"¿Tú crees de verdad que Le Normand puede jugar como jugamos nosotros, saliendo con el balón?"
El nuevo integrante de la selección llegó al filial de la Real en 2016, con Imanol en el banquillo, tuvo un punto de recelo y desconfianza hasta acabar indiscutible en el primer equipo.

Luis de la Fuente ya cuenta con el central de la Real Sociedad, Robin Aime Robert Le Normand, para la próxima convocatoria de la Selección española y por lo tanto disputará la fase final de la Nations League el próximo mes de junio. El defensa francés ya ha adquirido oficialmente la doble nacionalidad, publicada en el Boletín Oficial del Estado. Hace unos meses, tras consultar con el jugador y que éste mostrara su total disponibilidad y deseo de jugar con España, la Federación puso en marcha todos los trámites pertinentes para conseguir que fuera un jugador seleccionable. Casi medio año después, sus deseos se han hecho realidad.
Cabe pensar que después de realizar las gestiones con éxito, el técnico cuente inmediatamente con Le Normand. También puede influir positivamente en su llamada, la situación que atraviesan otros jugadores que juegan en la misma posición, como Iñigo Martínez con problemas físicos en las últimas semanas y, sobre todo, Aymeric Laporte, que ha perdido la titularidad en el City de Guardiola. En lo que va de 2023, el ex del Athletic solo ha sido titular en siete partidos de la Premier. Los tres últimos en este mes de mayo, cuando el técnico ha concedido descanso a los más habituales para reservarles para la Champions.
Por el contrario, Le Normand es indiscutible en su equipo y acaba el curso en un buen momento de forma y con 40 partidos a sus espaldas. Su vinculación al fútbol español comenzó en la temporada 2016-17, cuando tenía 19 años y firmó un contrato de dos temporadas con el club donostiarra y se incorporó directamente al equipo filial de Segunda B. En la actualidad, siete años después, su cotización está en alza y su valor de mercado, según Transfermarkt, es de 35 millones de euros.
Las redes futbolísticas de la Real Sociedad siempre han estado, y continúan estando, bien extendidas en el fútbol galo. No solo en Iparralde, el país vasco francés, y en los entornos de los dos clubes meridionales más cercanos, como el Girondins de Burdeos y el Toulouse. En 2011, con 19 años, ya habían captado al lateral Kevin Rodrigues, nacido en Bayona, formado en el Toulouse y que durante seis años estuvo bajo la disciplina guipuzcoana. Cuenta la Real con una ventaja en el mercado francés, que, por ejemplo, no tiene el Athletic. Cuestión de distancias. Al estar a menos de 50 kilómetros de la frontera pueden incorporar a sus equipos infantiles o cadetes a jugadores menores de 16 años. Se lo permite la reglamentación deportiva del país vecino acogiéndose a una cláusula de cercanía.
Puede fichar cadetes
En este sorprendente caso que nos ocupa, las redes blanquiazules llegaron hasta Brest, en plena Bretaña. Fue Enric Olhats, el ojeador del club en territorio galo, el mismo que, en 2004, llevó a Zubieta a Antoine Griezmann, quien recomendó a Loren Juarros, entonces director deportivo del club txuri-urdin, a este central fuerte, menos formado físicamente que ahora, pero que apuntaba a los 190 centímetros y tenía un dominio del juego aéreo propio de su estatura. También sorprendía ya entonces por su sentido de la anticipación.
Le Normand aterrizó en San Sebastián con un único partido como profesional con el Stade Bretois 29, en la Ligue 2. Tenía 19 años. El club francés decidió no tramitar su primera ficha profesional y según la reglamentación francesa, el jugador quedaba libre para ser fichado por un club extranjero, no así por uno francés que, en cualquier caso, hubiera tenido que negociar su traspaso con el Brest. Entonces fue cuando llegó la llamada de Olhats, que seguía sus huellas desde los 15 años y le propuso firmar su primer contrato profesional con la Real Sociedad. Llegó gratis. Solo una obligada condición: pasar por el purgatorio del filial, que entonces militaba en Segunda B.
Nicolas Mariller, entrenador del equipo Sub-19 del Brest y uno de sus técnicos formadores, preguntado por la prensa local en el verano de 2016 por la marcha del canterano, su respuesta no pudo ser más contundente. "Fue un pellizco en mi corazón verle partir. Robin llegaba más pronto que nadie a los entrenamientos y le tenía que parar para que esperara a los compañeros en el vestuario. Siempre quería trabajar más y más. Yo le ponía como ejemplo a todos los demás".
Problemas con el balón
En la Real Sociedad B, se encontró con Imanol como entrenador. Sus comienzos no fueron fáciles, aunque comenzó a jugar regularmente hasta sumar 26 partidos en esa primera temporada 2016-17. Las dudas sobre su futuro seguían vivas. Le costaba adaptarse al estilo de juego del equipo, a salir con el balón jugado desde atrás. Técnicamente no era, precisamente, un prodigio. Un buen día, Imanol cambiaba impresiones relajadamente con su director deportivo en las instalaciones de Zubieta y surgió el nombre de Le Normand. "Loren, ¿tú crees de verdad que este jugador se va a adaptar a jugar como nosotros queremos jugar? Saliendo desde atrás con el balón, combinando.... Es fuerte, va bien de cabeza, pero con el balón en los pies...".
Fue una apreciación sin más. Imanol Alguacil aceptó la insinuación de Loren de que le diera un poco más de tiempo y confianza en forma de partidos. Le Normand fue mejorando. Su voluntad por aprender podía con todo lo demás. Aceptaba los consejos. Se hacía entender. Cada día el balón le fue quemando menos y le corría más. Era una esponja. La segunda temporada disputó 36 partidos, todos menos dos. El equipo se clasificó tercero y disputó el playoff de ascenso a Segunda. Justo en ese verano de 2018 prolongó su contrato hasta 2020 y realizó unas manifestaciones en Ouest France reconociendo que su primer año había sido duro. "Todo era nuevo para mí, un fútbol nuevo, un idioma nuevo, el nivel era más alto... Tenía tanto por asimilar".
Comenzó la tercera temporada en el filial, pero en el mes de diciembre, Asier Garitano, entrenador del primer equipo, le hizo debutar en Primera ante las bajas de tres de sus centrales: Diego Llorente, Raúl Navas y Aritz Elustondo. Fue en el Benito Villamarín ante el Betis. Derrota (1-0). A partir de ese momento, comenzó a alternar los dos equipos. Con la Real jugó cuatro partidos de Liga y tres de Copa. Su salto definitivo llegó al curso siguiente con Imanol ya en el banquillo realista. Fue el momento de su explosión definitiva. Sumó 39 partidos y ganó la Copa del Rey. El tiempo ha demostrado que entonces no había llegado a su tope. En las temporadas 20-21 y 21-22 mejoró sus registros individuales: 42 y 48 encuentros en todas las competiciones. En la actual está a punto de firmar la treintena.
En Zubieta celebran ahora a lo grande haber tenido paciencia con el central llegado de la Bretaña sin saber una palabra de español.Un año antes de su llegada, en 2015, habían vivido un caso parecido con el serbio Babic, ahora en el Almería. Le ficharon con 19 años con el aval de haber sido campeón del mundo Sub-20 con su selección. Jugó una temporada con la Real Sociedad B en Segunda B. Condiciones, las tenía todas, pero su adaptación no fue la misma. Distinto talante y comportamiento. Nada que ver con el que luego demostraría el futbolista francés. Babic fue cedido al Reus, después al Estrella Roja y, finalmente, fue traspasado al club serbio.
Los que le conocieron recién llegado a Zubieta y todavía están cerca del entorno del club se vuelcan en elogios con Robin. Introvertido, poco hablador, buen profesional, futbolista de esos que asimila todo lo que el entrenador le indica... incluso salir con el balón jugado desde atrás, como Imanol exige salvo causa de fuerza mayor. En San Sebastián no sorprendió en su momento que desde la Federación preguntaran por su documentación, ni que De la Fuente le tuviera en su disco duro. Su último paso al frente, futbolísticamente hablando, se ha reflejado en su notable rendimiento jugando por necesidad como central zurdo, siendo diestro de toda la vida.
Con 26 años y compromiso hasta 2024, el club donostiarra va a intentar su renovación antes de llegar al último año contractual. Su posible internacionalidad, sin duda, le revalorizaría y por sus condiciones el mercado de la Premier parece hecho a su medida. Si no ha sido internacional anteriormente con Francia es porque la Ligue 1 es una máquina de hacer centrales y una cantera para el resto de los grandes campeonatos europeos: Lucas, Konaté, Upamecano, Saliba, Koundé, Wesley Fofana, Kimpenbe, Sarr, Kamará, Badiashile...
En octubre de 2022, Le Normand realizó unas manifestaciones en las que confesó que su único objetivo era ser internacional con Francia y no entraba en sus planes ser seleccionado por España. "Me mataría mi familia si lo hiciera. Me siento francés y quiero jugar con mi país". Meses después cambió de opinión hasta el punto de dar su visto bueno para tramitar la documentación que le permitiera jugar con la Selección a las órdenes de Luis de la Fuente. Con Laporte también en el grupo, podría darse el caso que los dos centrales de España en el campo fueran franceses. Un diestro y un zurdo, la combinación perfecta para un tándem central. Le Normand, más físico; el ex del Athletic, más técnico. Podría ser un caso único en la historia del fútbol.