SPORTING DE GIJÓN

Manfredo Álvarez, histórico de la radio en Gijón, recuerda a sus 'cachorros' con Juanma Castaño al frente: "Era un kamikaze, había que atarlo en corto"

El periodista asturiano nos habla de su Sporting, de su carrera dentro y fuera del club y de la caverna mediática sportinguista.

Manfredo Álvarez. /
Manfredo Álvarez.
Cristina Bea

Cristina Bea

Manfredo Álvarez (Gijón, 1965) sonríe, gesticula y dialoga profusamente al otro lado del teléfono, que gira en varias ocasiones para mostrarme El Molinón desde su ventana y el "pequeño museo" fotográfico que posee en una pared de su despacho. Lo hace orgulloso, igual que el periodista gijonés, del Sporting y viceversa habla de los periodistas Juanma Castaño, Edu Pidal, Ricardo Rosety, Antón Meana, Rodrigo Fáez y un amplio etcétera de comunicadores. "Todos estuvieron con nosotros en SER Gijón. Yo les llamo 'Mis cachorros'. Quizá el que menos tiempo estuvo fue Ricardo Rosety, pero a Juanma Castaño, Rodrigo Fáez, Edu Pidal y Antón Meana les considero mis cachorros. Yo siempre he dicho que se me ha dado mejor elegir a los buenos, que son mejores que yo, que hacer radio", comenta el mítico periodista de la radio asturiana, que recuerda jocoso los primeros pasos de Juanma Castaño detrás del micrófono. "Tenía que atarlo en corto, porque tenía más cara que espalda. Era extrovertido… Bueno, era un kamikaze. Es que le decías cualquier cosa y él se atrevía. ¿Sabes cómo le sancionaba, cómo le castigaba? Yo le sacaba tarjetas amarillas y tarjeta roja. 'Tienes dos amarillas, cuando acumules cinco, mes de suspensión, o roja directa, un mes de suspensión'. Y mes de suspensión, ¿sabes lo que era? No sacarle conmigo de copas. Él tiene 12 años menos que yo. Tenía 20 y yo 32 y estaba como loco por salir conmigo de copas y con mis amigos", dice entre risas Manfredo.

Mucho más serio relata su etapa como director de comunicación del Sporting de Gijón, entre 2012 y 2016, en la que vivió un descenso, un assaltcenso y llegaron a estar seis meses sin cobrar. "Ir al Sporting era lo máximo, pero acepté que si bajábamos a Segunda, me rebajaban el sueldo un 30%. La gente interpreta que te estás forrando y ganaba menos que en la radio". Y "esto poca gente lo sabe, te lo voy a desvelar ahora. Yo la temporada del ascenso fui dos o tres veces con el equipo, pero sí viajé por mi cuenta: el viaje en coche y el hotel lo pagaba yo. Había que recortar gastos", cuenta, entre otros muchos detalles y anécdotas de su carrera profesional en torno "al club de mi vida".

¿Cómo estás viendo al Sporting? ¿Puede ser el año del ascenso?

Yo sigo viendo que al Sporting le falta todavía un poquito para competir con equipos que tienen dinamita arriba, como el Almería, ahí está con Luis Suárez, con Leo Baptistao, con Pozo; el Granada, que tiene a Weissman, que tiene a Uzuni; un Levante que es un equipo muy rocoso, con su entrenador. Va a estar arriba el Sporting, pero no sé si le va a faltar un poquito, porque el hombre que tenía que marcar las diferencias, que es el ecuatoriano Jordy Caicedo, el único internacional absoluto que tiene ahora mismo el Sporting, no está jugando, no está teniendo ritmo de competición aquí, porque no le ponen tampoco. Juega los últimos minutos, no se ha estrenado como goleador. Bueno, marcó uno, que fue un disparo de Olaetxea que entraba, pero lo metió él, sí, lo empujó, pero tenía que ser un jugador diferencial, porque en las últimas temporadas, ¿al Sporting qué le faltó? Pues tener un delantero referente.

Djuka no fue capaz, Durdevic se fue a México y su sustituto tendría que haber sido como en su momento cuando se consiguió el ascenso con Manolo Preciado. Un Barral, un Mate Bilic, que vino en el mercado de invierno y que le dio ese plus al equipo. Pero es verdad que vemos a un Sporting que es un equipo más coral a la hora de marcar goles, con Otero, con Dubasin, con Gaspar. Bueno, vamos a ver, a veces… El último ascenso fue con 'Pitu' Abelardo y se consiguió a base de ser un bloque muy joven, muy sólido, que sólo había perdido dos partidos en toda la temporada, no marcaba muchos goles. Se los repartieron los Carlos Castro, Guerrero, Carmona, Pablo Pérez. A ver si este año sucede lo mismo.

La gente se ha identificado con el estilo de Rubén Albés, más alegre, más ambicioso que el que tenía con Miguel Ángel Ramírez, que vivió un poco de las rentas de que en las 16 primeras jornadas se metió en ascenso directo, luego tuvo un bache larguísimo, pero también es verdad que consiguió un final de Liga muy bueno, ganando tres de los cuatro últimos partidos y por eso se metió en playoff. Con el apoyo de la afición y con el convencimiento que parecen estar mostrando los jugadores, el equipo va a estar arriba. Ahora, subir, ya es otra historia.

Sin duda, y lo sabe bien el Sporting, que desde la temporada 2016-2017 no está en Primera. ¿Duele o uno se acostumbra?

No, yo no me acostumbro y, además, lo digo mucho en la radio y me surgen las críticas de la gente joven, porque son ya ocho temporadas consecutivas en Segunda división. Para los que ya tenemos una edad, quince años no es nada. Para un guaje, como decimos aquí, que tiene 25, quince años es más de media vida. Entonces, claro, para ellos ver al Sporting metido en playoff y que viajen 5.000 a Santander o a Coruña o a Miranda de Ebro, ya es una bomba, es una diversión y ya sabes que esta afición, además, viaja mucho, es muy festiva.

Para los que vimos el mejor Sporting de todos los tiempos, veintiuna temporadas consecutivas en Primera División, competirle las Ligas a Madrid, competirle la Copa del Rey al Barça y al Real Madrid, jugar Copa de la UEFA, que hubiera sido la Champions actual… Yo, todo lo que no sea estar en Primera división, a mí me duele. El otro día vino el equipo de empatar en Coruña, cuando tenía ganado el partido, y yo dije: 'Chico, yo, de verdad, no estoy contento. ¿Qué queréis que os diga? Yo estaré contento cuando el Sporting esté otra vez en Primera'. ¿Que mejor estar donde está ahora que estar en la cola de Segunda? Sí, pero yo creo que un histórico como el Sporting, que nos dio tantas alegrías y con una afición tan fantástica, que tiene 22.000 socios, que con cualquier desplazamiento hay seguidores del equipo, pues da un poco de rabia, sin dar nombres, que haya otros equipos en Primera y no esté el Sporting. Para nosotros, los más veteranos o los que estamos en ese perfil de los más antiguos ya, todo lo que no sea estar en Primera no se puede considerar un buen momento.

Dices que no damos nombres de los equipos que se miran con cierto recelo en Primera…

Están ahí, yo no quiero molestar a nadie. Será porque hacen las cosas bien. A raíz de que se puso en marcha la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, que ya han pasado 32 años, estos equipos pequeños que han tenido una economía saneada, que no han tirado la casa por la ventana, han esperado su momento y era algo impensable antes del año 92 ver a equipos del perfil del Getafe, del Leganés, del Eibar, del Numancia, del Girona en Primera. Y es que algunos no es que hayan estado de paso, es que llegaron, se consolidaron y estuvieron una buena temporada. Y mira tú ahora el Girona, jugando Champions. El otro día hubo pañolada porque tuvieron que pagar los abonados para ver al Liverpool. 'Ya, pero es que estáis viendo al Liverpool, el Girona', ¿qué queréis?'. Es que normal que haya que pagarlo.

Tú viviste, además, desde dentro el último ascenso del equipo. Fuiste director de comunicación del club desde febrero de 2012 a junio de 2016 y viviste el ascenso de la 2014-2015. ¿Cómo lo recuerdas? ¿Qué imágenes tienes?

Fue algo increíble, porque tú ten en cuenta que estábamos en una situación durísima. Yo tuve la fortuna de recibir esa oferta de entrar en el Sporting a principios del año 2012, yo me había ido de la SER, sin haberme pasado absolutamente nada raro. Sencillamente, que me llegó una oferta de la Radio Televisión del Principado de Asturias cuando estaba empezando a hacer la radio y me dieron la posibilidad de moldear una redacción de deportes en la radio a mi manera, con mi experiencia que había adquirido en la SER, la posibilidad de viajar a todos los desplazamientos con el Sporting y dar todos los partidos a nivel mundial gracias a las redes sociales y, además, hacer algo de televisión. Bueno, con mucho dolor me fui de mi casa, como sabes, luego lo hablaremos si quieres. Volví en el año 19.

Sí, un momento que he visto que tienes fijado en tu X.

Exacto, sí, sí. ¿Qué ocurre? Yo estaba muy a gusto en la Radio Televisión Autonómica, pero estos entes están expuestos a los cambios políticos, y hubo un cambio político en Asturias que llevó a Francisco Álvarez Cascos a ser presidente del Principado y quiso cerrar la autonómica, así de claro, dejó de pagar. Son entes públicos que necesitan la inyección económica de la Administración, y a mí me dicen en noviembre del 2011 que 'no vas a cobrar lo que estás cobrando, no te lo vamos a poder pagar. No sabemos si en enero siquiera se va a emitir'. Entonces, desgraciadamente, dije: 'Mira, voy a terminar la primera vuelta en diciembre y dejarme un hueco para buscarme la vida, no me plante ya en la segunda vuelta de la competición y no tener nada'.

Y estando ahí en ese impasse, me surge la posibilidad de ir al Sporting: el club de mi vida, primer director de comunicación, trabajó mi tío Pepe Ortiz 47 años allí, 30 como delegado, 17 como futbolista. Yo este año cumplo 50 años consecutivos de abonado del Sporting. Es decir, nunca me borré de socio, estuve pagando mi cuota a pesar de que desde el año 92 tenía el pase (de prensa). Para mí, ir al Sporting era lo máximo, en Primera, pero aceptando una circunstancia: que si bajábamos a Segunda, me rebajaban el sueldo un 30%. Que luego también podemos hablar del tema de las redes sociales, que la gente interpreta que te estás forrando. Claro, yo tampoco voy a contar eso, pero el Sporting desciende a los cuatro o cinco meses a Segunda y yo estoy ganando menos que lo que estaba ganando en la radio, y la gente creyendo que estás ahí con un sueldo de alto ejecutivo y poco menos que sin hacer nada.

"Ir al Sporting era lo máximo, pero acepté que si bajábamos a Segunda, me rebajaban el sueldo un 30%. La gente interpreta que te estás forrando y ganaba menos que en la radio"

Manfredo Álvarez Periodista y sportinguista

Entramos en una situación de bloqueo económico. Todo lo que iba a ser la posibilidad de crecer en el departamento de comunicación se viene abajo. Y avanzamos al 2015, que fue una cosa rocambolesca, porque el Sporting entra en una situación de que no hay dinero ni para pagar los periódicos. Estuvimos seis meses sin cobrar, seis meses. Tú imagínate lo que es una familia seis meses sin cobrar. Tienes que tirar de los ahorros, si los tienes, y si no, como pasó con los futbolistas, ayudando a los que menos tenían. Ese equipo hizo piña y consiguió algo histórico. Para mí, más histórico que cualquier otro ascenso, porque no se pudo fichar, todo jugadores de la cantera o jugadores que venían libres, y no cobrar, tener que pagarse prácticamente ellos las vendas, porque no había nada, y el futuro del club dependía de ascender un equipo con un presupuesto de los más bajos.

Bueno, pues se consiguió. Y no sólo se consiguió, sino que se perdieron sólo dos partidos en toda la temporada. Entonces, para mí fue una experiencia liberadora, sobre todo, y, además, yo en esos cuatro años estaba tan saturado que tomé en ese momento la decisión de seguir sólo un año en el Sporting. 'Voy a seguir un año en Primera y así me voy como llegué. Llegué en Primera y me voy en Primera si conseguimos la permanencia y ya nadie puede reprochar nada'. La permanencia del año siguiente fue tal la alegría para mí como el ascenso. Dije: 'Mira, que lo coja a otro' (Levanta los brazos y se ríe).

Hace unos días charlaba con Patxi Alonso, que también estuvo como director de comunicación, en su Athletic Club, también el equipo de sus amores, y me dijo: «No es lo mismo ser católico que trabajar en el Vaticano para el Papa».

(Sonríe y asiente). Sí, yo decía ser bombero o ser pirómano. Claro, al final, los periodistas, ¿para qué estamos? Para molestar y para contar lo que alguien no quiere que se cuente, y si tú estás de director de comunicación, tienes que tratar de evitar todo eso, y si encima hay algo que es un factor fundamental, que es el tema deportivo, que no depende de ti pero va a condicionar la visión que tienen los demás de ti, te genera un estrés… Que yo recuerdo, te lo puedo comentar como anécdota, cuando entro en el Sporting, el cargo de director de comunicación prácticamente no existía en el mundo del fútbol. LaLiga estaba obligando a los clubes a crear ese cargo. Existía el jefe de prensa, pero no el de director de comunicación.

Y entonces yo me empecé a mirar cosas por ahí, porque ya en Estados Unidos, en otros países, ya había directores de comunicación, el Dircom, y leo algo así: 'Consecuencias personales para los directores de comunicación'. Y ponía que la mayoría se divorciaban (se ríe), que entrabas en una situación familiar… Y se lo enseño a mi mujer y dije: 'Mira lo que te va a tocar'. Bueno, pues de milagro, de milagro porque te genera una dependencia, una situación de estrés emocional, que crees que todo tiene que pasar por ti, todo te preocupa, todo te afecta, no puedes abrir una red social sin que nadie te diga algo, porque, además, a mí en el Sporting me tocó que nadie tenía redes sociales de la cúpula, por decirlo así, del consejo de administración, entonces era el saco de los golpes y bufff, llegó un momento que era preocupante. No me puse en tratamiento, pero igual lo hubiera necesitado (Se ríe).

Luis Enrique posa con Manfredo Álvarez.
Luis Enrique posa con Manfredo Álvarez.

¿Y cómo llevaste esos seis meses sin cobrar? Desconozco cómo es tu economía, pero imagino que, en cualquier caso, es una incertidumbre importante.

No solamente fueron seis meses sin cobrar, sino que nadie te preguntaba si necesitabas algo, nadie. Por eso yo creo que también a mí me penalizó de cara a quienes gestionaban el club, que yo hice piña con el vestuario. Es decir, yo hice piña con el cuerpo técnico del 'Pitu' Abelardo, sus auxiliares, con Iñaki Tejada, con Gerardo Ruiz, con los masajistas, los médicos y con los futbolistas. Hicimos un poco de piña y, claro, un director de comunicación en realidad no puede hacer eso, tiene que estar más cerca de los dirigentes. Entonces, a los dirigentes yo creo que no les gustó mucho, pero yo tenía claro que tenía que estar con mi gente en ese aspecto.

Y, ¿cómo lo llevé? Yo lo pude llevar bien, porque te puedo contar mi situación personal. No tengo hijos, afortunadamente lo tengo todo pagado, mi mujer tuvo en su momento una empresa que le fue bien; la cerró, pero la cerró a tiempo, cuando aquella crisis del 2010, por ahí, y pudimos tirar de los ahorros. No tuvimos que andar pidiendo dinero ni créditos, pero sí es verdad, dinero que tienes a lo mejor a un plazo fijo, ahorros, dejas de hacer el viaje que hiciste el año anterior, que te fuiste a gastar no sé cuántos euros a un sitio, pues vas a un apartamento tuyo que tengas en cualquier sitio, o de un amigo. Al final, tienes que coger y reducir gastos.

Yo recuerdo una chica que trabajaba allí en el almacén de la ropa deportiva del club, estaba separada y tenía tres hijos. Yo no me quería casi ni acercar allí. Esta chica lo comentó, le estaban ayudando. La gente tiene una imagen de que el futbolista gana mucho dinero, pero eso es en Primera división, en Segunda división hay chavales que vienen de fuera y que tienen que pagar el alquiler. Si no lo pagas, te van a echar. Y la ficha a lo mejor la cobras a final de temporada. Entonces, hubo gente que pasó dificultades, ¿eh? Pasó dificultades y yo, afortunadamente, lo pude llevar bien, pero no es sencillo.

"Esto poca gente lo sabe, te lo voy a desvelar ahora. Yo la temporada del ascenso fui dos o tres veces con el equipo, pero sí viajé por mi cuenta: el viaje en coche y el hotel lo pagaba yo"

Manfredo Álvarez Periodista y sportinguista

Yo recuerdo que tenían una frase en las redes sociales. Había una crítica muy grande hacia los dirigentes, que decían que los que estábamos en el Sporting estábamos 'al calorín', como al lado de la chimenea, muy a gusto ahí, mientras el frío estaba afuera. Y yo les decía: 'Jolín, al calorín, y pasa un mes y pasa otro y pasa otro'. Yo tengo que pagar la comunidad, hay que pagar los gastos de la casa, hay que comer, hay que vestirse. Tengo un coche, ¿qué hago? ¿Vendo el coche? ¿Lo saco del garaje? Hay que echarle gasolina si tengo que viajar.

Cosas tan rocambolescas, Cristina, como que yo no viajaba a todos los desplazamientos del Sporting, y esto poca gente lo sabe, te lo voy a desvelar ahora. A lo mejor no viene mucho al caso, pero ya prescribió. Yo esa temporada del ascenso con el equipo fui dos o tres veces, nada más. Cuando el ascenso, en Sevilla con el Betis, al principio, pero luego no iba, porque había que reducir gastos de todo tipo. Pero sí viajé por mi cuenta, fui a varios desplazamientos, pero fui pagando el viaje. Lo único que no pagaba era la entrada, lógicamente, porque iba acreditado, pero yo me pagué mi viaje con mi coche y el hotel, lo pagué yo. Y, bueno, ¿qué vas a hacer? Es tu club. Hombre, luego lo cobré todo, lo cobré todo. Lo cobramos todo. Mi madre decía para animarme: 'Bueno, hombre, cuando cobres todo ya verás qué bien va a ser'. Y yo decía: 'Mamá, yo quiero cobrar, no tener un plan de pensiones'. Luego sí lo cobramos, en tres meses o así, pero lo cobramos porque ascendimos, si no, no se hubiera cobrado (Se ríe).

Bendito ascenso entonces.

Sí, porque se podría haber ido el equipo Segunda B de aquella, porque seguramente no iba a poder pagar los atrasos.

¿Cuál es el primer recuerdo, Manfredo, que tienes del Sporting?

Ufff. Yo alguna vez lo pensé y casi no lo recuerdo, porque es casi desde que empecé a gatear, por decirlo así, porque nosotros en nuestra casa vivíamos el Sporting de una manera muy cercana. Ya te digo, mi tío Pepe Ortiz, el marido de mi tía y madrina, hermana de mi madre, estaba en el Sporting. Ya había dejado el fútbol, él se retiró antes de nacer yo, pero cuando tendría yo 4 o 5 años ya me llevaba a los entrenamientos del Sporting y me metía en el vestuario con los futbolistas. Entonces, mi primer recuerdo del Sporting es más ese, el ir a los entrenamientos con los Quini, Churruca, Mejido, toda aquella gente, imagínate. Y luego ir al partido, pero casi era más ese recuerdo, o ir con mi padre un domingo por la mañana a ver al filial del Sporting, que se llamaba el Deportivo Gijón, donde jugaba Joaquín Alonso. Le mandamos un abrazo, que sabes que le ha dado un achuchón. Ése es mi primer recuerdo del Sporting, más que ir a un partido en El Molinón. Luego ya, evidentemente, he ido a todos los partidos, claro.

Manfredo, de niño, con Quini.
Manfredo, de niño, con Quini.

Nombras a Quini. ¿Cómo se define una figura como la suya?

Irrepetible. Y, además, me cuesta mucho trabajo no emocionarme cuando hablo de Quini, aunque haya pasado tanto tiempo, porque tuve la suerte de... Mira, mi primera foto que tengo vestido del Sporting con 3 o 4 años está Quini, está Churruca, está Jesús Castro y está Tati Valdés. De esa foto sólo queda Iñaki Churruca con nosotros. Entonces, tuve la fortuna de verle cuando empezó, de disfrutarle en los años dorados del Sporting, de vivir un regreso al Sporting después de irse a Barcelona y, luego, de ser su compañero en el club. Es un icono. Yo vivo frente al Molinón. Si giro luego el móvil, puedes ver desde aquí el estadio. Lo tengo ahí, mira, lo voy a hacer para que lo veas. (Gira el teléfono hacia la ventana, desde donde se ve el estadio). No sé si lo ves ahí al fondo.

Lo veo, lo veo.

(Se ríe). O sea, yo abro la persiana cada mañana y veo el templo, y ahí está la estatua de Quini. Yo tengo dos perros pequeños, un Teckel y un Jack Russell, los bajo todos los días a los jardines que hay aquí y todos los días veo a Quini. Entonces, para mí es lo máximo, sí.

Un Quini al que siempre se le perdonó que no hubiera nacido en Gijón, que naciera en Oviedo, ¿no? ¿Cómo se vive esa rivalidad?

Sí. (Sonríe y ladea la cabeza). Bueno, y Joaquín Alonso también, y vive en Oviedo. Ten en cuenta una cosa, que son las particularidades de una comunidad uniprovincial y de la rivalidad: Oviedo de Gijón está casi como Las Rozas de Madrid. Nadie interpretaría que uno de Las Rozas no es madrileño. Él nació en Oviedo, es verdad, pero luego él de crío ya fue a vivir a Llaranes, a Avilés. Nunca se le tuvo en cuenta. Y sí es verdad que Quini, como Joaquín, es tan querido, no igual, pero muy querido en Oviedo, a pesar de ser sportinguista confeso, su trayectoria está en el Sporting.

Pero, luego, Quini para eso tenía siempre mucha mano izquierda, siempre se preocupaba del Oviedo. Nunca entró en piquillas dialécticas de rivalidad, siempre fue un hilo conductor de la deportividad entre los eternos rivales. Con Quini el único momento dramático que hubo fue cuando él ficha por el Barça y en la primera temporada en el Barcelona, que es la temporada en que le secuestran -estuvo un mes, como él decía, de vacaciones en Zaragoza, gratis, estuvo metido en un zulo-, él juega la primera final de la Copa del Rey de la historia del Sporting en el Calderón en el año 81 y el Barça gana 3-1 y Quini marca dos goles. Entonces, claro, es que papá nos ha quitado el pan y nos ha dejado con el hambre a los hijos. Eso sí que yo recuerdo, yo era un crío ahí, tenía 15 años, y en algunos bares de Asturias se dio la vuelta a la foto de Quini (hace el gesto y se ríe). Estuvo castigado. Pero luego cuando volvió, volvió el hijo pródigo. Eso fue lo que dolió aquí de Quini en su momento, pero claro, él hizo lo que tenía que hacer (Dice y levanta los brazos).

Quini, Cañizares y Manfredo Álvarez.
Quini, Cañizares y Manfredo Álvarez.

Él hizo su trabajo como empezaste tú a hacerlo en la radio, en la SER, en el año 92, pero no vinculado al fútbol, sino a las bicis, que creo que es otra de tus grandes pasiones.

Exactamente, es que mi primer trabajo en la SER fue la Vuelta Ciclista a Asturias, pero yo ya iba a entrar, ya había hablado con el director de la radio entonces, con Javier Asenjo, y él ya me había dicho que iba a entrar como jefe de Deportes, sin hacerme prueba. Y, además, fue una cosa muy curiosa, porque yo no estudié Periodismo, nunca lo dije.

Estudiaste cuatro años de Derecho, te iba a preguntar por ello.

Sí, y dejé Derecho por la radio, y mucha gente me lo reprochó en su momento. 'Pero, ¿cómo lo dejas? Termínalo'. 'No me apetece, porque me quedan dos años'. Eran cinco entonces, y soy hombre, no puedo estar a dos cosas (se ríe). Entonces, me volqué con la radio, que era mi pasión. Entonces no había Periodismo en Asturias, ni lo hay ahora. 35 años después seguimos sin Periodismo en Asturias. Había que ir a Valladolid, había que ir a Salamanca, a Madrid, a Pamplona, creo que también lo había, y yo no era tampoco un estudiante de notable y digo: 'Voy a hacer a mis padres gastar dinero'. Mi padre estaba vinculado al mundo del Derecho, era oficial de notaría, y dice: 'Mira, tú si terminas esto, vas a tener trabajo', y como en la radio no sabía lo que iba a pasar… Pero surgió, yo hacía radio en una emisora de estas alegal, que todavía existe, se llama Radio Kras, y llevaba ahí cuatro años haciendo radio, hacíamos un programa de deportes, y ahí la SER me escuchó y tuve yo esa oportunidad.

Lo primero que hice fue en el mes de junio la Vuelta Ciclista a Asturias y luego ya entré como jefe de Deportes con todo lo del Sporting y mira lo que es el ciclismo también, esa década de los 90 fue espectacular, con los mejores aquí en el Principado. Tuve la fortuna una vez que salí del Sporting en el año 2018 de hacer una Vuelta Ciclista a España entera con el departamento de prensa de Unipublic y fue una grandísima experiencia; agotadora, pero muy buena.

Dices que sigue sin haber Periodismo en Asturias y es un poco una metáfora de lo que ocurre con los periodistas asturianos, con la cantidad que hay fuera de allí. No quiero dejarme a ninguno, pero vaya, los Juanma Castaño, Edu Pidal, Edu Castelao, Rodrigo Fáez, Antón Meana, Ricardo Rosety… Vaya cantidad de periodistas que están en primera línea de los medios de comunicación salidos de Gijón. ¿Esto tiene alguna explicación, Manfredo?

Pues que será como el fútbol, que se nos da bien. O, por lo menos, la comunicación. Y es curioso porque de todos los que has nombrado, excepto Edu Castelao, todos estuvieron con nosotros en SER Gijón. Yo les llamo 'Mis cachorros'. Quizá el que menos tiempo estuvo fue Ricardo Rosety, pero a Juanma Castaño, Rodrigo Fáez, Edu Pidal y Antón Meana les considero mis cachorros. Yo siempre he dicho que se me ha dado mejor elegir a los buenos, que son mejores que yo, que hacer radio. Teníamos una escuela de radio, por eso que te decía también: la Cadena SER en su momento había dejado de emitir en Gijón. Radio Gijón pasó a la Cadena COPE y aquí lo que había era Radio Minuto. Se decidió volver a emitir la programación de la Cadena SER en Gijón, a pesar de que Radio Minuto funcionaba muy bien. Era una fórmula que sólo funcionó en Málaga, en Barcelona y en Gijón. Aquí batió todos los récords posibles de audiencia esa fórmula de música, noticias y deportes que se daban tan bien, y en ese paso a la Cadena SER hicimos como un poco escuela para entrar gente joven. Teníamos un programa que se llamaba 'Jóvenes y Campeones', que era de deporte juvenil, y ahí eran críos que iban al colegio y hacían radio, como Juanma Castaño, como Antón Meana y como Ricardo Rosety.

Sobre Juanma Castaño: "Yo se lo había dicho a Paco González: 'Tengo aquí a una guindilla que vas a flipar'. 'Pero, ¿cómo vamos a poner a un chaval con 16 años a hacer inalámbrico? Nos saltamos toda la normativa posible, y lo hizo de cine"

Manfredo Álvarez Periodista y sportinguista

Y luego, ya después, gente que estudió en Salamanca Periodismo, como Edu Pidal y Rodrigo Fáez sí que entraron, por pruebas. Fueron a hacer la prueba, lo hicieron muy bien y se quedaron. Pero es que la anécdota, lo más curioso de Juanma Castaño, que todos sabéis que para mí es como mi hermano pequeño, es que él debutó en Carrusel Deportivo a nivel nacional en un partido de Copa de Rey entre el Deportivo de la Coruña y el Sporting con 16 años. O sea, nos saltamos toda la normativa posible, porque nos podrían haber hasta sancionado por explotación infantil (Se ríe). Y lo hizo de cine.

Yo se lo había dicho a Paco González: 'Tengo aquí a una guindilla que vas a flipar'. 'Pero, ¿cómo vamos a poner a un chaval con 16 años a hacer inalámbrico?'. 'Paco, que ya verás, que a este hay que atarlo en corto pero es un elemento que me está sorprendiendo'. Y, efectivamente. De hecho, después de tres o cuatro años, él me viene un día y me dice: 'Manfre, creo que voy a ir a probar a Madrid, a ver si tengo la oportunidad'. Y dije: '¿Cómo 'crees'? Es que debes ir. Aquí, este sitio se te va a quedar corto. Tienes que ir allí. Estás en la edad, tienes 23, 24 años, tienes que ir ya'. Y, bueno, tuvo la posibilidad de triunfar. Y Juanma no hizo Periodismo tampoco. Y Ricardo Rosety tampoco. Los que tienen la formación de Periodismo son Edu Pidal, Rodrigo Fáez y Edu Castelao. Antón Meana también. Sí, pero los otros son comunicadores.

Son gente que tiene el talento innato. Como yo les digo: '¿Dónde se saca el carnet para ser futbolista? ¿Dónde se saca el carnet para ser torero?'. Otra cosa es que tú quieras ser luego director de un periódico, gestionar una empresa, pero para ser comunicador y hacer bien la radio a mí no me vale que saques un 10 en un examen de Periodismo si luego le tienes miedo al micrófono.

Manfredo Álvarez junto a Juanma Castaño.
Manfredo Álvarez junto a Juanma Castaño.

¿Por qué dices que había que atar en corto a Juanma?

Porque tenía más cara que espalda. Era extrovertido… Bueno, era un kamikaze. Es que le decías cualquier cosa y él se atrevía. De hecho, por eso en Madrid pegó tantos saltos. Yo recuerdo cuando era aquel Carrusel que hacían los sábados por la tarde, que le mandaba Paco González a la presentación de una película y era el primero que metía a la actriz de turno, al actor. De La Morena le llevaba a La Vuelta. No sabía nada de ciclismo en ese momento, pero yo le decía: 'Metete en ciclismo, que con lo aguililla que eres tú... Y él se peleaba con José María García en la meta. Entonces, él se ganó su sitio. Era muy rápido. Y es. Es muy rápido. Tiene reprís a la hora de repreguntar, a la hora de... Sabe dónde está la noticia, sabe lo que tiene que preguntar. No te hace la pregunta tópica y, en aquel momento, lo que pasa es que no tenía respeto de nada. (Se ríe).

¿Sabes cómo le sancionaba, cómo le castigaba? Yo le sacaba tarjetas amarillas y tarjeta roja. 'Tienes dos amarillas, cuando acumules cinco, mes de suspensión, o roja directa, un mes de suspensión'. Y mes de suspensión, ¿sabes lo que era? No sacarle conmigo de copas (Se ríe). Él tiene 12 años menos que yo. Tenía 20 y yo 32 y estaba como loco por salir conmigo de copas y con mis amigos. Le llevaba a los sitios, las chavalas, por ahí y tal, y, entonces, el mayor castigo que tenía era castigarle sin salir de copas. Y luego andaba firme una semana, luego ya nada (Se ríe).

¿Y qué le hacía ganarse esas tarjetas amarillas? Porque sí que lo atabas entonces en corto…

Cualquier cosa, cualquier contestación que me daba, qué sé, mil cosas. (Se ríe y gesticula con los brazos). Un trasto era. Ahora mismo no te puedo decir un ejemplo, pero es que era cualquier detalle: que hacía cosas por su cuenta, que lo hacía bien, pero '¿no te dije que hicieras esto otro?'. Chorradas.

Cuentas esta anécdota, pero la anécdota inicial es que él llega a ti en esa edad escolar porque va a pedir el teléfono de Abelardo para una entrevista en la revista del colegio, ¿no es así? Y tú lo pones al frente de 'Jóvenes y Campeones'.

Bueno, sí, era uno más. Estaba con Ricardo Rosety ahí, con alguna gente más. David González también pasó por ahí. Y, efectivamente, él entró por la puerta, no había móviles de aquella, y me fue a pedir el teléfono de Abelardo y dije: 'Mira, yo no te lo voy a dar, pero llamo a Abelardo y si él quiere que te lo dé, le llamas, pues ya está'. Y así lo hicimos. Y luego él volvió a la radio, porque fue a hacerme una entrevista a mí, porque yo estudié en el mismo colegio que él, en el Colegio de la Inmaculada de Gijón, y yo ya era una persona conocida en la ciudad y tal. Y él me hizo esa entrevista y ya la segunda vez que fue yo ya comenté a la emisora: 'A éste hay que meterlo aquí, darle una oportunidad, porque me hace unas preguntas y tiene un reprís, lo veo yo, y una naturalidad que vamos a hacerle la prueba, pero tiene que entrar'. De hecho, nosotros hacíamos unas pruebas que eran, ponte, diez preguntas teóricas de temas de fútbol en general y luego otra prueba que era ante el micrófono, por ejemplo, leer un teletipo, y lo que fue el examen escrito fue uno más, pero es que luego lo bordaba en antena. Cómo interpretaba lo que tenía que leer… Y entonces, se quedó y luego ya vimos que tenía mucho talento para esto. Y, bueno, ahí está, la prueba está.

Qué orgullo, ¿no?, ser el descubridor o como te definas tú respecto al que llamas tu hermano pequeño.

Sí, pero yo también digo que no me voy a marcar ningún mérito que no tenga. Como si alguien dice que sabía que Villa iba a llegar a donde iba a llegar el Guaje. No. Porque, además, Villa fue un futbolista tardío. Villa no fue internacional juvenil por Asturias, en las categorías inferiores. Si era hasta suplente en el filial. Despuntó con 18 años y quién iba a saber que iba a ser máximo goleador de la historia de la Selección española, campeón de Europa, campeón del mundo... Muy difícil.

Yo, decirme: '¿Sabías que Juanma iba a ser muy bueno en la radio?'. Sí, eso sí, eso lo vi rápido. Y cuando ya lleva dos años conmigo y le pongo a hacer inalámbrico y lo hace mejor que nadie, y un día tiene que venir a la Vuelta a Asturias y lo hace mejor que nadie, y en la radio cogió y presentó programas como 'La Ventana' local o el de 'Hoy por hoy' lo hizo en Gijón y lo hacía perfecto, decías: 'Este tío vale, vale para dedicarse a esto'. Ahora, ¿vale para ser líder de la radio deportiva española todas las noches? Pensar que puedes conseguir eso es muy difícil. Hombre, cuando ya tiene una trayectoria, sí lo estás viendo venir, va a ser lo que él quiera. Y lo consiguió en la tele y en la radio.

Y para mí claro que es un orgullo. Le intento sacar los ojos cuando viene aquí, para que me invite: 'Que yo no pago nada. Ya te pagué en su momento'. (Se ríe). No, es broma. Yo voy a su casa, a Madrid, somos muy amigos y le bromeo mucho eso. 'Tenías que tener un porcentaje de lo que estás ganando'. ¿No paga la SGAE a los cantantes? Pues tú tienes que hacer lo mismo'. (Se ríe).

Villa, junto a Manfredo Álvarez.
Villa, junto a Manfredo Álvarez.

Sois muchos los periodistas sportinguistas y se os conoce como la caverna sportinguista. ¿Cómo te suena a ti? ¿Te gusta?

Eso lo hicieron en Radio Marca.

Sí, Pablo García Cuervo, allí era la 'Caverna Mediática Sportinguista'.

Fue a raíz de que en el Barcelona empezaron a llamar la caverna madridista, ¿te acuerdas? Que decían que era un poco como la resistencia al barcelonismo y tal, y es verdad que los sportinguistas somos muchos y acabamos siendo un poco cansinos, porque hay tantos… Es que llegó un momento que teníamos sportinguistas en la Federación, sportinguistas en LaLiga, sportinguistas en El Mundo, en la COPE, en Onda Cero, en La SER, en Punto Radio... Era un poco abrasivo, y entonces ellos se llamaron a sí mismos la caverna sportinguista. Y hay más, porque hay gente en su momento que tenía mucho tirón con el Sporting a nivel nacional: Gaspar Rosety, Pipi Estrada, Pedro Pablo Parrado... Toda esa gente que ya son anteriores a nosotros, también eran y son reconocidos sportinguistas. Tenemos una continuidad desde los años 70 y 80 hasta nuestros días de estar muchos sportinguistas en los medios de comunicación. Yo creo que la mayoría de la gente nos quiere, creo. Un poco cansinos, porque estamos todo el día con el Sporting, pero… (Se ríe).

Y siempre andamos a vueltas con la objetividad y con los colores de los periodistas. En vuestro caso, no sólo no lo ocultáis sino que presumís de ello. ¿Entiendes que esto pueda generar algún tipo de recelo o de controversia o está admitido?

Sí, pero yo creo que fue porque tocó un momento en el que eso se promocionó. Yo empecé en el año 92 en la SER y en Carrusel se produjo también un cambio, que fue la llegada de Paco González y de un equipo totalmente nuevo y de gente muy joven como Antonio Romero, Antonio Ruiz, con Alcalá, con Pacojó, Manolo Lama y toda esta gente. Entonces, Paquito era muy favorecedor de que el periodista del lugar de la emisora se pusiera un poco la camiseta. Que eso no significa que si tú ves un penalti en contra del equipo local, no lo digas, pero él lo favorecía. Anteriormente, los José Joaquín Brotons, José María García, Paco García Caridad, toda esta gente que triunfó, nombres míticos, Roberto Gómez -bueno, es un verso libre Roberto Gómez (se ríe)-, no solían decir de qué equipo eran.

Pero en el caso de los asturianos que fueron a Madrid yo creo que eso les beneficia, porque al final ellos dicen: 'Soy del Sporting y nada más', como somos muchos. Porque a mí me dicen muchas veces: '¿Qué eres, del Sporting y de quién más?' 'No, no, no, de nadie más'. 'Ah, ¿no eres del Madrid?' 'No, no'. 'Entonces, del Barça'. Pero no, no, yo soy del Sporting y de donde están los amigos, y yo creo que a los demás también les pasa. Me gusta que gane el Villarreal porque está Marcelino. Me gusta que gane el PSG porque está Luis Enrique y es mi amigo. El Barcelona es verdad que llevó más jugadores del Sporting que el Madrid: estuvo Luis Enrique, estuvo Abelardo, estuvo Villa, en su momento Quini. Ahora me gusta que le vaya bien a José Alberto López en el Racing… Entonces, yo creo que eso a los periodistas asturianos, a los sportinguistas, en Madrid les vino bien.

Hablamos de los periodistas que se fueron a Madrid. Tú te quedaste en casa, ni siquiera cuando Juanma fue a la COPE. ¿No se te planteó el irte a Madrid? ¿No te lo planteaste nunca?

No, y te explico por qué. Y eso que mucha gente me lo decía. Yo empecé un poco tarde en esto de la radio, con 25 años. No es lo mismo que Juanma, que empieza con 16. Yo cuando empiezo en la radio ya tengo una relación estable con la que sigue siendo mi mujer, increíblemente, y cuando empiezo a tener un poquitín de éxito en la SER, que nos ponemos líderes de audiencia, la SER nacional me da mucho protagonismo en Carrusel y en El Larguero, irme a Madrid para mí era una dificultad enorme, ¿por qué razón? Porque, de mano, no te pagan lo que luego puedes llegar a ganar si tienes la suerte de triunfar, como es el caso de Juanma Castaño.

Tú tienes que ir ahí casi con una mano adelante y otra atrás, ser uno más. Yo aquí era cabeza de león, no de ratón, de león. El Sporting en Primera, líderes de audiencia y tenía un sueldo aceptable para una emisora local. ¿Y qué se añadía? Lo que te dije al principio de la grabación. Mi mujer con su familia tiene una empresa en la que ganaba más dinero que yo, bastante más, yo eso no lo tengo por qué ocultar, para mí mejor (Se ríe). ¿Qué ocurre? Si ella tiene que dejar su trabajo para venir conmigo a Madrid, estamos vistiendo un santo para desvestir otro, y no veía la opción. ¿Qué otra opción surgió? El Sporting desciende en el año 98 a Segunda. Yo ya llevaba seis en La SER, y tanto Paco González como José Ramón De la Morena me querían en El Larguero y en Carrusel, y a mí me surgió la posibilidad de ir a La Coruña. Hubiera vivido el Superdépor. Querían hacer un cambio allí, como hizo la COPE que fichó a Germán Dobarro. Y fue lo mismo, mi mujer: 'Nos vamos a separar si te vas, no sé qué'. Entonces, pedí una cosa a La SER para que no me lo dieran, y no me lo dio. Me quedé en Gijón. 'Si voy, me pagáis el piso, si me pagáis el doble…'. No da para tanto la radio, ¿sabes?

"Ya llevaba seis años en La SER y me surgió la posibilidad de ir a La Coruña. Hubiera vivido el Superdépor. Y fue lo mismo, mi mujer: 'Nos vamos a separar si te vas'. Entonces, pedí una cosa a La Ser para que no me lo dieran, y no me lo dio"

Manfredo Álvarez Periodista y sportinguista

Y luego yo sí estuve en contacto con la COPE, lo puedo decir, en el impasse de la autonómica y el Sporting. Hablamos, pero justo cuando estábamos a punto de cerrarlo, me llamó el Sporting. Y luego, cuando yo salgo del Sporting, pues realmente tampoco surgió. Ellos ya tenían su equipo hecho y luego el Sporting baja al año siguiente. Las emisoras de radio no tienen la capacidad económica que muchas veces se cree la gente que está en Madrid. Además, cada vez hay más programación nacional, menos programación local y bueno, no surgió la posibilidad. Yo no lo veía claro tampoco, porque tampoco quiero ofender a nadie, pero SER Gijón, aquí en Asturias, es un oasis de una emisora local.

Esta emisora está entre las 15 mejores consideradas de España. De España. Mira todas las que hay en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao, etc. Nosotros somos en esta emisora 16 trabajadores. Es que en una emisora local de otra cadena igual son cuatro. Entonces, era volver a mi casa, tranquilidad, y regresar en enero del 2019 fue un poco cerrar el círculo. Complicado, porque es muy difícil salirte de la radio y volver. Y luego, evidentemente, las condiciones las pierdes, pero no me puedo quejar, porque también me ha permitido hacer muchas más cosas, desde participar en documentales de Quini, ser comisario de una exposición que hubo aquí de los hermanos Castro en la Feria Internacional de Muestras de Gijón, de escribir un libro para la Thyssen, un trabajo de documentación ahí, ir a una Vuelta a España, llevar redes sociales a algunas empresas. Un poco de todo. Al final estamos siempre aprendiendo.

Hablas de empresas y me has generado mucha curiosidad con la de tu mujer. ¿A qué se dedicaban?

Era una empresa del metal llamada Metal Otero y otra, Mecanometal. Mecanometal era de corte de hojalata y la otra, corte de hierro. Compran las bobinas de Arcelor, que es la gran siderurgia que tenemos aquí en Asturias, y el cliente, ¿qué le pedía? Por ejemplo, vallas o quitamiedos, y se cortaba según necesitaba el cliente. Y la otra que era de hojalata, pues bobinas de hojalata para, por ejemplo, latas de pintura, las latas de conserva o latas de melocotón en almíbar.

Y era una empresa que fue bien, pero también hubo aquella crisis tan enorme. Arcelor pasó a manos de Lakshmi Mittal, que es un empresario indio, y al final los grandes, como en todo, te acaban absorbiendo. Tú fíjate lo que es, la empresa funcionaba muy bien, pero no recibía el material que necesitaba de Arcelor. Es como si tú tienes una cafetería y tienes a cien clientes esperando en la calle porque no tienes cafés para darle porque el del café no te lo suministra. Pero cerraron sin deuda, sin nada. Cerraron muy bien. (Se ríe). No nos podemos quejar.

¿Y tu mujer es futbolera, Manfredo?

¡Qué va! Nada. Yo la llamo 'Subecarros'. Va al ascenso, va con la permanencia, a la fiesta. A esto viene. Conmigo viajó, vino a los desplazamientos, pero no entraba al campo. No, no, no, nada, nada. Y además, es curioso, porque la mayoría de mis amigos tampoco son futboleros. Pasa así. Con ella sólo compartimos afición taurina. Es taurina. Menos que yo, pero sí, sí. Yo recuerdo una anécdota con ella en Soria, partido contra el Numancia, de aquellos de Canal Plus, del domingo a las 12. Yo había hecho amistad con la gente de Numancia, por aquellas famosas eliminatorios de Copa, cuando eliminó al Racing, al Sporting, a la Real Sociedad, y luego jugó con el Barcelona, de Raúl Ruiz y todo aquello, y era el partido a las 12 y me dijeron algunos de los directivos:

'Veniros aquí a las 10 y media y tomáis un café con nosotros y no sé qué', y yo: 'Bueno, vale'. Yo llevaba dos acreditaciones y dije: 'Entra conmigo, tomas el café y te quedas ya al partido'. Entró, tomó el café y cuando iba a empezar el partido salió y le dijo el portero: 'Oiga, si sale, no puede volver a entrar'. Decía: 'Ya, ya, ya lo sé. No se preocupe'. (Se ríe).

"Ser taurino en Asturias es como ser un esquiador senegalés, porque aquí se viven los toros durante la Feria de Begoña, pero durante el año no"

Manfredo Álvarez Periodista y sportinguista

Dices, y ya terminamos, que compartís pasión taurina y decir esto hoy en día es materia delicada.

Sí, sí, por eso lo digo y no quiero profundizar, pero sí. Sí, sí. Yo no molesto a los antitaurinos, que no me molesten ellos a mí, nada más, pero sí. (Levanta las manos y sonríe). Además, yo digo a veces que ser taurino en Asturias es como ser un esquiador senegalés (se ríe), porque aquí se viven los toros durante la Feria de Begoña, pero durante el año no. Pero yo sí, yo he hecho cursos taurinos y todo, sí, sí, me he puesto delante de una becerra.

¿Y qué tal la experiencia?

Increíble. Por cierto, si hay algún animalista: no se le hace nada a la becerra, son tentaderos que se les prueba para ver si verdaderamente pueden luego ser madres de toros. Se hace un tentadero de verdad, pero no se le hace nada. Se marcha por donde vino. Y te permite conocer ganaderías, viajar, un mundo que para mí es apasionante. Yo creo que hay mucho desconocimiento también, porque solamente se ve lo de la muerte del toro, pero no vamos a entrar en ese debate. Y a mí me encantó. Mira, voy a darte la vuelta aquí al móvil para que veas. Mira, ahí, con Paquito, Lama. Mira si conoces a ese (Fernando Alonso). Y los taurinos por aquí, mira. Tengo aquí mi pequeño museo.

Un buen museo.

Con Pepe (Domingo Castaño), Induráin… Yo tuve pelo, ¿eh? Mira. Y jugué al fútbol.

Eso te lo habría preguntado Ricardo Rosety en 'El Pelao', que cuándo te quedaste calvo, o Juanma, que también lo preguntó el otro día al…

¡Al entrenador del Celta! (Dice rápidamente). Se lo dije yo, dije: 'Te puso en tu sitio'. Porque le dijo el entrenador del Celta: 'Bueno, nosotros no tenemos el complejo que tienen algunos'. Sí, sí. Bueno, yo soy un calvo digno, yo no me puse pelo. Ahora ser calvo es una decisión propia, porque se puede poner pelo casi todo el mundo. Casi todo el mundo, porque no a todo el mundo le prende, tenemos alguno que no le prende.

¿Tampoco le ponemos nombre?

Bueno, yo creo que Rafa Nadal lo está pasando mal con eso. (Se ríe). Pero bueno, no necesita pelo. Como dice un amigo mío: ¿Viste alguna vez un burro calvo? Pues eso. Todos los burros tienen pelo.