ARGENTINA

La decisión de Lionel Scaloni que cambió el destino de la final del Mundial a favor de Argentina

Tras ganarle a Croacia en semifinales, a la albiceleste le tocaba medirse a Francia en la final y una decisión fue clave para conseguir la tercera estrella.

Di María celebra el segundo gol de Argentina en la final. /REUTERS
Di María celebra el segundo gol de Argentina en la final. REUTERS
Marcos Durán
Jordi Cardero

Marcos Durán y Jordi Cardero

"El hombre de las finales". Así se le conoce a Ángel Di María en la selección argentina. Los hechos son claros: gol en la final contra Nigeria en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, gol en la final de la Copa América 2021 en el Maracaná frente a Brasil, gol en la Finalissima 2022 ante Italia en Wembley y gol en la final del Mundial de Catar 2022 frente a Francia.

Gol de Di María en la final del Mundial de Catar 2022GOL MUNDIAL

 

Pero para llegar a ese gol ante Lloris tras un contraataque perfecto en el que Julián Álvarez, Messi, Alexis MacAllister y él tocan la pelota, tenemos que irnos hasta el final de la primera fase y contar cómo llegamos a ese Di María entrando por la banda izquierda para hacer historia.

Lesión ante Polonia en fase de grupos

Todo empezó en el último partido de Argentina en fase de grupos. Los de Scaloni estaban venciendo con comodidad a Polonia, pasando por encima del equipo europeo. Tras el gol de MacAllister, Di María siente una molestia y desde el banquillo deciden que es momento de que descanse. En el minuto 59 entra Paredes por el 'Fideo'. Todo parecía que era una simple molestia, pero tras el partido el atacante siente que puede ser algo peor.

En octavos tocaba Australia y Scaloni se quejaba del poco tiempo entre un partido y otro: solo dos días y medio entre ambos encuentros. El rival, a priori, no era intimidante, pero tampoco iba a ser fácil. El seleccionador sabía que Di María fue clave contra Polonia y México, pero prefirió darle descanso. Finalmente, la Albiceleste se plantó en cuartos de final, donde esperaba Países Bajos.

Ocho minutos ante Países Bajos

Tras el encuentro ante los oceánicos, llegaba el turno de Países Bajos. La sobrecarga en el cuádriceps del rosarino mejoraba. Los seis días entre los octavos de final y los cuartos ayudaban mucho.

Ante los de Van Gaal, Scaloni sorprendía: línea de tres atrás, dos carrileros largos (Acuña y Molina) y un baile táctico durante casi todo el partido. Los europeos al borde del final empataban el partido de manera dramática y el encuentro se iba a la prórroga, donde Argentina dominó... y Di María pudo ganarlo.

Entró los último ocho minutos más el descuento. Se situó en la banda derecha del campo e intentó todo para que el partido no se fuese a los penaltis. Lo hizo todo bien, pero se encontró con un Noppert espectacular. En la tanda fatídica no tiró ningún penalti, pero Argentina pasó a la final.

Croacia y un descanso clave

Cuatro días después de jugar una prórroga contra Países Bajos, Argentina se enfrentaba a Croacia pero Di María no iba a participar en el encuentro. Scaloni optó por poblar en centro del campo y esperar que Di María se recuperase bien de sus molestias.

El resultado del partido hizo que Scaloni no tuviese que recurrir al extremo. El partido a los 69 minutos ya iba 3-0 y el cuerpo técnico aprovechó para darle minutos a los menos habituales. La final ya estaba en la cabeza y sabían que Di María era el hombre de las definiciones.

La decisión (clave) final

El partido definitorio se jugaba el día 18 en Lusail, cinco después de las semifinales. Argentina llegaba descansada, con todo el equipo a disposición y un Ángel Di María recuperado. Pero había dudas sobre su presencia.

Dos días antes, reunión clave en el búnker de la selección albiceleste. Por un lado estaba Pablo Aimar, el que siempre pone cordura, uno de los más cautos del grupo, creyendo que era importante repetir el equipo de los cuartos de final contra Países Bajos, con tres centrales y dos carrileros de largo recorrido.

Por otro lado, Matías Manna, hombre clave en el cuerpo técnico que está en la sombra. Para él había que atacar a Francia y aprovechar las debilidades defensivas del equipo europeo. ¿Cuál era ésta? La banda derecha, con un central reconvertido, Jules Koundé, y un extremo que no ayudaba mucho en labores defensivas como Démbéle.

En caso de elegir la línea de tres, el sacrificado iba a ser Di María y Lisandro Martínez sería el jugador que ingresaría. En caso de jugar con tres delanteros, el rosarino iba a entrar. El peso del nombre Di María, el hombre de las finales, jugaba a favor del futbolista de la Juventus, pero había un inconveniente.

A Di María no le convence mucho jugar en la banda izquierda, pegado a la cal. Es un futbolista que se siente cómodo estando en contacto con la pelota, moviéndose por dentro y más tirado a la derecha. Es cierto que en Real Madrid, Benfica y PSG sí jugó de extremo zurdo, pero para este partido, Matías Manna y Scaloni le pidieron otra cosa: abrirse y encarar.

Mientras Di María estuvo en el terreno de juego, Argentina dominó. Tiró una vez a puerta, otra vez fuera de los tres palos, intentó seis regates y completó cuatro, le hicieron un penalti, tocó 48 veces la pelota, acertó 26 pases de 27 intentos y dio tres pases clave, ganando siete duelos de once posibles. Números de MVP.

El resto es historia: Di María hizo una de las mejores actuaciones individuales en una final del Mundial, creó el desconcierto en Koundé y Deschamps tuvo que modificar el equipo a la media hora porque no encontraba soluciones, quitando del campo a Giroud y Démbélé. La elección de Scaloni gracias a la ayuda de Manna surtía efecto y Argentina, tras sufrir mucho, era campeona del mundo, llevando la gloria a su país.