también bajó un poco el nivel y a partir de ahí se nos complicaron un poco las cosas y se deterioró un poco esa relación, pero creo que en el fondo, por mi parte 100%, pero creo que en el fondo de él me sigue valorando mucho por aquel tiempo en el que estuvimos.
Lo has dicho antes también, «en el Barça hubo cosas que quizá no supimos leer», ahora lo recalcas en el caso de Leo, que quizá hubo «cosas ajenas a vosotros». Hasta donde quieras y puedas pero, ¿puedes especificarlo un poco, para que lo entendamos?
Por ejemplo, momentos, momentos de decir las cosas. Yo me acuerdo de la anécdota de Gerard llegando en la bici eléctrica aquella. Yo llegué, aparqué y vi ahí una bici eléctrica y digo (se rasca la cabeza y sonríe mientras frunce el ceño): '¿Pero esto qué es? Porque está en el sitio de los futbolistas, no puede ser, será de algún trabajador', y entro al vestuario, estábamos con mucho tiempo de alteración, y de repente vi un vídeo, que era Gerard el que había llegado, y se lo enseño: 'Pero, ¿esto qué es? ¿Qué es esto?' Quique se volvía loco. 'Pero, ¿cómo puede ser?'.
Entender que es verdad que son futbolistas un poco diferentes, que viven las cosas un poco diferentes, que están expuestos a una presión terrible, que jugábamos miércoles-domingo, que a veces lo que le dices, por ejemplo, a Tana no se lo puedes decir a Valerón… No hay una injusticia mayor que tratar a todos por igual, y dentro de que eso ha sido una de las cosas que Quique ha hecho muy bien en su carrera, seguramente en el Barça… Ya te digo, heredadas, muchas cosas: la situación con la directiva, con el equipo, pospandemia, muchas cosas, era casi insostenible, y a nosotros también nos pilló por el medio y nos llevó por delante.
A Tana no se lo habríais permitido, pero con Piqué había que levantar más el pie, ¿no?
(Se ríe). Claro, claro, es que es Gerard Piqué, entonces… Que, por otro lado, fue una de esas personas que más nos ayudó y, en mi caso, también recuerdo una conversación con él en la sala de los utilleros, en la que él me seguía animando a hacer las cosas, a tratar, a corregir, a mejorar, a entender un poco el contexto y las circunstancias. Un tío que ya me lo había dicho Luis Enrique, un tío que nunca se borra, que siempre quiere estar, que siempre entrena, que siempre quería competir y que nos iba a ayudar mucho.
"Todo lo que viví en el Barça me hace ahora tener muchísimas herramientas y mucha calma para poder gestionar un vestuario"
Pero es que yo digo una cosa, Gerard Piqué ¿cómo no va a ser un gallo? Es un tío guapo, alto, exitoso, de los mejores centrales de la historia del fútbol, inteligente, absolutamente todo. Lo raro es que fuera un… Lo normal es que sea un gallo y, además, eso, auténtico, directo, de esa gente que se valora.
Pero ya te digo, yo estoy totalmente orgulloso de haber pertenecido a ese club, de vivir todo lo que viví y hoy es el día que aquello lo tengo tremendamente presente para gestionar, por ejemplo, un vestuario como el Elche que, evidentemente, es otro nivel, otras circunstancias, pero en el que también hay chavales de la cantera, también hay gallos, también hay gallos a los que hay que decirles por aquí no, porque si no, empiezan los problemas, hay chicos de la cantera o chicos jóvenes que hay que respetar y darles su lugar y todo aquello que viví me hace ahora tener muchísimas herramientas y tener mucha calma para poder gestionarlo.
¿Cómo viviste ese momento banquillo en el Bernabéu? Te hacen un seguimiento las cámaras de Movistar, te ves en imágenes hablando de muchos de tus jugadores y de manera vehemente…
(Sonríe). Es verdad que estaba ahí metido en el banquillo… (Hace el gesto de esconderse). Claro, tú ves un partido, Elche-Tenerife, y tenemos cinco cámaras, y en cambio ves un partido del Barça y tienes cuarenta cámaras, cuarenta tomas, y aquel día pues una estaba pendiente de mí. Era un poco lo que te decía, veía las cosas tan claras… Además, me acuerdo perfectamente, lo habíamos hablado con los futbolistas. Yo hoy en día lo hago con ellos, porque yo hoy tengo una idea y digo 'esto creo que lo podemos hacer, esto también creo que lo podemos desarrollar', pero me gusta consensuarlo con ellos, qué sienten ellos, y aquel día me acuerdo que hablamos de cómo queríamos plantear ese partido. Tuvimos una charla muy bonita y al final acabamos yendo 4-4-2, casi situaciones de hombre, sabiendo que Benzema muchas veces desde ser delantero iba a venir mucho a recibir y entonces había que perseguirle, las líneas tenían que estar juntas para que él no pudiera recibir, que fue una de las cosas (se ríe), 'Benzema esta recibiendo…'
Y yo lo veía tan claro y lo intentaba transmitir… De hecho, con Leo, además, hay una foto que tengo por ahí guardada, en la que le llamo a la banda, íbamos cero a cero, y le digo: 'Vamos, Leo, que es el momento, que los tenemos y tal'. Y bueno, pierdes, te duele mucho, porque evidentemente es ese partido, que podía haber sido otro resultado y bueno, pasa el primer día, creo que sale en 'El día después' y ahí no se le da tanta importancia, pero hay algún medio de comunicación, que de verdad nunca he sabido quién, en la que empiezan a decir que a los futbolistas les había parecido muy mal, no sé qué, no sé cuántos. Cosa que no era para nada verdad, ya te digo. Luego tuvimos una conversación con ellos, yo pedí perdón y me dijeron los capitanes: 'Pero ni se te ocurra, queremos que seas así'. Pero son cosas que salen hacia afuera, que dentro son totalmente diferentes pero que a veces hay que llenar titulares y hay que generar un poco esa guerra Madrid-Barça, de un lado para otro; cuando uno le va mal, al otro le va bien.
Cuando se produce el 2-8 contra el Bayern de Múnich en Lisboa, que es la derrota más abultada del Barça en su historia en Europa, ¿uno es consciente de que 'hasta aquí'?
Sí, sí, porque pospandemia íbamos líderes, que creo que no hacemos un final de temporada malo, pero coincidimos con el Madrid, en el que estaba Thibaut, que lo paraba absolutamente todo -si ya lo para, en aquel momento ya era exagerado-, y con Benzema, que también estaba tremendamente acertado, y hubo muchísimos 1-0, 0-1, y nosotros pinchamos en algún partido y perdimos la Liga, y la Champions se jugó posteriormente. Jugamos la vuelta contra el Nápoles, ganamos en casa y ahí ya fuimos a Portugal a jugar esa fase final. Pero eso, yo creo que ya veníamos un poco con mucho lastre, un poco equipo con pinzas. No empezamos mal, porque de hecho empatamos a uno y tenemos, lo recuerdo perfectamente, una de Luis Suárez y una de Busi, que eran clarísimas y que podía haber sido el 2-1 y que igual el partido es otra historia diferente, pero bueno, como estábamos ahí con pinzas, enganchamos además a un rival que estaba impresionante, que luego fue campeón, recibimos unos goles y nos deshilachamos totalmente.
Y sí, sí, cuando acaba el partido, evidentemente, sabes que es el final y, de hecho, como era pandemia, tuvimos que hacer noche allí y a la mañana siguiente yo me despedí de muchos de los jugadores y fue la anécdota que cuento de Gerard de: 'Bueno, tú y yo estaremos en contacto porque cuando el Andorrita suba a Segunda o a Primera quiero que seas el entrenador'. Y bueno, fue antes y fui yo el que ascendió el equipo a Segunda (sonríe ampliamente).
¿Y hubo despedida con la otra parte del vestuario, con los Luis Suárez y compañía?
No, no. Fue con algunos, porque incluso íbamos en dos autobuses. Es más, la ropa que me quería haber quedado del Barça o recuerdos o algunas camisetas tampoco no lo pudimos casi ni hacer porque fue así pim-pam. Fue con algunos que coincidimos por allí a la mañana siguiente. Con Leo no me llegué a despedir, no he vuelto a tratar con él, pero en un chat que Gerard tenía con Fábregas, con Andrés, creo, con Xavi, cuando dice que van a echar al entrenador y que me van a poner a mí Leo dice: 'El mejor'. (Se ríe). Igual es mentira, pero yo me lo creí, igual era para levantarme del ego, no sé. (Se ríe).
¿Y por qué se rompe el binomio Setién-Sarabia?
Yo sabía que en un momento determinado iba a volver a ser primer entrenador, que es lo que llevo dentro, y estuvimos a punto después del Barça de ir a Spartak que Moscú pero al final no se dio, y después de eso empezaron a llegarme a mí ofertas como primer entrenador. Hubo algunas que entendí que no eran para mí o que no era el momento, y cuando llegó la llamada de Gerard lo primero que hice, evidentemente, fue decírselo a Quique y explicarle los porqués. Que me habría gustado después del Barça habernos sacado esa esquinita en otro club, en otro proyecto juntos, pero bueno, que entendía que era el momento de tirar por ahí, pero es el día que tengo una relación espectacular.
"Después del Barça me habría gustado habernos sacado esa espinita Quique y yo en otro club, en otro proyecto juntos"
¿Cómo has vivido su polémico paso por el Villarreal? Si no se sabía los nombres de los jugadores, si su forma de trabajar…
Pero eso le pasa a cualquiera, yo le voy a llamar Nico Fernández y es Nico Castro, y cualquier entrenador se equivoca llamando a un jugador y a otro. Esas son cosas que cuando quieres hacer daño y cuando quieres buscar justificaciones, pues las encuentras. A mí también, de mi salida del Andorra, que también me decían equis cosas, y hoy cuando hablo con Pedro me dice: 'Lo que más contento estoy es que todas esas mierdas que se hablaban de ti no pasa absolutamente ninguna'. 'No, es que cambia entrenamientos para irse a salir con la bici'. Pero vamos a ver, ¿en qué cabeza cabe eso? O no sé qué película. Cuando quieres meter mierda, puedes meter mierda del mejor entrenador del mundo. La verdad es que no lo he vivido de cerca y yo creo que él entendía que ese sitio podía encajar con él, pero al final no se dieron las cosas por diferentes circunstancias y una pena, porque creo que las dos partes se merecían lo mejor.
Con todo lo aprendido y por aprender, después de dos ascensos consecutivos con el Andorra, a pesar de ese final con dimes y diretes, ¿a qué aspira Eder Sarabia? Porque han sido un salto importante para ti. ¿Dónde te quieres ver? ¿Te pregunto por tu Athletic?
(Se ríe). Esto (resopla), si me lo llegas preguntar hace diez años, a mi madre se lo dije. Me acuerdo que salió en un titular en uno de los periódicos de allí: 'Yo quiero que suene el himno de la Champions estando yo en el banquillo'. Porque antes era como más proyectarme a futuro, a cosas. Tuve la suerte de conseguirlo como segundo entrenador, recuerdo perfectamente esos partidos que dirigimos de Champions y otros muchísimos en los clubes que hemos estado hablando, pero ahora, evidentemente, me gustaría volver a entrenar en Primera división, me encantaría competir en la Champions.
Con amigos les he dicho que tengo que ganar la Champions, pero es algo que no le dedico ni medio segundo. Mi principal objetivo es que hagamos ahora un entrenamiento espectacular, que el vídeo que vamos a poner ahora a las seis del Racing pueda explicarlo bien, que ellos lo entiendan, que luego lo podamos desarrollar en el campo, que hagamos un gran partido y ser feliz y disfrutar de los sitios. Quique decía también que cuando llegaba a un sitio pensaba que iba a estar toda la vida y es verdad, que yo es que no pienso absolutamente nada más que en esto, en ser feliz aquí, que nos quieran, que podamos hacer cosas importantes juntos y lo otro, pues bueno, será consecuencia de ese buen trabajo si nos lo vamos ganando.