Darío Silva recuerda a Sergio Ramos con lágrimas en los ojos: "El mejor de todos los tiempos"
Sobre una posible mano negra en la FIFA en torno a Uruguay: "Siempre las hay y siempre las hubo", afirma el exfutbolista de Espanyol, Málaga y Sevilla.
Al otro lado de la pantalla, Darío Silva. El exfutbolista de Defensor Sporting, Peñarol, Cagliari, Espanyol, Málaga, Sevilla y Portsmouth nos recibe virtualmente en su casa en Punta del Este, en su Uruguay natal, donde trabaja como scouting del Cádiz desde 2020. Lo hace ataviado con una camiseta de Uruguay del Mundial de Japón y Corea 2002, un mate en la mano y la locuacidad al ritmo de las piernas que deslumbraron al malaguismo. Tanto el mate como sus extremidades van a ser protagonistas de esta charla en la que el charrúa desvela cómo cambió el agua de su matera por vodka antes de un partido europeo del Sevilla en San Petersburgo en la campaña 2004-2005 y narra cómo perdió parte de su pierna derecha en un accidente automovilístico en Montevideo en 2006. "Hoy en día pienso cuando me levanto: "Otro día más tengo de vida'", asegura. Darío se emociona al hablar de Sergio Ramos, a quien califica de hermano y sobre el que confiesa que soñó el gol del sevillano en la final de la Champions de Lisboa la noche previa. Uruguay, la FIFA, Pelé, Messi, el racismo que asegura vivió en Inglaterra, los caballos árabes y el futuro musical de Darío Silva también juegan en esta entrevista inolvidable.
Darío, ¿cómo estás? ¿Y en qué punto de tu vida? ¿Cómo te sientes a tus 50 años casi recién cumplidos?
Hoy es un día muy bueno después de los Reyes. Estoy muy bien, en Punta del Este, gozando con la familia, con los hijos, que estén bien, que es lo más importante en la vida. Lo demás, son consecuencia o circunstancias que te llegan en la vida, pero por suerte, muy bien, con mis 50 años. Parece que no pasan, pero uhhh, pasan que ni te digo. Ni mirándote al espejo se cambia uno.
Estás en Uruguay, trabajando como scouting del Cádiz. ¿Qué supone para ti seguir ligado al fútbol? ¿Cómo te reciben en los campos de fútbol de tu país?
Bueno, a veces tengo que ir muy de incógnito, porque es muy difícil. Hay algunos campos de fútbol que yo no puedo ir, porque son bastante bravos y por más que jugara hace 50 años, igual el rencor en muchos queda. Es lo difícil de este fútbol, que la gente no sabe que cuando ya pasó, pasó. Yo espero no tener ningún percance y seguir siendo una buena persona, que es lo más importante de todo.
¿Algún estadio en el que no puedas entrar, que el nombre de Darío Silva esté tachado en la puerta?
Como jugaba en Peñarol y a Nacional, el tradicional rival, le convertí muchos goles y muchas cosas han pasado, como pasó en su momento cuando jugaba en el Málaga contra el Sevilla, y después en el Sevilla contra el Málaga. Es similar, aunque la violencia aquí es un poco más fea, digamos. Las circunstancias a veces son muy complicadas. Fui una vez con la pandemia, que aún estaba camuflado, e igual algún percance tuve, las miradas, ese tipo de cosas. Y yo soy un tipo no violento, pero voy de frente. Si no me gusta lo que me dicen y me lo dicen en mal tono, es difícil sostener por mi carácter. A veces prefiero no ir, pasar desapercibido, estar en otro lado. No me siento con gusto, porque es algo que los hinchas esos no lo pueden entender.
Ya que hablas de bronca, te pregunto por el final de la participación de Uruguay en el Mundial. A pesar del 0-2 contra Ghana, vaya enfado final de Giménez, de Cavani. Reclamabais un posible penalti en el 93'. Os hirvió la sangre…
Sí, sí, los latinoamericanos somos así, los uruguayos yo creo que lo somos un poco más. Es el temperamento, esa garra india que teníamos nosotros de los charrúas, que tenían un carácter bastante importante. A nosotros el cuerpo no se nos despega.
"En Uruguay lo tenemos que hacer como Argentina o Brasil: jugar sin temor a nadie"
Exfutbolista¿Cómo has vivido el Mundial? ¿Lo has seguido mucho?
Sí, tenía unas expectativas muy buenas. Había creído en este técnico nuevo que había venido, había cambiado cosas. Pero creo que en el primer partido contra Canadá se equivocó, porque Canadá no es nadie futbolísticamente, lo tengo que decir así. Y nosotros no podemos salir a competir con un equipo de la selección uruguaya, teniendo todo el poderío que tenemos, a jugar a empatar o a intentar no perder. Nosotros lo tenemos que hacer como lo hace Argentina o Brasil, jugar sin temor a nadie y para adelante. Pero bueno, en ese tipo de cosas tiene esa carencia siempre de que no querer ser protagonista, de esperar… A uno como jugador le da rabia, porque ve que nosotros somos mucho más y realmente no podemos levantar la cabeza. En los Mundiales no tenemos la capacidad de sacar los resultados oportunos en el momento justo, es lo que más rabia nos da porque se nos fue un periodo de jugadores espectaculares que se merecían mucho más que ganar sólo aquí en Sudamérica la Copa América.
Luis Suárez tuvo los ánimos un poco más calmados, aunque dijo: "Estoy orgulloso de ser uruguayo aunque no se nos respete".
Sí, claro. Nosotros somos un país de tres millones y medio de habitantes, quizá no interesamos mucho. Nosotros vamos un avión de cincuenta personas a ver el Mundial, es la verdad. No somos personas de gastar muchísimo dinero. Para ir a esos países, imagínate, tendríamos que tener un presupuesto de 10.000 dólares mensuales, ganando, y eso no lo gana ni el gerente de un banco, entonces no es fácil para todo el mundo. Hay gente que puede y hay gente que no puede. Y la gente de fútbol, la que alienta, que pone, esa plata no la tiene y nadie se la va a regalar. Nosotros aportamos mucho futbolísticamente, pero gente que derroche el dinero no tenemos, y a veces creo que pasan ese tipo de cosas porque somos totalmente inferiores. Y eso que somos superiores a Brasil y Argentina, porque lo hemos demostrado en los campeonatos de la Copa América, que tenemos quince. Y les hemos ganado muchísimo a Argentina y a Brasil. Ahora con Argentina estamos iguales, pero no podemos ser inferiores a Brasil. ¿Por qué Brasil es superior a nosotros en los Mundiales si son inferiores a nosotros? Técnicamente son superiores, pero nosotros somos los jugadores en Sudamérica capacitados para ganarle a Brasil y en los Mundiales ese tipo de cosas nos cuesta muchísimo.
¿Por qué crees que pasa?
No sé, la mentalidad, la psicología o qué, pero nos cuesta muchísimo.
¿En qué sois superiores a Brasil?
Nosotros tenemos una mentalidad totalmente diferente. Somos unos jugadores que no perdemos pelotas en los noventa minutos, queremos pelear en los noventa o noventa y cinco minutos, los ciento veinte minutos. Somos jugadores peleadores. La lucha, la garra, esa cosa la tenemos. Brasil tiene técnicamente jugadores que siempre han sido superiores. Es la cuna de ellos. No hay otro jugador en el mundo que domine el balón como el "brasilero", por más que lo intenten y quieran, es imposible, eso es un ADN, no lo podemos negar. Nosotros tenemos un ADN muy positivo, pero nos faltan cosas que quizá tiene Brasil: la superioridad técnica de salir a ganar los partidos, sabiendo que los vas a ganar. Eso creo que es lo que nos cuesta muchísimo a nosotros.
Hablabas del dinero, de intereses. ¿Crees que hay algún tipo de mano negra a la que no le interesa que Uruguay avance en competiciones como el Mundial?
Siempre las hay y siempre las hubo. En mi época era algo espantoso, se compraban a los jueces. Los jueces estaban de un lado sólo. A nosotros nos habían arbitrado mal anteriormente, decíamos que no lo queríamos y no sé por qué nos lo volvían a poner y nos volvían a matar. Entonces, hay algo que no coordina. Igual que el VAR, o estás o no estás, o existes o no existes. No puede seguir pasando este tipo de situaciones. Por más que cambien de presidente y todo lo más, hay cosas que no están claras, que no están muy claras. Y, lamentablemente, somos nosotros, porque no veo que a los demás equipos importantes del mundo les pasen este tipo de cosas, porque estoy seguro de que la economía es mucho más… Ése es el tema.
Te refieres a la FIFA.
Sí, claro, claro, me refiero siempre a la FIFA. Ya lo hemos visto con todo lo que ha pasado en Catar, si está todo dicho y escrito ahí. Eso es como una película: "Uh, qué bonita la película", pero por algo hicieron la película.
"Sudamérica somos una potencia espectacular. Si no es por nosotros, no existiría Europa"
ExfutbolistaY como uruguayo, con la rivalidad natural que tenéis, ¿cómo has vivido el triunfo de Argentina?
La rivalidad siempre la hemos tenido, pero la viví bien porque sigo pensando que Sudamérica somos una potencia espectacular, que si no es por nosotros, no existiría Europa, eso lo tengo claro. Porque los mejores jugadores del mundo están en Sudamérica, en esta parte de aquí. Lo hemos demostrado y lo seguimos demostrando. Lamentablemente, no son de estos colores, pero sí son del otro. Lo bueno es que seguimos siendo exportadores de jugadores espectaculares.
100 millones de euros ha pagado este verano el Liverpool por Darwin Núñez, la última gran aparición charrúa.
Sí, sí, tenemos jugadores espectaculares en todos los puestos, muy buenos, muy interesantes. En mi época también teníamos jugadores espectaculares pero nos hemos quedado atrasados hace más de cincuenta años, la última vez. Y ese tipo de cosas a mí me da mucha bronca, porque creo que nosotros estamos capacitados, pero no le hemos encontrado la rosca necesaria para poder traernos lo más importante, que es algo prodigioso. Nosotros hemos estado capacitados. Si has estado capacitado una vez, significa que dos podés, que tres podés, que podés seguir haciéndolo. Nos está faltando algo, también el factor suerte, pero no es sólo eso. Hay que tener la calidad suficiente para un partido de fútbol.
¿Es Leo Messi el mejor jugador del mundo?
No. Hasta que no me gane tres campeonatos del mundo, para mí no lo va a ser. Para mí seguirá siendo todavía Pelé. Lamentablemente se fue, se fue 'El rey'. A partir de ahora puede serlo, porque ya se fue, ya no existe, pero no, no hay manera, por las estadísticas, en goles, son totalmente superiores. Con 21 años tenía 400 hat-tricks y no sé qué más. No puede haber comparación. Como decía Menotti: "Cuando hablas de fútbol, tienes que quitar del medio a Pelé, no existe." Esa persona no existió. Y a partir de ahí empiezas a mirar a otro tipo de jugadores, pero no le llegará ninguno, ninguno, imposible. Ha dejado un legado en el fútbol espectacular. Y como persona, lo que ha dado, lo que ha hecho por los chicos. Hay poca gente que lo sabe. Eso es estar agradecido a la vida que él sabía de dónde vino, a dónde perteneció y qué podía hacer por los niños, y lo hizo y lo hizo muy bien.
¿Era Pelé tu ídolo? ¿Quién era?
En mi época, cuando yo era chico, eran Fernando Morena, Daniel 'Coquito' Rodríguez, que jugaba en Peñarol, y Maradona, porque en México 86 yo recién estaba teniendo una capacidad de entendimiento del fútbol. Me llevó después de ese Mundial a ser hincha de él, porque era una cosa extraordinaria. A Pelé no lo vi, pero lo vi a él y le vi hacer cosas espectaculares que es muy difícil que otros jugadores lo puedan lograr. Para mí también ha sido uno de los mejores del mundo.
Has puesto a Pelé por encima de todos. Y en esa disyuntiva Messi-Maradona, ¿qué hacemos?
Creo que cualquiera de los dos, pero yo me quedo con Maradona, porque era otro tipo de jugador, otro extraterrestre, no se puede discutir. Han dejado mucho legado, los chicos quieren ser como ellos, todos los chicos quieren driblar. Cuando uno es joven aprende, vas a la canchita, al campito, a la tierra como nosotros tenemos, intentamos hacer ese tipo de cosas. Hoy la tecnología le ha ayudado mucho al jugador de fútbol, no necesitas un director técnico, pones la computadora y sabes cómo poner los conos, cómo hacer ese tipo de jugadas. Antes a nosotros no nos ayudaba nada. Antes, si no ibas a un campo de fútbol, no podías ver a Maradona ni a Pelé en ningún lado, no veías a nadie.
¿Cómo era el Darío Silva futbolista? ¿Dónde aprendió y se curtió?
Tenía un tío que era defensa, que jugaba en el equipo del barrio. Ahí. Yo era muy joven y era muy driblador. Jugaba de lateral derecho, por eso terminé mi carrera jugando con el 31, aunque en el Sevilla decidí tener la 4, porque era con la que había empezado y era la más importante. Me curtí en los campitos de fútbol, mirando. Yo jugaba con gente muy grande, hasta profesionales, pero siempre se peleaban por tenerme a mí. Jugaban a piedra, papel o tijera para ver con quién me quedaba yo. Y estamos hablando de pachangas con jugadores profesionales. Me daba cuenta de que me tiraban de cada patada, pero que era muy difícil agarrarme. Entonces, ahí aprendí de cómo hacer un par de driblings, de tirada larga, cuando viene el defensa, que no le da el tiempo, y a poner el pie firme siempre. Eso me llevó hasta donde llegué siempre. Y eso es lo bonito, porque aprendí de gente de la calle. Los campos de fútbol aquí en Sudamérica son lamentables y los directores técnicos de los pequeños podía haber sido hasta mi padre que nunca fue futbolista. Hoy los chicos están más avanzados con las computadoras, que saben lo que les pide el técnico y lo buscan y lo ven, pero nosotros avanzados estábamos de cabeza, porque lo guardábamos todo acá arriba.
Tú explotaste todas esas cualidades sobre todo en el Málaga, donde fuiste un absoluto ídolo.
Demostré a los compañeros que la psicología en el fútbol a veces es muy importante, la creencia, las energías. Había compañeros míos que a veces no creían. Jugábamos contra equipos muy difíciles y ellos estaban acostumbrados a perder, uno se acostumbra. Y la mentalidad mía era: "Acá somos yo y vos, acá vos tenés un cuchillo y yo tengo un cuchillo, esto es lo que hay". El cuchillo hablamos de la portería, a ver quién lo clava primero el cuchillo en el palo. Y ésa es la mentalidad. Yo miraba antes a mis defensas, dónde era tu peor error, dónde cometías el error. Si yo te marcaba para dentro, si te driblaba para afuera, cuáles eran tus errores. No es mirar por mirar un partido. Siempre miraba al defensa, cómo cerraba, dónde iba, dónde no iba. Aunque el balón estuviera en otro lado, yo miraba la televisión y miro al jugador, no miro al balón. E iba así al entrenamiento, lo decía. Después fueron creyendo. Yo estaba seguro de lo que decía, que la psicología y la energía positiva que tenía yo era muy difícil, pero lo pude aportar a mis compañeros. Mirando los jugadores que teníamos en el Málaga, que éramos bastante normalitos, llevamos al club a ganar la Intertoto, un trofeo espectacular a nivel internacional, es el único que está en la vitrina. Estoy orgulloso de haber estado en ese grupo y haber compartido esos tres-cuatro años espectaculares.
Y eso, sin haber cuidado precisamente bien tu alimentación o tu tiempo de descanso…
No, porque yo se lo he explicado siempre a la gente. Yo tenía muchos problemas no de insomnio, es que vivía el partido las 24 horas del día, no podía sacarlo de la cabeza. Sólo el fútbol. Necesitaba desahogarme, necesitaba salir. Pero no salir a emborracharme, necesitaba la energía de saber de la gente en la calle, lo que se escuchaba. A mí me iba cargando de energía. Yo decía: "Yo salí anoche y a esta gente hay que responderle". Era mi manera de llevar ese tipo de cosas a los partidos. En otros equipos no lo hice, pero sí me pasó ahí, porque la energía que estaba teniendo era ésa y para llegar donde llegamos había que estar muy bien capacitado, y teniendo un técnico que nos ayudó muchísimo.
Joaquín Peiró.
Habíamos hablado y él aceptó ese tipo de cosas. Él me decía: "Mientras me respondas los noventa minutos, después, lo que salga de aquí de este estadio, del entrenamiento, puedes hacer lo que quieras, como todo el mundo, lo que se te antoje". Nadie me va a poder decir a mí que no podía hacer algo, ya había terminado de trabajar. Eso es una cosa normal, si no, no podemos vivir la juventud. Hay jugadores con 16-17 años que la juventud no la van a vivir en la vida, lo que vivimos nosotros, las discotecas… Ya tienes que ir a un lugar apartado, donde nadie te vea. Nosotros no teníamos problemas, hoy sí con los celulares. La gente piensa que los jugadores hoy son robots. No, no lo son. Hay que cuidarse en la comida, en la alimentación, hay que alimentase bien, lo adecuado, pero lo que viene está aquí arriba (se lleva el índice a la cabeza) y en los pies.
Ahora ya se puede contar, que ha prescrito, Darío. ¿Cuál es la mayor barbaridad que has hecho antes de un partido de fútbol?
(Responde al instante). Íbamos a jugar un partido a Rusia con el Sevilla. A mi lado tenía a Dani Alves y a Julio Baptista, jóvenes en ese momento en el Sevilla. El técnico me dijo: "En principio no vas a jugar. Vamos a ver cómo se prepara técnica y tácticamente el otro equipo". Estábamos en el estadio. Fuimos como dos horas antes. Salí al campo de juego y me congelé todo. Mal, mal. Yo tenía mis mallas y mis cosas, tenía mi mate, la hierba. Al principio tomé mi mate, pero yo vi que no me funcionaba, porque salía para afuera y te lo juro de verdad, te lo juro, que no podía caminar. Los dedos se te congelaban, se quedaban así (hace el gesto de una garra). En vez de tenerlos relajados, los tenía así. Yo me podía matar, dije: "No lo puedo creer". Y a la media hora, aún no nos habíamos cambiado ni nada, yo tenía una botellita de vodka. Tiré el agua y la hierba, y como yo siempre tengo el mate así (tapa la matera con la mano), tú no ves lo que tengo. Si yo hago así, ves que pongo agua. Tenía a los dos jóvenes al lado, pero menos mal que nunca siguieron mis consejos. "¿Qué estás haciendo, mirá el alcohol que tenés?", me decían. Dije: "Tengo mucho frío, no llego ni al banco". Y me dice el técnico: "Mira, que te va a tocar jugar, porque he visto el planteamiento táctico…" No me había tomado la botella entera, sólo un pedazo, me había puesto dos o tres mates, cortitos. Para quitarme el frío. Cómo será la cosa que empiezo a entrar en calor. Ellos estaban con tapamontañas, que parecía que iban a robar un banco. La Casa de Papel. Era insoportable. Pues yo ya iba con guantes, pero manga corta, los pantalones y las medias cortitas. Miraba y me decía el técnico, Joaquín Caparrós: "Vieron, muchachos, esto es el espíritu ganador, el frío no se tiene, mírenlo a Darío", y al lado tenía a Baptista y a Dani Alves que decían: "Si se llega a enterar, te habría querido matar". Ganamos, jugamos bastante bien, hicimos las cosas como corresponde. Y después al llegar al vestuario, dice: "¿Vieron el espíritu que hay que tener? En Uruguay debe hacer mucho más frío, a él no le importa, lo importante es la garra, pregúntenle cómo se hace". Y yo decía: "Si usted supiera lo que hay ahí adentro, es un mate diferente…"
Y tan diferente.
Era muy complicada la cosa, pero el frío se me fue, el equipo pudo jugar a mi manera y sentirme el cuerpo calentito. Había que ponerse una crema roja. Agua caliente en los pies, no había manera. Te quemaba todo. Yo no podía pegarle al balón, no podía dar un pase. Parecía que tenía un palo de golf, no sentía nada. A mí eso me impresionaba y nosotros teníamos que dar la cara, yo tenía que dar la cara. Había ido a Rusia con el Málaga también, pero con el Sevilla era diferente, estábamos jugando Copa de la UEFA, cosas más importantes.
¿Y esa botellita de vodka venía de casa o te la agenciaste allí en Rusia?
La pillé en el avión. En una de ésa que vas al baño y decís: "Uy, mirá", y hacés "pam, pa' dentro". Me imagino que la habrá pagado el club, si no, me pasará la cuenta Del Nido en algún momento.
Entiendo que no te tocó pasar ningún control después del partido…
No, qué va, en esa época por el alcohol no me iban a suspender, por el vodka. A no ser que el vodka fuera trucho. Pero como era del avión. estaba tranquilo de que era un vodka de calidad. (Ríe a carcajadas).
Nombras a Del Nido. Él que fue quien apostó por ti, fuiste su primer gran fichaje. Ahora puede volver al Sevilla.
Lo va a ganar, lo va a ganar. Yo lo aprecio muchísimo, no te haces una idea. Lo aprecio porque él comenzó algo muy importante en un club que venía de menos. Comenzó una etapa espectacular, que hemos logrado cosas importantes y yo me siento partícipe de ese principio. Yo les dejé fuera de la Copa de la UEFA, y en el estado en que estaba yo, estaba sin dormir ese día, esa anécdota la conocerás. Entonces era muy complicado. Yo los había dejado fuera de la UEFA y en menos de quince días me llama mi representante y me dice: "Tengo un equipo ya para vos". Y yo digo: "¿Sí?" Y cuando me dijo, uhhh. Era complicado. Aquí está el Peñarol-Nacional y yo he visto a muchos jugadores pasar de un equipo a otro y no ha pasado nada, seguían jugando bien. Y cuando llegué al mejor equipo de la ciudad, el Betis era complicadísimo. Y cuando dije "el mejor equipo de Andalucía", es porque yo sabía que eso iba a pasar. Clasificamos para la Copa de la UEFA. No llegamos a ganarla, pero a partir de ahí el olor a UEFA fue espectacular. Y eso fue mérito de un presidente que apostó muy bien. Yo creo que ahora el Sevilla está teniendo la misma situación, que esperemos que encabece esa presidencia.
¿Qué le aportaría Del Nido de nuevo al Sevilla?
Siempre ha dado la libertad, siempre apostó por el jugador juvenil, por cosas importantes. La capacidad que tiene de establecer conversaciones no con el jugador, sino con la persona, es espectacular. Para mí no fue un presidente, fue un amigo. Eso es lo que me voy a llevar porque fue algo importante.
También te vimos brindando con la salida de Al-Thani del Málaga.
Sí, claro. Si fue a robarnos, fue a robarnos y no se dieron cuenta. Fue a robarnos a nuestros amigos, y yo lo sabía, lo había dicho. Yo conozco a ese tipo de gente. Por suerte, tuvimos la capacidad de quitarlo del medio. El Málaga sigue teniendo problemas, pero la vida continúa y seguiremos luchando para que el Málaga siga luchando por estar un poco más arriba.
La anécdota del partido que jugaste sin dormir no supera a la del vodka, pero refréscanosla, anda. ¿Cómo fue aquel Málaga 3-Sevilla 2?
Era un partido muy peculiar, el último de LaLiga. Nosotros no nos estábamos jugando absolutamente nada. Yo sí me estaba jugando muchísimo, porque me estaba jugando el estar bien en la selección. El Málaga estaba salvado, yo había hablado con el técnico: "Yo a partir de ahora no voy a jugar, me voy a preparar mentalmente, psicológicamente, para jugar con mi selección". Allí todo el mundo se enojó, pero a mí no me importaba nada, ya habíamos cumplido. No me importaba el Sevilla, me importaba mi selección. Como el técnico me había dado libertad… Yo ni siquiera pensaba que me iba a llevar a la concentración, porque él sabía que algo iba a pasar. Pero en la terapia de grupo que tengo siempre, que siempre ha sido positiva, era imposible dejarme fuera. Entonces, me lleva. Pero como yo no iba a jugar, me fui a las doce y pico de la noche. No estaba tan lejos, estaba cerquita. Me fui con unos amigos. Estuvimos un buen rato, hasta que salió el sol. Cuando salió el sol, regresé a la habitación y cuando entro, la puerta medio abierta a las seis y pico de la mañana y miro y estaba Dely Valdés con el doctor. Digo: "¿Qué pasa?". Dice: "Está con fiebre toda la noche". Pero yo había hablado con el míster, a mí no me iba a decir nada. Y claro, no pude dormir. A las 8.30h. había que levantarse a desayunar, después del desayuno estaba la caminata, la charla técnica, el almuerzo, un poquito de siesta y para el estadio. Había poca oportunidad para dormir, para descansar la mente. Así y todo no había manera. Cuando yo ya vi que Dely Valdés se había quedado en la habitación, dije: "Yo voy pa'dentro, pero así". Me escondía del míster, él me veía igual. Me agarró y me dijo: "No te me vas a escapar, te toca. Yo le había dicho que no iba a jugar, pero le necesitamos". Aun así hice un partido enorme, hice dos goles, di un gol. Me quería sacar la camiseta y sentarme en el banquillo. "Con lo que acabo de hacer ahora, ya no me pueden pedir nunca más nada". Me quería ir. Después del tercer gol yo dije: "Sáquenme, yo ya he cumplido muchísimo".
Menos mal que no habías "descansado la mente".
Tiene todo un por qué. Para mí ha sido una anécdota espectacular, porque estaba Del Nido con sus hijos, que se volvían en el autobús o en el coche a Sevilla y uno de los hijos dijo: "No me lo puedo creer". No puedo decir la palabra, pero fue como "El afro este no se puede creer, no se puede creer, se le vio en la noche que anda por aquí, que anda por allá y lo que nos acaba de complicar la vida". Y le dice al padre: "Tenemos que traerlo a éste. Al enemigo tenemos que tenerlo en casa". Y así fue, al enemigo en menos de quince días lo tenían en la casa. Tengo un amor por esa familia espectacular. Confiaron en el jugador, en la persona. El salto de calidad comenzó ahí, lo comenzó él. Soy una persona que trae mucha suerte, el Cádiz lo sabrá.
Dices que traes mucha suerte y me gusta que lo digas, porque desde fuera puede parecer que tú no la has tenido en muchos momentos de tu vida. Has dicho en muchas ocasiones que te habían robado los representantes, perdiste parte de tu pierna derecha en un accidente…
Es que yo no puedo pedir más. Lo que quise en mi vida lo hice. Jugar con los más grandes, en las épocas más importantes. Fui a Italia y jugué con todos los monstruos habidos y por haber. No había en ese momento un Cristiano Ronaldo, había 75 jugadores mejores. Eran espectaculares todos los equipos y era muy difícil jugar, una liga muy difícil. Tuve un técnico que me enseñó muchísimo, que lo adoro y lo quiero muchísimo, que es Trapattoni. Me enseñó cómo debía jugar en el fútbol italiano, y a través de ese fútbol italiano, todo lo que él me enseñó lo puse a prueba dos años después, que fue cuando estuve potenciado. Ascendimos al Cagliari, hice muchísimos goles, trece o catorce. Después, me vine al Espanyol y puse en práctica todo eso y me di cuenta de que el futbol italiano es muy fuerte, es muy bueno. Me di cuenta con el paso de los años de que si juegas primero en Italia, puedes jugar en todas las otras ligas, porque vinieron muchos italianos a España y de 100 funcionaron 98, y españoles en Italia, de 100, funcionaron dos como mucho. Ahí te das cuenta del poderío de haber aprendido, de haberme capacitado en lo que el técnico me pedía que hiciera en esos momentos. Y me lo grabé. Lo puse en práctica en España y fue como salí adelante, perfeccionándome día a día. Es el valor que yo le saco a haber jugado en las tres ligas más importantes del mundo en ese momento. No es que fui ahora de casualidad, sino en los momentos cruciales, cuando la liga italiana, la española y la inglesa eran fuertes.
¿Qué fue lo que te enseñó exactamente Trapattoni? ¿Qué te pedía?
Yo era un jugador muy veloz, que iba más rápido que el balón, y él me decía: "Si juegas a esa velocidad, nosotros no tenemos jugadores que te puedan acompañar a tu velocidad. Vos tenés que adaptarte a nosotros, a nuestro juego, y después explotar lo tuyo. Nosotros te necesitamos primero para el juego". Me dediqué a trabajar, a perfeccionarlo. Y así, todos los delanteros con los que he estado han sido goleadores. Todos. Yo era el único jugador que era 9 y que tenía que ir a hacer goles. El primer año sólo hice cuatro, imagínate que yo iba a suplantar a Dely Valdés, nada menos que a Dely Valdés, que hacía 14-15 goles por temporada y lo habían vendido al PSG, pero sin embargo yo hice hacer goles a todo el mundo. Era una capacidad que a mí me gustaba. Yo era un jugador que, aparte de hacer goles, asistía mucho a mis compañeros. Tenía esa cualidad, esa cosa de leer a los defensas. La picardía siempre la tenía. Sabía cómo pasar el balón, eso lo fui aprendiendo, me lo fui grabando. Es algo consecuencia de la vida, de donde uno ha estado y que tengas técnicos capacitados que te puedan enseñar ese tipo de cosas. Otros técnicos lo han disfrutado, pero el principal de todos siempre ha sido Trapattoni. He tenido muchísimos técnicos, pero como él, no, me tengo que sacar el sombrero.
Has reconocido en muchas entrevistas que te arruinaste por culpa de los representantes.
Arruinarme quiere decir que me robaron, que se llevaron dinero por todos lados, porque siempre hacen este tipo de cosas y uno no estaba capacitado para llevar la economía. Le das disposición a gente que son más viva que vos, que están acostumbrados a otro tipo de cosas, y siempre salimos perdiendo los jugadores. Ellos cobran platales y no hacen absolutamente nada. Porque hoy un jugador de fútbol se vende solo, no necesitan representantes. Los van a llamar. La tecnología ha reemplazado a este tipo de personas, creo que será mucho más fácil para los jugadores. Y hoy en día, por suerte, muchos usan familiares. No es conveniente siempre, pero por lo menos que la plata quede en la sangre y no se la lleve otro. Pero son consecuencias de la vida. El dinero va y viene, a mí me importa un carajo, es un papel común y corriente. Me voy a ir sin nada. Hice todo lo que tenía que hacer. Me voy a ir limpio. Quiero que mis cuatro hijos crezcan bien, están bien, por el camino correcto, me queda sólo la chiquita. Está todo bien. Por más dinero que yo haya tenido, la pierna no me la iban a cambiar, no me iban a poner una pierna nueva para volver al fútbol. Me quebraron y chao, la mentalidad tiene que ser de esa manera.
Relativizando la importancia del dinero.
Nosotros vivimos en una jungla de cemento. La jungla de cemento es más que nada la economía. Nos vamos a morir todos, con plata y sin plata. Ya quedó demostrado con la epidemia que hay que no se salva nadie, gente con plata y sin plata se van. Yo sigo siendo feliz, yo no sé si ellos serán felices, problema de ellos. A mí me importa ser feliz yo. Soy muy feliz, tengo mis hijos, hago lo que decido, lo que me gusta y ya está. Cumplo con mi trabajo y listo. Si ellos se sintieron felices robando, bien por ellos. Lo importante es que estamos vivos y que seguimos en la lucha. Por lo menos, a uno lo siguen reconociendo, a ellos nos lo conoce ni dios. No le doy importancia al dinero. Hoy tengo y mañana no. No importa. Lo importante es estar bien en ese momento, con lujo o sin lujo. Con mi trabajo y mis costumbres, ya está, no quiero más nada.
"Toda la vida conducía a 200 kilómetros por hora, en autos de puta madre, y choco con una cascarria a 40-50 kilómetros"
ExfutbolistaDecías que el dinero no te iba a devolver la pierna que perdiste en el accidente de tráfico que disfrute en Montevideo. ¿Qué pasó aquel 23 de septiembre de 2006?
Eh, que hubo alguien que me hizo una zancadilla, me entró de atrás, me pegó en el pie de apoyo, que era la derecha, me hizo trastabillar. No sé si cobraron penal, no pude llegar a la secuencia del VAR, pero me lesionaron, y estaba pronto. Sucede. Ha pasado. He tenido compañeros que con una fractura no han podido jugar más. Es la piedra en el camino, que se dice. Yo tuve la suerte de que yo ya era, de que yo ya tenía mi nombre. Salí a nivel mundial. Si yo no era nadie, no se iba a enterar nadie. Toda la vida conducía a 200 kilómetros por hora, en autos de puta madre, y choco con una cascarria a 40-50 kilómetros. Si es que existe uno arriba, yo por suerte voy a ir en cuotas. No voy a ir entero, voy a ir en cuotas, voy de a poquitos. Ya dejé un 10%. Te va llevando el karma. Lo importante es que me vaya llevando de a poco, no de una, como a muchos ha pasado, gente, amigos. Pero yo hice lo que quería: compré campos, se lo compré a mi viejo, caballos de carreras, caballos árabes, tenía la mejor yegua árabe, la vendí en Brasil… No puedo pedir más. ¿Para qué quiero más? Yo tengo grandes recuerdos que los puedo contar y amistades que lo respaldan, y eso me voy a llevar, tarde o temprano.
Más vale que sea tarde.
Yo calculé que a los 72. Te lo puedo asegurar, porque es algo que siempre le he dicho a mis hijos. Que el 2-11 (el 2 de noviembre, su cumpleaños) cuando cumpla 72, ese día, me quiero ir. No me quiero ir ni un día después ni un día antes. Me quedan 22 años.
Explícanos bien esa zancadilla, por favor, qué pasó en ese momento en el que perdiste el 10% que dices, de rodilla hacia abajo de tu pierna derecha.
En realidad es que íbamos en una camioneta fuerte, un 4x4. Tenía un semáforo a 80 metros, ya me estaba cambiando, bajé la velocidad. Iba suave, por la hora, era muy difícil andar muy rápido, y fueron las circunstancias. Se me había caído una tarta de membrillo que yo había comprado esa tarde, antes de todo. Se me cae y en vez de soltar el volante, bajo la cabeza y muevo el volante, y perdí el control. Me subo a la otra acera, que había un murito de veinte centímetros. Me vuelco y cuando me voy para el otro lado, me voy a incorporar de vuelta, me falta la última rueda, y ahí quiero pisar el freno y, en vez de darle al freno, le doy al acelerador. Agarró potencia la camioneta y fueron veinte metros… Y en ese momento me dejé el 10%. Me tendré que ir en cuotas. Fui arriba y me dijeron: "Tenés otras cosas que hacer en positivo bajo". Por algo estoy aquí, sigo aquí. Bueno, nunca me he ido. Buscando algo positivo. No me gusta estar sentado y de brazos cruzados. Hay que dejar un legado para que se acuerden cuando uno esté muerto.
¿Tuviste esta misma actitud positiva cuando te despertaste y te viste media pierna amputada?
Te lo digo y no lo vas a creer, pero es la realidad lo que te voy a contar. Yo iba a casa de un amigo, hasta ahí me acordaba. Y cuando me desperté, tengo una televisión encendida. No sé si el doctor o quién me la dejó encendida. Me despierto y miro para todos lados. Y digo: "Uh, todo pintado de blanco, esto la casa de mi amigo no es". Porque, aparte, íbamos a mi casa para después ir a la casa de mi amigo, pero era imposible. Entonces, me levanto, bajo las piernas para ponerme las chanclas y miro y digo: "Qué me pasó?" Y miro la tele y justo y salgo ahí. Sale la camioneta mía, y dije: "Hostia, ¿y ahí qué pasó?" Y me empecé a dar cuenta de lo que había pasado. Y "¿esto cuándo me pasó, en qué momento pasó esto?" Ahí me empecé un poco a acordar de lo que había pasado, que había habido un accidente, que había estado con unos compañeros, con unos amigos. "¿Dónde están mis amigos?" Me empecé a preocupar. La pierna no la tenía, eso ya no iba a cambiar. Ya no me preocupaba nada, me preocupaban mis amigos, hasta que los vi. "¿Están bien? Están bien, no, decile que entren". Lloré un ratito, diez o quince minutos, hasta que aparecieron ellos. Yo no tenía celular, no tenía nada en ese momento. Fueron esos quince minutos que se me caían las lágrimas, porque me esperaba lo peor. Apagué la tele inmediatamente, no quería enterarme por la televisión de lo que había sucedido a mis amigos. Y de momento que los vi entrar en la habitación, sonreímos, dijimos: "Seguimos vivos. Bueno, ahora vamos a agarrar papel y lápiz y vamos a empezar una nueva etapa. Esto es un contratiempo. Debemos sacar apuntes de lo que debemos pensar y hacer". Y así es, seguimos el camino que habíamos marcado en el hospital en ese momento.
¿Cuál era ese camino que os marcasteis?
Hasta el día de hoy lo seguimos perfectamente porque era seguir en la élite del fútbol, estar trabajando en el fútbol, seguir haciendo cosas importantes y lo hemos logrado los tres. Y estoy muy agradecido.
¿Y generando ese legado del que hablabas?
Sí, criamos chicos. Yo tengo mis cuatro hijos de sangre, pero después tengo cientos, cientos de hijos por todo el mundo, que les regalo estudios, todo lo que puedan para estudiar, que es lo mejor que hay. Estamos hablando de un lugar que yo no tengo ni la menor idea que existe, en África. La gente no lo sabe, pero me importa un carajo, pero yo lo hago. Estoy consciente con mi vida, pienso que hay chicos que lo necesitan y yo les ayudo. Hay que trabajar para hacer el bien. Yo ya me di cuenta de las situaciones que hay: "Te vas a morir sin nada, en lo menos que vos pienses, sucede". Puede pasar lo que sea, te cae una piedra, un meteorito, y te fuiste y es hoy. Hay que vivirlos todos los días. Hoy en día pienso cuando me levanto: "Otro día más tengo de vida", y eso hay que saberlo llevar en la cabeza, no es fácil. Tienes que tener una psicología muy importante. Si a un psicólogo lo pongo al lado mío y, no lo puedo asegurar, pero creo que le puedo complicar la vida. El cerebro, la computadora, el disco duro, yo lo tengo, tienes que saber explicarle al cerebro lo que quieres. La vida hay que saberla vivir. Uno, cuando viene de menos a más, aunque yo tenía mi comida todos los días, mis padres trabajaban, me dieron una educación normal, eso me llevó a ser una personal normal, común y corriente, que me ves en cualquier lado, en un restaurante de 100.000 euros o comiéndome un pancho en la esquina por dos euros. A mí no me va a cambiar un traje ni nada. La vida no es un traje. La vida es tenerla, que es lo más importante. Pero tenerla bien, no tenerla por tener, que hay muchos que lo tienen por tener.
"A mí no me va a cambiar un traje ni nada. La vida no es un traje. La vida es tenerla, que es lo más importante"
Exfutbolista¿Te cambió la vida ese accidente? ¿Empezaste a pensar así?
Sí, con la mentalidad de ayudar al prójimo. Me erizo… Quiero ayudar a la gente que no ha podido. Me gusta, me gusta, para que la gente se dé cuenta de que todo puede pasar, de que todo puede llegar. Lo importante es intentarlo y si no puedes, volver a intentarlo. El cerebro ha de ir por ahí. Yo fumaba y fumaba mucho y un día dije: "Ya no voy fumar", y no fumo. Yo tengo la gracia de mandar en mi cerebro y de mandar en mi cuerpo, que no es fácil, pero yo cuando doy una orden, él sabe que por más que me diga: "Quiero un cigarro, quiero un cigarro, quiero un cigarro", hago así (simula coger entre los dedos un cigarro y ponerlo al lado de la sien), se lo enciendo, se lo doy y que se lo fume él, pero yo no me lo fumo. Ese tipo de cosas es querer, es la mentalidad. No todos están capacitados a ese tipo de cosas, pero yo lo puedo poner a prueba ante lo que sea, estoy seguro de que no me ganarán.
Un accidente que mucha gente piensa que fue lo que te hizo dejar el fútbol, pero no, lo habías dejado a principios de ese año…
Ya está, si yo ya no quería jugar más. Quería otra cosa. Después de Inglaterra, donde tuve muchas cosas, muchas circunstancias, dije: "Ya está, ya cumplí, ya me voy para mi casa". Inglaterra fue una etapa muy difícil. El racismo, estamos hablando de racismo. Pero, ¿sabes? Yo he sido un cura, y les he enseñado a los ingleses, a los compañeros que estaban ahí, que no van a olvidar en la vida. Todo el mundo peleado, vestuario por aquí, vestuario por allí. Había tres vestuarios: afrodescendientes de un lado, los del otro lado (los ingleses) y los extranjeros. Y a mí me pusieron con los extranjeros que tienen un color de piel como de antes del verano, pero pasaban los de mi color y me decían "¿Qué haces ahí?". Y hacía veinte minutos que estaba en el vestuario. Yo tenía mi ropero. Si lo que quería era cambiarme, ni siquiera sabía inglés. Hubo unos líos. De mañana entrené, al otro día a la tarde entrenábamos y ya me habían cambiado de vestuario. Yo buscaba y preguntaba dónde estaba mi ropa, y me dijeron que los afros me lo habían llevado al otro vestuario.
"Inglaterra fue una etapa muy difícil. El racismo, estamos hablando de racismo"
ExfutbolistaEsto fue en el Portsmouth en 2005.
Era horrible, era espantoso una situación así. Mira, te digo más, y esto me duele lo que te voy a contar. Tenía compañeros que me pedían que lesionara a otro compañero para jugar ellos el fin de semana. Cuando a mí me dijeron eso, "¿pero cómo me vas a pedir que lesione a un compañero? No lesiono a un rival y tenía que lesionar a un compañero para jugar. Uh, no tienes cerebro". Todo eso en inglés, con señas. Decía: "Esto no puede ser". Se quedó así. En los primeros entrenamientos, vi un par de jugadores que se me tiraban como para romperme. A la primera lo soporté. Lo miré al técnico, nada. Dije: "Bueno, vamos a ver qué pasa". A la segunda, me levanté, lamentablemente lo tuve que mantear del pescuezo, lo tiré al piso y dije: "La próxima vez que él o quien fuera del equipo se me tire así en un partido, cuando yo me estoy cuidando, para que venga un compañero y me lesione, conmigo no va a haber chance ninguna". Se lo hice explicar. Me lo sacaron de encima porque me lo iba a comer. Y a partir de ahí se dieron cuenta de que yo no era normal para lo que estaba viviendo.
¿Y cómo siguió la situación?
Llegó noviembre, cumpleaños mío. Digo: "Vamos a mi casa, todos juntos. No quiero al técnico, sino al grupo." Me los llevé a todos a mi casa, los senté a todos. Tenía al arquero de la Real Sociedad, a Sander Westerveld, que era mi traductor. Los senté y les dije: "Vamos a hablar como hombres". Les dije: "Vos y vos, díganle a él lo que me dijeron, porque si no se lo voy a decir yo. Me dijiste que vos querías que yo lo lesionara a él para jugar tú. Y aquí están los hombres, todos somos hombres, a ver quién está capacitado para decírselo a la cara, es ahí donde verdaderamente se ve al hombre". Ninguno se inmutó. Les dije que qué poco hombres que eran. Hombres son los que hablan de frente, no a la espalda de uno. Fue tan así que hasta me llegaron a amar. Rompieron un vestuario e hicieron un vestuario solo. Futbolísticamente no ganamos nada, pero me gané el corazón de unos desconocido en el fútbol, porque para mí eran unos desconocidos, porque no trataban como debían a los compañeros de dentro y de fuera. Se me pone la piel de gallina, porque había hasta compañeros que lloraban cuando yo dije que iba a dejar el fútbol, que me tenía que ir por problemas personales. Me decían: "No, no te vas". El técnico hoy del PSG era el segundo mío en el Portsmouth. Me decía: "No me lo puedo creer". Y yo le decía: "Así se hacen los vestuarios". Había una armonía, una cosa diferente, cada tanto que ganábamos decían de hacer un asado. Era la reunión, se hablaban entre todos. "Es tan fácil la vida, es tan fácil que ustedes no lo querían entender." Fue cambiando el ambiente. Quizá me presionó tanto lo que ya había pasado anteriormente, que mi padre se me moría y preferí pasar ese tiempo al lado del que me fundó.
Sí, porque dejaste el fútbol a mitad de temporada porque tu padre te dijo que le quedaban tres meses de vida. ¿Cómo fue ese momento?
Fue horrible. Nosotros somos rectos los dos. Si te digo me voy, es que me voy. Yo había venido a un partido de la selección uruguaya por enero, y cuando me voy a ir, me dice: "Mira, que ya me llegó la hora". Y yo: "¿La hora de qué"? "Ya me noto que no puedo más", me dijo. Y estando bien, como yo te lo estoy diciendo ahora. Venía el cumpleaños de mi madre. Fue tan cabrón que dijo: "Primero me van a llevar flores y después van a destejar el cumpleaños de mi madre, que también es el de mi hija". Entonces, de tan cabrón dijo: "Yo también voy a estar en la lista". Y se murió el día del cumpleaños de mi madre y de mi hija, fue todo un colapso total. Dije: "Fue un hijo de puta". Por eso digo yo que me voy a morir el día de mi cumpleaños y chao. No quiero otro día más, porque me parece un intercambio. Pero él llamó y lo hizo a la perfección. Yo lo vi a las tres y media de la mañana. Me había ido a pescar y regresé y dice: "¿Pescaste?" "No, nada". Y a las tres o cuatro horas me llaman, que había fallecido. Y yo, orgulloso, porque eso fue cuando me iba para Inglaterra que me dijo: "Me voy a morir. Estoy seguro", sin tener nada. Y me fui con ese pensamiento en el avión, pensando: "¿Y éste por qué me habrá dicho esto? Habrá tenido problemas, le habrá pasado algo". Pero no. Y desde arriba del avión llamé al Portsmouth a decirle que regresaba a Inglaterra, pero a rescindir el contrato. Que tenía problemas personales que no me podía cambiar nadie. "No, no, no podés", me dijeron. Pero sí, y me pagaron todo el año como si hubiera jugado todito el año. Algo en el club dejé, en ese momento, cosas importantes, que era un vestuario importante y bueno, no como el que había antes. Por ese motivo yo creo que un poco también me brindaron todo su apoyo por una decisión propia. No les dije que me iba porque iba a pasar tal cosa, sino que "me voy por problemas personales que hay que hacer en vida". Prefería retirarme, contento con mi vida misma, porque a quien me trajo al mundo y me llevó al fútbol, le brindé hasta el último momento.
Dejas el fútbol, fallece tu padre y tienes el accidente en ocho meses. Menudo impás en tu vida. ¿Cómo lo afrontaste, qué hiciste?
Me refugié en el campo que había comprado para mis padres, tenía mis caballos. Como en el fútbol todavía no podía hacer mucho, había que viajar a Europa, y aquí en un Uruguay no se podía trabajar, eso lo tenía claro, tengo un amigo que para mí es uno de los "chokers" más importantes que existe en la tierra, ha ganado más de diez mil carreras en Argentina, conocedor de caballos espectacular, decidimos comprar caballos de carreras. Me dediqué a eso, buscando cosas difíciles, como a mí me gusta, intentar cosas importantes. Yo no tenía que responder, era el caballo. Mi amigo me decía: "Hoy hay que preguntarle si se levantó bien, porque si no se ha levantado bien hoy, no le gananos a nadie". Antes dependía de mí, acá no. Ganamos carreras importantes, que es muy bonito. Traje un caballo importante para correr en Uruguay, en 2008, a correr una Polla de Potrillos, la primera carrera para ser valorado profesional. Lo trajimos de Argentina. A los uruguayos no les gustó mucho, porque un Uruguay que trajeran a un caballo argentino a correr en Uruguay… Porque, aparentemente, ya había algo arreglado de quién iba a ganar y quién no iba a ganar. Y, lamentablemente, aparecí en escena yo. No me querían dejar entrar el caballo en Uruguay, teniendo todos los documentos. Hablé con el capo que había que hablar: "Me dice, si tu caballo no corre, no va a haber esa carrera tan importante". Llegó y ganó por un bigote. Yo como rival ya no interesaba, me querían hacer la vida imposible. Yo iba sólo a ganar esa carrera, a demostrarme a mí mismo la capacidad que puede tener un caballo, pero era demasiada adrenalina, era feroz porque no depende de ti, depende del caballo.
Y después de los caballos de carreras…
Bueno, dos años después vi una película que me gustó mucho, 'Océano de fuego', que había un caballo árabe negro espectacular y dije: "Yo tengo que tener un maldito caballo negro como el de la película". Y allá fui y me lo compré, y estudié para ser juez de pista de caballos árabes, pero no es fácil porque la morfología que tiene un caballo árabe es diferente, son como unas señoritas, como unas modelos. Tenía grandes amigos con un gran cerebro para eso, como yo con el fútbol. Tuve una yegua que salió triple coronada en Brasil, no hay cuatro coronada. Competí a lo grande durante tres años y ya pasé a otra etapa. Así dejé los caballos y comencé a meterme un poco más en el fútbol.
Te perdimos la pista hasta que en 2019 'Jugones' te descubrió trabajando en una pizzería de Málaga, de camarero. ¿Cómo fue aquella experiencia?
Sí, lo que pasa que nadie entiende nada, eso fue todo marketing. Antonio Della Ratta (el dueño) es un gran amigo mío. Entonces, había que hacer algo positivo, si yo empezaba a hablar en cámara tenía que estar contratado ahí. Si yo decía que trabajaba y no tenía los datos para trabajar ahí, se le iba a complicar a él, y era lo menos que quería. Pero teníamos que armar un marketing que sea muy bueno y muy importante para poder salir de ahí, para vender la pizzería. Luego nunca la vendió (ríe), la hicimos tan importante que económicamente fue muy superior, ya no merecía la pena venderla. Fue un marketing espectacular, porque fueron de todas partes del mundo.
O sea, ¿que tú realmente no trabajabas allí, eras socio de Antonio y lo que queríais era dar a conocer la pizzería?
No trabajaba, pero sí tenía los papeles de que trabajaba. Tenía hasta que cobrar igual, porque tenía que estar en la pizzería. Estaba obligado mi amigo a tenerme ahí en caja. Hablé con gente amiga que tiene mucho marketing y dijimos: "Debemos empezar de abajo para que esto sobresalga", porque yo iba a decir: "Oh, tengo una pizzería, vengan a comer una pizza", pero no. Vinieron de Inglaterra, de Estados Unidos… Lo que nosotros queríamos hacer, lo hicimos. Porque yo aparte era representante de fútbol, empecé después de 2010, después del Mundial. Y ya que estaba en Europa, aprovechaba. Venían muchos jugadores de fútbol. A partir de ahí apareció el Cádiz y dejé de representar jugadores, y me dediqué exclusivamente a buscarle jugadores al club.
Las carreras de caballos eran en Uruguay y esto fue en España. ¿Cuándo y por qué volviste?
Bueno, es que yo he tenido la suerte de tener un hijo más grande que yo. No me gusta hablar mucho de él, mirá (se emociona), es mi hijo más grande en el fútbol. Lo vi crecer. Lo veía, lo sentía. Era mi yo en un equipo grande. Y yo le comentaba. Yo el día anterior soñaba los goles de él, tengo que decirle. Todos los goles que hizo en las finales, los soñé el día anterior. No sé por qué, la energía, yo le decía. Y él tenía los mensajes guardados y yo los tenía. Hasta mis hijos no me creían ese tipo de cosas. Cuando estaban en Lisboa, me habían escuchado hablar que yo soñé que el gol era suyo, de cabeza. Y cuando iba el minuto 90, mis hijos se reían. Cuando yo veo la situación y veo que va a ser córner, me levanto de la mesa porque iban a pasar el gol y me fui para la vereda. "Pa, que viene el córner". "Yo ya lo vi, ya lo vi", y cuando los vi gritar gol… Es una energía difícil de explicar, porque es entre él y yo. Después, fui a todas las finales en las que él ha convertido. Me llevaba como amuleto. Y creo que este año voy a ir otra vez, quiero ir otra vez. Si se queda, viendo cómo está la cosa, creo que puede tener la oportunidad de levantar otra Champions. No lo he soñado, porque hace un mes que no hablo con él, pero creo que se merece. Quiero que gane otra Champions y se vaya como se tienen que ir los grandes, siempre con alegría. Es como si fuera yo.
"Sergio Ramos y yo tenemos una amistad más que grande, es como si fuéramos hermanos"
ExfutbolistaTenemos una amistad más que grande, es como si fuéramos hermanos. Él es un jugador que me preguntaba todo, de la Selección, "¿qué hacés en la selección?". Si tiene 15 años, que va a importarle a éste. Tenía que comentarle todo, desde que salía de Sevilla y hasta que llevaba otra vez a Sevilla. Uh, qué pesado, pero yo me daba cuenta de que él quería aprender, quería saber. Se veía tan diferente. Y hay cosas que las ha tomado tan bien… Ojalá haya sido mío que haya agarrado ese gusto de ganar y ganar. El 4 por suerte lo utilizó. Él pensaba que el 4, como era de Fernando Hierro, era una camiseta muy pesada, muy pesada. "¿Qué? ¿Fernando Hierro? No, le vas a pisar el talón, agarra la 4, agarra la 4". Y tal y como estaba Fernando Hierro había que tener una personalidad impresionante. Y te das cuenta de que fue mucho más que él. Yo, orgulloso, para mí, del mejor defensa de todos los tiempos. Las estadísticas están. Para mí, entre él y Pasarela han sido los mejores defensas que he visto en mi carrera deportiva. Ellos y Baresi están en el top 3. Un día le dije: "Haz lo que yo te diga y no lo que yo haga". Menos mal que ha captado el eslogan y lo ha llevado a su fin. Al final, acabaré trabajando con él, tarde o temprano. Después de que clasifique a la UEFA al Cádiz, me iré con él, aunque sea a los caballos. Nos merecemos estar un poco más cerca de lo que estamos ahora.
El consejo que le dio Darío Silva a Sergio Ramos, a quien califica de hermano: "Haz lo que yo te diga y no lo que yo haga"
ExfutbolistaMe habían hablado de vuestra relación, que tú eras quien recogía a Sergio e ibais juntos a los entrenamientos del Sevilla. Sabía que habías trabajado con René, con su hermano, pero me ha sorprendido que te hayas emocionado así al hablar de él…
Con sólo nombrarle de nombre, mira cómo me pongo… Es que el cuerpo me hace así. Es la realidad, el nombre de él, el cuerpo me estabiliza. Tenemos una gran comunicación hasta el día de hoy. Es una familia grande y bonita.
Tiene 36 años, aún te queda un tiempito hasta trabajar con él, si se da.
Sí, aún le quedan dos años y algo de carrera. Pero ya será. En un par de meses saldrán a la luz cosas que estamos haciendo.
¿Con quién, con Sergio?
No, yo. Me voy a internar un poco en la música, aparte de trabajar con el Cádiz. Es otro ámbito. No voy a cantar, eso que no se le ocurra a nadie, que no va a pasar nunca, pero sí vamos a hacer algo muy fuerte, que en Uruguay no tienen ni idea ni habrían tenido la capacidad de hacer ese tipo de cosas. ¿Quién más? Yo. Capacitado para hacer cosas diferentes a lo que yo era. Ahora, iremos a hacer todo lo importante para al Cádiz.
¿Vas a ser productor musical?
Puede ser, una buena producción. Va a ser una bomba, estoy seguro de que en Sudamérica va a ser una bomba, estoy seguro de que poca gente puede llevar a un chico de Uruguay a donde yo lo quiero llevar a cantar en directo, y eso va a ser importante. Quiero hacer algo por los uruguayos que no podemos salir del pueblito, de acá, de estos lugares, y yo les voy a decir que sí se puede, sólo hay que estar en el momento justo. Y alguien se va a alegrar.
Vale, vas a representar a algún cantante que va a ir a actuar a algún sitio especial.
Sí, en su momento.
Bueno, pues estaré atenta, porque eres una caja de sorpresas.
Ya lo verás. Algo en las redes siempre tiro. Por algo lo pongo. Cuando lo veas, piensa: "Pues algo se trae".
"Lo único que hay que hacer es vivir la vida, no te olvides jamás"
ExfutbolistaDespués de todo lo que he escuchado, también pienso en si te arrepientes de algo en tu carrera deportiva, en tu vida. Aunque me respondo rápido que no.
No, no, no. Hasta dónde he llegado, hasta dónde he llegado, y lo que he querido hacer, lo he hecho. Y, después, saber escuchar, yo soy una persona que escucho, miro, observo. Yo ahora ya sé si me querés mentir, si no. Con tu mirada ya sé lo que puede llegar a suceder. Lamentablemente, me di cuenta tarde de muchas cosas, pero porque me tenía que haber sucedido eso. Como digo: "Hay que ver la luz blanca, cuando estás ahí arriba, que te tiran para abajo, para decir uh, qué rápido iba". Entonces te da otro tipo de energía, de sapienza para saber otro tipo de cosas. Te va cambiando la vida. Es como la canción: "Sólo se vive una vez". Yo tuve la suerte de vivir otra vida, y hago para seguir estando bien de salud, los míos y yo, lo demás… El dinero es un papel, imagínate, hasta lo falsifican. Lo único que hay que hacer es vivir la vida, no te olvides jamás. No vas a volver, no voy a volver a los 20 años, no se puede, continúa. La vida continúa. Lo importante es continuarla, no importa de qué manera. Con o sin plata. Hay que continuar, porque somos una jungla de cemento. Cada vez que tenemos algo, se quiere más. Si te vas a morir pelado, sin nada. Lo importante es estar feliz y que te vean feliz.
Este reportaje fue publicado originalmente el día 8 de enero y ha vuelto a ser seleccionado para aparecer en la portada de Relevo.com como una de sus historias más leídas