MUNDIAL 86/ MUNDIAL 2022

Diferencias y semejanzas entre las 'Argentinas' de Maradona y Messi

La albiceleste que Leo conduce hacia la gloria eterna le aguanta la comparación a la que Diego llevó a ganar el Mundial de México hace 36 años.

A la izquierda, Maradona levanta la Copa del Mundo de 1986. A la derecha, Messi celebra el triunfo de Argentina sobre Croacia en la semifinal contra Croacia/
A la izquierda, Maradona levanta la Copa del Mundo de 1986. A la derecha, Messi celebra el triunfo de Argentina sobre Croacia en la semifinal contra Croacia
Enrique Ortego

Enrique Ortego

Por más que sepamos que las comparaciones son todas odiosas, o al menos eso nos enseñaron cuando llevábamos pantalón corto, casi todos los ámbitos que nos rodean, nos incitan al cotejo y al parangón y el entorno futbolístico no iba a ser menos. Todo lo contrario. Lo exige a gritos. Lo último de lo último es equiparar a la Argentina que Maradona  condujo al Olimpo de la gloria en el Mundial de México 86 con ésta que Messi ha colocado ya en la final de Catar 2022. A simple vista, tienen muchos puntos en común, pero también diferencias que las podrían hacer incomparables.

Entre las semejanzas, la más arraigada, es la del supremo liderazgo de sus dos grandes estrellas (Diego y Leo) y después todo lo que les rodea: sendos colectivos convencidos de que tienen que pisar por las huellas de sus respectivos mesías y que, de su mano y bajo su cobijo, no hay objetivo imposible. Aquel equipo del 86 elevó a la máxima expresión su sentido 'fuenteovejunesco' del 'todos para Maradona' y éste de ahora palpita al ritmo del corazón de Messi. Además, como envoltorio, se trata de dos equipos futbolísticamente bien armados, con un gran contenido táctico, y que ha ido cogiendo cuerpo a lo largo del Campeonato.

Resumen del Argentina 3 - Croacia 0.Mediapro

Entre las disparidades, la principal hay que buscarla y encontrarla en el banquillo. El seleccionador de entonces, Carlos Salvador Bilardo, a sus 48 años, acumulaba 15 años de experiencia como técnico, y había pasado por Estudiantes de la Plata, Deportivo Cali, San Lorenzo de Almagro, Deportivo Cali, selección colombiana y vuelta a Estudiantes... Sin embargo, Leonel Scaloni, 44 años, recién comienza su etapa como entrenador, aunque sus primeros pasos no pueden estar siendo más convincentes: finalista del Mundial.

"Pibes en la valija metan el traje más elegante que tengan y una sábana blanca. El traje es por si salimos campeones, la sábana es por si nos eliminan a la primera y nos tenemos que ir a vivir a Arabia". Estas fueron las palabras que Bilardo dijo a sus jugadores antes de concentrarles en 'Alcatraz', que así llamaban los elegidos el lugar elegido en México D.F. por el técnico para preparar el Mundial. Aquella Argentina sorprendió a los cronistas más defensores de la táctica con una disposición que resultaba más o menos novedosa para la época. Según Bilardo, todo un invento suyo. Para otros técnicos, como John Benjamín Toshack, una pizarra que él ya utilizaba desde un año antes en la Real Sociedad y para sus críticos más recalcitrantes, todos fieles seguidores de Menotti, la nomenclatura numérica (1-3-5-2) no se ajustaba realmente a la ocupación de los espacios en el campo por parte de los jugadores.

Valdano detrás de Briegel

Disputas tácticas al margen, el caso es que la albiceleste, con el paso de los partidos, se ajustó como un guante a esa defensa de tres (Ruggeri-Brown-Cucciufo); dos centrocampistas (Giusti y Olarticoechea) reconvertidos en laterales; un medio-tapón clásico (Batista); dos interiores (Enrique y Burruchaga); el '10' a su aire y Valdano como único delantero. Bilardo presumía de haber montado un equipo para que Maradona solo tuviese que aparecer cuando su equipo tuviera el balón. Ni una carrera para defender. El único liberado. Todos los demás, marcajes al hombre, hasta Valdano, que, en la final contra Alemania, tenía que perseguir por todo el campo a su lateral, Briegel, un gigante de 190 centímetros y cuerpo de halterófilo.

Aquella Argentina ganó el Mundial invicta: seis victorias y un empate ante Italia en la fase de grupos. Marcó 14 goles y recibió cinco, dos en la final. Bilardo montó una nómina a su imagen y semejanza. Todos soldados, más el general Diego. Hasta 'sacrificó' al capitán Passarella por unos presuntos problemas estomacales que no eran tales y se inventó, en su puesto de líbero, a Brown, que en ese momento no pertenecía a ningún club. La mayoría de los jugadores que militaban en clubes argentinos, 15 y sólo siete actuaban en el extranjero, entre ellos Maradona, Valdano (Real Madrid) y Burruchaga. El técnico utilizó a lo largo del Campeonato a todos los jugadores de campo menos al delantero Almirón, que llevaba el número 1 en la camiseta por aquello del orden alfabético. Una manía más del seleccionador, campeón del mundo también en cábalas. Tampoco alineó a los dos porteros. Pumpido cerró la puerta de Islas y Zelada. Fillol había sido fulminado en la lista previa.

Jorge Valdano se abraza con Maradona en el Mundial de México. Getty Images
Jorge Valdano se abraza con Maradona en el Mundial de México. Getty Images

Esta Argentina, la de Scaloni, se ha plantado en la final con una derrota en el primer partido (1-2) y cinco victorias consecutivas, la de cuartos ante Países Bajos en la tanda de penaltis. Lleva 12 goles a favor y cuatro en contra. En comparación con aquella convocatoria del 86, Scaloni ha contado con toda la legión extranjera. Son otros tiempos. Solo el tercer portero, Armani, juega en casa (Ríver). Los otros 25, fuera. LaLiga manda con diez protagonistas. El doble que la Premier. La Serie A aporta cuatro. Portugal y Francia, dos cada uno y Alemania, uno. Menos los dos porteros suplentes, Rulli y Armani, todos los jugadores de campo ya han jugado algún minuto, aunque en el caso de Foyth y Correa fueron cuatro de forma testimonial contra Croacia en semifinales.

Del 1-4-2-4 al 1-4-4-2

Sin llegar a la 'categoría escénica' de Bilardo, también Scaloni está demostrando su dominio de la pizarra y, sobre todo, tener una camaleónica habilidad para ir probando hasta encontrar el punto exacto, tanto en el aspecto puramente táctico, como en la elección de jugadores. Comenzó el primer partido con un osado 1-4-2-4, con Di María-Messi-Lautaro-Papu, arriba y ha acabado contra Croacia en un 1-4-4-2 de manual, con cuatro volantes puros en el medio y arriba Julián Álvarez por detrás de Messi. Por el camino ha jugado tres partidos con un 1-4-3-3 y en los tres ha pasado sobre la marcha a una defensa de tres centrales con los dos laterales de largo recorrido. También en las semifinales acabó con tres en el fondo. Parece como su llave de seguridad para cerrar los partidos en los que va por delante en el marcador. Ante Holanda, sin embargo, apostó desde el principio por los tres centrales, demostrando que cada circunstancia y cada rival merece una variante táctica distinta.

Enzo y Messi felicitan a Julián Álvarez tras marcar ante Croacia. Reuters
Enzo y Messi felicitan a Julián Álvarez tras marcar ante Croacia. Reuters

En esa búsqueda de la perfección se han quedado por el camino los Papu, Di María (lesión muy cara), Lautaro, Guido... Paredes ha perdido galones y, por el contrario, han ganado sitio hasta convertirse en insustituibles, Enzo Fernández, Mac Allister y Julián Álvarez. De Paul salvó el match-ball de sus dos primeros partidos y ahora se ha asentado entre los titulares hasta resultar imprescindible en las emboscadas que su equipo plantea por todas las zonas del campo.