MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Las anécdotas de Poli Rincón conviviendo con periodistas desde 1996: "No tengo estudios, tuve que trabajar desde los 14 años, ¿qué pinto aquí?"

El exdelantero de Real Madrid y Betis repasa su carrera futbolística y "una nueva vida, una segunda oportunidad", como define sus casi tres décadas como comentarista radiofónico junto a Paco González.

Poli Rincón, comentando para Tiempo de Juego de la Cadena Cope. /Cope
Poli Rincón, comentando para Tiempo de Juego de la Cadena Cope. Cope
Cristina Bea

Cristina Bea

"La verdad es que me has hecho vivir un momento muy bonito. Esto de vez en cuando creo que a todos nos hace falta: hablar desde el corazón, sentirnos desde el corazón y no tener que ocultar las cosas. Uno tiene que estar muy orgulloso de su pasado y sus orígenes, y yo me siento muy orgulloso". Así terminó hace unos días la charla con Poli Rincón (Madrid, 1957), en la que el exdelantero y actual comentarista de COPE evidenció entre anécdotas y recuerdos lo que verbaliza: su corazón madridista (y bético), el de amigo de sus amigos -como Pepe Domingo Castaño, al que recuerda entre lágrimas-; el agradecido a Paco González por haberle dado "una nueva vida, una segunda oportunidad" en la radio después de haber colgado las botas con las que jugó para Real Madrid, Betis y la selección española; el de hijo, padre y, sobre todo, marido. "En mi vida no he tenido nada, ni mis hijos, mejor que mi mujer". Beatriz, a la que le pidió matrimonio el mismo día que la conoció en una entrevista hace 43 años, como relata entusiasmado el exdelantero, con el que, claro, también volvemos al España 12-Malta 1 en el que anotó cuatro goles en una noche histórica y "milagrosa". "Dios es de dos equipos: de la selección española y del Madrid".

Poli Rincón habla de su relación con los medios de comunicación.Relevo

Para ti que has sido futbolista, ¿cómo es vivir el fútbol y esas emociones desde el otro lado? ¿Cómo es sentirlo en las ondas, desde la radio?

Yo, como dice mi mujer, tengo un problema: que en vez de hacer las cosas con la cabeza, las hago en el corazón todas. Yo soy una persona que he sido así siempre. Mi corazón, por desgracia o por suerte, no lo sé -que eso, cuando ya no esté, la gente lo valorará-, pero el que me conozca sabe que yo soy de verdad, yo no tengo un trasfondo. No te voy a decir aquí una cosa y luego otra, no, no. Si a ti te dicen: 'Poli ha dicho de ti esto', no, ya te lo he dicho a ti. 'Tranquilo, que lo que piensa Poli ya lo sé yo'. Yo lo que trato es a la gente darle mi visión, mi pensamiento, mi sentimiento, lo que yo siento. No soy maquiavélico, yo no voy a hacerte daño, no, no, no. No es mi forma de actuar, y creo que en la radio, si llevo tantos años, es porque la gente sabe que soy así. Yo no salgo luego y soy un papel, no.

Lo que yo digo en la radio lo siento, lo vivo y, luego, me puedo equivocar como todo el mundo, evidentemente, pero es mi pensamiento, y si me he equivocado, te pido perdón, no tengo ningún problema, y lo digo públicamente y te pido perdón 17 veces si hace falta. Yo creo que eso es lo que me ha dado llevar 30 años como voy a llevar aquí. Yo le dije a Paco: 'Pero, Paco, ¿yo cómo voy a hacer esto?' Cuando me habló Paco en el 96, niña, que no existía nada de esto, en el 96, yo le pregunté, le dije: 'Paquito, ¿yo tengo que decir algo que tú me tienes que dar?' Y él me dijo: '¿Yo? Yo lo que quiero es que seas tú'. Nada más que me dijo eso.

"Paco me ha dado una segunda oportunidad en mi vida. Yo era jugador, no sabía qué iba a ser ni qué podía ser, y me ha dado una nueva vida en todos los aspectos"

Poli Rincón Exfutbolista del Real Madrid y el Betis

Y desde el 96 hasta ahora llevamos juntos, con Manolo, con él, con Pepe, con los grandes maestros que yo he tenido la suerte de tener a mi lado, que he tenido los más grandes, te lo digo de verdad, sinceramente, que han sido los tres: Paquito González, Pepe Domingo Castaño y Manolo Lama. Y yo he aprendido de ellos, he mamado mucho de ellos: he mamado a ser recto en el camino, el camino puede tener curvas, vamos a ver qué curvas tiene y a partir de ahí seguimos, pero el camino tiene que ser recto, tiene que ser derecho y de frente. Y yo esto todo lo aprendido en la radio. A mí Paco me ha dado una segunda oportunidad en mi vida. Yo era jugador, no sabía qué iba a ser ni qué podía ser y me ha dado una nueva vida en todos los aspectos, y aquí estoy 30 años después, aquí seguimos y por eso tú me estás teniendo aquí sentado.

Y me encanta que compartamos este ratito. Cuéntame alguna gran anécdota de estos 30 años…

¿De la radio?

Sí.

(Se ríe). Tengo muchísimas, tengo muchísimas. Yo recuerdo mucho, con mucho cariño, la primera vez que yo fui al IBC en el Mundial de Francia del 98. Entonces viajábamos todos allí y convivíamos todos. Entonces, claro, yo no estaba acostumbrado a convivir con los periodistas de esa manera, a convivir con los medios de comunicación, a todo lo que era un IBC, tú sabes, el International Broadcast Center, el edificio donde se reúne todo el mundo. Te puedes imaginar, yo cuando me vi metido en esa vorágine, yo decía: '¿¡Pero yo qué pinto aquí?, si yo no soy nada, si yo no tengo estudios, si yo no pude estudiar'. Yo he tenido que trabajar desde los 14 años, yo me he tenido que buscar la vida poniendo burletes por las casas y cosas de éstas. Y entonces, claro, verme en un mundo de profesionales de tal manera, todos con estudios, todos con una educación, y yo decía: 'Joder. Dios mío de mi vida. Yo he jugado al fútbol, sí, pero yo qué pinto aquí…".

Y, ¿sabes lo que más me gustaba de todo? Que estaba loco. ¡Yo les hacía las baguettes, porque no sabía qué hacer! Y yo me iba a la panadería, compraba las baguettes, compraba el jamón (se ríe), me cogía mi mochila, lo metía todo y cuando yo llegaba allí... Tú no sabes lo contentos que se ponían porque su baguette calentita, su pan, todas sus cosas y digo: 'Bueno, yo como de esto no tengo ni idea, por lo menos haré algo que sea práctico y sea útil. Voy a hacer las baguettes'. Y, de verdad, viví una experiencia y un mes y medio que estuvimos casi en el Mundial, que yo te lo juro de verdad, me ha servido para todo lo que he hecho después.

Yo creo que esa convivencia nos ha dado o me ha dado a mí otra visión de todo: la visión de lo que eran los periodistas, de lo que era el mundo de la información, de lo que era el mundo que yo no había conocido nunca. Yo ahora cuando veo a Manolo, cuando dice: 'Me voy', todo lo que tiene que preparar, niña, todo lo que tiene que coordinar, todo lo que tiene que llevar (aprieta los ojos y se lleva la mano a la frente), de papeles, de acreditaciones, todos los campos de esto… Yo, de verdad, no sé cómo no se ha suicidado ya de 'me suicido, ya no puedo más, ya no puedo más'. Claro, ya lo miras de otra manera. Cuando estamos en la radio, mi respeto hacia ellos es absolutamente como no te puedes ni imaginar. Por eso tengo muchas anécdotas de muchas cosas que nos han pasado, de cuando me escondieron todo el equipaje, que yo pensaba que no había llegado el equipaje y me quitaron la maleta durante tres días…

¿Cómo? ¿Dónde fue?

En Bélgica, Holanda. Yo buscando por todos lados y me dejaron que pusiera hasta la denuncia, y tenían ellos la maleta, los cabrones. (Se ríe). Se la llevaron al hotel, me la escondieron tres días, me hicieron comprar un montón de cosas, no te puedes imaginar. Fue cachondo, y ya el tercer día me dan la maleta, cuando yo había comprado, había hecho de todo. Pero estas cosas a mí, a mí lo que me llegaba es lo que me querían, porque cuando la gente hace eso contigo, está contigo. Y todos ayudándome a todo, hablando por teléfono, dando el parte en el seguro, un cachondeo que no te puedes imaginar. Pues ésa es la vida, ésa es la esencia de todo. Y, luego, ver las horas que curraban, nos íbamos a las 7 de la mañana al IBC y volvíamos a las 2, las 3 de la mañana, dormíamos 3 o 4 horas y yo decía: 'Dios, ¿cómo le dicen a esta gente que no hacen nada? (Dice con las manos en la cabeza). Que van allí de puta madre…' Si no disfrutan nada, no pueden disfrutar nada, es tremendo. Yo estaba alucinado. Entonces, para mí ha sido una experiencia, un doctorado terrorífico.

Poli, ¿y cuánto te ha querido Pepe y cuánto le has querido tú?

(Resopla). Tú has visto que yo no he hecho ninguna entrevista, ¿no? Yo no he hablado a nadie de Pepe… Voy a ver, va a ser muy difícil. Para mí ha sido, te he dicho, ellos tres han sido y son en mi vida extraordinarios. Hablar de Pepe me es muy difícil. Yo no sé cómo Pepe ha sido mi amigo y lo que me ha querido. Me ha tratado como un hijo…

Poli RIncón, en un reportaje de archivo.  ABC Sevilla
Poli RIncón, en un reportaje de archivo. ABC Sevilla

Eso es muy bonito.

Mi sentimiento no te lo puedo dar. No sé explicártelo con palabras, no sé explicártelo. Mira, nos íbamos todos los veranos, hacíamos un viaje a Galicia, muchas veces. Y todos los primeros años yo me iba por lo menos dos veces al mes a Madrid. Me iba dos días, me iba los domingos, que el lunes era el día que descansaba y pasábamos toda la noche juntos. He amanecido con él muchísimas noches, he amanecido de muchas maneras muchísimas noches. Pero, sobre todo, cuando ya al final, los últimos diez años o más, no sé exactamente, cuando yo llegaba allí: 'Tú aquí' (señala a su lado derecho), me sentaba a su lado, y ahora cuando veo las fotos, muchas, todos los días, cuando veo los vídeos… (Se emociona, se frota los ojos). Perdona, estás hablando de Pepe. Me es muy difícil, pero bueno, ésta es la vida. No te lo puedo explicar lo que ha sido Pepe en mi vida, ni Paco tampoco, ni Manolo.

"Yo no sé cómo Pepe ha sido mi amigo y lo que me ha querido. Me ha tratado como un hijo…"

Poli Rincón Exfutbolista del Real Madrid y el Betis

Cuando pasen los años y se aplaque un poquito ese dolor, te preguntaré por alguna de esas noches en las que habéis amanecido de muchas maneras, porque habréis vivido momentos divertidísimos, de todos los colores.

Te voy a contar una anécdota, si puedo. A las siete de la mañana puesto así en el piano (dobla el codo y se apoya en la mano, simulando estar apoyado en el piano), tocando y cantando Pepe. Pues te puedes imaginar, son momentos diferentes en todo, vamos a dejarlo ahí. (Sigue contando con la voz entrecortada).

Poli y su relación con Pepe Domingo Castaño.Relevo

Gracias por compartir tu emoción. No quería tampoco tocarte demasiado la fibra. Al final, sois una familia, como de alguna manera lo era antes, en tu época de futbolista, la convivencia entre la prensa y los jugadores, ¿no? Ha cambiado mucho la profesión, ha cambiado el fútbol y ha cambiado el periodismo..

Yo jugaba al mus con ellos, jugábamos al póker, comíamos juntos, eso en la misma concentración, viajábamos juntos, estábamos en el mismo hotel juntos. Yo no he tenido un problema con nadie nunca, al revés, todo lo contrario, eran amigos míos. Yo les he pedido consejo, les he pedido ayuda, he convivido con ellos cuestiones personales. Dime tú.

¿Y alguna anécdota, alguno de esos grandes reportajes o fotos que hayas hecho tú en aquel momento que ahora serían impensables, Poli?

En el campo. En el mismo partido, el partido de Malta. Yo salí y estuve allí con Azuara con la alcachofa, allí en la esquina, en la línea de allí, abrazados, dándonos besos, eso es imposible hoy en día, eso olvídate. Pero ya no eso, sino es la convivencia de tu vida, porque antes de que tú salgas al campo eres una persona, con sentimientos, con problemas, sin problemas, con dudas y muchas veces yo hablaba con ellos. 'Oye, ¿y tú cómo ves esto? ¿Y el partido? ¿Tú qué crees? ¿Por qué me ha pasado esto?' Y desde fuera te daba el consejo porque él lo veía desde fuera, él juzgaba desde fuera. A lo mejor cuando tú estás dentro no ves el bosque igual. Cuando estás fuera ves los árboles, pero cuando estás dentro no lo ves.

Eran amigos nuestros y luego nos sentábamos a jugar al mus, viajábamos en el avión juntos, en el tren juntos. Me acuerdo yo que antes los medios con nosotros no eran igual que ahora. Cogíamos el coche cama y te tirabas hasta la noche en el tren, ibas hablando, ibas jugando, mil cosas. Mil convivencias de todo, absolutamente todo, ibas de compras con ellos… Yo pienso que mi época fue mejor, que fue mejor, por lo menos en lo humano y en lo personal. Ahora yo veo que no tienen ninguna relación, que no tienen ningún acercamiento, que no hay ninguna empatía, que no puedes conversar de verdad de tú a tú. Yo me quedo con la mía. (Dice y asiente).

¿Cómo era el Poli que empezaba a jugar al fútbol y que con 22 años se vio levantando la segunda Liga con el Madrid?

Pues te puedes imaginar, ¿no? Porque parece que no vas a llegar nunca, parece que estás a años luz, que estás en otra galaxia y ver que luego llegas y no solamente llegas, sino que encima ganas títulos, gané una Copa del Rey también… Perdimos la final de la Champions, como tú bien sabes, en el 81 con Boskov, pero que consigues por lo menos ganar una Liga y todo este tipo de cosas, pues te puedes imaginar, para un chaval de la cantera, para un chaval en aquella época del Madrid, con todo lo que has sufrido, con todo lo que has pasado y con todo lo que has tenido que luchar, te ves que puedes levantar hasta los títulos, pues te puedes imaginar. Para mí ha sido lo más importante en mi vida, en todos los aspectos, porque, además, en mi época llegar al primer equipo era muy, muy, muy complicado.

Eso te iba a preguntar, por lo que dices, ¿cuánto tuviste que luchar?

Era muy complicado, muy complicado. Tenían que darse muchas circunstancias. Tú piensa que en aquella época de fuera venían dos solamente, y de toda España el Madrid se surtía prácticamente de muchos equipos de la Liga española, entonces, llegar y jugar en el primer equipo y tener una continuidad era prácticamente imposible. Yo ya, cuando he decidido marcharme, es porque yo veía que jugaba con Boskov y tal, pero delante mío, que yo lo reconozco, había tres genios que eran insuperables, como era Juanito, como era Santillana, estaba Roberto Martínez, estaba Jensen, estaba Cunningham, que fue cuando lo ficharon, que se pagaron en aquella época 100 millones de pesetas. (Se acerca a la cámara y levanta las manos).

Yo llegó un momento que yo tenía 23 años y yo quería jugar, yo quería ir a la selección, quería jugar una Eurocopa, un Mundial. Ya había sido olímpico en el Madrid, yo fui a la Olimpiada del 80. Y entonces, hablé con mi mujer, hablamos los dos y nos planteamos que teníamos que tomar una decisión. Yo hablé con el Madrid, al principio no me querían dejar salir, yo tenía bastantes equipos que me querían, pero no había manera, y gracias luego al cariño de una persona que me quería muchísimo y, sobre todo, a la familia de mi mujer, que fueron los que me ayudaron, pues hablamos con Muñoz Lusarreta, habló con el presidente y ya pude marcharme.

Con Bernabéu y con Luis de Carlos, con todos, Antonio Calderón, Raimundo Saporta. Si es que el Madrid tenía unos directivos que… Florentino es el único que pongo yo a la altura de Don Santiago Bernabéu, pero los directivos que tenía el Madrid en aquella época, estos que te he nombrado, son los que llevaban todo. Todos llevaban todo, todos, absolutamente todos, no necesitaban absolutamente nada más y funcionaba como si no hubiera un mañana aquello, extraordinariamente. Yo no quiero hacer comparaciones, porque las comparaciones siempre son odiosas. No quiero comparar. Yo he vivido lo que he vivido y punto, y se acabó. Y ya está. (Se ríe).

No quieres comparar porque sabes que lo tuyo era mejor.

Había otro sentimiento, había otra cosa, era todo diferente. Yo entré con 8 añitos y lo primero que me enseñaron es el respeto, los valores y la educación. Y yo cuando terminaba, tenía que atar las botas, las tenía que poner, las tenía que limpiar yo primero, y luego ya venía el utillero, las recogía, y yo tenía que doblar la camiseta, el pantalón, no tirarlo al suelo, bien puesto y que cuando venía la persona que se encargaba de esto, que automáticamente pudiera recogerlo. A partir de ahí ya empezabas a respetar todo. Luego tenías tu sitio, el respeto porque el que llevaba más tiempo que tú…

¿Y qué supuso para ti tu salida del Real Madrid? Porque llegar al primer equipo sería un sueño de niño, de toda la vida, pero donde eclosionas y te conviertes en el futbolista que fuiste es en el Betis: 78 goles en 223 partidos.

Soy el máximo goleador de toda la historia del Betis.

Las anécdotas de Poli Rincón conviviendo con periodistas desde 1996: «No tengo estudios, tuve que trabajar desde los 14 años, ¿qué pinto aquí?«

Lo sé. Y fuiste también Pichichi en la temporada 82-83 (20 goles en 30 partidos). ¿Qué significa para ti el Betis?

Para mí el Betis, ¿cómo te lo digo? Una parte de mi corazón, evidentemente, y de mi vida. Sobre todo, profesionalmente, es donde yo me realizo como jugador, como profesional, como tú quieras determinarlo, y donde luego ya nacen mis hijos aquí en Sevilla, toda mi vida personal se desarrolla aquí. Nosotros nos acabábamos de casar, Beatriz y yo, mi mujer y yo, y entonces, ¿qué pasa? Cuando tomamos la decisión de si nos veníamos o no nos íbamos fue porque lo hablamos entre los dos, los dos al final decidimos, porque yo tenía que contar con ella: ella estaba con la carrera; ella es periodista y estaba en ese momento estudiando en Madrid, y tomamos la decisión los dos, arriesgamos los dos y fue de las cosas que decides en la vida y que luego te va todo muy bien, gracias a Dios. Profesionalmente a ella la fue muy bien y a mí profesionalmente, pues ya lo sabes.

"Soy el máximo goleador de toda la historia del Betis. Para mí el Betis significa una gran parte de mi corazón y de mi vida"

Y a partir de ahí, el primer año fue un poco duro, porque vienes del Madrid, vienes con una mentalidad, luego tuve la mala suerte de que Luis Aragonés se puso malito y se tuvo que ir, porque yo me vine con él, que es el que me quería, por eso me vine al Betis. Luego, al tenerse que marchar él fue un poco más duro, pero bueno, gracias a Dios, cuando ya me adapté y cuando ya nos acoplamos bien, pues ya toda mi vida, fíjate: la Eurocopa, el Mundial, máximo goleador de Liga, Pichichi. Además, detrás mía queda Maradona, queda Kempes, acuérdate, Santillana. Escucha, Quini, Hugo Sánchez, tú fíjate los futbolistas que te estoy hablando. (Enumera con los dedos y se acerca a la pantalla con cada uno de ellos).

Pues te puedes imaginar lo que significó para mí, y luego, todas las veces que fui internacional y absolutamente todo, todo, todo. Y ya llegó un momento que ya tuve una lesión, que es la que me retira del fútbol, me partí la espalda, y tuvimos que tomar una decisión importante también en nuestra vida, y es qué hacíamos con nuestra vida. Nosotros somos de Madrid, si volvíamos, no volvíamos, pero estábamos viviendo aquí tan bien, los niños en los colegios, todo ya encauzado, y optamos por quedarnos aquí y fue una decisión maravillosa y extraordinaria, gracias a Dios. Y tenemos ya seis nietos, mis hijos han desarrollado su vida aquí fantásticamente bien, nosotros aquí vivimos de maravilla, no nos podemos quejar absolutamente de nada. La gente encantadora, conmigo extraordinario.

Más allá de los de Malta, de los que ahora enseguida hablamos, ¿cuál ha sido tu mejor gol? De todos esos que te sitúan en lo más alto de ese ranking, ¿con cuál te quedas?

Bueno, para mí hay dos por lo que significan en mi vida profesional. Cuando debuto en el Madrid, yo debuto y marco los dos goles. Íbamos perdiendo en casa contra el Zaragoza, jugaba Radomir Antic, que fue el que me marcó, Antic, fíjate tú. Y claro, mi debut con dos goles, te puedes imaginar: en el Madrid, los dos goles, ganamos el partido, al día siguiente los periódicos no ponían el resultado, sino ponía 'Rincón 2 - Zaragoza…', tú sabes. Ganamos 3-2, eso no se me va a borrar. Igual que lo de Malta no se me va a borrar nunca. Luego hay otro gol también que es muy importante, que es el día que yo debuto con la selección en Zaragoza, que salgo también en el segundo tiempo y marco el segundo gol también.

Y luego, con el Betis, en el homenaje a Don Julio Cardeñosa, que fue mi primer gol con el Betis. Jugamos contra el Puebla de Pirri y Asensi, que se habían ido ellos al Puebla. Hombre, son goles… Me acuerdo en San Mamés que metí dos goles cuando el estreno de Zubizarreta, pues te puedes imaginar. Le hice dos goles, dos golazos. A N'Kono, que también le pasó lo mismo con el Español. Luego hay otro que le meto al Benfica que nos daba la clasificación en la Copa de la UEFA. Tengo muchísimos. Pero por el significado de los momentos, esos que te he dicho.

¿Y alguna anécdota? Porque vivir en Sevilla te habría generado unas cuentas, con la gente en la calle, los derbis…

Aquí se vive una dualidad extraordinaria. Aquí el Sevilla-Betis o el Betis-Sevilla es una cosa que si no la vives… Y ahora no es igual. Ya hace muchos años que no es igual, pero en mi época, yo cuando llegué al campo del Betis lo primero que me encontré en el vestuario, donde mi sitio, era un muñequito del Sevilla colgado así (hace el gesto de ahorcado). Y entonces me dijeron: 'Esto ya sabes lo que significa'. Yo, claro, no tenía ni idea, ya lo aprendí rápidamente, ya supe lo que eran los derbis y para mí los derbis han sido todos a vida o muerte.

"Cuando llegué al campo del Betis lo primero que me encontré en el vestuario, en mi sitio, era un muñequito del Sevilla colgado así (gesto de ahorcado)"

Era importantísimo, era que no podías permitirte el lujo de perder. Que hemos perdido muchas veces, pero mi vida la he puesto siempre ahí en esos partidos. Me han expulsado de esos partidos varias veces. He hecho de todo, he hecho de todo, he hecho de todo, de todo, de todo, de todo, absolutamente de todo. (Agita las manos y se ríe). La última vez que juego contra el Sevilla, que luego ya me retiro, le ganamos el partido y metí dos goles, o sea que figúrate el recuerdo que yo tengo del derbi, que yo me retiro ganándoles allí y marcando.

Sí, sí, pero esa risa del 'yo he hecho de todo', ¿qué hay detrás? Porque te ha pasado por delante lo que viviste…

Me han expulsado un montón de veces. Es que los derbis si no lo vives de aquí, y como yo lo he vivido y tantos años y no sé cuántos derbis he jugado, un cerro. Con la gente que era de verdad, como San José, como Pablo Blanco, como Pintiño, Álvarez. Unos futbolistas de verdad, de enjundia, de sentimiento, del Sevilla, y los que éramos del Betis, del Betis, de años. Esos han sido derbis como no te puedes imaginar y, luego, amigos, luego todos amigos. Luego salíamos, nos íbamos por ahí, no tenía que ver una cosa o la otra, una cosa era en el campo y otra cosa era afuera.

Poli Rincón habla del partido contra Malta.Relevo

Decías partido vida o muerte. ¿Cómo se califica ese España-Malta? Porque eso te he leído en alguna entrevista decir que a ti te cambió la vida profesional y personalmente.

A mí y a todos los que lo jugamos, pero te voy a decir una cosa. Mira, todos los españoles con los que yo he hablado, por todos los sitios, todos me han dicho una cosa: 'Porque yo esa noche hice esto, porque yo esa noche estaba aquí, porque yo esa noche estaba allí, estaba tal'. Todo el mundo sabe esa noche dónde estaba y lo que hizo, y eso ya te dice la repercusión que tiene el partido, 40 años después. Ese partido no solamente para mí, sino para todos para todos los españoles y para toda la historia del fútbol español ese partido ha pasado a los honores de la historia, del fútbol, no de España, del fútbol.

"Dios es de dos equipos: de la selección española y del Madrid"

Todo el mundo en países de por ahí, que yo he estado, por muchos sitios, saben de ese partido y hablan de ese partido, cómo se produjo. Nadie daba un duro por nosotros, los holandeses habían comprado el partido para que se jugara los dos partidos en Holanda. Eso lo han contado ellos, lo han dicho, la Federación pagó y tal. Y vamos nosotros y pasamos, que teníamos que meter 11 goles… Eso no se había visto nunca, en una fase final, donde te estás jugando una calificación. Mira tú por dónde, las cosas de la vida. Dios es justo. Dios es de dos equipos: de la selección española y del Madrid, así que ya me explicarás. Y del Betis, tal cual.

Lo del Madrid lo demuestra en cada Champions, ¿no?

Por eso te lo he dicho, por eso te lo he dicho. (Dice entre risas). Porque si alguien hace milagros ése es el Madrid, y puedes hacer un milagro, puedes hacer dos, pero 15 milagros, por ejemplo, ya no.

¿Tú qué pensaste? ¿Cómo lo viviste? ¿Qué recuerdas de aquel Villamarín que fue llenándose conforme fuisteis marcando los goles?

Estaba lloviendo cuando llegamos al campo, pero diluviando como no te puedes imaginar, que en Sevilla nunca llueve así, nunca, pero yo creo que Dios dijo: 'Lo voy a poner el campo así para que estos no puedan ni andar', y así fue. Entonces, cuando llegamos, el campo estaba medio vacío. ¿Qué pasó? A medida que pasan los minutos, sobre todo en el primer tiempo, que nos vamos 3-1 nada más al descanso, la cosa cambia: empieza uno, empieza otro y cuando terminó el partido estaba el campo lleno. Bueno, se tiró toda la gente al campo, bueno, bueno, bueno, aquello fue extraordinario.

Yo, de hecho, me fui con mi mujer, nos fuimos a pasar la Nochebuena a mi casa con mis hijos y llegamos a la Puerta del Sol con un taxi, me bajé, nos bajamos, y me conocieron. Niña, una hora y media después cogí el mismo taxi y me volví para mi casa, porque no pudimos andar. Dije: 'Mami, vámonos para casa'. Sin movernos de allí y, papam, papam, papam. Y una hora y media, nos montamos otra vez en el taxi y nos volvimos para casa, porque fue imposible. Nos ha marcado a todos, a todos nos ha marcado ese partido.

Y no sé si tiene algo que ver con aquel partido y tus cuatro goles o no, pero tu correo, que no desvelaré, claro, incluye la palabra póker.

Te cuento. No fue por eso. Yo he escrito un libro de póker. Bueno, un libro de póker, entiéndeme, un libro en plan de cachondeo, te puedes imaginar. Yo era de las únicas cosas que pensaba que en mi vida jamás podría hacer, pues he escrito un libro sin haber estudiado. Sin tener estudios, he escrito un libro. Bueno, miento, no he escrito yo el libro, yo lo he escrito y mi mujer, los dos juntos, porque la verdadera artífice de todo de mi vida entera es mi mujer. Si no fuera por mi mujer, yo no sería el que soy, ni hubiera hecho lo que he hecho en mi vida. Ha estado a mi lado siempre en todo, en lo bueno, en lo malo, en lo regular, en todo, absolutamente en todo. Llevamos 43 años casados, con eso ya te digo todo. Casados porque yo no he tenido novia, yo la conocí y le dije si quería casarse conmigo y me dijo que sí. El mismo día, la noche que yo la conocí.

¿En serio?

¿Tú no sabes la historia?

No. Cuéntamela, por favor.

Yo quedo con ella para hacerme una entrevista. Ella estaba estudiando periodismo y entonces me llama por teléfono, porque en aquella época te llamaban al teléfono fijo que había en tu casa. Dice: 'Yo te conozco', -porque, claro, ella me conoce a mí-, 'yo llegaré con un radiocasete, un cuaderno y tal'. Total, quedamos en un pub que estaba cerca del Bernabéu, en la Calle Orense en Madrid, se llamaba Milos, y cuando yo la vi entrar, yo dije: 'Dios mío, que sea ella, que sea ella'. (Dice cerrando los ojos). Así como te lo estoy contando. Efectivamente, se acercó y me dice: 'Mira, soy Beatriz'. 'Yo Poli, tal'.

Empezamos la entrevista, sacó allí toda la parafernalia, pero empezamos a hablar y la entrevista no empezaba. Y seguimos hablando y seguimos hablando y a las nueve de la noche le digo: 'Mira, te invito a cenar'. Y me dijo que sí, y ya seguimos hablando. Y a las doce de la noche estábamos en un sitio tomando algo -yo no tomaba copas, Coca-Colas estábamos tomando-, y estamos bailando lento, que se bailaba en aquella época, y en un pub, que era todo esto al aire libre, o sea que te quiero decir. Entonces me paré y le digo: 'Te quiero hacer una pregunta', dije, 'pero quiero que me contestes de verdad'. Dice: 'Pregunta'. '¿Te quieres casar conmigo?' Y me dijo sí. Le dije: 'Pero te estoy hablando en serio'. Dice: 'Yo también'. Digo: 'Entonces, vamos a llamar a tu madre para decírselo, porque si no, no me lo creo'. Efectivamente, llamamos a mi suegra y hasta hoy, hasta hoy, tal cual, literalmente, hasta hoy, 43 años casados. Eso es un regalo que me ha hecho Dios en la vida. Me ha hecho hombre, me ha hecho padre, me ha hecho abuelo, me ha hecho jugador, me ha hecho profesional, me ha hecho toda mi vida. Es lo que mejor ha pasado en mi vida. En mi vida no he tenido nada, ni mis hijos, mejor que mi mujer. Poco más te tengo que decir.

Me alegro, me alegro mucho. Y que os sigáis disfrutando infinitos años más.

Mira si soy egoísta, tan egoísta, que yo le pido a Dios irme antes que ella, porque yo no quiero estar aquí sin ella. Y yo sé que eso es ser egoísta, porque la que va a sufrir es ella, pero yo no podría.

Sería también tu gran apoyo cuando te perdiste la Eurocopa del 84 después de lesionarte para ti días antes. ¿Qué supuso para ti anímicamente? Te entrevistó José María García y estabas a lágrima viva…

Me lesiono marcando un gol contra Hungría, estiro el aductor de una manera, me tiraba para poder rematar y se me partió todo el aductor. Hombre, pues te puedes imaginar, y, además, llegando a la final. Son las cosas que pasan en la vida profesional, eso es el fútbol, lo amargo y lo dulce tienes que aceptarlo, pero como yo tenía al lado a mi mujer… Yo creo que ella lo pasó peor que yo, fíjate lo que te digo, ella lo pasó peor. Estaba embarazada de Bárbara. Si tú tienes alguien que te escucha, alguien que cuando tú estás muerto, estás mal, te da su pecho o su hombro, como tú quieras, y puedes llorar en él, mejor es imposible.

¿Qué pasó luego en México 86? No juegas ni un minuto y llegaste a querer abandonar la concentración.

Me cogió Camacho y el Lobo, y Gordillo, varios jugadores me cogieron porque yo me iba. Y te voy a decir una cosa, Miguel Muñoz para mí ha sido un padre, un padre, fíjate lo que te digo, un padre, lo que pasa que, en aquel momento, no te voy a decir las circunstancias ni lo que pasó, ya se ha quedado en el recuerdo y se ha quedado en la historia, luego ya entendí que bueno, vale, y me volví para arriba, me subí otra vez para arriba. (Se ríe). Pero sí me quise ir, porque no entendía en ese momento que pudiera pasar eso, y ya está. Y yo, como te he dicho, soy como soy. Yo cogí las maletas y: 'Bueno, pues me voy, ya está'. Quizás me equivoqué, quizás me equivoqué. El hacer las maletas y el querer irme, porque luego volví. Luego hablé con Miguel, estuve hablando con él, luego volví otra vez, pero en aquel momento lo entendí de una manera. La juventud, bueno. Las cosas, los errores que puedes cometer en la vida, ya está, pero no hay que darle más importancia. Te vuelvo a repetir, Miguel Muñoz para mí fue un padre.

Hablando de padres. Te pregunto por el tuyo. Porque has repetido que no tienes estudios, supiste muy pronto lo que era trabajar, desde los 14 años, decías. He leído que tu padre era mecánico y ¿quién vendía billetes de madrugada?

Mi padre. Mi padre trabajaba en un taller mecánico por el día y por la noche vendía billetes hasta la mañana en el metro, era taquillero en aquella época. Se llamaba taquillero complementario. Por la guerra él fue hasta condecorado. Te lo digo para que tú lo sepas, era de los rojos pero fue condecorado por Franco, fíjate tú que curioso: caballero mutilado de guerra. O sea, que no era cualquier cosa. Pero fíjate, trabajaba de taquillero complementario por la noche, desde las 10 de la noche hasta la 1 de la mañana, y por la mañana desde las 7 y media de la mañana hasta las 8 de la tarde, por el día. ¿Me vas a hablar a mí de trabajar? ¿Me vas a hablar a mí de humildad? ¿Me vas a hablar a mí de dónde vengo? De la Corrala, de la Calle Tribulete, de Lavapiés, nacido en un barreño en una cocina, ¿qué te digo más, cariño mío?

Poli Rincón, así.

Ya está, para bien y para mal. Unos me querrán, otros no me querrán, a unos les caeré mejor, a otros peor, pero soy de Lavapiés, de la Calle Tribulete, la Corrala.