ENTREVISTA

El ojito derecho de Guardiola que acabó odiando el fútbol por un infierno de lesiones: "Imagínate cómo me he quedado, no puedo hacer deporte"

Isaac Cuenca repasa para Relevo una carrera deportiva que se truncó por un calvario de lesiones. Tenía 30 años.

Isaac Cuenca escucha las indicaciones de Pep Guardiola cuando ambos coincidieron en el Barça. /EFE
Isaac Cuenca escucha las indicaciones de Pep Guardiola cuando ambos coincidieron en el Barça. EFE
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Pep Guardiola hablaba maravillas de él. De hecho, no le tembló el pulso para hacerle debutar con apenas 21 años en un equipo legendario como era aquel Barça. El añorado Tito Vilanova quería que continuase a toda costa, pero Isaac Cuenca (Reus, 1991), el protagonista de esta historia, prefirió hacer las maletas para jugar en otro grande de Europa como el Ajax. Marc Overmars, Frank De Boer y Dennis Bergkamp bebían los vientos por él, pero fue precisamente en Ámsterdam donde comenzó el principio del fin de una carrera deportiva que duró menos de lo que le hubiera gustado. Seis operaciones en nueve años fue un lastre demasiado pesado para Isaac Cuenca que decidió colgar las botas a la edad de 30 años. Casualidades de la vida, tres años después de su adiós, Isaac Cuenca es el dueño de una empresa que trabaja en la recuperación articular y muscular de los deportistas: "A ver si podemos ayudar a los jugadores que, como yo, sufren lesiones de rodilla, operaciones..."

"La última operación fue como agarrarse a un clavo ardiendo", revive Cuenca, que terminó odiando el fútbol. Hubo una época en la que no podía verlo ni por televisión. "No me entraba por el ojo", sostiene. "Lo que me tocó pasar fue una barbaridad. Debuto con 21 años, me retiro con 30 y en nueve años, sufrí seis operaciones. Imagínate y cómo me he quedado. Puedo hacer vida normal, pero deporte nada. Un poco de bici y ya", afirma un tanto apenado. "Echo la vista atrás y realmente pienso que no sé cómo lo hice, porque aguantar todo eso es muy duro", valora. "Es muy duro", reitera porque "te enfrentas a un mundo desconocido, que, si todo va bien, rodado, puedes incluso volver, pero como recaigas, sigue ahí, ese mundo desconocido, que es muy hostil, con mucha soledad, con mucho entrenamiento para sentirte como siempre te habías sentido, bien, que tampoco es algo … Miro para atrás y digo: 'Ostras'".

"Echo la vista atrás y realmente pienso que no sé cómo lo hice, porque aguantar todo eso es muy duro. Es un mundo que es muy hostil, con mucha soledad, con mucho entrenamiento para sentirte como siempre te habías sentido, bien"

Isaac Cuenca Exfutbolista del Barcelona

Tampoco mira "mucho" hacia atrás, más que nada porque acabó "cansado y harto de la situación y del fútbol en sí". Hubo momentos de mucho bajón porque "quieras o no lo asocias al dolor. Me encanta y me gusta verlo, pero durante un tiempo yo no vi nada de fútbol. No me entraba por los ojos", confirma el exfutbolista para quien muy pronto comenzaron a torcerse las cosas. Esa primera temporada, la 11/12, la de su debut, acabaría jugando 30 partidos oficiales, 20 como titular, incluyendo eliminatorias de Champions con el Milán y el Chelsea. "Hice un buen año con Pep", recuerda. Pero ese verano, ya con el de Sampedor fuera de la entidad culé, Cuenca tiene que pasar por primera ver por el quirófano. "La primera operación ya no salió bien", rememora.

Pero fue en Japón, ya en el tramo final de su carrera, cuando Cuenca lo pasó especialmente mal. "Tuve tres operaciones seguidas y no hubo manera de solucionar. La última era agarrarse a lo que se podía y ya fue la gota que colmó el vaso. Fue muy dura la operación y, de hecho, quedé peor que antes de operarme", significa Cuenca, que fue ahí cuando se dio cuenta de que el fútbol se estaba acabando. "Cuando tengo los 30 años, después de tantas operaciones seguidas, tenía síntomas malos y pensé: 'Esto se está acabando'. Llega un punto en el que, si eres sincero contigo mismo, ya lo estás viendo", asume. "Estás sufriendo hasta en un calentamiento. Se me hacía cuesta arriba, pero si comparabas una pierna con la otra, te dabas cuenta de que podría hacer un entrenamiento entero y es cuando piensas que algo no está bien y te vas concienciando", explica.

"Tuve tres operaciones seguidas y no hubo manera de solucionar. La última era agarrarse a lo que se podía y ya fue la gota que colmó el vaso. Fue muy dura la operación y, de hecho, quedé peor que antes de operarme"

Isaac Cuenca Exfutbolista del Barcelona

Dijo Guardiola de Isaac Cuenca que "hacía mejor a sus compañeros". "Me parece una pasada que dijera eso", valora. "Ese año fue todo muy rápido y esas palabras se agradecen. Mira dónde estaba, dónde se mantenido y mira cómo sigue. Supongo que tendría razón, si lo dijo. Yo tampoco me enteraba de mucho. Yo me dedicaba a jugar, pero si lo dice él, tampoco se lo voy a negar", afirma un esbozando una amplia sonrisa un Cuenca al que sí le dio tiempo a disfrutar del fútbol. "Íbamos a los campos y jugábamos muy bien. Esa sensación de hacer un buen partido sí que la tuve. Todo lo demás, todo lo que envuelve el fútbol, como que pasó todo muy rápido", lamenta el exfutbolista, que, pese a todo lo sufrido, no reniega del fútbol. "Forma parte de mi vida. Ha estado dentro de mi vida desde los seis años hasta los 30, que fue cuando me retiré. Sin el fútbol, no la podría entender porque todo está relacionado con él. Te acuerdas de dónde jugabas cuando tenías 15 años y quiénes eran mis compañeros. Forma parte de mi vida, mucho aprendizaje. He crecido y he madurado todo con el fútbol", deja claro.

"Ahora voy al Camp Nou y me tratan como en casa y eso cuando uno se ha retirado, se agradece. Mira que es un club grande, una mega empresa, que no es un club de barrio en el que lo normal es que te traten con más cercanía, pero súper bien"

Isaac Cuenca Exfutbolista del Barcelona

Sus recuerdos de su paso por el Barça "son maravillosos". No podía ser de otra manera. "Estoy muy contento y muy feliz. Quitando las lesiones, que es una parte, todo lo otro lo he disfrutado mucho. También hay otra parte que valoro mucho. Ahora voy al Camp Nou y me tratan como en casa y eso cuando uno se ha retirado se agradece. Mira que es un club grande, una mega empresa, que no es un club de barrio en el que lo normal es que te traten con más cercanía, pero súper bien", agradece Cuenca, que está disfrutando de este Barça de los Lamine Jamal, Casadó, Cubarsí, Fermín, Gavi y compañía. Eso sí, en su opinión, "el fútbol ha cambiado una barbaridad. Antes subía alguien con 17 años, pero era algo que se producía cada diez años. Ahora es una constante, aunque cada caso es diferente" puntualiza. El mensaje para los más jóvenes es claro: "Que disfruten, que están donde muy poca gente puede llegar, que son contados los que llegan. Que lo sigan haciendo como hasta ahora, que si les ha llevado hasta ahí, será por algo".

Isaac Cuenca, en su época en el Ajax.  AFP
Isaac Cuenca, en su época en el Ajax. AFP

De Pep Guardiola destaca su obsesión por el fútbol. "Es un genio que se dedica única y exclusivamente a eso, a querer mejorar y perfeccionar", destaca Cuenca, que tuvo "el privilegio" de compartir vestuario con futbolistas de talla mundial como Messi, Iniesta o Xavi Hernández. "Al principio, cuando subías, te colocabas en el grupo de los juveniles y luego ya ibas entrando al grupo. Es verdad que como había muchos jugadores que habían salido de la cantera, eran bastante majos con nosotros y nos hacían la vida más fácil. Me imagino entrar en otro equipo, en el que solo hay fichajes, y se me haría cuesta arriba. Mi caso fue diferente. Me sentí muy a gusto desde el inicio", revela el exfutbolista del Barça, que tiene palabras cariñosas hacia Xavi Hernández. No entiende los 'palos' que ha recibido. En su opinión, "le dio un cambio al Barça, que íbamos así así. Confió en varios jóvenes que han demostrado que tiene potencial y ya tiene un palmarés. Por estar en el Barça se te exige ganar todo, pero hay que ser realistas y ver hasta dónde se podía llegar. Por mucho que se le exija, también hay que valorar. Le queda mucho tiempo para ser entrenador, le encanta el fútbol, ha sido quien es por su visión, por leer bien el fútbol, por saber de fútbol y seguro que le irá bien", vaticina.

Inolvidable pase por el Ajax de Ámsterdam

De su paso por el Ajax también guarda un recuerdo "imborrable" porque "es un club muy grande que tiene mucha historia. Se palpa en el ambiente cuando entras en el Cruyff Arena, antes llamado Ámsterdam Arena y lo palpas. En los pasillos ya ves todos los jugadores que han salido de allí. Las instalaciones están muy bien y para ser una Liga como la Eredivisie, una liga quizá menor, donde hay menos presupuesto, la Ciudad Deportiva y el Estadio son impresionantes". Eso sí, no le sorprendió en exceso porque venía del Barça y "más grande que el Barça no sé si hay alguno", deja claro. "No me impactó tanto, pero no me decepcionó. Estaba a un nivel muy alto en cuanto a instalaciones, afición, lo que mueve la ciudad, el equipo, y en los alrededores. A veces hacíamos mini giras en los entrenamientos y mueve muchísima gente este club. Aunque, últimamente, se está viendo que no gana ni Champions ni Europa League, la historia del Ajax prevalece y mueve muchísima gente", significa.

"Llegué al Ajax con mucha ilusión. Pensé que estaba totalmente recuperado. Fui allí con la confianza de Overmars, Frank De Boer y Bergkamp. Nada más llegar ya empecé jugando, pero la rodilla no me dio para mantener ese ritmo"

Isaac Cuenca Exfutbolista del Barcelona

"Llegué con mucha ilusión", recuerda. "Pensé que estaba totalmente recuperado y que podía contar con todos los minutos que me iban a dar. Yo fui allí con la confianza de Overmars, Frank De Boer y Bergkamp, estaban todos con muchas ganas de tenerme en la plantilla. Nada más llegar ya empecé jugando, pero la rodilla no me dio para mantener ese ritmo. La operación no había terminado de salir bien. Parecía que sí, pero cuando encadenaba partidos de 90 minutos más entrenamientos, no acaba de funcionar", esgrime. Por eso, el sentimiento es "agridulce" porque "desde pequeño siempre me había gustado este club. En cuanto me llamaron no dudé en salir pese a que Tito no quería que fuese. Confiaba en mí, en tenerme un año más, pero en ningún momento dudé. Me gustaba la filosofía del Ajax, tener una experiencia en el extranjero y también tenía muchas ganas de ver cómo estaba yo en un equipo en el que debería de ser un extremo muy importante con nombre y, obviamente, siendo fundamental. Pero no pudo ser por el tema de la lesión de rodilla", lamenta.

De hecho, a punto estuvo de volver un segundo año a Ámsterdam. "Ellos quieren que vuelva, tratarme bien la rodilla y ver cómo puedo avanzar, pero visitamos al doctor y me dijo que tenía que volver a abrir y ahí se acaba esa idea de volver. Quería volver y ellos me querían, pero no se pudo hacer", se apena.

«En Turquía nos cerraban el campo cada semana»

A pesar de los muchos obstáculos que se encontró por el camino en forma de lesiones, tras su adiós al Barcelona y al Ajax, Isaac Cuenca siguió con su lucha por seguir siendo futbolista y ahí aparecieron equipos como el Deportivo de la Coruña, el Bursaspor turco, el Granada, el Hapoel Be'er Sheva israelí y su última aventura en Japón. "En Japón son súper profesionales, se lo toman en serio, se cuida muchísimo la competición, hay muy buen nivel, con jugadores muy técnicos y para lo joven que es la Liga, hay mucho potencial", valora. En cambio, la experiencia en Israel fue "muy diferente" en una Liga "de un nivel mucho más bajo, con campos vacíos".

Isaac Cuenca celebra un gol en su última aventura en Japó</p><p>n.  AFP
Isaac Cuenca celebra un gol en su última aventura en Japó</p><p>n. AFP

En Turquía vivió una locura. "La ciudad donde estaba yo, que era Bursa, era una ciudad de fútbol, las aceras estaban pintadas con el color verde y blanco del equipo, había pelotas de piedra marcando los pasos de cebra. Nos cerraban el campo cada semana, con eso te lo digo todo", recuerda Cuenca, que también vivió la exigencia de una ciudad como A Coruña. "Todavía se recuerda el Súper Dépor, pero las circunstancias eran diferentes. Había mucha exigencia, mucha más por ejemplo que en Granada. Luchando por lo mismo, había mucha más tranquilidad. La afición animaba más desde el estamos juntos", sostiene Cuenca, que sigue vinculado al mundo del fútbol ahora como segundo entrenador en el Juvenil B del Reus.