Los derechos de formación y una norma arruinaron la carrera de Nico antes de la Isla de las Tentaciones: "El Real Madrid se portó mal, estuve sin cobrar..."
El exmadridista pidió al club sus derechos para poder jugar en el extranjero. Tras su mala salida de Valdebebas, no se los cedieron.

Nico, de la Isla de las Tentaciones, también fue futbolista. Como contó en su entrevista en Relevo, su carrera deportiva estuvo plagada de desdichas, infortunios, lesiones y malas decisiones. Una de ellas pudo ser salir del Real Madrid, como él mismo reconoce: "Me arrepiento de irme en ese momento". De hecho, su marcha estuvo cargada de turbulencias y desde el club le apuntaron aquello de 'del Real Madrid no se va nadie, el Real Madrid lo echa'. También le comentaron que nunca habían visto un caso como el suyo, que bien valorado, titular y con confianza de todos decidiese marcharse.
Así dio el salto a la cantera del Villarreal, en la que tuvo la mala fortuna de romperse dos veces el cruzado de forma consecutiva. Tras regresar, llegaron las lesiones musculares. Una auténtica pesadilla. Con el paso de las semanas, Nico interiorizó que ya no lograría ser futbolista de élite, pese a que siempre había sido uno de los alumnos aventajados de su generación. En esos meses tan duros, recibió mensajes de sus antiguos compañeros en el Real Madrid y de algún entrenador contado, pero no del club: "Es que acabé muy mal...".
Una vez acabó contrato en el Villarreal, Nico apostó por continuar su carrera en el extranjero. Primero desestimó seguir en canteras de España, ya tocado físicamente y con el evidente riesgo de estancarse. Después creyó que su experiencia aquí y su condición de internacional en categorías inferiores de Rumanía bien le podría dar un gran cartel para jugar en Primera División de otros países, poder crecer y también firmar un buen contrato.
Razón no le faltaba, pero hubo un gran problema que truncó definitivamente su carrera deportiva. "Salimos al extranjero con una buena oferta. Me voy a un Primera División rumana, pero ahí es cuando digo que amo al Real Madrid, soy del Real Madrid, pero en ese momento se portaron súper mal", recuerda a este medio. Al ser menor de 23 años, para poder jugar en la élite necesitaba tener en su propiedad los derechos de formación. Se los pidió al Villarreal y se los cedió sin mayor problema. No ocurrió en el otro nexo necesario.
"Llamo al Real Madrid y me dice que no. Que tienen que pagar 135.000 euros, que es el dinero de derechos de formación que se estipula por lo que gastan en formar a un jugador. Es la ley que protege las canteras. No me dan los derechos de formación y yo me tiro cinco meses en Rumanía, en Primera División, entrenando con ellos, pero sin contrato porque no me los dan. Sin cobrar, sin jugar, pasándolo bastante mal…", asegura.
"Me vuelvo a España porque empiezo a tener una depresión de caballo por todo lo que me estaba pasando"
exfutbolista y participante de la Isla de las TentacionesEl COVID hizo el resto e incluso entrenaba en la Isla de las Tentaciones
Sin los derechos de formación, Nico Craiu no podía continuar su carrera deportiva en un club de referencia y, claro, esa clase de equipos no pueden pagar esa cantidad por un jugador y menos si tiene la mala fortuna de llegar con dos lesiones de cruzado a sus espaldas. ¿Entonces? El jugador dio el salto a un club de Tercera División de Polonia porque la ley escondía una escapatoria: firmar un contrato profesional pero no jugar en una liga profesional. Si eso ocurría, se acabó ese contratiempo burocrático que tantos dolores de cabeza le suponía.
Cuando llega, disputa un partido y las sensaciones son tan buenas que incluso mantiene una reunión con el Legia de Varsovia, posiblemente el equipo más puntero del país para aquel entonces. Pero el coronavirus le volvió a amargar los planes: "Y entonces empezó el COVID. Tenía que jugar un mínimo de cinco partidos para que se fuera esa cláusula, pero no se fue porque no los jugué y se paró todo. Me planto en junio ya sin equipo, con la cláusula todavía, con el COVID, con todo parado, con las lesiones ahí, sin ritmo… Un caos".
Nico vuelve a contar con una oferta jugosa, de un club rumano, para jugar Europa League. Los derechos de formación seguían ahí y entonces vuelve a realizar un nuevo intento, una esperanza de que el asunto se pudiera resolver tanto tiempo después: "Vuelvo a llamar al Real Madrid. Llamo a todo tipo de entrenadores, directivos… Les pido por favor, que ya han pasado tantos años, que necesito esos derechos de formación porque ningún equipo va a pagar ese dinero por mí. Y siguen sin dármelos. Ahí en ese momento recuerdo de la manera de la que me fui del Madrid".
El tiempo le quitó la maldita cláusula tras años de sufrimiento y de una depresión que le hizo reflexionar y volver a casa: "Fue justo el momento en el que yo me vuelvo a España porque empiezo a tener una depresión de caballo por todo lo que me estaba pasando". Cuando el asunto se solventó, Nico iba a partir a Chile, a probarse con el Alajuelense, de Primera División. Todo lo que arrastraba de años atrás, esos malditos derechos de formación que no le cedió el Real Madrid y la pandemia le llevaron al límite.
Entonces, decidió entrar en la Isla de las Tentaciones. ¡Y ni así renunció al deporte! "La primera semana estando grabando allí me acuerdo que no había renunciado. Les exigí a ellos que me trajeran material, que yo iba a entrenar, que no iba a tomar gota de alcohol, que iba a descansar, pero claro", rememora. Tras su experiencia televisiva, por fin sintió "la paz" que el deporte le había quitado en esos últimos años fatales. Una paz que a día de hoy le permite haber madurado, ser feliz y mirar el fútbol desde la distancia. Quién sabe si seguiría al pie del cañón si el Real Madrid hubiera accedido a sus peticiones... No ocurrió y ahora vive otra vida. Cuando los derechos de formación y una norma arruinaron la carrera de Nico antes de la Isla de las Tentaciones.